(13) Bolívar.— APARATOS DE PESCA. 397 y van provistas caáa una de dos poleas para disminuir el rozamiento. Enfilado el aparato se le deja correr á lo largo del cable abandonándole á su propio peso, sin que en tan rápido descenso pueda dar vueltas sobre el cable por impedírselo los timones de que se ha hablado, evitándose de este modo que la manga se arrolle al cable. La fig. 5 representa el aparato cerrado y en el momento de acabar su descenso por aproximarse á la masa de lastre en que termina el cable; como se comprende, la barra vertical T' está destinada á chocar con la superficie superior del lastre, pero así que este choque se verifique, continuando el aparato su descenso por efecto de su peso y de la velocidad adquirida, las cremalleras C se levantarán, puesto que el vastago T' está soldado á la barra transversa que las u n e ; este movimiento de ascenso de las cremalleras hace girar los piñones P' y el cilindro de latón, arrollándose á él la cortina y quedando abierta la boca de la manga; pero al elevarse el borde inferior de la cortina, soldado á cada lado como se ha dicho á un eslabón de la cadena, esta hace girar los piñones C, y por consiguiente subir las cremalleras C reunidas superiormente entre sí como se sabe por la barra transversa T (fig. 6). La clausura de la manga se produce en el momento deseado, dejando caer desde el barco á lo largo del cable un ancho anillo de metal que al chocar con la barra T determina movimientos análogos á los descritos, pero que obrando en sentido contrario ocasionan la oclusión del aparato (fig. 7). Un pequeño freno hidráulico de forma cilindrica y colocado en la parte inferior del aparato paralelamente al tubo del cable y al vastago T' amortigua el choque del cuadro contra el lastre, y dos resortes laterales puestos en la cara lisa y ligeramente acanalada de las barras dentadas impiden que estas desciendan durante la operación hasta que reciban el golpe del anillo lanzado en el momento oportuno. Nasas. (Figuras 8 y 9.) Las nasas no habían sido empleadas en las pescas de profundidad hasta que lo fueron á bordo de la Hirondelle en 1886: el primer ensayo se hizo con una nasa cilindrica de hierro galvanizado con dos bocas, correspondientes á las dos bases del cilindro (fig. 8), sirviéndose para cebo del pescado fresco;