451 En aquellos parajes, el Tajo, lejos de erosionar, realizaría más

Anuncio
DE HISTORIA NATURAL
451
En aquellos parajes, el Tajo, lejos de erosionar, realizaría más
bien acaso un trabajo de sedimentación, favorecida—bien que a
una escala infinitesimal: es evidente—por la presa de la primera de
las fábricas hidroeléctricas escalonadas en el torno en cuestión.
En síntesis, el meandro de Toledo no ha obedecido nunca a
causas exclusivamente tectónicas; es de origen más reciente que
el que suele atribuírsele, y su socave puede haber sido facilitado a
la vez por las cascadas y por las diaclasas, mas no producido por
estas últimas (1). La edad de aquél arrancaría del terciario.
Recapitulando cuanto queda dicho, nos podemos permitir hacer
un juicio de conjunto, una geografía comparada, si se quiere, de
los cuatro meandros descritos.
El del río Quadajoz, en Castro del Río, constituye un meandro
de encajamiento
incipiente.
El del río Quadalete, en Arcos de la Frontera, nos da idea de
un meandro muv encajado,
pero sin ahondar más allá de una misma formación estratigráfica.
El del Guadalquivir, en Montoro, y sobre todo el del Tajo, en
Toledo, representan el caso de meandros tan profundamente
encajados en una formación, que han acabado por descubrir otra
formación infrayacente, hollándola,
imponiéndose el río a ella, a
pesar de su dureza; y no ella al río.
Honran este modesto ensayo dos magníficas vistas panorámicas
de Toledo, obtenidas por el Sr. Alonso. A éste, por el servicio que
(1) Como otro testimonio aún, favorable a nuestra tesis respecto al
origen erosivo del meandro que el Tajo excavó en torno a Toledo, estimamos el hecho de que junto al Puente del Arzobispo, en el límite
entre la provincia toledana y Extremadura, penetre el río en un valle
transversal a las estribaciones de la Sierra de Altamira y del Puerto de
Miravete. «Este pintoresco e imponente cañón (dice Willkomm) llega a
no tener más anchura que 15-20 m. en la Cerrada de Monfragüe y en los
saltos del Corzo y del Gitano, encerrado entre paredes y peñascos majestuosos»-—Dr. Moritz Willkomm: Die P\>renaische Halbinsel, tomo I,
página 58; Leipzig, 1884.—Traducción inédita del autor.
Descargar