JUICIO ETERNO: JUICIO SOBRE EL DIABLO

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JUICIO ETERNO: JUICIO SOBRE EL DIABLO
Por Ricardo Vivas Arroyo
CREACIÓN Y PECADO DEL DIABLO
Los ángeles o seres espirituales fueron creados antes que el hombre en los cielos para
adorar a Dios y obedecerle en todo (Neh. 9:6, Col. 1:16, Sal. 103:20).
El diablo o Satanás fue un querubín especial creado por Dios antes que el hombre,
puesto en el Edén, vestido con piedras preciosas y con música de fondo; habitó en el
Monte Santo de Dios entre las piedras de fuego (Ez. 28:13-15), esta es una referencia
al monte de Basán, como figura del lugar donde Dios moraba (Sal. 68:15-16). Fue
perfecto, hermoso y sabio (Ez. 28:12, 15), hasta que su corazón se enalteció y quiso ser
como Dios y ocupar su trono (Ez. 28:1-2, 6), por lo tanto dio inicio a la maldad (Ez.
28:15). Esta maldad es el orgullo, o el sentirse más de lo que era y querer ser como
Dios, que se manifestó mediante la rebelión, en la cual arrastró consigo a la tercera
parte de los ángeles, prefigurados por las estrellas del cielo (Ap. 12:3-4). El diablo
entonces adquirió esa naturaleza mala y para el mal.
Como podemos entender, Dios creó al diablo con un propósito: ser el tentador,
engañador y acusador de los hombres y de los hijos de Dios (2ª Jn. 7, Is. 54:16, 2ª Co.
11:2-3, 1ª Ts. 3:5). Desde el principio logró engañar a Eva e hizo caer al hombre (1ª Ti.
2:14). El mismo Señor Jesucristo, como hombre, tuvo que ser tentado por el diablo y
vencerlo (Mt. 4:2-11, He. 4:15). Esa labor diabólica es necesaria, y es por ello que su
sentencia, dictada desde el principio, se irá verificando según el Plan de Dios.
Así que el juicio de Dios sobre el diablo ya se verificó, pero su sentencia se dará en tres
etapas, como parte del Plan de Dios para el hombre, la primera de las cuales ya fue
realizada:
JUICIO PASADO DEL DIABLO
Se verificó en los cielos en el mismo momento en que se rebeló, donde como Querubín
protector moraba, fue expulsado del cielo a la tierra, a la huesa o sepultura (Ez. 28:1519, Is. 14:12-17). Actualmente él se mueve en el aire o atmósfera de la tierra, como
príncipe de los ángeles caídos en este mundo (Ef. 2:2, 6:12, Jn. 12:31). La huesa es el
lugar de oscuridad o tinieblas desde donde ejerce su principado o reino de maldad
(Jd. 6, 2ª P. 2:4), también llamado infierno, ejerciendo su potestad sobre los hombres
sin Cristo o perdidos, al ser vendidos al pecado por causa de la desobediencia de Adán
(Ro. 7:14, Ro. 5:19, Col. 1:13).
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Después de este primer juicio, este Querubín se constituyó en adversario, enemigo u
opositor de Dios, que es lo que significa su nombre en hebreo (‘sätän), Satán o
Satanás (Job. 1:6-7, Sac. 3:1) y diablo en griego (diabolos), que también significa
tentador. Como siempre en la Biblia, los nombres denotan la naturaleza.
Como ya se mencionó, desde el principio se dictaminó el destino final del diablo y sus
ángeles: El lago de fuego eterno (Mt. 25:41) y esa sentencia no será cambiada, sin
embargo el diablo sigue suelto para realizar diversas funciones, como engañar a los
perdidos (2ª Co. 4:3-4), y aún a los hijos de Dios (Mr. 13:22, Ef. 4:14, Ap. 2:20). Esto
es necesario, entre otras ocsas, para que los creyentes lleguen a ser vencedores y
alcancen la excelencia que Dios se propuso desde que lo creó y formó (1ª P. 5:8-11, Ro.
12:21, Ef. 6:10-13, 1ª Jn. 2:13-14, 4:4, Ap. 12:10-11).
SENTENCIA PRÓXIMA DEL DIABLO
Cuando dé inicio la gran Tribulación, un período de siete años de juicios de Dios sobre
la tierra y sus moradores (Mt. 24:21-22), el diablo intentará establecer su reino en la
tierra mediante su encarnación: el Anticristo (2ª Ts. 2:3-12). Este período se
encuentra dividido en dos partes iguales de 3 ½ años, 1260 días, para ser exactos
(estudio incluido en las Verdades Dispensacionales). Antes de dar inicio a esta
semana de años, la iglesia vencedora será arrebatada para ser la Esposa de Cristo,
prefigurada como águilas (Mt. 24:28). En este punto se libra una batalla en el cielo (la
atmósfera) entre el diablo y sus ángeles y Miguel y sus ángeles, y es cuando el diablo
es echado a tierra y puede encarnar (Ap. 12:5-17), entendiendo que el hijo varón de la
mujer preñada tipifica a la iglesia de vencedores que fue tomada para el trono, y los
otros hijos son los demás cristianos que se quedaron para ser refinados. Así que en el
primer período el Anticristo lanzará su odio contra la iglesia que se quedó para ser
refinada y será el instrumento principal para tal propósito de Dios. A los 3 ½ años, la
iglesia será levantada para ir a la cena de las bodas (Mt. 24:29-31, Ap. 19:9), de modo
que, sin iglesia en la tierra, el diablo se lanzará contra el pueblo de Israel por los
siguientes 42 meses (Ap. 11:2, Ap. 13:1-8), es decir, 3 ½ años más, siendo el diablo
instrumento para refinar a las reliquias de Israel, que reconocerán al Señor Jesucristo
como su Mesías al fin de este tiempo de juicios (Ro. 9:27-28, 11:5-7, Ap. 7:1-4, Zac.
12:9-14).
En la batalla del Armagedón, Cristo y su Iglesia de vencedores, su Esposa,
descenderán el caballos para pelear contra el ejército de Satanás, concluyendo este
período con su derrota, la trinidad satánica, formada por el Dragón, el Anticristo y el
Falso Profeta, serán juzgados y sentenciados por el Señor: El Anticristo y el Falso
Profeta, serán lanzados vivos al lago de fuego eterno, como su destino final (Ap. 16:1214, 19:19-20); pero el diablo sólo será atado por mil años en el abismo, en reserva para
su última participación (Ap. 20:1-3).
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Con el diablo atado, las naciones no serán engañadas y se iniciará el reinado de Cristo
en la tierra, mil años de paz, sin ningún tipo de violencia (Ap. 20:6).
SENTENCIA FINAL DEL DIABLO
Después del milenio de paz, el diablo será suelto nuevamente, para que termine su
misión de engañar a las gentes y que se defina claramente quienes son de Dios y
quienes no lo son (Ap. 20:7-9). De modo que se levantará nuevamente un ejército del
diablo en contra del Señor, en esta ocasión de Rusia, que es Gog, gigante de Magog,
justo al norte de Jerusalén, pero el fuego de Dios los destruirá.
Es hasta ese momento en que la sentencia final sobre el diablo será ejecutada, pues
será lanzado al lago de fuego donde está la bestia (Anticristo) y el Falso Profeta, para
ser atormentados por la eternidad (Ap. 20:10).
Sus ángeles caídos, conocidos como espíritus inmundos o demonios, serán juzgados
en el juicio final del Gran Trono Blanco (2ª P. 2:4, Jd. 6), fungiendo como juez la
iglesia, para ser lanzados al lago de fuego compartiendo su destino con la trinidad
satánica, el infierno, la muerte y todos los hombres perdidos (1ª Co. 6:3, Mt. 25:41,
Ap. 20:14-15).
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