Boris Godunov

Anuncio
Boris Godunov
Drama popular con ibreto y música de Modest Mussorgski, en siete escenas, presentado por primera vez en
Uruguay en su versión original de 1869, orquestado por el compositor.
Estrenada en el Teatro Mariinskii de San Petersburgo, el 27 de enero de 1874.
Programa realizado por Fernando Funes.
A lo largo de la historia del arte lírico existen numerosos casos en que importantes obras permanecieron
incompletas al momento del fallecimiento del compositor, debiendo ser completadas por otros músicos
competentes. Basta pensar en LULU de Alban Berg, EL PRÍNCIPE IGOR de Borodin o el propio MOISÉS Y ARON de
Arnold Schönberg, por citar algunos ejemplos.
Pero quizás las obras que han generado más discrepancias y diferencias de opiniones entre críticos, compositores
y público hayan sido las óperas del húngaro Ferenc Erkel, LOS CUENTOS DE HOFFMANN de Jacques Offenbach,
de la cual se acaba de realizar una nueva edición crítica, y naturalmente las óperas de Modest Petrovich
Mussorgskii, particularmente su magnum opus, BORIS GODUNOV, que ocupa nuestro espacio operístico de esta
noche.
Modest Mussorgskii nació en Krasov, cerca de Pskov el 21 de marzo de 1839. De pobre salud y habiendo vivido
una vida de estrechez, el músico estuvo dotado de una hipersensibilidad a la belleza, capturando en especial la
sensibilidad y el agrio humor del Narod o pueblo ruso, y plasmándola especialmente en sus Dramas Populares,
composiciones operísticas que reflejaban el espíritu común del pueblo y del individuo ruso.
Si bien el compositor no alcanzó todo su potencial, poseía un prometedor talento musical, que le convirtió en el
absoluto reformador del arte lírico ruso del siglo IXX, habiendo integrado el famoso Grupo de los Cinco.
Sus cada vez más frecuentes padecimientos del sistema nervioso a lo largo de su vida hicieron que cayera en una
profunda depresión y Delirium Tremens, debido a su nefasta adicción al alcohol, luego del fallecimiento de su
madre. Mussorgskii falleció finalmente en San Petersburgo, el 28 de marzo de 1881.
Su legado se compone de importantes composiciones instrumentales y orquestales, como el poema sinfónico
UNA NOCHE EN EL MONTE CALVO de 1860, que emplea material musical luego utilizado en su ópera LA FERIA DE
SOROCHINTSII de 1875, y CUADROS DE UNA EXPOSICIÓN de 1874, compuesta para piano originalmente, y
posteriormente orquestada por varios compositores, entre ellos Maurice Ravel.
Los ciclos de canciones SIN SOL de 1874 y CANCIONES Y DANZAS DE LA MUERTE de 1875, son también íconos
revolucionarios en el mundo lírico.
Su afición a los vicios sumada a los sufrimientos nerviosos lo llevaron a dejar inacabadas todas sus óperas. La
primera de ellas, SALAMMBO, en la que trabajara de 1863 a 1866, sólo existe en forma de bosquejos, y ha sido
completada por el director orquestal Zoltán Peskó y por otros.
La composición de su segunda ópera, EL MATRIMONIO, de 1868, e inspirada en la obra homónima de Nikolai
Gogol, no pasó del primer acto, y fue completada por Mikhail Ippolitov-Ivanov. En ella, el compositor emplea el
recurso del canto declamado, siguiendo los parámetros métricos de la lengua rusa hablada.
Su otro gran drama popular, KHOVANTSCHINA, quedó igualmente inacabado. Nikolai Rimskii-Korsakov lo
completó y orquestó en 1862.
BORIS GODUNOV, nuestra ópera de esta noche, es sin embargo el título más representativo de toda la producción
del brillante compositor ruso.
El histórico monarca homónimo, Boris Fiodorovich Godunov (1551-1605), proveniente de una familia tártara,
gobernó Rusia luego de la muerte de Iván IV, el Terrible, ubicando su mandato entre los de Fiodor I y Fiodor II.
Godunov fue el primer Zar no perteneciente a la dinastía Riurik, habiendo gobernado de 1598 hasta el momento
de su muerte.
Para su ópera, el compositor seleccionó el drama del mismo nombre de Aleksander Pushkin de 1825, pero agregó
además algunos versos propios, asistido por la HISTORIA DEL ESTADO RUSO de Nikolai Mikhailovich Karazmin de
1826.
En 1868 Mussorgskii comenzó a frecuentar un círculo artístico e intelectual, liderado por la hermana del
compositor Mikhail Glinka. Uno de sus miembros, el historiador Vladimir Nikolskii, sugirió por primera vez a
Modest la composición de un drama musical auténticamente ruso sobre la figura del histórico Zar Boris.
La partitura quedó finalizada a mitad del año 1869, y al año siguiente el compositor la envió al Teatro Marinskii,
que la rechazó terminantemente por su gran oscuridad y por la carencia de un personaje principal femenino. Es
en esta forma original en siete escenas que la escucharemos completa esta noche.
Años más adelante, en 1872, Mussorgskii revisó la ópera y produjo una nueva versión, que se estrenó en el Teatro
Mariinskii en 1874. Para entonces, todo el aspecto lúgubre y tétrico de la obra fue dejado de lado.
La partitura se dividió entonces en un prólogo y cuatro actos. La estructura dramática cambió por completo con el
agregado del nuevo tercer acto, o
“acto polaco”, que introduce dos nuevos personajes: La cortesana Marina Mnishek, y el monje jesuita Rangoni.
También la escena revolucionaria en el bosque de Kromi que concluye la versión de 1872 es enteramente nueva.
No quedando conforme con la orquestación original de Mussorgskii, Nikolai Rimskii-Korsakov revisó la partitura en
1896 y 1908, creando una totalmente nueva orquestación más brillante, y trasponiendo tonalidades en las partes
vocales.
Es en esta forma que la obra se dio a conocer por décadas, hasta que se volviera a la orquestación original, cuando
el musicólogo Pavel Lamm publicara el manuscrito de la versión original de la ópera, en 1926.
Dmitri Shostakovich también instrumentó la ópera en 1940, al igual que lo hiciera el compositor Karol Rathaus en
1948. Mas hacia nuestra época, el director orquestal David Lloyd-Jones realizó una edición crítica de la versión en
cuatro actos en 1975.
BORIS GODUNOV es esencialmente una obra política. En ella el compositor retrata el período de gran
inestabilidad social que siguió a la muerte de Ivan el Terrible, y que alcanzó su clímax con la dinastía Romanov.
A pesar de desarrollarse en un clima de corrupción y mentira, el verdadero protagonista es el pueblo ruso, que
embebe a la ópera en un gran espíritu nacionalista, en medio del hambre y la represión, y la figura central del
atormentado Zar, quien por su remordimiento por el asesinato del anterior Zarevich adquiere rasgos de piadosa
humanidad.
Boris arrastra su culpa horrenda por el asesinato del pequeño Dmitri, de la que solo la muerte lo liberará. Su
derrumbe psicológico y su caída en la locura, confieren a esta psicopatología del poder una grandeza alucinada.
Con profunda lucidez, el Zar comprende lo inútil de esa eterna búsqueda del poder, la sensación de amargura e
infelicidad que produce una vez alcanzado, la queja del hombre que, aparentemente gobernante absoluto, no es
sino instrumento de fuerzas externas. La misma persecución por alcanzar el poder se observa también en Grigorii,
el falso Dimitri, y en los propios boyardos.
El compositor emplea dos tipos de tratamiento de la melodía vocal. Por un lado, el elemento melódico
puramente lírico. Y por el otro, una declamación naturalista modelada sobre el lenguaje hablado, algo que el
compositor denominaba “ópera dialogada”, donde se prioriza la compresibilidad del texto.
En este aspecto, su estilo es precursor de la renovación del drama musical que se produce en el siglo XX,
particularmente en las óperas de Léoš Janácek. También se hallan tonadas folklóricas rusas, como expresiones
populares.
Motivos reminiscentes representan a situaciones diversas como la culpa de Boris, sus alucinaciones en las escenas
cuarta y séptima, o los latigazos de los brutales guardias y las campanas en la escena de la coronación.
Hallamos también pasajes de recitativos declamados como en las partes del monje cronista Pimen en la escena
tercera, o en el famoso monólogo del poder de Boris, el punto crucial de la ópera en la quinta escena.
Dicho soliloquio ha sido restaurado en nuestra versión de esta noche a su versión original, de un estilo mucho más
declamatorio, según los manuscritos originales del compositor, y no empleando el tradicional fragmento de otras
versiones anteriores, compuesto en una vena más melódica, tomado originalmente del material musical de su
torso incompleto SALAMMBO, particularmente del coro de adoración a Moloch y de las frases del Sumo
Sacerdote.
Los roles tenoriles han quedado reducidos también a muy poco, en la versión original de 1869 que transmitimos
esta noche, despojando al falso Dimitri de todo el esplendor que le brindan las escenas en Polonia en la versión de
1874, que es quizás la más conocida hasta el momento actual.
Asimismo, el otro personaje importante confiado a la voz de tenor, que es el Iurodivii, vocablo intraducible que
denota a una especie de “Idiota inocente y sagrado”, queda aquí reducido a su presencia sólo en la sexta escena.
Este maravilloso personaje es quien encapsula la esencia del sufriente pueblo ruso, que aunque cambiara de
régimen político estaba igualmente destinado al martirio. Con él contrastan las figuras de los monjes ambulantes
Varlaam y Missail, que representan la parte alegre y el espíritu vivaz de los rusos.
Aquellos oyentes acostumbrados a la versión tradicionalmente ejecutada, la de 1874, hallarán que la original de
1869 es prácticamente otra ópera. Pero debe recordarse siempre, que aunque rechazada por las autoridades
teatrales en principio, es ésta la que refleja exactamente las intenciones del compositor, creando un drama único,
de gran profundidad psicológica, y empapado en una pesadumbre y un letargo que reflejan la siniestra época en
que se desarrolla.
Argumento
Como la obra es presentada en su versión original, las siete escenas que la componen se ejecutan sin
interrupciones.
La acción transcurre en Rusia a fines del siglo XVI, durante los siete años de reinado del histórico Zar Boris.
ESCENA PRIMERA
Patio del monasterio de Novodichevii. La muchedumbre se halla reunida. Un brutal agente de policía sacude su
látigo contra la gente y les ordena arrodillarse y pedir a Boris Godunov que acepte el trono, lo cual hacen sin
comprender bien que está pasando.
Andrei Shelkalov, el Secretario de la Duma, se presenta con la noticia de que Boris ha declinado el ofrecimiento de
la corona. Un coro de peregrinos ciegos insta al pueblo a vestir ropas blancas, tomar los íconos sagrados y
concurrir a la presencia de Boris. El policía lanza nuevos insultos a los presentes y les ordena concurrir al Kremlin
la mañana siguiente.
ESCENA SEGUNDA
En el Kremlin, escuchamos el motivos de las campanas de las catedrales, el cual armónicamente posee una
similitud con la escena de la Cacería Real del tercer acto de ROGNEDA, ópera de Alexander Serov de 1865, que
impactara a Mussorgskii. El príncipe Vasilii Shuiskii ordena al pueblo aclamar al nuevo Zar, que ha aceptado
finalmente el elevado cargo.
Boris emerge de la Catedral y es saludado por la gente. En un sombrío recitativo, en el que expresa su
premonición de desgracia, el nuevo monarca pide al espíritu del Zar anterior que lo guíe para reinar con justicia.
ESCENA TERCERA
Cinco años más tarde, en 1603, el Monje cronista Pimen está en su celda recopilando su crónica histórica de
Rusia. El novicio Grigorii Otpryeyev despierta de una constante pesadilla, en la que se ve burlado por los
moscovitas al trepar una torre y caer al suelo.
Grigorii pide a Pimen que le cuente de su pasado en las cortes de los Zares Ivan y Fiodor, y de las batallas en
Lituania. El monje cuenta acerca de la bondad de los anteriores soberanos, en comparación con el asesino Boris.
Para el momento del asesinato de Dimitri, el anterior Zarevich, Pimen fue exiliado a Uglich, donde presenció la
confesión de los asesinos, que declararon haber trabajado bajo instrucciones de Boris mismo.
Cuando el novicio pregunta qué edad tendría Dimitri ahora, Pimen le responde que sería aproximadamente de la
edad de Grigorii. El anciano monje se retira a sus plegarias, mientras que Grigorii jura llevar a Boris a la justicia.
ESCENA CUARTA
Una taberna cerca de la frontera con Lituania. La tabernera canta una alegre canción folklórica, mientras se
presentan dos monjes ortodoxos ambulantes, Varlaam y Missail. También llega Grigorri disfrazado, por temor a
que lo arresten. Varlaam ordena vino.
En un famoso monólogo de claro corte popular ruso, Varlaam narra la batalla en la población de Kazan, donde las
tropas del Tsar Ivan enfrentaron a los tártaros. La tabernera cuenta a Grigorii que oficiales de policía quieren
capturar a un fugitivo.
Cuando le va a señalar un medio de escapar de ellos, se presentan los agentes a la búsqueda y captura de un
monje renegado, que no es nadie sino el propio Grigorii. Para su buena suerte, el oficial es analfabeto y no puede
leer la orden de arresto.
El joven se ofrece a leerla y trata de pasar a Varlaam por el fugitivo. Furioso, el monje intenta con dificultad leer la
orden y culmina por identificar a Grigorii, quien con astucia huye por la ventana.
ESCENA QUINTA
El mismo año, en los apartamentos del Tsar en el Kremlin. Los hijos de Boris, Xenia y Fiodor se hallan presentes, el
primero estudiando un mapa de Moscú y la muchacha lamentando la muerte de su novio. Boris la consuela, e
insta a su hijo a seguir estudiando, ya que el reinado será algún día suyo, advirtiéndole acerca de los traicioneros
boyardos.
En su famoso Monólogo del poder, el turbado espíritu de Boris reflexiona sobre su reinado de ya cinco años: Todo
lo que ha dado al pueblo hace que lo culpen de todas las desgracias, a lo que se suman conflictos en la vecina
Lituania, conspiraciones de los boyardos y toda clase de males.
Un boyardo anuncia la presencia del príncipe Vasilii Shuiskii, que ha tomado parte de una conjura en Kraków.
Shuiskii protesta alegando que es leal a Boris y le advierte del soporte popular que el falso Dimitri está
cosechando en Polonia. Tal persona no es otra que el propio Grigorii.
Boris pide a Shuiskii detalles del asesinato del Tsarevich Dimitri, y éste le dice que cuando presenció en la catedral
de Uglich los doce cadáveres de niños asesinados, tan solo el cuerpo de Dimitri no mostraba signos de
descomposición y tenía una sonrisa en sus labios.
Cuando Shuiskii se retira, Boris da rienda suelta a su desesperación, acechado por alucinaciones del Tsarevich
muerto.
ESCENA SEXTA
Ya en 1605, el último año del reinado de Boris. La escena es la plaza frente a la Catedral de San Basilio en Moscú.
Cuando concluye la misa, el pueblo reclama la muerte de Boris.
Un grupo de mendigos infantiles molesta al Iurodivii, o Tonto Sagrado, y le roban su única moneda, un kopyeek.
Cuando el Tsar sale de la catedral, el pueblo le pide desesperadamente que les dé pan. Para horror de Shuiskii, el
Tonto Sagrado pide a Boris que asesine a los niños que le robaron su moneda, tal como asesinara al Tsarevich
Dimitri, y rehúsa rezar por su alma, ya que, declara textualmente: “No se puede rezar por el rey Herodes.”
La muchedumbre se dispersa y el Tonto Sagrado queda sólo, lamentando el aciago destino de su tierra, que
aunque cambie de gobernante está destinada al sufrimiento.
ESCENA SÉPTIMA
En el Salón Granovitaya, en el Kremlin, el trece de abril de 1605. Shelkalov lee el edicto de la condena de Grigorii
Otpryeyev, el falso Dimitri. Shuiskii se presenta y cuenta que ha visto al Tsar en medio de alucinaciones, torturado
por la culpa, y en deplorable condición mental.
Boris entra, alegando que el Tsarevich no está muerto, y denuncia a Shuiskii por decir lo contrario. En esos
momentos, llega el anciano monje Pimen con el relato de un pastor ciego que rezó frente a la tumba del
asesinado Dimitri y recobró la vista.
La narración resulta ser demasiado para Boris, quien ordena la inmediata presencia de su hijo. En una ferviente
plegaria se despide de él, y pide ser absuelto. Con cantos fúnebres, se escuchan las voces del coro aclamando al
sucesor de Boris.
Sus últimas palabras son de reconocimiento a su hijo Fiodor como el nuevo Tsar, y expira sólo pronunciando la
palabra: “Perdonádme!”.
Reparto
BORIS GODUNOV……………………………………………………ALEXANDER TSYMBALYUK, Bajo-Barítono.
FIODOR…………………………………………………………………. YULIA SOKOLIK, Mezzosoprano.
XENIA …………………………………………………………………….ERI NAKAMURA, Soprano.
PRÍNCIPE SHUISKII………………………………………………….GERHARD SIEGEL, Tenor.
ANDREI CHELKALOV……………………………………………….MARKUS EICHE, Barítono.
PIMEN …………………………………………………………………..ANATOLI KOTSCHERGA, Bajo.
GRIGORII OTPRYEYEV…………………………………………….SERGEI SKOROKHODOV, Tenor.
VARLAAM ……………………………………………………………..VLADIMIR MATORIN, Bajo.
Coro y Orquesta de la Ópera del Estado de Baviera, bajo la dirección de KENT NAGANO.
Descargar