Año 1670. París I.

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Año 1670. París
I.- Situación política 1670
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En los últimos 100 años, el Imperio español ha pasado del estancamiento al
retroceso político y económico. Ahora reina Carlos II, el Hechizado, un
monarca débil y sin descendencia que significará en pocas décadas (1700) el
paso de los Habsburgo a los Borbones, con una Guerra de Sucesión por medio.
Estamos en tiempos de “validos,” en los que es habitual que los monarcas
deleguen los asuntos de gobierno. En España, el duque de Lerma con Felipe III,
el conde-duque de Olivares con Felipe IV y ahora Fernando de Valenzuela con
Carlos II. En Francia, los cardenales Richelieu y Mazarino con Luis XIII y ahora
Jean-Baptiste Colbert con Luis XIV.
El mapa geopolítico europeo señala seis grandes potencias: Francia, Reino
Unido, Suecia y los imperios ruso y otomano (al límite con Asia), aparte de
España. El Imperio Germánico es ya una ficción rota en pedazos, en particular
tras la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) que ha enfrentado a Ligas
Católicas y Uniones Evangélicas, con dos grandes bloques: España y el Imperio
fiel a Austria contra Francia, Suecia, Holanda y los príncipes protestantes.
Es época de revoluciones en diversos países. En Inglaterra y Holanda la
burguesía va tomando conciencia de su fuerza y se refleja en un mayor control
parlamentario. En España hay levantamientos en Cataluña (1640), en Portugal
(1637) y disturbios populares en Granada (1648), Córdoba y Sevilla (1652)
originados por la carestía de vida y el hambre. Sin embargo, todavía priman los
monarcas absolutos.
En Francia, Luis XIV, el rey Sol, mueve los hilos de Europa con una amplia
política de alianzas y permanentes conflictos armados. Casado con María Teresa
de Austria y después de renunciar a sus derechos al trono español, tiene gran
influencia sobre la política exterior de España. Preocupado por el éxito
comercial holandés, está planificando una invasión de las Provincias Unidas,
con el apoyo de Suecia, algunos estados alemanes y España.
Estamos al final del reinado del Zar Alexis y Rusia era un extenso estado sin
salidas al mar y anclado en sus tradiciones. En dos años morirá Alexis y en 1689
Pedro I el Grande es proclamado Zar. Emprende multitud de reformas y traslada
la capital de Moscú a la nueva ciudad de San Petersburgo, con salida al Báltico.
II.- Sociedad 1670
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A lo largo del siglo XVII ha ido afianzándose el individualismo, lo subjetivo, el
espíritu crítico, el afán racionalista, el gusto por la investigación y la ciencia, el
espíritu de empresa y una tendencia al refinamiento en el gusto.
Desde principios de siglo ha venido desarrollándose en toda la Europa católica
una nueva visión estilística fastuosa, el barroco, que se utilizará como marca de
identidad de la contrarreforma y pasará a ser todo un “arte de Estado”, dispuesto
a glorificar al soberano. El palacio de Versalles puede ser todo un símbolo y en
España la arquitectura barroca ha encontrado su prototipo en unas iglesias con
retablos recargados, en una variante denominada churrigueresca. Es la época de
Rubens, Rembrandt, Vermeer, Bernini, Giordano o Velásquez.
La Inquisición sigue haciendo de las suyas, aunque con una apariencia más
civilizada. Son típicos los autos de fe que se celebran en plazas mayores como
las de Madrid o Zocodover en Toledo.
Estamos en años de los nuevos desarrollos científicos de Newton o Leibniz y de
las corrientes filosóficas de Spinoza o Locke. Ya han pasado Descartes, Kepler,
Pascal o Torricelli.
En 1661 se ha fundado el primer periódico español, la Gazeta Nueva, que no
tardaría en convertirse en publicación semanal y en 1697 pasaría a denominarse
Gaceta de Madrid. Más tarde se convertiría, con Carlos III, en órgano oficial del
gobierno.
Ha mejorado el nivel educativo, principalmente en las ciudades, aunque en el
campo la gran mayoría siguen siendo analfabetos.
La cultura más tradicional se refugia en unas universidades poco dispuestas al
cambio y el dinamismo de la «ciencia nueva» encuentra acomodo en las
Academias reales.
Dom Perignón, monje benedictino, “inventa” un vino espumoso que lanza a la
fama a la región francesa de Champagne.
III.- Demografía 1670
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La población mundial a finales del XVII debía andar por los 600 millones,
unos 50 millones más que hace un siglo. América aun continuaba siendo un
continente poco poblado, por debajo de los 15 millones de habitantes. Entre
Europa del Este y Rusia, algo más de 40 millones. Asia unos 375 millones
(algo más de 100 en China) y África poco más de 60. Europa Occidental
estaría por los 75-80 millones de habitantes, unos cinco o diez millones por
encima de la cifra de hace 100 años y esta creciendo con fuerza en las últimas
décadas.
La población en España y en Alemania ha incluso disminuido en los últimos
100 años y en el resto de Europa sólo ha crecido muy ligeramente, por efecto
de pestes, guerras, hambres, alta mortalidad infantil y pérdidas de población
por emigración (alrededor de un millón de europeos a lo largo del siglo XVII
con destino al nuevo mundo).
Lo que sí ha crecido mucho es la población de las ciudades. En cabeza París y
Londres, con medio millón de habitantes cada una. Ámsterdam ha
multiplicado por tres su población desde 1570, superando ahora las 200.000
personas. Lisboa es la ciudad más poblada de la península con unos 150.000
habitantes, seguida de Madrid, que ha multiplicado por tres o cuatro sus
habitantes en 100 años, superando ya los 100.000, algo por encima de Sevilla.
Barcelona está en los 40.000 vecinos. Salamanca y Medina ya no alcanzan los
20.000 habitantes.
IV.- Gobierno 1670
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Francia y España eran los prototipos del absolutismo, en que el rey actúa sin
trabas, por encima de las leyes. En ambos países hubo revueltas y periodos de
inestabilidad política (en Francia, la Fronda duró cinco años, 1648-1653) pero no
cambiaron el sistema. Incluso el absolutismo era más acusado en Francia al no
tener el monarca, como en España, que aceptar leyes, costumbres y privilegios
históricos de los diversos reinos que constituían la Corona.
En ambos países había un Consejo de Estado, pero mientras que en España tenía
funciones principalmente consultivas, en Francia era un organismo ejecutivo. En
España seguían existiendo otros diversos Consejos por reinos (el más importante
el de Castilla) o por funciones (Guerra, Hacienda,...). En Francia es a partir de
1650 cuando se separan otros Consejos, como el de Despachos, Finanzas o
Conciencia (temas religiosos).
En la Francia de Luis XIV había, además, cuatro secretarios de estado (asuntos
exteriores, guerra y marina, casa del rey y asuntos protestantes) más un canciller
(jefe de justicia y guardián del sello real) y un inspector general de finanzas
(cargo creado en 1665 para Colbert)
V.- Dinero 1670
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En Gran Bretaña, Carlos II de Inglaterra había decidido en 1661 que el oro
constituyese el patrón de la libra esterlina, quedando fuera la plata. Los recortes
en monedas de oro y plata eran frecuentes, a pesar de las penas, y se procedió a
reacuñaciones y nuevas monedas con menor peso que las antiguas. En 1696
Newton asumió el puesto de inspector de la Casa de la Moneda.
En la Francia de Luis XIV las monedas de referencia eran los luises de oro y los
francos de plata. La moneda española de dos escudos era muy conocida y se la
conocía por “pistole” (pistola).
En la España de Carlos II las monedas de referencia eran las mismas que hace
100 años, en tiempos de Felipe II: el escudo de oro y el real de plata. Se habían
producido, sin embargo, diversos cambios. Con Felipe III se generalizaron las
monedas de cobre de mala calidad (maravedíes) y por razones de prestigio, pero
sin uso normal, se acuñaron unas monedas de gran peso: el centén de oro (100
escudos y casi 360 gr. de peso) y el cincuentín de plata (50 reales y 160 gramos).
En 1663, se acuñaron unos nuevos reales de a 8 con el busto de Felipe IV. Las
monedas de cobre fueron sucesivamente reselladas para aumentar su valor en
maravedíes (hasta un 50%), declive que continuaría con Carlos II. La pieza de 8
escudos, iniciada en tiempos de Felipe III, se generalizó con la denominación de
onza. La relación oro/plata estaba alrededor de 15 a 1. En maravedíes, un escudo
estaba en 476 (en 1652) pero subió a 968 con la reforma de 1686. Igualmente el
real de plata pasó de 34 a 51 maravedíes.
VI.- Actividad económica 1670
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En España la situación económica era catastrófica, con una agricultura agotada,
unas finanzas públicas en práctica bancarrota y un comercio con las colonias en
crisis. La crisis agrícola se ha contagiado a actividades industriales y comerciales.
La industria textil ha sufrido un gran retroceso.
En Europa el comercio marítimo se realizaba con unos 20.000 barcos, de los que
una gran mayoría eran holandeses (unos 15.000), dejando muy atrás a ingleses
(3.000 ó 4.000) y más aun a franceses y españoles.
La doctrina político-económica predominante era el mercantilismo, que
consideraba el comercio internacional como su eje principal, como medio de
conseguir aumentar sus reservas de oro y plata. La variante francesa recibiría el
nombre de colbertismo en referencia al ministro Jean-Baptiste Colbert.
La pujanza económica europea proviene principalmente del Norte de Europa y en
particular de las Provincias Unidas.
Antonio Pulido, Momentos estelares de Econolandia
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