ACERCA DE LA BALANZA DE PAGOS TURÍSTICA

Anuncio
EDITUR
ACERCA DE LA BALANZA DE PAGOS TURÍSTICA
Ramon Tremosa i Balcells
En el año 1999 el turismo supuso para España unas entradas de
divisas de 5’07 billones de pesetas, según datos de la Balanza de Pagos
del Banco de España; esta cifra supone un máximo en una serie temporal
que presenta una rotunda tendencia creciente (el superávit turístico ha
permitido compensar los seculares déficits comerciales españoles desde
1970, posibilitando así la financiación del desarrollo económico del país).
Por otra parte, y según datos de la Organización Mundial de Turismo
(O.M.T.), España fue en 1999 después de los Estados Unidos el segundo
país
del
mundo
en
ingresos
recibidos
por
turismo
(excluido
el
transporte), así como también fue después de Francia el segundo país del
mundo en llegadas de turistas (excluidos los visitantes de un día).
En la globalización económica que se avecina el papel que se asigna
a la economía española pasa por una especialización creciente en la
actividad turística, sin excepción alguna para todo el territorio español:
incluso en la desarrollada Cataluña, economía industrial por excelencia
desde principios del siglo XIX, en el año 2000 el sector turístico aportó el
10,5% del PIB catalán (casi 2 billones de pesetas), siendo ya dicho sector
el primero en importancia y dimensión en la economía del Principado (por
delante de los tradicionales sectores automovilístico y químico).
A pesar de ello, parece que la sociedad española todavía no se ha
percatado de la trascendencia de esta metamorfosis económica: tanto el
Estado como las Comunidades Autónomas dedican presupuestos ínfimos
a la promoción y al desarrollo de este tan estratégico sector económico
del futuro; en las Universidades son casi inexistentes los grupos de
investigación que estudien la profundidad de los cambios que ya se están
produciendo (escasean, por ejemplo, las tesis doctorales dedicadas al
turismo); y tampoco los grandes grupos privados relacionados con el
turismo no dedican los recursos suficientes a evaluar, analizar y
profundizar en el presente y el futuro del sector, (sobretodo si se
comparan con las mismas aportaciones que realizan las grandes
empresas en los diversos sectores industriales).
Como resultado de esta común desantención todavía no existe en
España una información estadística del sector turístico suficiente, fiable,
homologable,
sistematizada,
territorializada
(desagregada
por
Comunidades Autónomas y otros ámbitos territoriales) y de aparición
regular de las principales variables a considerar para un correcto análisis.
La complejidad y la diversidad del sector turístico (que existe: el cálculo
del P.I.B. turístico, por ejemplo, es mucho más complicado que el del
P.I.B. industrial) no puede ser una excusa para seguir desconociendo e
ignorando la que será, sin duda alguna, la principal fuente de creación de
renta y de riqueza de nuestro país en el siglo XXI.
Ramon Tremosa i Balcells
Descargar