ACTITUD DIAGNÓSTICA - TERAPÉUTA ACTUAL Canarias Pediátrica, Vol.24 - nº 1 - Enero-Abril, 2000 ACTITUD DIAGNÓSTICA ANTE UNA MASA ABDOMINAL EN LA INFANCIA R. Ramos*, J.C. Rodríguez-Luis**, J. Gómez*, M. Domínguez**, R. Pérez** *Departamento de Pediatría. Unidad de Oncología. Hospital Nuestra Señora de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife. **Departamento de Pediatría. Unidad de Oncología. Hospital Universitario de Canarias. La Laguna. La manera más común de presentarse una tumoración maligna abdominal en el niño es mediante la constatación de una masa palpable. Sin embargo, en más de la mitad de los casos, esta palpación corresponderá a crecimientos no malignos o a condiciones pseudotumorales como la presencia de impactaciones fecales o vejiga urinaria llena. Los datos que el pediatra debe obtener de una correcta y minuciosa anamnesis y exploración física son relevantes para confirmar que se trata de una auténtica proliferación tumoral, y para evaluar su situación, procedencia y extensión. La sospecha clínica inicial generalmente si está bien fundamentada puede confirmarse con estudios inicialmente básicos de analítica sencilla y radiología. Evidentemente se precisan luego estudios más complejos que asentarán el diagnóstico inicialmente planteado, la extensión definitiva de la neoplasia y sus características biológicas y citogenéticas. Completado este proceso, podemos proporcionar al niño el tratamiento más eficaz a la luz de las mejores evidencias científicas disponibles en la actualidad. ANAMNESIS. SOSPECHA CLÍNICA INICIAL Usualmente los síntomas acompañantes son causados por el crecimiento de la propia masa tumoral y por la alteración de los órganos en los que se asienta o a los que invade o comprime. Otras veces los síntomas de presentación son “inusuales” y el diagnóstico por tanto más dificultoso, esto ocurre aproximadamente en el 10-15% de los tumores pediátricos, y la neoplasia más comunmente asociada con estas presentaciones inusuales es el neuroblastoma. Podemos considerar tres grandes grupos de síntomas en las masas abdominales del niño: inespecíficos y por tanto de presentación en cualquier masa de asiento en el abdomen, sugestivos de determinados tumores e indicativos de diseminación metastásica. 57 Actitud diagnóstica - Terapéutica actual Cualquier tumoración abdominal es fácil que ocasione síntomas como distensión, irritabilidad, nauseas, vómitos o alteraciones del ritmo intestinal. Sin embargo, otro grupo de síntomas son indicativos de localización más precisa: la presencia de síntomas urinarios sugiere tumoración de asiento renal o bien retroperitoneal no renal que pueda invadir o comprimir la vía excretora. El sangrado digestivo bajo con cuadro oclusivo indica fehacientemente el asiento de la tumoración en tracto intestinal dando lugar a invaginación y/o obstrucción, cuadro frecuente en los linfomas intestinales. La sudoración, pérdida de peso y prurito sugiere enfermedad de Hodgkin. La ictericia obstructiva es propia de tumores de vías biliares o hepáticos, los signos de virilización en niños o puberales en niñas pequeñas sugieren tumores ováricos, suprarrenales o a veces hepáticos. Además es preciso investigar en la anamnesis la presencia de dolores óseos localizados o difusos, síntomas respiratorios que sugieran metástasis pulmonares o pleurales, fácil sangrado, cansancio por anemia, etc. TIPOS DE SÍNTOMAS DE LAS MASAS ABDOMINALES Inespecíficos Masa palpable Específicos Hematuria De diseminación Dolor óseo localizado Distensión Naúseas Vómitos Hipertensión Cólico nefrítico Sangrado digestivo Dolor óseo difuso Adenomegalias Nódulos cutáneos Irritabilidad Estreñimiento Ictericia Cuadro oclusivo Paraparesia Síntomas respiratorios Diarrea Sangrado o masa vaginal Diarrea crónica Opsomioclonus Sudoración y prurito Virilización Cushing EXPLORACIÓN FÍSICA. DATOS RELEVANTES A OBTENER Es importante tener en cuenta que se pueden obtener signos muy valiosos no sólo de la cuidadosa palpación del abdomen, sino de una valoración precisa del resto de los órganos y aparatos. Cuando se examina el abdomen sobre todo en los niños más pequeños, recordar que algunas estructuras como hígado, bazo, riñones, aorta abdomi58 Canarias Pediátrica, Vol.24 - nº 1 - Enero-Abril, 2000 nal, marco cólico, masas fecales, columna y vejiga repleta son a menudo palpables en este grupo de edades. En ocasiones si se plantean dudas será preciso explorar de nuevo al niño tras evacuar el intestino con enemas, o la vejiga con sondaje o micción espontánea, muchas veces desaparece la masa palpable que en realidad era un “pseudotumor”. La palpación de la masa debe recoger la mayor cantidad de datos: · Localización precisa. Superficie y bordes. · Tamaño en cm. en todos sus diametros. · Movilidad a la palpación y con movimientos respiratorios. · Consistencia: blanda, firme, elástica, dura. · Contacto lumbar. La finalidad de esta precisa palpación es que los datos de la exploración, sumados a los de la anamnesis conduzcan a precisar el origen de la tumoración: renal, retroperitoneal no renal, hepática o de vía biliar, gastrointestinal o de la esfera genital. Además el examen físico debe necesariamente incluir el tacto rectal y la inspección vaginal en las niñas. El examen necesariamente se completa con la búsqueda de signos que pueden ser de tanta importancia como la valoración de la propia masa abdominal: · Adenomegalias significativas a cualquier nivel. · Signos de compresión de cava inferior (varicocele, edema de EE II). · Nódulos cutáneos o cuadro purpúrico. · Zonas de hipoventilación por consolidación o derrame a la auscultación pulmonar · Fuerza, movilidad y ROT de EE II buscando datos de compresión medular espinal. · Palpación cuidadosa ósea en busca de zonas dolorosas localizadas metastásicas o difusas por infiltración de médula ósea. · Valoración oftalmológica en busca de movimientos anormales, equímosis palpebrales, anomalías del iris. En un enfoque general de los tumores abdominales, distribuyendo los pacientes por grupos de edad, observamos que en el período neonatal, el 90% son benignos y corresponden a malformaciones (renales, digestivas), teratomas y tumores embrionarios. En lactantes, el 50% son malignos, predominando el neuroblastoma y tumor de Wilms. En preescolares persiste la predominancia de neuroblastoma y tumor de Wilms, apareciendo también linfomas, rabdomiosarcomas, hepatoblastomas y otros. En escolares y adolescentes, tienden a desaparecer del “ranking” algunos como neuroblastoma, hepatoblastoma y tumores embrionarios, predominando los tumores linfoides y mesenquimales. 59 Actitud diagnóstica - Terapéutica actual CLASIFICACIÓN DE LAS MASAS ABDOMINALES SEGÚN LOCALIZACIÓN A.- PARED ABDOMINAL Benignas: Abcesos. Hematomas. Angiomas. Hernias. Adenomegalias reactivas. Malignas: Radomiosarcomas. Linfomas. Hemangiopericitomas. Otros sarcomas. Metástasis (neuroblastoma, leucemia). En la gran mayoría de casos, los tumores (masas) de pared abdominal son de fácil diagnóstico por anamnesis, inspección y palpación. En caso de duda se realizará ecografía y biopsia. B.- INTRAPERITONEALES Higado y vías biliares Benignas (30%): Hemangioendotelioma. Hemangioma. Teratoma. Hiperplasia nodular. Hamartoma. Quistes y Abcesos. Quiste de colédoco. Malignas (70%): Hepatoblastoma. Hepatocarcinoma. Sarcomas y Metástasis (Linfoma, Histiocitosis, Neuroblastoma, T. Wilms). La forma más común de presentación es la hepatomegalia, que si bien puede ser difusa y plantear diagnóstico diferencial muy amplio, en otras ocasiones es asimétrica, lo que orienta directamente hacia patología tumoral. La edad del niño nos puede orientar tanto en el aspecto diagnóstico como pronóstico. En recién nacidos y lactantes pequeños, el más frecuente es el hemangioendotelioma (tumor benigno). En la edad preescolar, es más frecuente el hepatoblastoma, que por otra parte supone el 55% de todas las neoplasias primarias del hígado. En escolares y adolescentes, predomina el hepatocarcinoma con pico de máxima incidencia a los 12 años. Bazo Benignas: Absceso. Quiste. Hematoma. Hemangioma. Malignas: Linfomas y Leucemias. Las masas observadas en el área esplénica y flanco izquierdo, corresponden casi siempre a esplenomegalia. Pero pueden ser de origen renal o perirenal, en este caso tienen a la palpación contacto lumbar y son fijas “no se desplazan con el movimiento diafragamático”. En otros casos corresponderá al lóbulo hepático izquierdo, a un fecaloma o incluso a tumoración ovárica. 60 Canarias Pediátrica, Vol.24 - nº 1 - Enero-Abril, 2000 Intestino y mesenterio Benignas: Fecalomas. Plastrones. Linfangiomas. Malformaciones. Malignas: Linfomas. Leiomiosarcoma. Epitelioma tipo adulto. Este es el grupo de presentación más polimorfa, tanto por la clínica, como por los hallazgos exploratorios; requiere habilidad diagnóstica y uso adecuado de exámenes complementarios. C.- RENALES Y RETROPERITONEALES Benignas: Hidronefrosis y malformaciones renales. Trombosis renal. Hematoma suprarrenal. Ganglioneuroma.Teratoma benigno. Adenoma corticosuprarrenal. Feocromocitoma. Quiste. Pseudoquiste. Adenoma de páncreas. Malignas: Neuroblastoma. Tumor de Wilms. Linfoma. Sarcomas. Teratoma maligno. Nesidioblastoma y epitelioma de páncreas. La gran mayoría de los tumores abdominales (65-80%), se encuadran dentro de éste grupo, especialmente en lactantes y preescolares, disminuyendo su frecuencia relativa al 40% a partir de los 6-7 años de edad. Los más frecuentes y ampliamene conocidos, son el neuroblastoma y el tumor de Wilms. Los tumores de pancreas son extremadamente raros en la infancia. D.- PELVIS Y ANEXOS Benignas: Teratoma. Ganglioneuroma. Quiste ovárico. Hidrocolpos. Hematocolpos. Globo vesical. Fecaloma. Malformación genitourinaria. Embarazo. Malignas: Teratoma maligno. Rabdomiosarcomas. Neuroblastoma. Tumores de células germinales. Linfoma. La sospecha de una masa en la cavidad pélvica, nos obliga de forma inexcusable a complementar la exploración con tacto rectal. Debe descartarse la existencia de embarazo en las adolescentes. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS PRIMER NIVEL Pruebas elementales, de uso común, económicas, poco invasivas, pero de gran importancia. Bien interpretadas pueden ser suficientes para, junto a la clínica, establecer el diagnóstico definitivo. · Hemograma. Por sí solo puede confirmar algunos diagnósticos, como leucemia, linfoma y neuroblastoma que invadan medula ósea. · Perfil bioquímico, perfil enzimático, ionograma: Refleja las alteraciones renales o hepáticas si las hubiese. 61 Actitud diagnóstica - Terapéutica actual · Orina A y S. · RX abdomen simple: buscar efecto masa, calcificaciones y su forma de manifestarse, visceromegalias, niveles hidroaéreos, etc. · RX torax: puede evidenciar metástasis o derrame pleural. · Ecografía abdominal: Considerada actualmente uno de los pilares fundamentales para el estudio de las masas abdominales, tal es su importancia que ha relegado a un segundo plano a la urografía endovenosa, la angiografía, y otros procedimientos radiográficos que hasta hace unos años se consideraban de importancia capital. El examen ecográfico se ha consolidado como la primera técnica de diagnóstico por imagen en el estudio de las masas abdominales, tal es así que la ecografía es por sí sola suficiente para acometer el tratamiento de un gran número de masas abdominales. Como ejemplo de su utilidad, véase la sistemática a seguir cuando detectamos una masa en fosa renal (Fig.1). Cuando tras la anamnesis y los exámenes de primer nivel se confirme el diagnóstico de tumor abdominal, los pacientes deben ser remitidos a centros de referencia para continuar su evaluación ECOGRAFIA DE MASA EN FOSA RENAL EXTRARRENAL INTRARRENAL SOLIDA UNICA Quiste benigno SOLIDA QUISTICA QUISTICA MULTIPLE T. de Willms Carcinoma renal Continuidad pielocalicial NO Neuroblastoma Ganglioneuroma Sarcoma Linfoma Hematoma Duplicación Linfangioma SI Hidronefrosis Enfermedad multiquística Megacaliosis Ureter dilatado Tabicación Fina Riñón displásico multiquístico SI Gruesa Nefropatía poliquística del adulto Obstrucción baja Fig. 1 62 NO Obstrucción pieloureteral Canarias Pediátrica, Vol.24 - nº 1 - Enero-Abril, 2000 SEGUNDO NIVEL Pruebas específicas a realizar de forma dirigida de acuerdo con la sospecha diagnóstica. Pueden tener además un importante valor para establecer el pronóstico y como criterio evolutivo. Marcadores tumorales séricos (s) y urinarios (o) Marcador LDH (s) Tumor Todos Alfafetoproteina y Beta HCG (s) Ferritina (s) Hepatoblastoma, Germinales Neuroblastoma, Linfoma, Leucemia Beta 2 microglobulina (s) Enolasa neuroespecífica (s) Linfoma, Leucemia Neuroblastoma, Neuroectodérmicos Fosfatasa alcalina (s) Eritropoyetina (s) Oseos, Hepáticos Willms ¿ Catecolaminas y metabolitos (o) Neuroblastoma Estudios hematológicos, citológicos e histológicos Prueba Aspirado médula ósea Tumor Linfoma, Neuroblastoma, Sarcomas Biopsia médula ósea Citología LCR Linfoma, Neuroblastoma Leucemias, Linfomas Citología líquido peritoneal Citología orina Tumores con ascitis Tumores renales y de vías urinarias Punción-aspiración aguja fina (PAAF) Cualquier masa Técnicas de imagen TAC y RMN: Delimitan con precisión el tumor y detectan posibles metástasis o infiltración en proximidades (ganglios, vasos, otros órganos). Son de gran utilidad para el cirujano. 63 Actitud diagnóstica - Terapéutica actual Estudios con isótopos MIBG-I: específico para tejido cromafín, de enorme utilidad para el diagnóstico y estudio de extensión del neuroblastoma y feocromocitoma. Galio-67: muy útil para estudio de linfomas, especialmente Hodgkin. Tecnecio y Talio: para estudio de afectación ósea metastásica o primaria. Actualmente se realizan también diversos test de biología molecular y citogenética que tienen un enorme valor para establecer subtipos diagnósticos que a su vez nos ayudan a realizar un tratamiento más idóneo, a dar un pronóstico preciso y a detectar la enfermedad mínima residual. BIBLIOGRAFÍA 1. Álvarez AM, Alfar J, Pineda G: Tumores malignos de abdomen y pelvis en el niño. Pediatr Integral 1995; 1: 51-58 2. Lanzkowsky P: Manual of pediatric hematology and oncology. 2ª ed. New York: Churchill Livinstone; 1995 3. Muñoz A, Madero L: Hematología y oncología pediatrícas. 1ªed. Madrid: Ed. Ergón S.A.; 1997 4. 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