presión arterial | rx Presión arterial Fuerza del torrente foto www.latinstock.com.ve / Ragnar Schmuck / zefa / Corbis Junto a la temperatura corporal, la presión arterial es el parámetro de salud más frecuentemente medido. Cuando sobrepasa los rangos normales –en forma asintomática en la mitad de los casos– puede ocasionar patologías severas, a veces mortales / María Cristina Sanhueza Al igual que el agua potable, que ingresa a los edificios por un grueso ducto principal para luego distribuirse a los diferentes apartamentos, la sangre del organismo es bombeada desde el corazón por la arteria aorta hacia la red de vasos sanguíneos, que se ocupa de transportarla fluidamente a todo el cuerpo con su carga de oxígeno y nutrientes. Esa sorprendente dinámica biológica se cumple gracias a la acción de la presión arterial, definida como la fuerza ejercida por el torrente sanguíneo sobre las paredes de las arterias, un mecanismo imprescindible para impulsar su circulación. La sangre fluye tan enérgi- Conformado por el corazón –que late más de 100 mil veces en un día– y 96 mil kilómetros de vasos sanguíneos (diferenciados en arterias, venas y capilares), el aparato circulatorio asegura el movimiento ordenado y continuo de la sangre por el organismo. camente hacia las arterias de mayor calibre que imaginar un corte en ellas supone enfrentarse a un chorro de un metro de alto. Alta y baja La presión arterial máxima –denominada sistólica– corresponde al inicio del ciclo cardíaco, cuando el corazón se contrae para impulsar el torrente hacia las vías circulatorias. La más baja –conocida como diastólica– se registra cuando el órgano se relaja y descansa entre un latido y otro, disminuyendo su potencia sobre los vasos. 31+SALUD rx | presión arterial Los pacientes hipertensos o hipotensos jamás deben cambiar la dosis prescrita o abandonar el fármaco indicado sin consultar con su médico tratante en el manómetro (en primer término el mayor, seguido del menor). Valores por encima de 140/90 milímetros de mercurio son indicativos de hipertensión o presión alta, mientras que por debajo de 90/60 revelan hipotensión o presión baja. En pacientes con diabetes mellitus o con trastornos cardíacos o renales el objetivo terapéutico es mantener la presión por debajo de 130/80 milímetros. Monitoreo particular Los valores convencionalmente considerados normales para una persona con más de 18 años son de hasta 140 para la presión mayor o sistólica y 90 para la menor o diastólica, precisa Emiro Flores, internista del Centro Médico Quirúrgico Vidamed. El especialista aclara que si bien la presión arterial es conocida popularmente como tensión arterial, el término “tensión” no es correcto porque se refiere más bien a la reacción elástica de las arterias que a la compresión sanguínea ejercida sobre ellas. Lectura sencilla Conocido comúnmente como tensiómetro (el término médico es esfigmomanómetro), el aparato manual para medir la presión (también los hay electrónicos de formato digital) consta básicamente de un brazalete inflable (que se coloca alrededor del antebrazo izquierdo), una pera de goma para insuflarlo, un manómetro aneroide o de mercurio para medir la presión de aire aplicada y un tubo conector. En centros de cuidados intensivos y en casos especiales la presión se mide en forma intraarterial mediante la inserción de una cánula. El procedimiento para medir la presión arterial es rápido y sencillo: el médico ausculta al paciente (quien debe estar en actitud relajada) colocando un estetoscopio sobre su arteria, la cual se va comprimiendo gradualmente a medida que se expande el brazalete inflado en el antebrazo. En pacientes sin brazo izquierdo o con el brazo quemado, el brazalete se puede poner en el tobillo, precisa Flores. La presión sistólica se registra cuando ya no se percibe pulso en el brazo. Luego, se desinfla el brazalete y se mide la presión diastólica, en el momento en que la sangre vuelve a fluir libremente. Ambos parámetros aparecen expresados 32+SALUD Hoy los médicos prestan especial atención a la elevación de la presión sistólica –desencadenante de eventos cerebrovasculares– en personas mayores de 50 años. Además, otorgan suma importancia a la diferencia entre ambos índices (el de la sistólica y el la diastólica): mientras mayor se revele, más alto es el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Vale anotar que si la presión se revela mínimamente alta, y aún no existe daño orgánico, se debe realizar una medición en distintos momentos del día, porque suele presentar variaciones. Nissim Abecasis, cardiólogo, internista y especialista en hemodinamia del Centro Médico de Caracas, explica que la variabilidad determinada por el ritmo circadiano o biológico puede ser riesgosa en ciertos casos: si bien es normal que al despertar la presión tienda a subir, impulsada por la liberación de adrenalina y cortisol (que favorecen la vasoconstricción y la aglomeración de plaquetas), en algunas personas esa variabilidad contribuye a obstrucciones vasculares, que pueden manifestarse en trastornos cerebrovasculares o cardiovasculares: de ahí la ocurrencia ocasional de esos dramáticos eventos en horas de la madrugada. Enemigo silencioso Socia indiscutible de trastornos renales y vasculares, enfermedad cardíaca coronaria, diabetes mellitus, arterioesclerosis, obesidad, hipertiroidismo y tumores adrenales, la hipertensión descarga su artillería apuntando a los llamados “órganos blancos” del cuerpo: corazón, cerebro, riñones y vista. Se calcula que la enfermedad afecta a alrededor de mil millones de personas en el mundo (uno de cada tres adultos) y anualmente causa la muerte de siete millones. El aumento de la longevidad y el estilo de vida actual (caracterizado por una actividad física disminuida y una alimentación foto www.latinstock.com.ve / Robert Llewellyn / zefa / Corbis presión arterial | rx rica en grasas y sodio) han situado a la hipertensión como un problema de salud pública. Aunque suele asegurarse que las mujeres presentan menos problemas de presión alta que los hombres, Abecasis señala que por cada 20 milímetros de aumento en la sistólica y 10 en la diastólica, a partir de 110/70, el riesgo de enfermedad coronaria se duplica en ambos sexos por igual. La hipertensión hace trabajar con mayor fuerza al corazón, contribuyendo con la formación de depósitos de grasas y fibras dentro de las paredes arteriales (ateromas) y con el engrosamiento y la debilidad del órgano. Estas alteraciones pueden producir insuficiencia cardíaca o renal y accidentes cerebrovasculares. En la mitad de los casos, la hipertensión transcurre sin síntomas, produciendo daños en forma silenciosa. Sin embargo, algunas veces genera ciertas señales como dolor de Se calcula que la hipertensión afecta a 1.000 millones de personas en el mundo (uno de cada tres adultos) y causa anualmente la muerte de 7 millones cabeza o de pecho, sudoración, falta de aire, alteraciones visuales, vahídos, confusión, zumbidos en los oídos e, incluso, hemorragias nasales. Existen dos tipos de hipertensión: Primaria (afecta a 80% de los pacientes). Se desconoce la verdadera causa de la presión arterial elevada. Sin embargo, se han identificado factores relacionados con su desarrollo: • Predisposición genética: su influencia aún no está cuantificada, pero hoy se trabaja intensamente en marcadores genéticos de presión alta. • Raza: las personas de origen afroamericano tienen un alto riesgo de padecer la condición y son más propensas a presentar hipertensión severa. • Edad avanzada: con los años se endurecen las paredes arteriales. 33+SALUD rx | presión arterial En 5 a 10% de las mujeres jóvenes que sufren de hipertensión la condición está vinculada al uso de anticonceptivos orales • Sedentarismo: aumenta la grasa corporal, la glicemia y la tendencia a la trombosis. • Alta ingesta de sodio (sal): incrementa la retención de líquidos y agrava el cuadro clínico. • Anticonceptivos orales: aumentan la retención de agua y sal y alteran la respuesta de la pared arterial. • Tabaquismo: promueve la vasoconstricción y el endurecimiento de las arterias. • Alcoholismo: produce daños al músculo cardíaco. • Diabetes mellitus: la resistencia a la insulina provoca contracción de los vasos sanguíneos y, en consecuencia, aumento de la presión. • Obesidad: se sabe que a medida que incrementa el índice de masa corporal (IMC) se eleva la presión arterial. • Arterioesclerosis: el endurecimiento de las arterias de mediano calibre afecta su respuesta al flujo sanguíneo. • Ateroesclerosis: las placas de lípidos adheridos a las paredes arteriales comprometen su distensión. Secundaria. Es la presión arterial elevada causada por ciertas patologías, entre ellas las enfermedades endocrinas o renales. En ocasiones, la hipertensión secundaria se corrige al tratar la enfermedad de origen. Calidad de vida “La realidad nos indica que controlar la hipertensión disminuye más de un 20% el riesgo de un ataque cardíaco y hasta un 40% el de enfermedades cerebrovasculares”, precisa Abecasis. El cardiólogo recomienda a toda persona mayor de 18 años medirse periódicamente la presión y acudir de inmediato a consulta de encontrarla alterada. Salvo en casos muy puntuales, como el del obeso extremo que logra bajar de peso, el tratamiento con fármacos 34+SALUD diarios es usualmente de por vida. Los medicamentos, precisa Abecasis, apuntan a evitar la vasoconstricción y producir vasodilatación mediante diferentes mecanismos: bloqueantes del calcio, bloqueantes de los receptores de la angiotensina II, convertidores de angiotensina, inhibidores de enzimas, diuréticos y betabloqueantes son parte del arsenal terapéutico del cual dispone el especialista. Más allá del tratamiento con fármacos, los médicos coinciden en calificar como crucial incorporar ciertas medidas para ganar calidad de vida: • Seguir una dieta baja en calorías y en sal, con abundancia de frutas y vegetales. • Mantener una actividad física regular. • Evitar el sobrepeso. • Abandonar el tabaquismo y el consumo de alcohol. ¿Y la hipotensión? Se puede afirmar que la presión arterial habitualmente más baja de lo normal vela por la salud de su dueño: no causa mayores problemas y es una suerte de seguro de vida. Sólo adquiere importancia cuando viene acompañada de mareos, desmayos, vértigos o problemas estomacales, e interfiere en la vida cotidiana; pero, incluso así, es de fácil tratamiento. Sin embargo, al igual que la fiebre, la hipotensión puede ser el anuncio de una condición severa y requerir atención médica urgente: es el caso del shock ocasionado por infecciones graves, hemorragias, anafilaxia, insuficiencia o arritmia cardíaca. Si la hipotensión priva de oxígeno al organismo puede producir daños severos al corazón, al cerebro y a otros órganos. Además, en pacientes coronarios la disminución de la presión arterial (por debajo de 60 milímetros de mercurio la menor) puede agravar la patología comprometiendo la circulación en las arterias correspondientes, precisan los especialistas. • F u e n t e s c o n s u lta d a s º Nissim M. Abecasis S., cardiólogo, internista y especialista en hemodinamia. Centro Médico de Caracas. º Emiro Flores, internista. Centro Médico Quirúrgico Vidamed. º www.medlineplus.gov / www.kidney.niddk.nih.gov