Cómo escoger la mejor escuela para tu hijo Si estás buscando escuela nueva para tu hijo, te puedes enfrentar a una variedad abrumadora de opciones. ¿Constructivista, Montessori o tradicional? ¿Laica, católica o cristiana? ¿Pública o privada? Es una decisión importante: el ambiente escolar donde convive tu hijo es determinante para el desarrollo de su personalidad y sus habilidades sociales, académicas, artísticas y físicas. Entonces, ¿cómo hacer la mejor elección? Define tus propias creencias. ¿Para ti, es más importante un cuaderno ordenado o la libertad de escribir de tu propia manera? ¿Prefieres un ambiente de competencia individual o de colaboración? ¿Te sientes más cómodo con o sin exámenes? Acuérdate de tus propias experiencias escolares y escoge las características que más te funcionaron para ti como estudiante. Tu propia formación educativa te ha dejado con ciertas tendencias y convicciones que ahora debes aplicar para buscar las mejores oportunidades para tu hijo. Al final del camino, tendrás que estar de acuerdo con la filosofía educativa de la escuela donde estudia tu hijo para que, por el bien del niño, se arme una buena relación casa-escuela. Entiende el vocabulario. Por ejemplo, cuando una escuela se pregona como constructivista, ¿qué debes esperar? ¿Cuál es la diferencia entre un sistema Montessori y uno tradicional? ¿Cuáles son las TICs, y cuál es su importancia en la educación? Si te preparas de antemano, cuando visitas escuelas podrás tener una mejor visión de su enfoque cuando usan estos términos. Además, tú puedes hacer preguntas puntualizadas usando esta terminología. También debes sentirte con todo el derecho de pedir una explicación por cualquier expresión que no entiendas claramente. Conoce a tu hijo. No hay ninguna escuela que es la perfecta para todos los niños. Hay niños muy independientes quienes funcionan muy bien sin demasiada estructura, y otros que tienen mejores resultados en un ambiente más controlado. ¿Cuáles son las fortalezas de tu hijo? ¿Cómo aprende mejor? Conocer su estilo de aprendizaje te puede ayudar a escoger la mejor escuela para él. Viendo los intereses y talentos especiales de tu hijo, puedes buscar una escuela que motive a sus alumnos en áreas artísticas, deportivas o académicas donde él tenga la oportunidad de brillar. Ubica a las escuelas. La primera regla es funcional: aunque encuentres la mejor escuela del mundo, no va a ser la ideal si es imposible llegar. Tampoco se trata de pasar horas en el tráfico o en el transporte escolar. Cuando los niños están en kínder y primaria, la mejor escuela es la que esté más cerca de la casa, siempre y cuando llene los requisitos que son indispensables para ti (que tenga una filosofía educativa que tú apoyas, y un estilo de enseñanza que va de acuerdo con el estilo de aprendizaje de tu hijo). Cuando busques opciones, acuérdate que tu hijo rendirá más cuando no invierta mucho tiempo y energía en el traslado entre casa y escuela. También podrá convivir con sus amigos de la escuela quienes vivan en la misma colonia. Eso es muy útil cuando haya invitaciones para jugar en las tardes o cuando se junten los chavos a hacer alguna tarea en equipo, y te dará la oportunidad de conocer a los papás de los compañeros de tu hijo. Planea tu visita. No lleves a tu hijo a la primera vuelta, para que tú tengas el tiempo de hacer preguntas y escuchar tranquilamente, fijándote en los detalles importantes y pidiendo la información que tú necesitas. Antes de ir a una escuela, llama para concertar una cita con el director. Él o alguien de su confianza debe tener la voluntad y el tiempo para atenderte. Si no logras esta respuesta antes de entrar, será difícil esperar una buena comunicación en el futuro. Lleva tus preguntas, y un lugar donde anotar tus observaciones, para que al fin de la jornada tengas perfectamente ubicadas las características de cada una de las escuelas que visitaste. Busca detalles relevantes. Cuando visitas una escuela, debes fijarte en lo siguiente: • La forma en que seas recibido. ¿Te invitan a pasar de inmediato, o tienes que esperar un rato? ¿Hay alguien quien te da la bienvenida? ¿Te invitan a pasar a un lugar cómodo? ¿La persona que da los informes está bien preparada, y puede contestar tus dudas? ¿Te dan algún material impreso con información sobre la escuela? ¿Te ofrecen un tour? La forma en que una escuela recibe a los padres de alumnos potenciales indica cuánto importa para ellos la relación escuela-casa. • Las instalaciones. Cuando entras a la escuela, fíjate en la limpieza, la luz y la ventilación. Si pasas por los salones de clase, puedes ver la condición de los muebles, si están rotos los escritorios o las paredes necesitan pintura. ¿Tienen laboratorio de cómputo o de ciencias? ¿Qué tal está la biblioteca? ¿Hay gimnasio? En un salón de kínder, ¿hay juguetes atractivos y el espacio para jugar? ¿Son de tamaño adecuado los espacios al aire libre? ¿Se ve un ambiente rico en texto en las paredes? ¿El trabajo de los alumnos está en un lugar visible? Aunque el aprendizaje no depende de la elegancia de las instalaciones, la comodidad y la seguridad de los alumnos debe ser una prioridad en cualquier escuela. • Los alumnos. Cuando caminas por los pasillos o el patio, observa a los niños y cómo se comportan. ¿Cuánto ruido hay, y se percibe una comunicación amigable entre ellos? ¿Se ven respetuosos? ¿Se ven contentos? • El ambiente. ¿Qué ambiente se respira en la escuela? ¿Las personas se saludan cuando pasan por los pasillos? ¿Los niños se acercan abiertamente a los adultos? ¿Todo el mundo está felizmente ocupado? Cada escuela tiene su vibra, y tú la puedes captar si eres observador. Tu primera impresión desde afuera muchas veces es muy acertada. Lleva a tu hijo. Ya que tú te hayas convencido, lleva a tu hijo a conocer la escuela que tú escojas. Es importante involucrarlo en esta decisión donde él va a ser el más afectado. Sin embargo, la responsabilidad de hacer una buena elección es solo tuya. Él tranquilamente podrá aprovechar su nueva escuela si tú demuestras confianza: sabes que es la mejor opción y que él va a tener éxito ahí.