Las aspiraciones soberanistas de Artur Mas han encontrado en

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CATALUÑA QUEDARÁ FUERA DE LA UNION EUROPEA
Ramón Lavín.
Periodista. Corresponsal en Bruselas
El señor Artur Mas que es una persona inteligente y bien formada lo sabe de sobra, cualquier país
que quiera la adhesión a la Unión Europea debe proceder a una negociación para establecer las
condiciones de su integración, lo que se plasma en un Tratado de Adhesión que debe ser ratificado
unánimemente por todos los parlamentos de los Estados miembros. Si Cataluña se desliga de
España, ya no forma parte de un Estado socio de la UE y por lo tanto debe proceder a una nueva
adhesión.
En ese momento es verdad que el gobierno de España podría ejercer su derecho a veto, habrá que
ver cuando eso ocurra cuales son las circunstancias del entorno, en que momento socio-económico
se esta viviendo, si es interesante o no, etc. El rechazo absoluto no sería una actitud lógica, ante un
nuevo candidato en una asociación que tiene como principio estar abierta a todos los posibles
nuevos socios, pero si sería desde luego posible que el gobierno de España imponga unas
condiciones sino draconianas, muy exigentes, sin olvidar que en ese momento y adivinando que el
País Vasco puede seguir una línea similar, España se quedaría sin las dos salidas naturales a Europa,
los dos extremos de los Pirineos. Las exigencias de unos y otros se dulcificarán como consecuencia de
la negociación.
Pero volvamos al caso que plantea la Generalitat en caso de una posible independencia de Cataluña.
Artur Mas, su presidente, sigue insistiendo en “que no nos sacarán de Europa”, no es que le vayan a
sacar, es que Ud se va de un país miembro de la UE y por lo tanto queda fuera.
La Comisión Europea, institución comunitaria encargada de la aplicación de los Tratados tardó a
penas unas días en responder a las reivindicaciones del Sr. Mas. La vicepresidenta Viviane Reding
aseguró que cuando un Estado se separa, ya no se le aplican los tratados. El vicepresidente Joaquín
Almunia lo ha repetido en varias ocasiones: «si una parte del territorio se separase, esa parte se
queda fuera y debería volver a empezar si desea ingresar en la UE».
Sin embargo gracias al efecto de la presión de los medios de comunicación, totalmente afines y
entregados a las ideas independentistas del gobierno catalán, ya que están generosamente
financiados por la Generalitat, en este periodo de grave crisis económica no hay alternativa, la
opinión pública sigue dócilmente las consignas y el endoctrinamiento de la causa. El éxito popular de
la última Díada con miles de manifestantes en forma de una cadena humana dio nuevas alas a los
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independentistas, era el resultado de los deseos del Sr. Mas, que deseaba una manifestación para
asombrar al mundo.
Entre tanto Bruselas no varia un ápice su respuesta. La más reciente a cargo de su portavoz oficial,
Pia Ahrenkilde, repitió por enésima vez que “cuando una parte de un territorio de un Estado
miembro deja de ser parte de este Estado porque su territorio se convierte en un nuevo territorio
independiente, los tratados no se aplicarán más a ese territorio». Muy a pesar de que el señor Mas,
siga insistiendo que «Cataluña estará en Europa decidan lo que decidan los catalanes. La UE nunca
se ha enfrentado a un caso como el de Escocia y Cataluña», como si no se enterase de la realidad.
IMPLICACIONES
Cataluña fuera de la UE, no estará en el euro, ni se le aplicará el Tratado de Schengen, que permite la
libre circulación de personas entre los países miembros, no formará parte del Mercado Único, ni
tendrá acceso a la financiación del Banco Central Europeo, ni a los fondos de cohesión. Quizá la
repercusión mas negativa será la de tener que abandonar la moneda europea, no solo en tanto que
moneda fiduciaria, sino todo lo que se deriva para la economía. Las empresas catalanas no tendrán
acceso al sistema de financiación del BCE y las autoridades catalanas no podrán formar parte del
órgano de gobierno del BCE, con todas sus consecuencias sobre la gestión de la economía.
Nada podría impedir que en sus territorios las autoridades de la Generalitat decidan que la moneda
de curso legal será el euro, pero no podrán participar en la definición de la política monetaria, lo que
podría levar a situaciones gravísimas, como ya ha ocurrido en los países que se han arrimado a otra
moneda mas fuerte en vez de utilizar la suya. La dolarización de la economía argentina, cuando su
gobierno decidió utilizar el dólar como moneda, llevó poco después a una devaluación brutal del
peso y un gran empobrecimiento de sus ciudadanos. Ecuador también adoptó una decisión similar al
principio de los 2000, que ahora considera un grave error.
¿Cómo harán los bancos catalanes para financiarse, si no tienen acceso a la financiación del BCE? Y ya
en el terreno puramente nacional, ¿que hará La Caixa, el gran banco catalán, con un porcentaje
mucho mas elevado de sus depósitos fuera de Cataluña, ante el temor de que el resto de España le
retire su confianza y sus depósitos? ¿Se quedará en Cataluña? SE desplazará a Madrid?
El presidente Mas insiste en que hay países que utilizan el euro y no forman parte de la UE, por lo
que “Cataluña va a estar en el euro”, decía el presidente de la Generalitat. La Comisión Europea
reconoce, que algunos países como Mónaco, Vaticano, San Marino y Andorra utilizan el euro, aunque
no forman parte de la eurozona, gracias a acuerdos puntuales con países vecinos o con el propio BCE,
pero se trata mas que de países de muy pequeñas entidades, que a penas se siente afectadas por no
poder participar en ningún órgano de gobierno de la moneda única, lo que no sería el caso de
Cataluña.
La salida de España y de la UE significaría, de momento, para Cataluña la salida inmediata de
distintos organismos internacionales, como la Organización Mundial del Comercio, La Organización
de Naciones Unidas, etc.
Esta realidad y no solo las campanas al vuelo de lo que quieren hacer soñar las autoridades
independentistas catalanas está haciendo recapacitar a algunas capas del soberanismo sobre el
interés de salirse de España y de la UE. El sentido común ha hecho reflexionar a muchos catalanes
que ahora se plantean si de verdad esta aventura merece la pena.
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Es evidente como ya señalado, que Cataluña podría reintegrarse a la UE con un nuevo Tratado de
Adhesión, que requiere la unanimidad de los parlamentos nacionales para su ratificación. Los demás
socios de la UE se alarman ante esta posibilidad, por el posible efecto contagio que podría tener en
otras regiones de la UE y que llevaría a una situación de caos continuo, de cambios sin limites de
fronteras, lo que les hace moverse con reticencia ante esta posibilidad. Hasta ahora la defensa de la
autodeterminación de Cataluña, no ha tenido apoyos internacionales. Solo los primeros ministros de
Letonia y Lituania manifestaron su simpatía por la causa catalana, aunque luego el lituano se
retractó. El tiempo nos lo dirá.
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