Homilía del Padre Gaetano Stefanizzi OMR 31 De Enero 2016 IV Domingo Tiempo Ordinario Parroquia de Santa Rosa de Lima Uno de los personajes más importantes y dramáticos del circo es el domador rodeado de sus leones y sus tigres. Éste hace que salten anillos de fuego, se sienten a sus órdenes. El domador se siente dueño y señor, ha domesticado a sus fieras. Los niños asombrados se preguntan: ¿quién es éste a quien los leones y los tigres obedecen? Y aplauden su valor. Si se pueden domar los tigres y los leones, todo se puede domar, todo se puede convertir en mascota. Todos los humanos, incluidos los predicadores y los curas, queremos, sin querer a veces, domesticar la palabra de Dios, debilitarla, someterla, en lugar de quemar con el fuego de Dios. Tremenda tentación la de reducir a Dios y su mensaje a tamaño natural, a postal. Dios no es un tigre que pueda ser domado por ningún domador por más experto y valiente que sea. Y su mensaje tampoco. Los políticos sondean primero a los ciudadanos para conocer su opinión. A la iglesia venimos a escuchar a los profetas, no a los políticos. Los profetas como Jeremías, Pablo y Jesús no nos preguntan nuestra opinión. Simplemente hablan palabra de Dios: exigente, dramática, apasionada, amorosa, sin anestesia… palabra de Dios, no de nosotros oyentes, palabra de Dios para nosotros los enamorados de Dios. 1 Hoy, millones de católicos son como Jeremías formados, conocidos y consagrados por Dios con este mensaje "levántense y dígale a todos lo que les mando" y como no les gustará el mensaje intentarán derrotarles o ignorarles pero no podrán porque yo estoy con ustedes para liberarles. El profeta Jesús, en el evangelio, nos dice: "Hoy, esta palabra se cumple en medio de ustedes", llego el día de tu liberación no temas. Hermanos y Hermanas, es fácil creer y confiar en Dios cuando estamos bien, o cuando vemos cosas, cuando nuestra fe va respaldada por los hechos que estamos viendo; o sabemos que estamos sanos y aún nos queda vida, pero… ¿Qué pasa cuando nos encontramos en una situación en donde el panorama está totalmente en contra de nosotros?, ¿Cuándo estamos en medio de la enfermedad y el pronóstico es malo?; ¿Tenemos allí la misma capacidad de creer en lo que Dios puede hacer?, ¿Somos capaces de confiar con totalidad en que Dios obrara?, Seamos honestos: a nosotros se nos es fácil creer cuando vemos el poder de Dios actuando, pero cuando llegan esos tiempos de tormento, dolor, angustia y temor, en donde por más que oremos no encontramos respuesta, esos tiempos en donde pareciera que Dios además de guardar silencio también ha desaparecido, en esos momentos, seamos sinceros que NOS CUESTA CREER QUE ALGO BUENO PUEDE PASAR. Déjame contarte algo, que te sanará de mil formas diferentes, te salvará y traerá paz a tu corazón y fortaleza a tu espíritu. En lo personal me impacta un pasaje de la Biblia en donde puedo notar la fe del personaje en Jesús a pesar que Jesús en ese momento está muriendo. Cuando estaban crucificando a Jesús dice la Sagrada Escritura: 2 “Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda”. Me llama la atención lo que cada uno de ellos piensa acerca de Jesús y de su mensaje. Ellos siendo malos estaban compartiendo lecho de muerte con alguien que era bueno, no tenía culpa, nunca había hecho nada malo como para merecer la muerte en una cruz, sin embargo uno de los ladrones viendo su estado y el de Jesús que era exactamente el mismo, ya que los dos estaban crucificados en una cruz independientemente del porqué de su juicio, se atreve a decir: “Y uno de los malhechores que estaban colgados en la cruz, dijo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros” . Su frase denotaba total incredulidad, ya que decía: “Si tú eres el Cristo”, como diciendo: “¡Demuestra si es cierto!”. A veces actuamos exactamente de la misma manera, ¿Me equivoco?, no creo, actuamos exactamente igual a ese ladrón, viendo nuestro mal estado tendemos a exigirle a Dios que demuestre que lo es, también en su palabra. ¿Cuántas veces le hemos dicho a Dios: “Si tú eres Dios has esto o esto otro”?, O cuantas veces sin decir hemos pensado de esta manera: “Dios tú tienes el poder para hacer esto, demuéstrame que eres capaz de hacerlo”. ¿Sabes?, a veces Dios no tiene por qué demostrar nada, él no necesita ir por todas partes haciendo todo lo que quieras que haga para que creas que es Dios o que tiene el poder para hacerlo, a veces pienso que tratamos de tentar a Dios, “poniendo en juicio” su poder o su capacidad para actuar, como que si el hecho que lo pongamos en juicio hará que el obre más o lo haga más rápido o de la forma que nosotros lo queremos. 3 Dios tiene sus tiempos, sus formas, sus objetivos y propósitos, Él no necesita demostrarte lo que ES, porque siempre FUE, siempre HA SIDO y siempre SERÁ. Él siempre hará conforme a su voluntad. Por otra parte quiero resaltar la respuesta del otro ladrón: “Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecemos; y el que mal a echo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando entraras en tu reino.” Me llama mucho la atención la clase de convicción o de FE de este otro ladrón, pudo haber sido ladrón toda su vida, pero en su lecho de muerte Dios le dio la oportunidad de conocer el perdón de Dios. Posiblemente toda su vida la paso muy mal, porque un ladrón independientemente de lo que diga o piense, no es feliz, no puede ser feliz haciendo lo que hace, pero Dios tenía un plan, un propósito, que aun en su lecho de muerte este hombre y el otro iban a tener la oportunidad de arrepentirse de sus hechos y reconocerlo como único Salvador. La frase que este ladrón expresa esta tan llena de FE y SEGURIDAD que nos da una cátedra completa de lo que realmente es CREER aun cuando NO VES. Este hombre le dice: “Acuérdate de mí cuando entraras en tu reino”. Es fácil creer cuando vemos a Dios actuar, pero este hombre estaba viendo a Dios “morir” y aun en el estado que Jesús se encontraba y en la posición que estaba CREYÓ EN ÉL, y nosotros hermanos creemos en su Palabra, creemos que llego el momento que la palabra proclamada se cumplirá. Este ladro pudo haber sido malo toda su vida, pero en sus últimos minutos tuvo la FE que cualquiera de nosotros quizá no hubiera tenido, porque estar presenciando la muerte de 4 alguien y a pesar de estar viendo que muere cree en Él como Salvador era algo que solo la VERDADERA FE puede hacer. Para muchos de nosotros ver morir a Jesús hubiera sido motivo para dejar de creer en Él, porque, ¿Cómo es posible que el Hijo de Dios este muriendo?, Eso es lo que a nosotros nos falta: CREER CUANDO TODO ESTA COMPLICADO, porque el resultado de creer con sinceridad de corazón hará que Dios tome en cuenta nuestra FE. Queridos Hermano y Hermana, quizá estas enfrente del peor panorama posible en tu vida, quizá te encuentre a un paso del fracaso total o de la muerte, quizá la duda ha querido matar la poca fe que te queda, pero aun en medio de cualquier circunstancia y frente a cualquier panorama, NO DEJES DE CREER PORQUE ESTA PALABRA HOY ES PARA TI, SE COMPLIRA TEN FE EN DIOS. Confía en lo que Dios puede hacer a pesar de no ver el resultado en este momento, deposita tu confianza en Él con sinceridad de corazón, porque Dios actuara a tu favor, Dios no te dejara solo, de hecho no estás solo, Dios ha de hacer cumplir su propósito en tu vida e independientemente del resultado que obtengas de todo esto, cree firmemente que Dios tiene un plan perfecto que se ha de cumplir. Puedes estar crucificado por todos los problemas que tengas, pero recuerda que a tu lado esta Jesús junto contigo, ¡CREE EN ÉL, PORQUE ÉL ACTUARÁ! Dios te ofrece hoy una solución si te sientes perdido y hundido en tanta oscuridad. La oración de salvación es para aquellas personas que quieran tomar el primer paso en restaurar su relación con Dios y CREERLE POR FE. Abre hoy tu corazón, no por miedo, sino porque ha decidido creer en su voluntad. 5 Hoy, nosotros los pobres, somos llenados con el perdón y el amor de Dios. Hoy somos constituidos en "ciudad fortificada" contra el mal. Hoy como ayer muchos se maravillan de las palabras que salen de la boca de Jesús, de la boca de Dios. Y hoy como ayer ponemos un pero, un interrogante a esa palabra, una duda. ¿No es éste el hijo de José? Qué bien habla el predicador, pero si supieras… Qué bien habla el cura, pero si supieras… Qué bien habla Jesús, pero es sólo el hijo de José… A los hombres todos se nos pueden poner todo tipo de peros. A Jesús y su palabra no. Júramelo. Prométemelo y creeré. Haz aquí los milagros que dicen has hecho en Cafarnaúm. Una manera de negar a Dios, de domesticar su palabra es pedirle milagros. Queremos tener a Dios a nuestro servicio. Nosotros somos los que debemos estar al servicio de Dios. ¿Qué pasó en Nazaret? Era el primer sermón de Jesús a los suyos, gente piadosa y buena, gente que acudía al templo todos los sábados, gente que escuchaba la palabra, gente como nosotros. Nosotros también hacemos esas cosas ¿o no? ¿Qué pasó en Nazaret? Jesús predicó y se armó un gran escándalo. Sus oyentes: admiración, aplausos, ojos fijos en Jesús. Al final del sermón: rabia, gritos y ganas de lincharlo. 6 Aquellos feligreses de la sinagoga tenían una visión estrecha, limitada y errónea de la verdad y del proyecto de Dios. Conocían la Escritura pero la malinterpretaban. Jesús no había venido a predicar el año de gracia sólo para los habitantes de Nazaret sino para los de todo el mundo. No hay un pueblo elegido. Todos los pueblos son elegidos. No hay fronteras. La geografía de Dios no es física sino humana. No hay partidos. Todos hijos e hijas del mismo Padre. No hay hombres sin pecados. Todos necesitados del perdón grande de Dios. Jesús es rechazado porque quiere ser para todos. Lo que no entendieron sus paisanos, lo que seguimos sin entender, es que nadie, ningún pueblo, ninguna iglesia tiene el monopolio de Dios. Jesús no es un predicador local sino universal. Jesús es nuestro y es para todos porque es el ser para los demás. Cuenta un predicador que un día preguntó a sus feligreses: ¿Quién es Jesús para Ustedes? Una mujer se levantó en medio de la asamblea y dijo: "Jesús es el que me ha dicho la verdad sobre mi misma con tanta claridad que quisiera matarlo". Esta es la razón por la que sus compatriotas quisieron matarlo, la razón por la que terminó en la cruz. Jesús, a lo largo de su corta vida, predicó tan malos sermones que los suyos no lo aguantaron, sin embargo hizo la elección de predicar la verdad. También nosotros hermanos elegimos la verdad, también cuando esta verdad es dura y dolorosa, y los demás no la comprenden. AMEN Padre Gaetano Stefanizzi Omr 7