SIGNIFICACIÓN FÁLICA Y NOMBRE DEL PADRE

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SIGNIFICACIÓN FÁLICA Y NOMBRE DEL PADRE
MARIANA PRADO
Decidí iniciar el presente trabajo tomando un párrafo del Seminario V Las
formaciones del inconsciente y a partir de este articular a través de un caso clínico
acerca de algunas cuestiones relacionadas con el Nombre del padre. “La posición del
padre como simbólico no depende del hecho de que la gente haya reconocido más o
menos la necesidad de una determinada secuencia de acontecimientos tan distintos
como un coito y un alumbramiento. La posición del Nombre del Padre, la calificación
del padre como procreador, es un asunto que se sitúa en el nivel simbólico. Puede
realizarse de acuerdo con las diversas formas culturales, pero en si no depende de la
forma cultural, es una necesidad de la cadena significante. Por el solo hecho de que
instituyas un orden simbólico, algo corresponde o no a la función definida por el
Nombre del Padre, y en el interior de esta función introduces significaciones que pueden
ser distintas según los casos, pero que en ningún caso dependen de ninguna necesidad
distinta de la necesidad de la función del padre, a la cual le corresponde el Nombre del
Padre en la cadena significante.”
Se trata de un paciente de 33 años, que denominare D, ha sufrido un accidente de
transito hace 4 años, dicho accidente le ha ocasionado importantes secuelas entre ellas
un hematoma subdural, ha sido sometido a diferentes intervenciones quirúrgicas, le han
colocado dos placa en el cráneo, por diferentes complicaciones tuvieron que ser
removidas, en el momento de inicio del tratamiento se encontraba a la espera de otra
intervención para que coloquen una nueva placa. El paciente manifiesta que su vida ha
cambiado totalmente después del accidente, siente no tener autoridad, no poder resolver
nada, dice “siento miedos y temores que algo le suceda a mi madre o hermana, no puedo
dormir en las noches por estas ideas, me levanto infinidad de veces a ver si están bien,
contro la llave de gas, la puerta, tengo temor cuando salen de la casa, no se que hacer
con esto”. Menciona como era su vida antes del accidente “era profesor de musculación,
personal trainer y trabaja de seguridad de diferentes boliches, trabajaba todo el día,
frecuentemente dormía 3 o 4 horas, no tenía ningún día libre en la semana, trabajaba de
lunes a lunes”, dice haberse peleado en diferentes ocasiones con 5 tipos a la vez y salir
con algunos golpes pero bien parado, podía conseguir a la mujer que quisiera, “las
minas deseaban estar conmigo”
Vive con su madre y hermana quienes se ocupan de todo tipo de tramites en lo que
respecta a la salud D, desde solicitar turnos, realizar tramites en la obra social,
acompañarlo a las consultas y hablar con los médicos, en diferentes momentos del
tratamiento la hermana y madre del paciente le han ocultado información en lo que
respecta a diferentes inconvenientes administrativos en la obra social así como también
charlas con los profesionales a cargo del tratamiento de D, el paciente dice no saber
como ponerle un limite a su madre, “ella se mete en todo, esta todo el tiempo dando
vuelta alrededor mío”.
D menciona no sentir interés por las mujeres como antes, dice “si pasa una mina al lado
mío no me doy vuelta para mirarle el culo, no me interesa”, refiere no poder estar en la
intimidad con una mujer, “el amigo no me responde”, manifiesta no conseguir tener una
erección, ha consultado diferentes profesionales médicos, clínicos, urólogo, flebólogo,
hematólogo, neurólogo, etc y ninguno le da la explicación o motivo de su falta de
erección.
El marca su falta de interés, que se trata de no poder mirar a una mujer, así comienza
hacer una serie de asociaciones de lo que no puede mirar, no puede mirarse él, su
cuerpo, ya no puede ir al gimnasio, mirarse al espejo, ver su cabeza deformada y
mostrarse así frente una mujer, dice estar gordo, fofo y desagradable. D menciona que
en su adolescencia encontró en el gimnasio, en la actividad física una alternativa a lo
mal que se sentía con su cuerpo, “era muy delgado, antes era chiquito”, en el colegio se
burlaban de el, no podía defenderse y se fue poniendo “groso” en el gimnasio.
Cuenta que sus padres se separaron definitivamente cuando el tenia 13 años de edad,
ya que existieron tiempos en los cuales se distanciaron pero la madre volvía nuevamente
con su padre; describe a este como una persona sucia, gordo, egoísta, agresiva, que no
se interesaba por las cosas que el y su hermana necesitaban, relata varias escenas en las
cuales su padre irrumpía en la habitación donde dormía su madre, el y su hna, tomaba a
su madre de los pelos y comenzaba a golpearla, el único momento que compartía juntos
eran extensas caminatas, según dice D para no gastar en colectivo, que lo agotaban y
terminaba diciéndole a su padre que tenia hambre y sed, que por favor le compre algo
para comer, a su padre parecía no importarle esto, ignoraba sus pedidos, dice “nunca
me tuvo en cuenta, es un tipo que no le importa nada, solamente piensa en él”.
Este caso me llevó a pensar en los tres tiempos del Complejo de Edipo, el primer
tiempo, donde el sujeto se ubica siendo el falo de la madre, se identifica con el deseo
materno. En el segundo tiempo el padre interviene privando a la madre de su objeto
fálico y priva al sujeto del objeto de su deseo, allí el deseo queda bajo la ley del deseo
del Otro, ya que desprende al sujeto de su identificación y lo liga con la primera
aparición de la ley, de la palabra del padre, el Padre Simbólico. Por último el tercer
tiempo, el padre interviene como el que tiene el falo y no como el que lo es, reinstaura
la instancia del falo como objeto deseado por la madre, y no solamente como objeto del
que el padre puede privar, elide el deseo de la madre y significa al sujeto como -, da
una significación en falta, sino funciona la metáfora el sujeto quedara como un puro
objeto, falo positivizado. De la falla en la Metáfora Paterna el falo quedara
negativizado, el sujeto quedara inscripto en el campo fálico, le da al sujeto un lugar, hay
un goce que escapa a la metáfora, al cual el sujeto queda sometido. Aparece un padre
deseante, su causa es extimia, la causa del deseo del padre no es el hijo.
Me detendré en este tercer tiempo especialmente, en el caso clínico se pueden
observar un déficit importante de la significación fálica, aparece ahí un sujeto que
parece no tener medida, podía pasarse horas en el gimnasio, trabajar sin descanso, allí
no hay medida, podía con todo. Es importante destacar que era yo quien iba al domicilio
del paciente, el paciente casi no salía, salvo ha realizar visitas a algún medico o salidas
esporádicas con amigos, podría decirse que el sujeto por medio de ponerse “groso”
pudo hacerse del un cuerpo para poder salir y “hacer con él”, una especie de
“ortopedia”, ya que hace mención que logro en el gimnasio determinada confianza,
“consistencia”, hace refencia a su infancia y adolescencia como momentos muy difíciles
de su vida en los cuales se sentía muy mal con su físico, “los demás me trataban muy
mal, me pasaban por encima”. El goce fálico es al cuerpo aparece como extraño al
cuerpo, dice Hugo Piciana “La negativización del falo es la intersección entre lo real y
lo simbólico. Y, lógicamente, la consecuencia es la imaginarización de la consistencia
que tiene el cuerpo.”
“Que el falo sea un significante es algo que se impone que sea en el lugar del
Otro donde el sujeto tenga acceso a él. Pero como no ese significante no está allí sino
velado y como razón del deseo del Otro, es ese deseo del Otro como tal lo que al sujeto
se le impone reconocer, es decir el otro en cuanto que es él mismo sujeto dividido de l a
Spaltung significante.”
Este déficit en la significación fálica, a partir de la negativización del falo negatividad
en la imagen, relativa a la castración del Otro, me llevo a preguntarme por la
articulación de este déficit con la identificación al falo y sus consecuencias en el cuerpo
del sujeto.
BIBLIOGRAFÍA
-Lacan, J., El Seminario, Libro V, Las formaciones del inconsciente, Paidós. 2003
-Lacan, J., “La significación del falo”, Escritos, Tomo II, Siglo XXI Editores
Argentinos, 2002.
-Lacan, J., El Seminario, Libro X, La angustia, Buenos Aires, Paidós, 2006.
-Lacan J., “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”,
Escritos, Tomo LL, Siglo XXI Editores Argentinos, 2002.
-Rabinovich, D., La angustia y el deseo del Otro, Buenos Aires, Ediciones Manantial,
1992.
-Piciana, H., El nombre-del-padre: Una Marca. Inédito.
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