CORTE NACIONAL DE JUSTICIA

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LA REPÚBLICA DEL ECUADOR EN SU NOMBRE Y POR AUTORIDAD DE LA LEY.- CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.SALA DE LO LABORAL.
JUICIO NO. 251-2006 ex 1ra. Sala
JUEZ PONENTE: Dr. Alfonso Asdrúbal Granizo Gavidia
Quito, 02 de abril de 2012, las 09h50
CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- SALA DE LO LABORAL.VISTOS.- En el juicio verbal sumario de trabajo seguido por la señora Maricela Jeaqueline Vásquez Benalcázar en
contra de la Sociedad Financiera M.M. Jaramillo Arteaga, Sucursal Ibarra en la persona del Lcdo. Fabián Rafael
Gómez Barahona, Gerente y representante legal de la Región Norte; la actora, al habérsele negado el recurso de
casación que interpusiera de la sentencia dictada por la Segunda Sala de la Ex-Corte Superior de Justicia de Ibarra,
que revoca la sentencia pronunciada por el Juzgado Provincial del Trabajo de Imbabura que acepta parcialmente la
demanda, interpone en tiempo oportuno, recurso de hecho; en virtud de lo cual y por ser el momento procesal
pertinente, corresponde resolver, por lo que previamente se efectúan las siguientes consideraciones. PRIMERO.JURISDICCION Y COMPETENCIA: Esta Sala es competente para conocer y decidir el recurso de casación en razón de
que: El Pleno del Consejo de la Judicatura de Transición, mediante Resolución No. 004-2012, de 25 de enero del
2012, designó como juezas y jueces a quienes en la actualidad conformamos la Corte Nacional de Justicia, cuya
posesión se cumplió el 26 de enero del mismo año; y dado que el Pleno de la Corte Nacional de Justicia, en sesión
de 30 de enero del año en referencia conformó las Salas Especializadas del modo previsto en el Art. 183 del Código
Orgánico de la Función Judicial; por lo que en nuestra calidad de Jueces de la Sala de lo Laboral de la Corte
Nacional de Justicia avocamos conocimiento de la presente causa, al amparo de lo dispuesto en los Arts. 184 de la
Constitución de la República; 184.1 y 191.1 del Código Orgánico de la Función Judicial, Art. 1 de la Ley de Casación,
Art. 613 del Código del Trabajo y el resorteo realizado cuya razón obra de autos (fs. 8 del cuaderno de casación).
Calificado el recurso por la Ex Primera Sala de lo Laboral y Social de la Corte Suprema de Justicia ha sido admitido a
trámite por cumplir con los requisitos formales previstos en el Art. 6 de la Ley de Casación.-SEGUNDO.FUNDAMENTOS DEL RECURSO: El recurso de hecho tiene como objetivo principal, verificar si el recurso de
casación ha sido negado o no de acuerdo con la ley; en la presente causa, mediante auto de 31 de julio de 2002,
las 09h00, dictado por la Ex-Tercera Sala de lo Laboral y Social de la Ex-Corte Suprema de Justicia (fs. 2 de este
cuadernillo), ha sido aceptado a trámite el recurso de casación interpuesto por la actora de la presente
controversia, por consiguiente corresponde analizarlo; en este sentido, la recurrente considera infringidas las
siguientes normas de derecho: Arts. 5, 7, 8, 9, 188 y 590 del Código del Trabajo; Art. 35 numerales 1, 2, 3, 4, 6 y 8
de la anterior Constitución Política de la Republica del Ecuador; y, Arts. 119, 120 y 121 del Código de Procedimiento
Civil.- Fundamenta su recurso en las causales primera y tercera del Art. 3 de la ley de la materia, considerando la
existencia de indebida aplicación de las normas de derecho que anota; de una “…clara violación de los principios
constitucionales y Legales (…) que ha inducido determinantemente en la parte resolutiva del fallo que ha inducido
(sic) a que el juzgador no aplique debidamente las Normas de Derecho.”; y, de una errónea interpretación de los
preceptos jurídicos aplicables a la valoración de la prueba que ha conducido también a una equivocada aplicación
de normas de derecho en la sentencia TERCERO.- ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL RECURSO DE
CASACIÓN: Tomando en cuenta ciertos criterios de la doctrina se advierte: Que Manuel de la Plaza, al tratar sobre
el concepto y fines de la casación considera que: “… el Estado necesitaba de un órgano que en su calidad de Juez
supremo, colocado en la cima de las organizaciones judiciales, mantuviese su cohesión, su disciplina y hasta su
independencia; pero entonces, como ahora, precisaba también, como garantía positiva de certidumbre jurídica,
que ante el evento, más que posible, de la multiplicidad de interpretaciones, un órgano singularmente capacitado
para esa función, imprimiese una dirección única a la interpretación de las normas jurídicas, cualesquiera que
fuese su rango; cuidase de evitar que no se aplicasen o fuesen indebidamente aplicadas, y procurase, al par, que a
pretexto de interpretarlas, no se desnaturalizase por error, su alcance y sentido, de tal modo, que, en el fondo, y
por uno u otro concepto, quedasen infringidas…” (La Casación Civil, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid,
1944, pp. 10 y 11). A su vez, Ricardo Véscovi, al referirse a la naturaleza y fin de la casación, expresa: “Luego de una
evolución histórica en la que se ha producido alguna alteración en sus finalidades iniciales (Supra Cap. I) hace ya
un siglo que, la más relevante doctrina sobre el tema, asigna a nuestro Instituto, estas dos finalidades esenciales: la
defensa del Derecho objetivo y la unificación de la jurisprudencia (La Casación Civil, Primera Edición, Montevideo,
Ediciones IDEA, 1979, p. 25). Por su parte, el tratadista Santiago Andrade Ubidia, al abordar sobre la Casación y el
Estado de Derecho, entre otros aspectos, manifiesta: “La función de la Casación es construir el vehículo a través del
cual el Estado, por intermedio de su Corte Suprema de Justicia, realiza el control de la actividad de los jueces y
tribunales de instancia en su labor jurisdiccional, velando porque los mismos se encuadren en el ordenamiento
jurídico. Labor de naturaleza fundamentalmente pública…”. (La Casación Civil en el Ecuador, Andrade y Asociados,
Fondo Especial, Quito, 2005, p. 17). En este contexto, Galo García Feraud, al determinar los propósitos del recurso
de casación, reitera que ésta surge “… como un recurso que pretende defender el derecho objetivo contra
cualquier tipo de abuso de poder desde el ejercicio de la potestad jurisdiccional; esa defensa del derecho objetivo
ha sido llamada por algunos tratadistas como Nomofilaquía, que naturalmente se refiere a eso, a la defensa de la
norma jurídica objetivamente considerada (...) otra de las finalidades que persigue el recurso de casación es la
uniformidad jurisprudencial, y, naturalmente, hacia ese punto se dirigen los esfuerzos del mayor número de
legislaciones que recogen este tipo de recurso…” (La Casación, estudio sobre la Ley No. 27 Serie Estudios Jurídicos
7, Quito, 1994, p. 45). Sin embargo de ello al expedirse la Constitución de 2008 y conceptualizar que el Ecuador es
un Estado Constitucional de derechos y justicia, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural,
plurinacional y laico, cambió radicalmente el marco en el que se ha desenvuelto la administración de justicia en
forma tradicional y exige que juezas y jueces debamos garantizar en todo acto jurisdiccional los principios de
supremacía de la Constitución y de los derechos fundamentales de los justiciables; por tanto, es necesario tener en
cuenta como señala la Corte Constitucional, en la sentencia No. 66-10-CEP-CC, caso No. 0944-09-EP, Registro
Oficial Suplemento No. 364, de 17 de enero del 2011, p. 53 que, “El establecimiento de la casación en el país,
además de suprimir el inoficioso trabajo de realizar la misma labor por tercera ocasión, en lo fundamental, releva
al juez de esa tarea, a fin de que se dedique únicamente a revisar la constitucionalidad y legalidad de una
resolución, es decir, visualizar si el juez que realizó el juzgamiento vulneró normas constitucionales y /o legales, en
alguna de las formas establecidas en dicha Ley de Casación…”. CUARTO.- ANÁLISIS DEL CASO CONCRETO EN
RELACION A LAS IMPUGNACIONES PRESENTADAS: Siendo que el recurso de casación por su naturaleza jurídica es
de carácter extraordinario y formal, que tiende a anular actos jurisdiccionales como autos y sentencia cuando se ha
irrogado perjuicio a una de las partes por errores in-iudicando o in-procedendo; y que en el presente caso la
recurrente realiza las acusaciones que constan en el recurso presentado, esta Sala de la revisión del proceso
establece lo siguiente: 1) En la especie se observa que la inconformidad de la recurrente se sustenta en el hecho
de que, el fallo que ataca no valora adecuadamente la prueba, es decir, no reconoce la existencia del despido
intempestivo demandado y con ello el derecho a recibir el pago de las indemnizaciones correspondientes por esta
forma de concluir la relación laboral.- 2) Una vez que se ha establecido la inconformidad de la recurrente, es
necesario confrontarla con la sentencia que impugna y las piezas procesales necesarias e indispensables para que
luego de un estudio minucioso determinar si procede o no la impugnación de la casacionista; por lo tanto,
habiendo la recurrente fundamentado su recurso señalando por una parte, que se han infringido entre otras
normas el Art. 35 numerales 1, 2, 3, 4, 6 y 8 de la Constitución Política de la Republica vigentes a la fecha de
presentación del recurso que establece normas fundamentales que tutelan la intangibilidad, irrenunciabilidad y
determina la forma de interpretar en caso de duda sobre el alcance de disposiciones legales; y de otra que se ha
infringido así mismo normas como la contenida en el Art. 5 del Código del Trabajo, que establece la obligación de
funcionarios judiciales y administrativos a prestar a los trabajadores oportuna y debida protección para la garantía
y eficacia de sus derechos; y teniendo en cuenta que la causal tercera procede en los casos de aplicación indebida,
falta de aplicación o errónea interpretación de los preceptos jurídicos aplicables a la valoración de la prueba,
siempre que hayan conducido a una equivocada aplicación o a la no aplicación de normas de derecho en la
sentencia o auto; así como, el alcance de esta causal y en la comprensión que la valoración de la prueba es una
atribución privativa de los jueces y tribunales de instancia; esto es, que el tribunal de casación no tiene otra
potestad que la de fiscalizar o controlar que en esa valoración no se hayan transgredido normas positivas que
regulan la valoración de la prueba, salvo casos excepcionales, cuando parezca indudablemente que no hay
aplicación de las reglas valorativas de la prueba o que exista una valoración ilógica o contradictoria y que ello haya
conducido a tomar una decisión arbitraria, haciéndose preciso en tal caso un nuevo análisis para determinar con
certeza si el Tribunal de instancia ha interpretado y aplicado erróneamente las disposiciones legales o
constitucionales, los principios de la sana critica en razón del valor dado a las pruebas, como sostuvo la Segunda
Sala de lo Laboral y Social de la Corte Suprema de Justicia en la sentencia No. 303-2005, publicada en el Registro
Oficial Suplemento No. 165 de 6 de abril de 2010, a objeto de garantizar principios fundamentales como el de
acceso a la justicia, tutela efectiva e imparcial de derechos e intereses al tenor de lo constante en los artículos 75 y
169 de la Constitución de la Republica, priorizando de esta manera el derecho a la forma de su ejercicio para no
sacrificar los intereses de la justicia, en ese sentido se precisa: 2.1.) La actora de este juicio en su demanda señala
que la relación laboral con la entidad accionada concluyó mediante despido intempestivo, ya que la empresa le
obligó a firmar la carta de renuncia utilizando medios de presión e intimidación bajo amenaza de ser detenida o
enjuiciada penalmente, lo cual vició su consentimiento de terminar el vínculo laboral y por tanto se configuró esta
forma ilegal y arbitraria de concluir la relación laboral y con ello su derecho a las indemnizaciones por despido
intempestivo; 2.2.) Para demostrar las aseveraciones efectuadas en la audiencia de conciliación y contestación a la
demanda, en términos del Art. 117 (actual 113) y siguientes del Código de Procedimiento Civil, la parte demandada
presenta el documento de fs. 30 que contiene la renuncia irrevocable de la trabajadora, documento que
precisamente constituye materia central del juicio, por haber sido -según la actora- obligada a firmar bajo
intimidaciones y amenazas; quien, recurre a la prueba testimonial y solicita dentro del respectivo término, como
prueba a su favor, la declaración de varias personas (fs. 12 vta., 13, 19 vta., 20, 74 y 74 vta.), con las que se
determina la existencia de la relación laboral entre las partes y su horario de trabajo (que no constituye materia del
recurso); y que para el caso merece especial atención, la declaración del señor policía Edison Roberto Murillo
Castillo (fs. 74 vta. y 75) con la cual la accionante se encamina a demostrar que la empresa demandada la obligó a
firmar su renuncia bajo amenazas o presiones; en este sentido, se tiene que el señor policía Murillo Castillo al
contestar la pregunta número 2.- indica que el día en que se sucedieron los hechos se encontraba en las oficinas de
la entidad demandada “…solicitando información para un préstamo…”; al contestar la pregunta 3.- expresa que
“…efectivamente el día dos de febrero del dos mil uno, a eso de las diez horas con treinta minutos, escuche (sic)
que el Gerente de la Financiera M.M. Jaramillo Arteaga, Fabian (sic) Gómez (sic) Barahona, le manifestó que si no
firmaba la renuncia con el transcurso del tiempo iba a incurrir en problemas legales e incluso que le iban a pribar
(sic) de su libertad (detenerla)..”; y, al responder la pregunta 4.- contesta: “El día viernes dos de febrero
efectivamente me consta que es verdad ya que presencie (sic) lo relatado…”; y, 2.3.) Concomitantemente, a fs. 91
vta. y 92 consta la confesión del demandado Ing. Fabián Gómez Barahona, quien contesta a la pregunta 3.- del
pliego de preguntas de fs. 93: “…Yo no recuerdo sobre lo que se me pregunta…”, refiriéndose al cuestionamiento
de que si dispuso o no a la señora Ana Mercedes Chiriboga, funcionaria de la entidad, que redactara la carta de
renuncia a la actora; en tanto que, cuando en la número 4.- se le pregunta: “Diga el confesante con claridad y
exactitud que usted me obligó a firmar esta carta de renuncia que fue redactada por Ana Mercedes Chiriboga, o
caso contrario me llevaría detenida.”, responde: “No es verdad, se aconsejó una salida de buena fe..”; por último,
cuando en la número 5.- se le pregunta: “Diga el confesante con claridad y exactitud si es verdad y le consta que yo
jamás redacté ésta carta de renuncia peor aún libre y voluntariamente la firmé y diga porque razones se me obligó
a firmar.”, contesta: “No me consta si redactó o no redactó, en lo demás tengo contestado…”.- 3) El Art. 119 (actual
115) del Código de Procedimiento Civil, dispone que las pruebas deben ser apreciadas en su conjunto, de acuerdo
con las reglas de la sana crítica; en tanto que, el Art. 126 (actual 122) inciso primero, del mismo Código adjetivo,
prescribe que: “Confesión judicial es la declaración o reconocimiento que hace una persona, contra sí misma, de la
verdad de un hecho o de la existencia de un derecho.”; consecuentemente, en términos de sana crítica, -la
conjunción de la lógica, la contradicción, la experiencia-, analizada con detenimiento la prueba testimonial
aportada por la actora y la confesión rendida por el demandado, tal cual consta en líneas anteriores, se advierte
contradicción y duda en la confesión del accionado, en tanto en los aspectos indicados, no niega de manera
categórica sobre lo preguntado y mas bien al contestar la posición 4 de la confesión judicial el demandado a más
de que no niega responde de una manera tal que en su esencia contiene una forma de contestar en positivo,
adicionando a su respuesta, una explicación que a su juicio era lo que debía hacer como “…salida de buena fe…”,
no así en cuanto al testimonio del señor Roberto Murillo Castillo; situación jurídica que es determinante si se
considera además que si bien obra del proceso a fs. 34 la renuncia en mención no se observa constancia procesal
de que ésta haya sido aceptada por el empleador y ponga en evidencia que la relación laboral entre las partes
concluyó por mutuo acuerdo, en concordancia con el numeral 2 del Art. 169 del Código del Trabajo, como tampoco
consta de autos que con ese motivo se haya suscrito documento de finiquito entre las partes, como suele ocurrir
en estos casos. Además sobre la renuncia voluntaria Antonio Vásquez Vialard al tratar sobre el principio de
conservación de la relación laboral y analizar sobre la renuncia al empleo refiriéndose a la legislación argentina,
esclarece sobre este tema al señalar: “…sólo que condicionando su validez a que la decisión se exprese a través de
un acto que ofrezca ciertas garantías en cuanto a asegurar la libre decisión del empleado; como requisito para
dicha validez, deberá formalizarse mediante despacho telegráfico colacionado curzado personalmente por el
trabajador a su empleador o ante la autoridad administrativa del trabajo. Además, la ley admite otra forma de
renuncia al empleo, que se expresa a través de un acuerdo mutuo entre las partes que pueden formalizarse ya
explícitamente “mediante escritura publica o ante la autoridad judicial o administrativa del trabajo”” (Tratado del
Derecho del Trabajo, Tomo 2, editorial Astrea, de Alfredo y Ricardo de Palma, Buenos Aires, 1982, pp 250 y 251. De
lo antedicho este Tribunal estima que la Segunda Sala de la Ex-Corte Superior de Justicia de Ibarra al momento de
resolver la causa incurrió en los vicios de valoración de la prueba previstos en la casual tercera del Art. 3 de la Ley
de Casación, cuando de los recaudos procesales se establece que la ex-trabajadora fue obligada por su empleador,
bajo presión y amenaza de ir detenida, a firmar la renuncia a su puesto de trabajo configurándose de ese modo, la
existencia del despido intempestivo; pues se han determinado las circunstancias de lugar, tiempo y modo que
exige la doctrina para determinar esta decisión unilateral de la empleadora, con lo cual se ha justificado las
causales invocadas por la recurrente en su escrito en el que interpone el presente recurso. Por todo lo expuesto, y
sin ser necesarias otras consideraciones, al haberse resuelto los puntos materia del recurso; esta Sala,
ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA
CONSTITUCION Y LAS LEYES DE LA REPUBLICA, casa la sentencia dictada por la Segunda Sala de la Ex-Corte
Superior de Justicia de Ibarra, dejando en firme en todas sus partes la sentencia del Juez del Trabajo de Imbabura,
ordenándose además el pago demandado en la letra f) de la demanda, correspondiente a la indemnización por
despido intempestivo tomando en cuenta como última remuneración para efectos de la reliquidación respectiva, el
juramento deferido de la actora que obra de fs. 81 vta. y 82 del cuaderno de primera instancia, liquidación que será
practicada por el Juez de Instancia. Por ausencia legal del Secretario titular, actúe el Doctor Segundo Ulloa Tapia,
en calidad de Secretario Relator Encargado. -Notifíquese y devuélvase.- Fdo. Dr. Alfonso Asdrubal Granizo Gavidia
(Juez Ponente), Dr. Jorge Blum Carcelén, Dr. Wilson Andino Reinoso. JUECES NACIONALES. Certifica Dr. Segundo
Ulloa Tapia. SECRETARIO RELATOR (E)
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