buzos — 3 de agosto de 2015 46 www.buzos.com.mx PERCY BYSSHE SHELLEY ANHELOS Y TEMORES Vaguemos, ¡amor mío¡, por el boscaje umbrío; del astro de la noche a sus fulgores, te contaré indiscreto, en íntimo secreto, que tu mirada sorprender debía pensamientos de amor, dulces ternezas, que de anhelos nacieron y tristezas; pues tengo mis temores de que, hablando de amores, es demasiada luz la luz del día. Lo que en el alma llevo oculto con mi ardor, y no me atrevo a decir todavía, tú sola escucharás: “Mi fantasía te soñó como al mar”. Al diamantino resplandor del lucero, tu belleza supera en candidez y gentileza; a veces te imagino un ángel peregrino que vaga en este suelo, triste, soñando en su perdido cielo. Cuando el pálido rayo de la luna, sobre la vieja torre de la aldea, finge arroyos de luz que se deslizan, y en tranquilo lago en ráfagas serpea, al soplo embalsamado de las auras, que rizan las mudas ondas con fingido halago, el corazón palpita aprisionado en cándidos destellos, que idealizan tu pudorosa frente, resbalando por ella dulcemente, y en apacible calma, tímidos en su afán, ¡reina del alma! ¿Quieres conmigo a solas, en débil barquichuelo, combatido por las iras del mar, el fiero ruido oír, con que amedrentan las encrespadas olas que espumosas revientan, y en agitados tumbos se levantan, con voz de fragorosas tempestades, atronando las vastas soledades del líquido elemento? ¿Adivinar su acento cuando, en la playa, moribundas cantan amarga despedida, que en la brisa es lamento ¡ay!, que recoge el alma estremecida? ¡Ven conmigo a vagar, y la esperanza de nuevo animará mi triste canto! ¡Deja que sueñe el bardo, en lontananza, un mundo de pasión en un instante! ¡Queda el delirio, si se extingue el llanto, en copa de placer frágil espuma, recuerdo agonizante, reliquia de embriaguez, memoria en suma! No tardes, ¡amor mío!, que en lánguido desmayo, la arrebolada tarde se despide, y el encendido rayo del sol que se sepulta alegre mide del otro horizonte el término sombrío. Te contaré, indiscreto, del corazón el íntimo secreto, lo que pienso a tu lado, ¡vida mía!; pues tengo mis temores de que hablando de amores, ¡es demasiada luz la luz del día! Traducción de Adolfo Baquerizo LIBERTAD I De los fieros volcanes el rugido forma de zona en zona una cadena; yérguese el oceano embravecido, y rómpese la nieve que serena forma al invierno el trono encanecido cuando la trompeta de Tifón resuena. II Desde un celaje aterrador fulmina relámpago que rasga el pardo velo y miradas de nubes ilumina, trepida una ciudad y rueda al suelo, otras están amenazando ruina y el trueno subterráneo sube al cielo. III Mas tu luz al relámpago oscurece; tú corres más que el terremoto insano; www.buzos.com.mx IV Desde nubes y monte y mar ardiente esparce el sol su roja llamarada; de nación en nación, de gente en gente, arrójase su lumbre bienhadada, y el tirano y el siervo de repente sombras son al fulgor de tu alborada. Traducción de Juan E. Arcia OZYMANDIAS DE EGIPTO Hallé un viajero que la vuelta hacía de un antiguo país y así me dijo: “De pie sobre la arena del desierto, en el busto que un tiempo sostenían, hay dos enormes piedras de granito: de ellas no lejos, enterrada un tanto, yace rota cabeza. Altiva frente, plegado labio, irónica sonrisa, de frío imperio a revelar alcanza cuán bien el escultor sintió pasiones, cuyo sello, infundido a la materia, sobrevive a la mano que las finge al corazón, cuyo alimento fueron. LA MUERTE I No hay sitio que la muerte silenciosa no recorra veloz con pasos ciertos; nada su marcha detener consigue, y nosotros también estamos muertos. II Ella con mano fuerte ha colocado su sello aterrador en nuestra frente; en todo lo que pasa por el mundo está la marca sepulcral latente. III Cuando han muerto el placer y la esperanza aléjase el temor del pecho herido; después que ya esa deuda se ha cumplido el polvo llama al polvo y nos alcanza de la fosa el abrazo entumecido. IV Todo cuanto queremos en el mundo lo mismo que nosotros desparece: ésa es la ley tirana que nos rige. ¿No es cierto que el amor también perece? El pedestal conserva aquel escrito: “Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes; del Universo potestades, mi obra ved y desesperad”; y allí no hay nada, y de la ruina colosal en torno tienden, ilimitadas y desnudas, su nivel solitario las arenas. Traducción de Miguel Sánchez Pesquera CANTO FÚNEBRE Brisa otoñal que sollozando exprimes penas sobrado tristes para el canto; lóbrego viento en que explayáis, sublimes nubes nocturnas, el cinéreo manto; selva maldita que en el cierzo gimes, tormentas rotas en estéril llanto, grutas sin luz, mar lúgubre e infecundo: Llorad, llorad por el dolor del mundo Traducción de Carlos Obligado Traducción de Juan E. Arcia PERCY BYSSHE SHELLEY Poeta británico nacido en Field Place, Gran Bretaña el 4 de agosto de 1792 y fallecido en el Golfo de la Spezia, actual Italia, el 8 de julio de 1822. En 1811 fue expulsado de la universidad de Oxford a raíz de la publicación de un panfleto titulado La necesidad del ateísmo, motivo por el cual fue también expulsado de su casa paterna y tuvo que trasladarse a Londres. Ese mismo año se casó con Harriet Westbrok, aunque su relación pronto entró en dificultades. De su contacto con el filósofo William Godwin surgió su primer poema, La reina Mab, en el que exalta el ideario socialista. En 1814 marchó al continente en compañía de la hija de su mentor, Mary (autora de la famosa novela Frankenstein o el moderno Prometeo), con quien contraería matrimonio en 1818, tras el suicidio de su esposa. Estas circunstancias motivaron la censura de la sociedad británica y la pérdida de la custodia de los hijos habidos con Harriet. En el continente se relacionó con Lord Byron y otros ingleses bohemios, vivió en Génova, Venecia y Pisa, hasta que en 1818 se instaló definitivamente en Lerici, cerca del Golfo de la Spezia, enfermo de tisis. Murió al naufragar su yate durante una tormenta. En Lerici escribió sus obras maestras: las tragedias Prometeo liberado (1819), en la que se pone de manifiesto su platonismo, y Los Cenci, así como sus poemas líricos más célebres, Oda al viento del oeste, Oda a la alondra, La mimosa y Oda a Nápoles, entre otros. Su obra combina el lirismo con el discurso abstracto y aún con referencias a la ciencia, gracias a un gran virtuosismo rítmico y a la intensidad de sus versos. En 1821 compuso Adonais en homenaje a Keats, y no pudo terminar El triunfo de la vida, tal vez su obra maestra. Escribió también una obra de crítica literaria, Defensa de la poesía, publicada en 1821. POESÍA el volcán a tu vista desfallece; tu furia la respeta el oceano, y el mismo sol, que altivo resplandece, es ante tu fulgor destello vano.