La necrópolis de Millares consta de casi un centenar de tumbas colectivas que reciben el nombre de “Tholos”. No todas las tumbas son iguales, pero sí tienen la misma estructura en tres partes: atrio, corredor y cámara. En el atrio, o entrada, se encuentran los restos de cerámica más rica, usada como ritual durante las ceremonias de entierros. El corredor consta de varios tramos separados por losas de pizarra perforadas. La cámara donde descansan los huesos del muerto con el correspondiente ajuar (cuchillos, hachas, punzones, flechas, vasijas de cerámica, figuras, collares, ídolos, pulseras...) Podía tener tres o cuatro metros de diámetro y un zócalo de láminas de pizarra. Se cubre mediante “falsa cúpula”.