y van provistas caáa una de dos poleas para disminuir el

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Bolívar.— APARATOS
DE PESCA.
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y van provistas caáa una de dos poleas para disminuir el
rozamiento. Enfilado el aparato se le deja correr á lo largo del
cable abandonándole á su propio peso, sin que en tan rápido
descenso pueda dar vueltas sobre el cable por impedírselo los
timones de que se ha hablado, evitándose de este modo que
la manga se arrolle al cable. La fig. 5 representa el aparato
cerrado y en el momento de acabar su descenso por aproximarse á la masa de lastre en que termina el cable; como se
comprende, la barra vertical T' está destinada á chocar con
la superficie superior del lastre, pero así que este choque se
verifique, continuando el aparato su descenso por efecto de
su peso y de la velocidad adquirida, las cremalleras C se
levantarán, puesto que el vastago T' está soldado á la barra
transversa que las u n e ; este movimiento de ascenso de las
cremalleras hace girar los piñones P' y el cilindro de latón,
arrollándose á él la cortina y quedando abierta la boca de la
manga; pero al elevarse el borde inferior de la cortina, soldado á cada lado como se ha dicho á un eslabón de la cadena,
esta hace girar los piñones C, y por consiguiente subir las
cremalleras C reunidas superiormente entre sí como se sabe
por la barra transversa T (fig. 6). La clausura de la manga se
produce en el momento deseado, dejando caer desde el barco
á lo largo del cable un ancho anillo de metal que al chocar
con la barra T determina movimientos análogos á los descritos, pero que obrando en sentido contrario ocasionan la oclusión del aparato (fig. 7). Un pequeño freno hidráulico de
forma cilindrica y colocado en la parte inferior del aparato
paralelamente al tubo del cable y al vastago T' amortigua el
choque del cuadro contra el lastre, y dos resortes laterales
puestos en la cara lisa y ligeramente acanalada de las barras
dentadas impiden que estas desciendan durante la operación
hasta que reciban el golpe del anillo lanzado en el momento
oportuno.
Nasas. (Figuras 8 y 9.)
Las nasas no habían sido empleadas en las pescas de profundidad hasta que lo fueron á bordo de la Hirondelle en 1886:
el primer ensayo se hizo con una nasa cilindrica de hierro
galvanizado con dos bocas, correspondientes á las dos bases
del cilindro (fig. 8), sirviéndose para cebo del pescado fresco;
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