TEXTO: Lucas 13:6-9 1. Presta atención a la amonestación del

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TEXTO: Lucas 13:6-9
TEMA: SI FUERAS UNA HIGUERA ¿SERÍA TU ÚLTIMO AÑO?
1. Presta atención a la amonestación del dueño
2. Presta atención a la llamada del viñador
FECHA: Domingo, 3 de marzo, 2013 - Cuaresma 3
Queridos amados del Señor, Jesucristo:
¿Cuál es tu reacción cuando desastres nos aquejan? ¿Ira? ¿Tristeza? ¿Depresión? Había una
vez alguna gente que preguntó a Jesús sobre la significa de los desastres. Ellos pensaron que
desastres aquejaron solo a los que habían hecho algo muy mal. Jesús contestó, “Les digo, no.”
Dios no envía ni permite mal para castigar a pecadores más grandes o más culpable que los otros.
El primero propósito divino de los desastres es llamar a todos los pecadores a arrepentir.
Si desastres sucedieron la semana pasada o no, ellos van a suceder en el futuro. Es un hecho de
vida en este mundo pecaminoso. Por eso, todo los días, el Salvador nos ofrece la oportunidad
arrepentir y producir buenas obras. Por medio de una parábola te pregunta cada uno: SI FUERAS UNA
HIGUERA ¿SERÍA TU ÚLTIMO AÑO?
(LEA v.6-7) ¿Notaste la disposición del dueño del viñedo? No estuvo alegre, sino triste y quizás
enojado. Por tres años él había buscado fruta de esta higuera pero no había nada. Para una
higuera esto es muy raro. La higuera crece como mala hierba y usualmente produce mucha fruta,
pero esta higuera, no, nada.
La aplicación de la parábola no es difícil entender. Dios Padre es el dueño del viñedo que es su
reino espiritual. La higuera representa una persona que vive en su reino pero no produzca ni
ninguna fruta u obra buena. Esta es la persona que no tiene fe o una relación con Jesucristo. Nos
parece viva pero no hay prueba.
Pregúntate a ti mismo: “¿Soy este árbol? ¿Confío en Jesucristo? ¿Lo demuestro en mi vida, en
mi disposición, en mis acciones y palabras? Si yo fuera acusado de ser cristiano, ¿sería prueba
suficiente condenarme?” Presta tu atención a la ley de Dios. Examina tus pensamientos, motivos,
palabras y hechos bajo la luz de la ley. ¿Cómo empiezas cada día … con gozo, alegría y acción de
gracia a Dios o con quejas y palabras malas? ¿Cómo manejas tu trabajo …como un trabajador fiel o
como un flojo? ¿Cómo hablas con los miembros de tu familia ...los exiges con palabras amables?
...los animas por ayudarlos con su trabajo? ...o les gritas con palabras enojadas? ¿Cómo vives tu
vida …como un verdadero siervo humilde o como un hipócrita sonriendo al mundo pero quemando
con ira y odio en tu corazón?
PRESTA TU ATENCIÓN A LA AMONESTACIÓN DEL DUEÑO. Él tiene mucha paciencia, pero ella no dura
para siempre. Él no te permitirá continuar vivir en su reino y usar las bendiciones de los que
produzcan. El hacha de Dios está en la mano. SI FUERAS UNA HIGUERA ¿SERÍA TU ÚLTIMO AÑO?
Espero que no. ¡Arrepiéntete! (LEA v. 8-9). ¿Reconoces la voz del viñador? Es la voz de tu
Salvador, Jesucristo. Solo él habla así. Siempre él intercede antes el trono de Dios implorándole por
su gracia y paciencia para pecadores como nosotros. Nota bien lo que dices aquí: “Cavaré a su
alrededor y le echaré abono.”
¿Quién hace el trabajo para curarte? ¿Quién trabaja adentro de ti para producir la fruta de una
vida santificada, tú? Por su puesto no, es Jesús, el viñador del viñedo de Dios. Es Jesús, lo mismo
que vino del cielo en forma humano y nació de la virgen María. Es Jesús que cumplió los
mandamientos de Dios perfectamente y produjo toda la justicia requerida por Dios para cada
persona en el mundo. Es Jesús, que sufrió bajo los golpes, las espinas y los clavos. Es Jesús que
sufrió tu castigo eterno en la cruz y murió para rescatarte del poder del diablo y de las flamas de los
infiernos. Es Jesús que resucitó de la muerte y ya vive para ti y adentro de ti por medio de tu
resurrección bautismal y fe. Como San Pablo dice: “He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo
sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien
me amó y dio su vida por mí.”
Esta verdad pinta un dibujo muy extraño. El viñador usa su palabra, y el agua de bautismo y el pan
y vino con su propio cuerpo y sangre como abono. Por estos medios de su gracia el viñador nos
conecta a su mismo y nos alimenta y nos reja. Conectado, alimentado y regado por él, ¿es posible
para una higuera como tu no producir? No, no si hay una conexión con Jesús.
Amigo cristiano, PRESTA ATENCIÓN A LA LLAMADA DEL VIÑADOR. Quédense conectados a Jesucristo.
Leen su palabra y estúdienla con frecuencia. Confíenlo y él vivirá en ti para producir buenas obras
en abundancia. Esta es su promesa. Pues, SI FUERAS UNA HIGUERA ¿SERÍA TU ÚLTIMO AÑO?
Por la gracia de Dios, no, absolutamente no. Por la gracia de Dios vivirás y producirás muchas
frutas bonitas, porque Cristo vive en ti. Gracias sea a Dios que Cristo vive en nosotros. No vivimos
en miedo de la hacha, sino en paz con Dios. La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús. Amen.
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