Hombres usados y una mujer sin escrúpulos

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La Plata, sábado 30 de octubre de 1999
Justicia, Seguridad y Policía
Breves
Matanza escolar
El personal de un liceo de Cleveland, en
el estado norteamericano de Ohio, en el
noreste de Estados Unidos, descubrió un
plan elaborado por un grupo de once
alumnos para asesinar a compañeros y
profesores, informó ayer el diario Plain
Dealer.
Los once adolescentes de Cleveland tenían la intención de utilizar armas de fuego y explosivos como en la matanza perpetrada hace seis meses en el Liceo Columbine de Littleton, en el estado de Colorado, que dejó 13 muertos y conmocionó a los Estados Unidos, reveló el diario
citando fuentes policiales.
Otro alumno, al tanto del plan, comentó la pérfida maquinación a sus padres,
quienes alertaron a los responsables del
instituto, explicó el periódico.
Empleados de la escuela detuvieron
ayer a la mañana a los adolescentes cuando llegaron a la South High School. Todos
fueron suspendidos.
“Tenemos motivos para tomar esto en
serio y no como una broma de adolescentes”, declaró al diario un responsable
de la alcaldía (municipio) de Cleveland.
Hombre araña
El juez de Garantías de San Isidro, Orlando Díaz, libró ayer una orden de detención contra un sospechoso de violar al
menos a diez mujeres en departamentos y
viviendas a las que accedía escalando como un virtual “hombre araña”, en el partido bonaerense de Vicente López.
“El juez Díaz, ante un pedido del fiscal
Martín Etchegoyen Lynch, libró un pedido de detención contra un hombre por
una violación cometida el 19 de octubre
pasado, bajo la misma modalidad
que otras 9 denunciadas públicamente este mes”.
El último fin de semana, cuatro mujeres
se sumaron a las seis que denunciaron haber sido violadas por un delincuente que
las asaltó en sus departamentos en Vicente López, a los que ingresó después de trepar por paredes y balcones.
La identidad del sospechoso era mantenida en reserva por las autoridades judiciales para no frustrar el operativo de detención que sería concretado en las próximas horas.
El magistrado evaluó que todos los casos fueron “llevados a cabo en la misma
zona geográfica, en horas de la madrugada y buscando siempre viviendas de planta alta o de primer piso”. El delincuente,
según el Juez, ingresó a esos inmuebles
“escalando por los balcones, en algunos
casos provocando el corte de energía eléctrica o bien con luces apagadas, y utilizando para movilizarse una linterna”.
El crimen del taxista
Hombres usados y una
mujer sin escrúpulos
Absolvieron al acusado de matar al taxista de Berisso. Ambos contrincantes salían
con la misma mujer, pero no lo sabían. Ella terminó procesada por sus mentiras
El juicio oral por el crimen del taxista de
Berisso Roberto Abel Díaz (38) tuvo ayer su
final abierto. El acusado fue absuelto, y la
mujer que mantenía -con ambos- una oculta
relación sentimental terminó procesada por
falso testimonio.
Lucía Araujo (22) era la novia de Díaz.
Aunque tenía viviendo en su casa a Juan Zanabria (34). Ninguno de los hombres se conocía. Recién estuvieron cara a cara cuando
se enfrentaron -a muerte- aquella fatídica tarde del 22 de marzo de 1998.
Araujo había convencido a Díaz de que Zanabria había intentado violarla. Y a Zanabria
le había dicho que Díaz la golpeaba tanto a
ella como a su hija (de una anterior pareja) de
cuatro años. Los comentarios de Lucía fueron
determinantes para desencadenar la ira en cada uno de los pretendientes. “Estos hombres
fueron usados”, sostuvo la defensora Cristina
Plasché en su alegato.
El tribunal que ayer absolvió a Zanabria
consideró que las puñaladas mortales producidas a Díaz fueron en “legítima defensa”.
Aquella tarde, Díaz estaba junto a Lucía. Había estacionado el taxi frente a la casa de ella,
en la calle 132 entre 64 y 65, de Berisso. Luego se dirigió a la puerta y comenzó a golpearla. Zanabria salió a su encuentro y se tomaron
a golpes.
Los jueces de la Sala II, Sergio Almeida,
Juan Angel de Oliveira y Ricardo Szelagowski, manifestaron que Zanabria actuó ante “una reacción injusta, innecesaria y no provocada”. Dijeron también que la víctima ingresó
violentamente y que el acusado tomó un cuchillo que tenía en la cocina porque, ante la
emergencia, “era lo que tenía más a mano”.
Zanabria aplicó por lo menos tres puñaladas. La letal fue en la axila izquierda. “Si hubiera querido matarlo hubiera agarrado una
de las herramientas de albañilería que tenía a
mayor alcance” se indicó en el fallo, subrayando el mayor tamaño del físico de Díaz, las
amenazas realizadas anteriormente, la nocturnidad, la oscuridad de la vivienda, la imposibilidad de escapar, la agresión contínua
A juicio. El fiscal Argüero (en el centro) pidió el procesamiento de Lucía Araujo
(aún herido, la víctima siguió desafiando
a pelear).
También se valoró la personalidad pacífica del imputado. Cuando Díaz irrumpió en
la vivienda, Zanabría estaba mirando
televisión.
El tribunal dispuso formar una causa penal por separado contra Lucía Araujo. Sus
mentiras derivaron en la muerte de su novio Díaz y en la injusta prisión de Zanabria,
quien pasó tras las rejas un año y siete largos meses. Ayer por la tarde, fue puesto en
libertad. Araujo podría ser condenada a
una pena de 10 años de prisión. Los jueces
dijeron que mintió durante el juicio y también en el expediente, cuando culpó a Zanabria por el asesinato.
Durante el debate oral, Araujo se desdijo,
argumentando que no había visto la pelea,
porque se había metido -justo en ese
momento- en la casa de una vecina para
hablar por teléfono.
La versión sonó falaz y mentirosa para el
fiscal Carlos Argüero, quien solicitó a los
jueces el procesamiento de la mujer. Durante dos horas de intenso interrogatorio
de la fiscalía y la defensa, Lucía Araujo desconoció su relación sentimental con “Juan”
(Zanabria). Pero su hermana Yolanda y tres
vecinos la desmintieron. Ella decía que era
“un primo que vino de Formosa para hacerle en la casa trabajos de albañilería, un
contrapiso”, detalló. Al momento del homicidio, hacía seis meses que vivían juntos.
Planes para matar
Catamarca. Denunciaron un plan para asesinar a los padres de María Soledad
Un testigo con reserva de identidad, en el
juicio que se le sigue a dos policías por atacar a asistentes a las Marchas de Silencio en
Catamarca, denunció que hubo un plan para matar a los organizadores de las marchas
de silencio, entre ellos, los padres de María
Soledad Morales y la monja Martha Pelloni.
Así se conoció ayer al iniciarse el juicio oral
contra los ex policías Rafael Pastor Cejas y
Pedro Gonzalo Nieva, por el ataque a los
manifestantes que participaron de la 23
“Marcha de Silencio” realizada el 21 de febrero de 1991.
Cejas está acusado por el delito de lesiones
graves, porque disparó contra Emiliano Del
Campo, que entonces tenía nueve años y cuyo padre es el actual diputado provincial
Mario Del Campo. Nieva está acusado de
abuso de armas y falsedad ideológica.
Para la acción civil, que impulsa el diputado Del Campo, el hecho se trató de un intento de triple homicidio, en el marco de un
plan orquestado por la dirigencia policial para acabar con los cabecillas de las marchas de
silencio, según señaló durante la instrucción
un policía, de identidad reservada.
Durante la instrucción este testigo afirmó
que el día de la 23º “Marcha del silencio”, un
policía reunió a los efectivos que debían participar del operativo de seguridad en la Casa
de Gobierno y les dijo que la situación del
gobierno de Ramón Saadi era muy delicada
y que había que eliminar a los cabecillas de
las manifestaciones.
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