se levanta de sus propias cenizas con e

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LATERCERA Domingo 15 de mayo de 2016
Mauricio Macri ha llevado a
cabo reformas valientes y
radicales para desmontar la
maquinaria intervencionista.
América Latina puede
aprender mucho de este país
que, luego de casi tocar fondo
(...), se levanta de sus propias
cenizas con el voto de sus
ciudadanos.
la modernidad de que ya gozó en el pasado.
Y desde luego que hay razones para creerle. Argentina es un país muy rico en recursos naturales y humanos; el sistema educativo ejemplar que tuvo en el pasado, aunque se haya deteriorado con las malas
políticas de los gobiernos precedentes, todavía produce ciudadanos mejor formados
que el promedio latinoamericano –tal vez
ningún otro país de la región ha exportado
más técnicos de alto nivel al resto del mundo- y no hay duda de que, con las reformas
en marcha, las inversiones extranjeras, retraídas todos estos años, volverán en gran
número a una tierra tan pródiga, creando
los empleos que hacen falta y elevando los
niveles de vida y las oportunidades para los
argentinos.
Hay un aspecto que quisiera destacar entre los cambios que vive Argentina. Con la
libertad de expresión, que sufrió tantas
averías durante los gobiernos de los Kir-
chner, la corrupción que al amparo de ese
Estado que Octavio Paz llamó el “ogro filantrópico” proliferó de manera cancerosa, ahora sale a la luz y, en estos días precisamente, la prensa da noticias estremecedoras de las sumas de vértigo que los
testaferros de los antiguos mandatarios
acumularon, monopolizando las obras
públicas de regiones enteras y saqueando
sus presupuestos de manera impúdica
convirtiendo en multimillonarios a aquellos dueños del poder que se jactaban de
ser revolucionarios antiimperialistas y jurados enemigos del capitalismo. Dudo
mucho que haya un solo capitalista en el
mundo que haya amasado una fortuna tan
prodigiosa como Lázaro Baez, testaferro
por lo visto de Néstor Kirchner y ahora en
la cárcel, antiguo cajero de un banco de
Santa Cruz, que un puñado de años después tenía cerca de 400 propiedades rurales y urbanas y cerca de un centenar de
automóviles en su país y compraba departamentos y casas en Miami por más de
US$ 100 millones.
Que Argentina tenga éxito en las pacíficas
reformas democráticas y liberales que está
llevando a cabo tiene una importancia que
trasciende sus fronteras. América Latina
puede aprender mucho de este país que,
luego de casi tocar fondo por culpa de la
ideología colectivista y estatista que estuvo a
punto de arruinarlo, se levanta de sus propias cenizas con los votos de sus ciudadanos
y tiene el coraje de desandar el camino equivocado. Y emprende uno nuevo, el de los
países que gracias a la libertad –la única verdadera, es decir, la que abarca la política, la
economía, la cultura, el ámbito social, cultural y personal- han alcanzado los mejores
niveles de vida de este tiempo, los que han
reducido más la violencia en las relaciones
humanas y los que han creado la mayor
igualdad de oportunidades para que sus ciu-
dadanos puedan materializar sus aspiraciones y sus sueños.
Aunque, a veces de manera confusa, creo
que éste es ahora un ideal que ha ido echando raíces en los países latinoamericanos,
donde los antiguos modelos que se disputaban el favor de las gentes –las dictaduras
militares y las revoluciones armadas socialistas- han perdido prestigio y actualidad y
sólo valen para minorías insignificantes. Por
eso es que, con las excepciones de Cuba y
Venezuela, en toda la región hay ahora democracias, aunque algunas sean muy imperfectas y amenazadas por la corrupción.
Argentina puede ser el ejemplo a seguir para
renovarlas, purificarlas y ponerlas al día, de
modo que se integren al mundo y aprovechen las grandes posibilidades que éste ofrece a los países que hacen suya la cultura de
la libertad.
Escritor peruano. Derechos reservados El País.
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