Cierre de las perforaciones del tabique nasal mediante colgajos

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Acta Otorrinolaringol Esp. 2011;62(1):31—39
www.elsevier.es/otorrino
ARTÍCULO ORIGINAL
Cierre de las perforaciones del tabique nasal mediante colgajos
«en puente»
Andreas Neumann a,∗ , Carolina A. Morales-Minovi b y Hans-Jürgen Schultz-Coulon a
a
Klinik für Hals-, Nasen-, Ohrenheilkunde, Kopf- und Halschirurgie, plastische und ästhetische Operationen,
Stimm- und Sprachstörungen, Städtische Kliniken Neuss - Lukaskrankenhaus — GmbH
b
Klinik für Hals-, Nasen-, Ohrenheilkunde, plastische Operationen, Marienhospital Gelsenkirchen- GmbH
Recibido el 24 de mayo de 2010; aceptado el 3 de septiembre de 2010
Disponible en Internet el 26 de noviembre de 2010
PALABRAS CLAVE
Septoplastia;
Perforación septal;
Tabique nasal;
Colgajo en puente
KEYWORDS
Septoplasty;
Nasal septum;
Septum perforation;
Closure of the nasal
septum;
Bridge flap
∗
Resumen
Introducción: El tratamiento de las perforaciones del tabique nasal representa desde todo
punto de vista un desafío para el paciente que sufra esta patología. En este artículo se expondrá una visión general del tema y se describirá una técnica quirúrgica, que ofrece con gran
frecuencia la oclusión de la perforación.
Material y método: Estudio retrospectivo y descriptivo. Se llevó a cabo en 92 pacientes con
defectos del tabique nasal. Se describen los detalles del procedimiento quirúrgico, por el que
se llevó a cabo el cierre de la perforación del tabique nasal a través del colgajo en puente de
3 capas.
Resultados: En un 98% de los casos hubo un cierre primario del defecto en el momento de
retirar las láminas de teflón. La tasa de oclusión a los 18 meses postoperatorias fue de 93,8%
(60 de 64 de los pacientes examinados en el postoperatorio).
Conclusiones: El cierre quirúrgico de los defectos del tabique nasal con colgajos ‘‘en puente’’
de tres capas obtiene un éxito superior al 90%. La técnica es aplicable por vía endonasal y
presenta pocas complicaciones en manos expertas. Las limitaciones de éste método vienen
dadas por la altura del defecto.
© 2010 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
Closure of nasal septum perforations by bridge flaps
Abstract
Introduction: Treating nasal septum perforation is challenging from every point of view for
patients who suffer from this condition. This article presents a general overview of this topic
and describes an operative technique that very often enables closure of the perforation.
Materials and methods: A retrospective and descriptive study was performed on 92 patients
who were surgically treated for nasal septum perforation. All patients were treated with the
three-layer bridge flap technique for closure of the defect.
Autor para correspondencia.
Correo electrónico: [email protected] (A. Neumann).
0001-6519/$ – see front matter © 2010 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.otorri.2010.09.006
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A. Neumann et al
Results: In 98% of the patients, primary closure of the septum perforation was achieved immediately after removing the silicone sheets. The closure rate 18 months postoperatively was
93.8% (60 of the 64 patients who were examined postoperatively).
Conclusions: Success in closure of the septum perforation was greater than 90% with the 3-layer
bridge flap technique. This technique can be performed using an endonasal approach and offers
fewer complications in experienced hands. The limitation of this procedure is the height of the
perforation.
© 2010 Elsevier España, S.L. All rights reserved.
Introducción
Material y método
Las perforaciones del tabique nasal representan un desafío
en el tratamiento del paciente que sufre las consecuencias
de esta patología. Frecuentemente se observa la formación
de grandes costras procedentes de las secreciones mucosas, con una obstrucción nasal, epistaxis de repetición,
e incluso silbidos respiratorios o dolor. Por un lado, el
cierre quirúrgico de los defectos del tabique nasal se
considera como difícil y de resultados inciertos. Por otro
lado, los tratamientos conservadores mediante la aplicación local de diferentes tipos de ungüentos e irrigaciones
tienen una eficacia limitada. Finalmente, los obturadores
aloplásticos (‘‘botones septales’’) ocasionalmente son
difíciles de colocar, su tolerabilidad es variable y no suelen
solucionar el problema de las costras mucosas. Además,
ocasionan una irritación mecánica crónica que aumenta
el tamaño del defecto. Sin embargo, los obturadores que
son adaptados exactamente a la medida pudieran ser una
alternativa.
Se desconoce la incidencia real de los defectos del tabique nasal. De acuerdo a la literatura 2/3 de los casos son
iatrogénicos, lo que suele significar que son secundarias a
septoplastias o septorrinoplastia1 , y con menor frecuencias
después de la cauterización de hemorragias2 . La perforación
de origen idiopático también es frecuente. Sin embargo, los
traumatismos nasales y la inhalación de sustancias nocivas
son causas poco frecuentes en Alemania.
El escepticismo respecto al cierre quirúrgico viene apoyado por la gran variabilidad en el éxito conseguido, entre
el 30 y el 100%, con diferentes técnicas operatorias. Tras
la técnica de Seiffert de 19363 se han publicado más de 40
métodos para la reconstrucción plástica de perforaciones
del tabique nasal, como por ejemplo: colgajos unilaterales
o bilaterales por avance o rotación, injertos libres, colgajo
de cornete inferior, colgajo de vestíbulo bucal, colgajos de
avance endonasales y colgajos frontales para el cierre de
defectos especialmente grandes4 .
La propuesta de nuestra técnica quirúrgica une la idea
de Seiffert con su transplante ‘‘en puente’’3 y la de Seeley5
con la movilización endonasal bilateral de mucosa. Esta técnica fue desarrollada y publicada por Schultz-Coulon6 . El
‘‘secreto’’ del éxito de esta técnica quirúrgica, en comparación con los otros métodos, se debe a que la reconstrucción
es siempre en tres capas teniendo en cuenta la fuente de
vascularización del colgajo por avance (fig. 1). Se conserva
principalmente la irrigación sagital del colgajo a través de
ramas de la arteria palatina mayor, especialmente en los colgajos de los puentes inferiores, algo distinto en los colgajos
verticales por rotación.
Se trata de un estudio retrospectivo y descriptivo. El procedimiento se realizó en 92 pacientes (64 hombres y 28
mujeres), entre 22 y 68 años de edad (promedio 51 años)
quienes fueron operados entre julio del año 2006 hasta julio
del año 2008 en el departamento de ORL del St. ElisabethHospital, Kliniken der Ruhr Universität Bochum, Alemania.
Luego se hizo un control intermitente postoperatorio hasta
18 meses en promedio. Al control asistieron 64 pacientes. El
resto de los pacientes sólo asistieron a los primeros controles
por lo que no pudieron ser incluidos en nuestras estadíticas
definitivas. Se calculó la distribución de los defectos septales según su causa: iatrogénicos (posterior a septoplastias,
Figura 1 Esquema de la irrigación de la mucosa endonasal. La
irrigación es respetada por las incisiones descritas en la técnica
del colgajo ‘‘en puente’’. 1: Arteria palatina mayor; 2: Anastomosis rama alar y arteria labial; 3: Art. nasal postero-lateral;
4: Art. palatina descendente; 5: Art. etmoidal anterior; 6: Art.
etmoidal posterior.
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Cierre de las perforaciones del tabique nasal mediante colgajos «en puente»
a
c
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Figura 2 a y b) Muestran gráficos de un defecto del tabique nasal, cada uno con una localización diferente. La condición para
realizar el cierre de la perforación a través de la técnica del colgajo ‘‘en puente’’ es que el tamaño de la perforación en su altura
vertical no sobrepase mas de la mitad de la altura del tabique a ese mismo nivel; ya que los colgajos se movilizarán cranial y
caudalmente a la perforación. La operabilidad (o la estimación de la inoperabilidad) depende de la localización y de la forma de la
perforación. Las perforaciones que son mas grandes en su perspectiva sagital y más pequeñas en la vertical (c) sería inoperable (d)
son mas fáciles de cerrar, mientras que lo contrario.
septorinoplastias, electrocauterio del tabique por ejemplo
a causa de epistaxis), postraumáticos, tóxicos e idiopáticos.
Se midió el tamaño de las perforaciones en su eje vertical y
sagital.
Criterios de inclusión
La dimensión vertical del defecto no debe sobrepasar la
mitad de la altura del tabique a ese mismo nivel (figs. 2a-d).
Que los pacientes presenten molestias tales como: costras,
obstrucción nasal, epistaxis de repetición, silbidos respiratorios o dolor.
Criterios de exclusión
Si el tamaño de la perforación sobrepasa la mitad de la altura
del tabique en ese mismo nivel; consumo ininterrumpido
Figura 3
de cocaina u otros tóxicos nasales; enfermedades severas
concomitantes; granulomatosis de Wegener; la práctica de
deportes de contacto (por ejemplo boxeo).
Principio quirúrgico
El examen preoperatorio incluye la rinoscopia anterior
(fig. 3a) y la endoscopia endonasal para descartar otras
patologías concomitantes. En caso de presentarse una sinusitis crónica sería recomendable resolverlo en un segundo acto
quirúrgico. Para la cirugía se necesita un set de instrumentos estándar como en la septoplastia. Además, se precisa el
bisturí neuroquirúrgico y un portaagujas muy delgado para
la sutura endonasal.
Básicamente, se realiza la cirugía con un microscopio
binocular, con un control endoscópico intermitente. Al inicio de la operación se hará una inspección minuciosa de las
fosas nasales y se medirá el tamaño del defecto (fig. 3b).
a) Rinoscopia anterior, se observa una perforación del tabique nasal. b) Se mide el defecto al iniciar la operación.
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la proximidad del borde del defecto, pero sin perforarlo
(figs. 5 a y b). Después de la infiltración anestésica se diseca
el cartílago del borde septal caudal a través de la incisión
hemitransfixiante del lado derecho, al igual que en la septoplastia tipo Cottle. La preparación se realiza estrictamente
subpericóndrica en ambos lados, continuando hacia la parte
ventral del defecto y terminando cranealmente al mismo.
Preparación submucosa del suelo de la fosa nasal y
caudalmente al defecto
Figura 4 Principio de la técnica del colgajo ‘‘en puente’’. a)
Corte transversal. b) Esquema 3D.
En las figuras 4 a-b se muestra la movilización de la
mucosa de todo el tabique nasal y del mucoperiostio del
suelo de la fosa nasal hasta la inserción del cornete inferior
en la pared nasal lateral, donde se hace una incisión para
separarlo. De esa manera se puede desplazar el colgajo ‘‘en
puente’’ inferior medialmente y hacia arriba. Así es posible realizar una sutura bilateral de la mucosa sin tensión.
Básicamente se rellenará el defecto del tabique nasal con
cartílago autólogo. Si se presenta un defecto más grande
del tabique nasal, se hará una movilización e incisión adicionales en el domo nasal, para que el colgajo ‘‘en puente’’
superior se pueda desplazar medialmente y hacia abajo.
Gracias al desplazamiento de los colgajos ‘‘en puente’’ se
permite adaptar la mucosa sin tensión. La zona lateral de
la nariz que quedó descubierta de mucosa, cicatrizará sin
causar problemas funcionales.
Detalles del procedimiento quirúrgico
1. Incisión hemitransfixante y preparación submucosa del
tabique nasal ventralmente y cranealmente al defecto.
En la primera incisión de la mucosa se realiza la movilización ventralmente y cranealmente del defecto hasta
En el segundo paso se diseca el mucoperiostio del suelo de
la fosa nasal en ambos lados (fig. 6a). Para ello se diseca
primero el tejido blando lateral al filtrum del lado derecho
a través de la incisión hemitransfixiante, desde debajo de la
apertura piriforme hasta la parte ósea. Durante la disección
se debe mantener el contacto con la parte ósea para evitar
perforaciones del mucoperiostio. Sobre todo, se debe ser
cauteloso en la parte caudal de la apertura piriforme, la
cual con frecuencia forma un espolón en la unión con el piso
de la fosa nasal (fig. 6b). A continuación se llevará a cabo
el mismo procedimiento en el lado izquierdo a través de la
incisión hemitransfixiante.
Se continúa con la disección medial en dirección al vómer
y la del mucopericondrio caudal al defecto (fig. 7). La dificultad de este paso aumenta en caso de que en una cirugía
anterior el vómer haya sido resecado parcialmente. Durante
este paso sería conveniente desinsertar el cartílago cuadrangular del piso del tabique nasal y separar las fibras
situadas lateralmente a la premaxila con un instrumento
puntiagudo.
Apertura de la mucosa alrededor de la perforación
Sólo después de haber realizado todos los pasos para la movilización del mucoperiostio circundante es cuando se incidirá
medialmente la mucosa del defecto con el bisturí neuroquirúrgico (fig. 8). Así se separará completamente la mucosa
del lado derecho y del izquierdo evitándose un desgarro
descontrolado del mucopericondrio y facilitándose la sutura
Figura 5 Movilización del mucoperiostio ventral y craneal al defecto. a) Esquema a través de la incisión hemitransfixante. b)
Desde el exterior.
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Figura 6 Movilización del mucoperiostio del suelo de la fosa nasal. a) Después de identificar el canto inferior de la apertura
piriforme. b) Desde afuera, observe la flecha.
ulterior. Se ha de destacar, que el defecto cartilaginoso frecuentemente es más grande que el defecto de la mucosa,
con lo que se dificulta la disección de las mucosas que están
adheridas la una con la otra. Para este paso se puede utilizar un bisturí neuroquirúrgico con una hojilla redondeada o
fina. Después de la movilización y separación completa de
las mucosas hacia la cresta esfenoidal y el borde dorsal del
vómer, se pueden alinear o resecar tanto el cartílago como
la parte ósea del tabique nasal.
Incisiones liberadoras de tensión para la
movilización del colgajo ‘‘en puente’’ inferior
Para poder desplazar el colgajo ‘‘en puente’’ en dirección
al defecto es necesario realizar incisiones por debajo de
la inserción del cornete inferior y, en los defectos gran-
Figura 7 Movilización del mucoperiostio partiendo del suelo
de la fosa nasal caudalmente al defecto.
des, sería además necesaria una incisión en el domo nasal
(fig. 9a). Para la incisión del colgajo ‘‘en puente’’ inferior
se medializa el cornete inferior con el espéculo nasal. La
incisión de la mucosa se realiza con un bisturí n◦ 15 desde
atrás hacia delante hasta la vecindad del borde lateral de la
apertura piriforme. Finalmente se diseca el mucoperiostio
del hueso (fig. 9b) para que el colgajo ‘‘en puente’’ inferior
sea móvil.
Para la movilización del colgajo ‘‘en puente’’ superior
es necesario realizar una incisión en el domo nasal, aunque aquí se debe tener mucho cuidado de no seccionar la
válvula nasal. A continuación se lleva a cabo el mismo procedimiento en el lado izquierdo.
Sutura endonasal
Sólo después de haber realizado todos los pasos de la disección es cuando se realiza la sutura de la mucosa del defecto
de ambos lados. Para ello se emplea Vicryl 5-0 con una
aguja delgada ‘‘T-F’’. Para facilitar la sutura endonasal se
coloca temporalmente una lámina de teflón (previamente
modelado) entre las hojas de las mucosas del lado izquierdo
Figura 8 Incisión de los bordes de la mucosa medialmente de
la perforación mediante el bisturí neuroquirúrgico.
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Figura 9 a) Incisión sagital del mucoperiostio por debajo de la inserción del cornete inferior. b) Desplazamiento de la mucosa
para la movilización del colgajo ‘‘en puente’’.
(para la sutura del lado izquierdo) y luego en el lado derecho de la fosa nasal (para la sutura del lado derecho). La
lámina de teflón evita la sutura accidental de los dos lados
de la mucosa y es una ayuda visual por el contraste de su
color (fig. 10). Un porta-agujas pequeño (Karl Storz, ref.
515117) facilita la sutura endonasal, que se inicia en el lado
izquierdo. En el primer punto de colchonero debe recolocarse la aguja por cada punto de sutura, para así evitar un
desgarre del mucopericondrio y por la misma razón no se
deben realizar puntos simples. Los puntos de colchoneros
evierten la mucosa hacia la fosa nasal. Las irregularidades resultantes se aplanarán espontáneamente después de
algunas semanas. El nudo debe realizarse con cautela para
que así se aproximen paulativamente los colgajos en puente
(figs. 11 y 12). De esta manera se evitan desgarres de la
mucosa y de la sutura. El número de puntos de colchoneros depende del tamaño del defecto. En la mayoría de los
casos dos puntos son suficientes. En el segundo punto puede
realizarse la sutura de los bordes del defecto directamente,
sin recolocar la aguja. Para la sutura del defecto del lado
derecho se cambiará la lámina de teflón a la fosa nasal
derecha (fig. 13a). Para facilitar la sutura del lado derecho,
se hará esta a partir del espacio interseptal del tabique,
repitiendo el cirujano los mismos movimientos de la sutura
del lado izquierdo (fig. 13b). La lámina de teflón protege la
mucosa del tabique del cornete inferior. Consecuentemente
se invertirán los bordes del defecto del lado derecho. No
Figura 10 La colocación de la lámina de teflón en el espacio interseptal, evitará que se suture accidentalmente el lado
derecho con el izquierdo.
se ha observado ninguna desventaja respecto a la eversión
provocada de la mucosa del lado izquierdo.
Preparación del pericondrio del cartílago,
adaptación en el defecto y fijación de la lámina
cuandrangular
Para el cierre del defecto en tres capas es necesario rellenar
el defecto cartilaginoso con un injerto de cartílago. Dependiendo del tamaño del defecto se prefiere cartílago auricular
o costal y, más raramente, de la parte dorsal del tabique
nasal. Es muy importante la fijación de nuevo del resto del
cartílago cuadrangular al periostio de la espina nasal, porque éste proporciona la proyección de la punta nasal y evita
el descenso de la parte cartilaginosa del dorso nasal. La dislocación del transplante (fig. 14) se puede evitar mediante
la sutura en el cartílago cuadrangular.
Figura 11 Puntos colchoneros en el cierre de la mucosa de la
perforación.
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Figura 12 a-d) Realización de los puntos colchoneros del lado izquierdo, con aproximación cuidadosa y lenta del colgajo en puente
para la adaptación de la mucosa sin tensión.
Uso de cola de fibrina
Para evitar un hematoma septal y, además, mejorar la adaptación y fijación del colgajo ‘‘en puente’’ se aplica cola de
fibrina entre los mucopericondrios y colgajos ‘‘en puente’’
para, seguidamente aplicar compresión sobre ambos lados
del tabique con la ayuda de dos espéculos nasales durante
unos 5 minutos.
Cierre de la incisión hemitransfixiante, colocación
de los folios de teflón y taponamiento nasal
Se realiza el cierre de la incisión hemitransfixiante con puntos aislados. Después de haber controlado completamente
Figura 13
las suturas de la mucosa (fig. 15) se colocan una lámina de
teflón en cada fosa nasal y se fijan mediante una sutura
transfixiante para, a continuación, colocar un taponamiento
a base de mechas vaselinadas.
Control postoperatorio
Se retiran las mechas vaselinadas a los dos días y las láminas
de teflón a los siete días. Los pacientes reciben una profilaxis
antibiótica perioperatoria (generalmente Cefazolina). En el
postoperatorio se debe realizar un tratamiento minucioso
con un ungüento para la nariz con mucha cautela o evitando resecar con instrumentos las costras mucosas a nivel
de las suturas. Las suturas son reabsorbibles no se deben
resecar.
a) Mucosa del lado derecho. b) Lámina de silicona en el lado derecho.
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los 28 pacientes fueron excluidos del estudio por no haber
asistido a los controles hasta los 18 meses postoperativos.
Las complicaciones perioperativas registradas fueron
raras: 1 hematoma del tabique, 2 deshiscencias de suturas.
En cuanto al tamaño de las perforaciones estas comprendían en su eje vertical entre 0,7 a 2,8 cm con un promedio
de 2,1 cm. Mientras que en el eje sagital las perforaciones
midieron entre 0,8 y 3,5 cm con un promedio de 2,4 cm.
Discusión
Figura 14 Colocación de cartílago del pabellón auricular en
el defecto del tabique. La curvatura del cartílago se corrige
mediante incisiones repetidas sobre el mismo.
Resultados
Con éste método nuestra experiencia abarca 92 pacientes,
quienes fueron operados entre julio del año 2006 hasta julio
del año 2008 en el departamento de ORL del St. ElisabethHospital, Kliniken der Ruhr Universität Bochum.
La distribución según la causa de la perforación del tabique nasal fué la siguiente:
-
Iatrogénicas: 61 (66,3%).
Idiopáticas: 27 (29,3%).
Postraumaticas: 3 (3,2%).
Por consumo de cocaina: 1 (1,08%). Este paciente fue
incluido por haber suspendido definitivamente durante
años el consumo de cocaina.
En 4 casos con nariz en silla de montar leve se combinó el
cierre del defecto del tabique con una rinoplastia, en 2 casos
de nariz en silla de montar severa postraumática presentadas en el preoperatorio se realizó una corrección con un
injerto costo-condral. La tasa de cierre primario del defecto
del tabique (en el momento de retirar las láminas de teflón)
fue del 98% (90 de 92 de los pacientes). La tasa de la oclusión a los 18 meses postoperatorios fue de 93,8% (60 de 64 de
los pacientes examinados en el postoperatorio). El resto de
Figura 15
El mayor número de pacientes seguidos tras esta técnica
fue descrito por Schultz-Coulon2,6 , en los que en más de
400 casos se logró el cierre completo del defecto septal en
un 92,5%. Según este autor, las recidivas, cuando ocurren,
son más pequeñas que los defectos originales y ocasionan
menos molestias. Además, después de un tiempo prudencial se puede incluso repetir este método para intentar el
cierre del defecto remanente. Algunas de las razones de
la recidiva del defecto son: los hematomas del tabique,
infecciones postoperatorias (periostitis en el dorso nasal) o
traumatismos.
Es interesante el hecho de que los 3 casos con complicaciones postoperatorias no tuvieron ninguna relación con
aquellos casos en los que hubo una recidiva de la perforación del tabique. Es decir, tanto el caso del hematoma,
como el de las deshiscencias de las suturas, se resolvieron
espontáneamente sin ocasionar más lesiones de la mucosa
del tabique nasal. Por lo que la causa de la recidiva de las
perforaciones en los 4 pacientes no se pudo explicar.
La realización y el éxito de la técnica del colgajo ‘‘en
puente’’ depende fundamentalmente de la localización y
del tamaño del defecto. Los defectos muy posteriores son
difíciles de suturar por vía endonasal. Afortunadamente, los
defectos en la parte septal dorsal se observan en pocas ocasiones, dado que de por sí son poco comunes o porque causan
menos molestias, por lo que no asisten a la consulta médica.
Un punto decisivo para abordar o no el cierre reside en el
tamaño del defecto en su eje vertical, porque el colgajo ‘‘en
puente’’ inferior y superior deben ser necesariamente desplazados y adaptados sin tensión. Lo cual fue demostrado
en nuestro estudio donde se logró el cierre de perforaciones que en el eje sagital presentaban hasta 3,5 cm; sin
embargo en el eje vertical el tamaño máximo que se logró
fue hasta 2,8 cm. Por ello, como norma general, se puede
Endoscopia endonasal para la verificación de la sutura del lado derecho (a) e izquierdo (b).
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Figura 16 a) Realización de un molde endonasal con material a base de silicona. b) Obturador de silicona adaptado individualmente (las figuras 16 a y b fueron utilizadas con la autorización de Mathias Schneider, Anaplastólogo, Epitheseninstitut Schneider,
Zweibrücken, Alemania).
decir que ésta técnica se puede realizar con una seguridad
fiable cuando la dimensión vertical del defecto no sobrepase
la mitad de la altura del tabique a ese mismo nivel.
Considerando la alta tasa de éxito en todos los defectos,
si se cumplen los criterios mencionados, se puede recomendar el cierre quirúrgico. Dado que el tamaño de los defectos
no tratados tiende a aumentar a lo largo del tiempo es preferible no dilatar en el tiempo su realización, porque de
lo contrario podría alcanzar el límite de tamaño que hace
desaconsejable la técnica.
Las posible excepciones o contraindicaciones de la cirugía
se han de considerar individualmente, como por ejemplo la
inhalación frecuente de sustancias nocivas (uso de cocaína),
la realización de deportes de contacto (por ej. boxeo), y la
presencia de co-morbilidades (como por ejemplo la granulomatosis de Wegener).
Una alternativa terapéutica para los defectos subtotales
grandes sería sobre todo el colgajo frontal7 .
La confección de obturadores es, hasta el momento, insatisfactoria, si bien existe una alternativa en la cual se adapta
un obturador de silicona. En este caso se toma un molde del
interior de la fosa nasal (fig. 16a). De este molde puede
manufacturar un obturador réplica de una silicona blanda
que se adapte exactamente a la medida (fig. 16b). La colocación se realiza bajo anestesia general. Los resultados con
el obturador, no comparables con ‘‘botones septales’’ son
buenos, dado que no produce irritaciones de los bordes del
defecto al luxarse, al estornudar o al respirar. Aun así, son
necesarios estudios a largo plazo8 .
Conclusión
El cierre quirúrgico de los defectos del tabique nasal con colgajos ‘‘en puente’’ de tres capas obtiene un éxito superior
al 90%. La técnica es aplicable por vía endonasal y presenta
pocas complicaciones en manos expertas. Las limitaciones
de éste método vienen dadas por la por la altura del defecto.
Los obturadores adaptados individualmente y el colgajo
frontal pueden ser una alternativa para los defectos subtotales.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Agradecimientos
Nuestros sinceros agradecimientos al Prof. Manuel BernalSprekelsen por la colaboración en la elaboración de este
artículo.
Bibliografía
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