EL SUJETO NARRATIVO DE LAS NUEVAS GENERACIONES Coordina: Golpe, Laura Irene Universidad Nacional de Mar del Plata [email protected] EL LABERINTO DE LAS NARRATIVAS AMOROSAS EN EL SUJETO DE LAS NUEVAS GENERACIONES Golpe, Laura; Molero, Norma Facultad de Psicología- Universidad Nacional de Mar del Plata [email protected]; [email protected] Resumen En este trabajo nos proponemos comprender el laberinto de significaciones narrativas acerca del amor desde el punto de vista de las nuevas generaciones. Los estudios contemporáneos sobre amor sostienen que se encuentra cercado por dos amenazas que ponen lo ponen riesgo: a) la búsqueda de garantías para enamorarse y b) la banalización que intenta restarle toda importancia al hecho de amar. En esta investigación partimos de la premisa que postula un doble anclaje del sentido en lo social y de lo social en el sentido, pues consideramos que la significancia del amor adquiere una profunda relevancia si se comprende la producción de sentido narrativo de los jóvenes, vinculada a determinaciones sociales y a procesos sociales que develan la dimensión significante de las nuevas generaciones. Trabajamos con la técnica de cuestionario abierto en un estudio de caso de 70 sujetos jóvenes de clase media y alta -entre 15 a 17 años concurrentes a instituciones educativas de la ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina. La yuxtaposición de narrativas sobre el amor, promueve innovaciones en el magma de figuraciones del sentir encarnadas en el sujeto de las nuevas generaciones y recrea como alteridad el cuidado de lazos afectivos. Palabras clave: sujeto joven - narrativa amorosa - sentimentalidad contemporánea generaciones. Introducción En este trabajo nos proponemos comprender la significación de las narrativas i del amor desde el punto de vista de las nuevas generaciones ii. La función narrativa ha adquirido profunda significatividad en las Ciencias Humanas que tiene una amplia riqueza para la comprensión hermenéutica a partir de los múltiples géneros en donde se inscribe la expresión de una serie de eventos del sujeto social. En el campo de las Ciencias Humanas el concepto de narrativa ha tenido un fuerte anclaje comunitario. […] El concepto de narrativa se ha convertido en favorito entre muchos practicantes de la ciencias humanas que estudian colectividades […] Las historias creadas por los individuos con frecuencia se presentan como variaciones dentro de un repertorio disponible de narraciones sociales que a su vez legitiman la comunidad y garantizan la continuidad de su existencia. (Hinchman, 1997, p.13). Según Ricoeur, la función narrativa está íntimamente relacionada con la acción de leer, la prefiguración del texto, y su recreación, pues en estos procesos se hilvanan las etapas de un recorrido, que a modo de una cinta de Möebius, comienza su itinerario desde la fenomenología a la hermenéutica, prosigue con la hermenéutica del texto y nos conduce a la hermenéutica de la acción humana. Señala que la historia narrada: […] dice el quién de la acción. La identidad del quien no es, pues ella misma más que una identidad narrativa. Sin el recurso de la narración, el problema de la identidad personal está, en efecto, condenado a una antinomia sin solución: o bien se piensa un sujeto idéntico a sí mismo en la diversidad de sus estados, o bien se sostiene que este sujeto no es sino una ilusión sustancialista (Ricoeur, 1996, p.335). Asimismo este filosofo argumentaba tres preocupaciones principales en relación a la función narrativa: la primera para contrarrestar posturas reduccionistas, intenta preservar la amplitud, la diversidad y la irreductibilidad de los usos del lenguaje en relación al acto de narrar ; la segunda ante la fragmentación entre narrativas con pretensión de verdad de las ciencias y los relatos de ficción del campo literario y el campo artístico intenta reunir las formas y modalidades dispersas del juego de narrar; y la tercera denota su interés en poner a prueba la capacidad de selección y de organización transfrásica del lenguaje, a fin de hallar un patrón de medida que permita delimitar, ordenar y explicitar el texto, en tanto unidad lingüística que anuda la vivencia temporal y el acto narrativo. Ricoeur (2000, p.207) afirma que la trama es la síntesis integradora de la heterogeneidad, permite hacer una configuración legible los múltiples incidentes y discontinuidades inteligibles que se suceden a lo largo de un trayecto humano y articular una historia bien constituida del agente. De tal modo se cuestiona la comprensión del ser en el mundo, esa comprensión de un ser que posee una biografía singularizada que lo diferencia de los otros, en cuyo trayecto se vincula el presente y pasado propio cuyo símbolo fundante es el nacimiento. A su vez en ese presente se encuentra incluido el futuro y en pasado; la memoria permite que ese pasado siga vivo en el presente adquiriendo la conciencia temporal de un ipse en lugar de la falacia de un ídem. Para lograr resolver esa cuestión es que configura el concepto de identidad humana en base al conocimiento que le proporcionan las narraciones. En base a estas premisas narratológicas, nuestros hallazgos científicos han sido producidos en base a un estudio de comunidad con una estrategia metodológica cualitativa, donde focalizamos la dimensión narrativa y los procesos sociales de significación del amor. Por otra parte nos parece oportuno dar un panorama sucinto acerca cuáles son las cuestiones nodales acerca de la narrativa amorosa en el campo de las Ciencias Humanas. Roland Barthes sostiene que la sentimentalidad del amor, desacreditada por la opinión moderna, se vincula con lo obsceno que deja al sujeto expuesto; desde ese punto de vista asegura que hoy en día el discurso amoroso es de una extrema soledad. Dado que se es hablado por múltiples personas, pero es abandonado, despreciado e ignorado por los lenguajes circundantes no solamente del poder, sino de sus mecanismos –ciencia, conocimientos, arte- y agrega que debido a que este “discurso es arrastrado por su propia fuerza en la deriva de lo inactual, deportado fuera de toda gregariedad, no le queda más que ser el lugar, por exiguo que sea, de una afirmación” (Barthes, 2011, p.12). Por su parte Alain Badiou (2012, p.8), sostiene que el amor en el mundo contemporáneo se encuentra acorralado, asediado y en este sentido amenazado. Su elucidación se basa en dos amenazas que ponen en riesgo al amor: la primera es la amenaza aseguradora que busca garantías para enamorarse; la segunda es amenaza de la banalización que intenta restarle toda importancia al hecho de amar. Por ende, sostiene que es necesario reinventar el riesgo y la aventura en contra de la seguridad y la comodidad, de este modo el amor se salvara de sus asedios. Los intelectuales contemporáneos postulan que las narrativas amorosas de las generaciones jóvenes delinean las maneras de cuidar los lazos afectivos y conforman objetos de deseo en base categorías instituidas del sentir en una temporalidad atravesada por las lógicas de consumo y por modelos de resguardo de “riesgo cero” que obturan la confianza en la profundidad de los compromisos al estilo de los “amores líquidos” (Bauman, 2005). […] la promesa de aprender el arte de amar es la promesa (falsa, engañosa, pero inspiradora del profundo deseo de que resulte verdadera) de lograr “experiencia en el amor” como si se tratara de cualquier otra mercancía. Seduce y atrae con su ostentación de esas características porque supone deseo sin espera, esfuerzo sin sudor y resultados sin esfuerzo (Bauman, 2005, p.22). El ideario de las generaciones anteriores cuya larga trayectoria atraviesa el Eros de la civilización occidental sigue operando en las nuevas generaciones, de modo implícito en la presentificación del sentido del arte de amar; se encuentra cimentado en un palimpsesto de narrativas del sentir que abarcan desde lo ilusorio del Eros griego al sufrimiento del Eros romántico. Las narrativas de amor se cristalizan y se van legitimando en las diferentes generaciones, y a partir de singulares clivajes vivenciales del sentir, que se posibilitarán nuevas producciones de sentido en el universo afectivo del sujeto epocal. Al respecto Beatriz Sarlo, en su ensayo Escenas de la Vida Posmoderna, afirma que en casi todo Occidente, así como en Argentina, existe […] una creciente homogeneización cultural donde la pluralidad de oferta no compensa la pobreza de ideales colectivos, y cuyo rasgo básico es, al mismo tiempo, el extremo individualismo. Este rasgo se evidencia en la llamada “cultura juvenil” tal como lo define el mercado, y en un imaginario social habitado por dos fantasmas: la libertad de elección sin límites como afirmación abstracta de la individualidad, y el individualismo programado. (Sarlo, 1994, p.9). En síntesis, los referentes más destacados de las Ciencias Humanas sostienen que el sujeto contemporáneo exige garantías para involucrarse empáticamente en un laberinto amoroso, que por otro lado ha sido desacreditado y banalizado por los anti-románticos y los realistas modernos. Pues argumentan que la aceleración, lo efímero y lo instantáneo parecen ser una pauta cultural que atraviesa las narrativas amorosas del sujeto contemporáneo desmarcado de los ideales modernos. Para refutar este imaginario intelectual proveniente del discurso experto a continuación analizaremos las narrativas amorosas del sujeto de las nuevas generaciones y nos adentraremos en un laberinto de significaciones imaginarias sociales que instituyen nuevas presentificaciones de sentido sobre el amor que posibilitan vislumbrar aquellas reinvenciones para afrontar sus asedios contemporáneos. Reflexiones acerca de nuestros hallazgos en las narrativas de las nuevas generaciones En esta investigación partimos de la premisa que postula un doble anclaje del sentido en lo social y de lo social en el sentido, pues consideramos que la significancia del amor adquiere una profunda relevancia si se comprende la producción de sentido narrativo de los jóvenes, vinculada a sus determinaciones sociales y a los procesos sociales que develan la dimensión significante de las nuevas generaciones. Para desarrollar nuestro estudio elegimos aplicar la técnica de cuestionario abierto –estructurado en tres ejes temáticos- a una selección muestral de 70 sujetos jóvenes de clase media y alta -entre 15 a 17 años concurrentes a instituciones educativas de la ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina. La yuxtaposición de narrativas sobre el amor, promueve innovaciones en el magma de figuraciones del sentir encarnadas en el sujeto de las nuevas generaciones y recrea como alteridad el cuidado de los lazos afectivos. En primer lugar, surge con mayor pregnancia, una narrativa amorosa vinculada al sentimiento intenso y genuino emanada de un ideario romántico de felicidad y del deseo de compartir el tiempo con el otro, que resistirá los embates del olvido e inspira metáforas poéticas. Para mí el amor es un sentimiento que te hace tener mariposas en la panza. (Mujer, 15 años) El amor es un sentimiento muy fuerte y apegado que una persona siente por otra. En esta situación tiene el deseo de estar con esa persona. (Varón, 16 años) El amor es el sentimiento más hermoso que podría existir ya que el tener respeto y cariño por una persona es hermoso para los dos. Es bello y terrible a la hora de terminar con esa persona tan especial. (Varón, 16 años) El amor es un tipo de sentimiento en el ser humano, en el hombre y en la mujer, que se expresa la acción de querer hacia otra persona o bien para otro tipo de ser vivo o algún otro objeto. El amor puede causar relaciones entre las cosas que se está enamorada. (Varón, 17 años) Es lo que siente una persona por otra, cuando la quiere mucho. (Varón, 17 años) Para mí el amor es una forma de expresar un sentimiento, pero no creo que pueda existir cierta definición, la palabra “amor” es muy abarcativa por lo que cada persona puede tener distinto significado. Sé que para amar algo no es necesario poder tocarlo. (Mujer, 16 años) El amor es para mí un sentimiento que uno tiene con pocas personas, sólo cercanas a uno. (Varón, 17 años) El amor es un sentimiento que a uno le surge por otra persona. Surge naturalmente y se afianza con el tiempo compartido. Puede presentarse entre parejas y también entre familiares y amigos. Es fundamental para la vida, nosotros nacemos en un contexto de amor. Genera ganas de proteger, cuidar, dar cariño, estar con la otra persona. (Mujer, 17 años) El amor para mí es un sentimiento que te da felicidad, que te hace sentir bien con uno mismo. El amor es lo que mi familia y amigos me dan. Es contención y protección. (Mujer, 17 años) El amor para mí es un sentimiento que puede dar sentido hacia familiares, amigos, novio, esposo y también por cosas materiales. El amor hacia otra persona es quererla respetarla, y cuidarla. Es amor a la otra persona y querer que este bien y que nada le pase. (Mujer, 17 años) Para mí el amor es un sentimiento expresado hacia una persona que comparte momentos te haga sentir que sos importante en su vida. (Mujer, 17 años) Para mí es un sentimiento genuino hacia otra persona. (Mujer, 17 años) Es algo que se siente en el corazón y a alguien, es ser más feliz. (Mujer, 15 años) El amor es un sentimiento que nunca se puede olvidar. (Varón, 15 años) El amor para mí es un sentimiento que te atrae fuertemente a otra persona. (Varón, 15 años) En segundo lugar aparece un conjunto de narrativas amorosas vinculadas a una afectividad que se expresa hacia otro que tiene el poder de transformarnos como seres humanos. Para mí el amor es un sentimiento de afecto. El amor no es siempre hacia una persona. (Varón, 16 años) Para mí es cuando sentís afecto por otra persona, cuando sentís ciertos sentimientos, cuando compartís momentos lindos o feos. (Mujer, 16 años) El amor para mí es el afecto entre dos individuos. (Varón, 17 años) Para mí, el amor es el afecto a una persona demostrándolo cariño y ayudándola siempre. (Mujer, 17 años) Para mí el amor es un sentimiento que surge por la muestra de afecto de otra persona hacia uno mismo. Es muy importante la presencia del mismo ya que como te aman es como te forman como persona. (Mujer, 17 años) Es tener un afecto, cariño muy dulce y sincero hacia una persona. (Mujer, 17 años) En tercer lugar surge otro conjunto de narrativas amorosas vinculadas a la cuestión del querer, orientadas al bienestar, a una adoración compartida del otro investido como ser singular que reviste una pregnancia placentera. El amor es cuando sentís algo por alguna persona como quererla”. (Mujer, 15 años) Para mí es querer a una persona, quererla bien, apoyarla en momentos difíciles, ser compañero con ella y ayudarla a tomar decisiones (aunque también puede ser algo así como una pasión y dedicación a algo). (Mujer, 16 años) El amor es querer mucho a otra persona, como para querer estar con ella, compartir tu tiempo. (Varón, 17 años) Para mí el amor es algo muy importante para el ser humano porque es lindo querer a una persona con diferencia a otras o quererla como un amigo y querer algo más allá. (Varón, 16 años) El amor es para mí estar enamorado de alguien, sentir cosas por una persona a la cual querés mucho, aunque también el amor es hacia la familia, no sólo tiene que ser por la persona que te guste. (Mujer, 15 años) Es cuando dos personas se quieren, se aman, se adoran, se aprecian uno al otro. (Varón, 16 años) En cuarto lugar, otro grupo de jóvenes enuncian un tipo de narrativa amorosa vinculada al cariño, radica en expresiones de dulzura y sinceridad hacia alguien que ocupa el pensamiento de manera continua. Para mí el amor es sentir cariño por alguien. Es expresar sentimientos por otro. (Mujer, 17 años) El amor para mí es cuando alguien se encariña y siente que la otra persona es perfecta para uno mismo. (Mujer, 15 años) Es un sentimiento el cual demostrás cariño por otra persona. Vivís pensando en esa persona todo el día y todos los días. (Mujer, 15 años) Es un sentimiento por una persona, puede ser el amor de pareja o amistad por la cual tenés un gran cariño. (Mujer, 15 años) En quinto lugar aparece una narrativa amorosa vinculada a la amistad especial connota una fuerte enunciación generacional vinculada a la compañía de momentos únicos. El amor para mí es una amistad especial, una amistad no de amigo nada más, sino de pasar momentos únicos. Es un fuerte sentimiento hacia otra persona de cariño y pasión. El amor se demuestra con la compañía, la confianza, la felicidad hacia la pareja. Además puedo decir que hay amores reales y no reales. (Varón, 16 años) En sexto lugar surge una narrativa amorosa vinculada al aprecio en el sentido de singularizar el valor que adquiere ese otro para inspirar un cúmulo de sentires. Para mí el amor es aquello que sentís cuando estas con una persona a la que le tenés aprecio. (Varón, 15 años) Para mí es cuando una persona muestra aprecio hacia otro. (Varón, 15 años) En séptimo lugar encontramos una narrativa amorosa vinculada a la unión orientada una reciprocidad de los seres que se juntan para sentir la plenitud y se aceptan en sus idiosincrasias específicas. Para mí es la representación general de cariño, compañerismo, unión, es lo esencial. No se puede comprar de ninguna forma, se da y al dar se devuelve. (Mujer, 16 años) Es la unión de dos personas que se juntan para amarse. (Varón, 15 años) Es la unión de dos personas que aceptan completamente todo de ellas perfecciones e imperfecciones. Aunque a veces tengan complicaciones se recupera. (Varón, 16 años). En octavo lugar, hallamos un tipo de narrativa amorosa vinculada a la felicidad y a la alegría que nos hace sentir diferentes al resto del mundo. El amor para mí es todo, nos hace feliz y a veces sufrir, desilusionar, pero finalmente nos hace felices, nos hace cada sonrisa en nuestra vida sea de un novio, la familia y hasta un amigo. (Mujer, 15 años) Es un sentimiento muy bonito que te hace ser muy feliz, alegre y especial. (Mujer, 15 años) En noveno lugar emerge otro tipo de narrativa amorosa vinculada al estado psicológico de atracción, a un periodo de encantamiento subyugante por su forma integral de ser. El amor es el estado psicológico en el que una persona ya sea varón o mujer se siente atraída de diversas formas a otra persona. Aunque hoy en día la palabra amor dura poco tiempo porque al primer conflicto desaparece. (Varón, 17 años) El amor para mí es un sentimiento único donde te atrae una chica o chico por cómo es por dentro no por fuera, ya querés estar con ella sin importar que”. (Varón, 15 años) El amor es un sentimiento que se siente cuando ves a una persona que te atrae. (Mujer, 15 años) Es cuando sentís una atracción hacia una persona y querés pasar mucho tiempo con alguien. (Varón, 15 años) El amor es cuando dos personas se atraen por como es el otro. No por lo que tiene. (Varón, 15 años) En décimo lugar aparece una narrativa amorosa vinculada a la pasión que nos permite experimentar un sin número de nuevas sensaciones gratificantes. Para mí el amor no tiene una definición exacta: es como un sentimiento, una pasión por alguien o algo, es una sensación hermosa de experimentar, que se puede aprender cosas a través de la acción de amor. (Mujer, 17 años) En décimo primer lugar se trasunta se vislumbra una narrativa amorosa vinculada a la entrega incondicional en el circuito de dar al otro en un espacio compartido. El amor es sentir que darías todo por una persona y que esa persona daría todo por vos. (Varón, 16 años) El amor es un dar y recibir. Es dar satisfacción, alegría, risas, llantos. Desde tu familia hasta la persona que elegís para comenzar un camino juntos”. (Mujer, 17 años) Para mí el amor es entregarte a otro libremente expresando todo lo que tenés para dar y lo que sentís. (Mujer, 15 años) Para mí el amor se trata de dar a otra persona sin pensar sólo en lo que vas a recibir o si lo vas a recibir. Es una muestra de afecto, es algo que se necesita demostrar las veinticuatro horas del día, un sentimiento incondicional y único que te salva de toda situación y te permite soltarte demostrando tus íntimos sentimientos. (Mujer, 17 años) Es dar todo por esa persona. (Varón, 17 años) En décimo segundo lugar encontramos una narrativa amorosa vinculada a la sensación única que nos distingue y enaltece. Para mí es una sensación única y muy pocos lo sienten. Hay distintas tipos de amor y cada uno lo siente de manera distinta. Es una sensación, un sentimiento muy lindo. (Mujer, 17 años) El amor es una sensación linda que se siente, cuando ves a algo o alguien. (Mujer, 15 años) El amor para mí es estar al lado de alguien que te quiera, que te acompañe, es una sensación hermosa de querer alguien. (Mujer, 15 años) En décimo tercer lugar asoma un tipo de narrativa amorosa vinculada a la confianza en el otro que nos responde del mismo modo. El amor para mí es poder confiar en alguien y que ese alguien sepa también que puede confiar en mí. (Mujer, 17 años) En décimo cuarto lugar surge una narrativa amorosa vinculada al pensamiento acerca del otro que nos demanda toda la atención de nuestros pensamientos. Para mí el amor es estar pensando en alguien todo el día, que te saque una sonrisa con sólo una mirada. El amor es el cariño que se siente entre dos personas que es inexplicable sino lo has vivido. (Mujer, 17 años) El amor para mí es que vos pienses en el otro y que la otra persona piense en vos, es cuidarse mutuamente. (Mujer, 15 años) En décimo quinto lugar aparece una narrativa amorosa vinculada a la preocupación por el otro en el sentido del adueñamiento del otro. Para mí el amor es cuando te preocupas por una persona especial, cuando sólo querés saber cómo está o dónde está o qué está haciendo. (Mujer, 16 años) En décimo sexto lugar surge La narrativa amorosa vinculada al apoyo incondicional y el respeto por las diferencias del otro como sujeto deseante. El amor es apoyar en los malos y buenos momentos y quererse incondicionalmente. Es perdonar y querer siempre. (Mujer, 15 años) El amor para mí es amar a alguien incondicionalmente, sin imponer lo que pase, apoyando a la otra persona a pesar de las diferencias, saber respetar su opinión y aceptarla. (Mujer, 15 años) En décimo séptimo lugar emerge una narrativa amorosa vinculada a compartir momentos satisfactorios con el otro. Para mí el amor es tener que compartir momentos con el otro, gustos y quehaceres. (Mujer, 15 años) En décimo octavo lugar encontramos una narrativa amorosa vinculada a la comprensión profunda de las cuestiones comunes que demanda el sentir por el otro. Es la paciencia y la comprensión o las cosas en común que se tienen con una persona. (Mujer, 15 años) En décimo noveno lugar vislumbramos un tipo de narrativa amorosa vinculada al tabú de expresar ese sentimiento al otro y mantenerlo en el secreto del fuero íntimo de nosotros mismos. El amor es cuando una persona se enamora de otra, aunque sean del sexo que sea. Aunque la otra persona no sienta lo mismo igual es amor. (Varón, 17 años) De este modo trabajamos con una interlectura del corpus narrativo producido, a fin de indagar las nuevas presentificaciones de sentido del Eros en la juventud contemporánea. La producción narrativa del sujeto de las nuevas generaciones devela un laberinto de significaciones del amor vinculado a : 1) al sentimiento, 2) a la afectividad, 3) al querer, 4) al cariño, 5) a la amistad especial, 6) al aprecio, 7) a la unión, 8) a la felicidad, 9) a la atracción, 10) a la pasión, 11) a dar todo de sí, 12) a la sensación única, 13) a la confianza en el otro, 14) a pensar siempre en el otro, 15) a preocuparse por el otro, 16) al apoyo, 17) compartir con otro, 18) a la comprensión mutua, 19) al tabú. Consideraciones finales Los hallazgos sobre las narrativas amorosas del sujeto de las nuevas generaciones, contraponen las argumentaciones sostenidas por los intelectuales, pues no esgrimen un Eros desencantado propio de un amor efímero o líquido, sino por el contrario, postulan una densidad emanada de un giro profundo en la sentimentalidad que antagoniza con la banalización de las generaciones anteriores. En relación con esta narrativa amorosa nos parecen valiosas las reflexiones de Beatriz Sarlo quien afirma que el sentimentalismo de la novela sentimental es una invención original de la modernidad. […] Ya los románticos exageraron el sentimentalismo de la novela del siglo XVIII, el melodrama lo utilizó como un gran estilo, Flaubert lo ironizó, Dickens tocó sus notas magistralmente. El siglo XX no trae el fin del sentimentalismo, por el contrario su expansión de masas que acompaña a la expansión de públicos populares más amplios incluso que los conquistados por el folletín en el siglo XIX. Deberemos seguir las peripecias de una persistencia casi milagrosa. (Sarlo, 2012, p.10) Estas narrativas cuestionan la ficción intelectual en que en la que vivimos sumergidos con respecto a banalizar la sentimentalidad de las nuevas generaciones, pues la percepción de las cosas pasó a ser más importante que la realidad de las cosas, lo que denomina como crisis de percepción, y se ha preocupado por demostrar cómo se construye un orden nuevo del relato, un orden de ficción que sustituye a la realidad, en tal sentido, la narración como una manera de simular, convencer y movilizar a la opinión pública reemplazándola por la emoción pública. De este modo la narración se transformó en el arte de la manipulación de imaginarios sociales, el storytelling posee una gran eficacia para la regulación de las emociones masivas. A lo largo de la historia de la cultural occidental se ha pensado pensamos que el amor es una llama intensa, un magma de figuraciones asociado a las generaciones más jóvenes: […] “vértigo de identidad, vértigo de palabras: el amor es, a escala individual, esa súbita revolución, ese cataclismo irremediable del que no sea habla más que después […] si se admite, contrariamente a nuestras jóvenes enamoradas incrédulas, que, a pesar de lo inconmensurable del afecto y del sentimiento puesto en juego por los protagonistas, se puede hablar de un amor, del Amor, hay que admitir también que, por muy vivificante que sea, el amor siempre nos quema. Hablar de él, aunque sea después, no es posible más que a partir de esta quemadura”. (Kristeva, 2009, p.3) Badiou (2012, pp. 50-55) sostiene que al hablar de amor, estamos imaginando una eternidad en el tiempo en el advenimiento de “Dos” para siempre, pues la felicidad amorosa es la prueba que el tiempo de la vida albergar la eternidad, tal como el anhelado ideario de juventud por siempre. Sin embargo, para poder orientar nuestras narrativas en pos de un elogio del amor sin la disyuntiva entre la narrativa romántica o la narrativa escéptica - consideramos que es preciso respondernos si el sujeto al estar con un otro, es capaz, de a Dos, de asumir la diferencia y volverla creadora. En nuestra experiencia de investigación la banalización del amor y el temor al riesgo de enamorarse, no emerge de la fuerza narrativa con que se expresan las nuevas generaciones, sino justamente lo que surge es esa llama vivificante que permite comprender que “cualquier amor aporta una prueba de que el mundo puede ser encontrado y experimentado por fuera de una conciencia solitaria” (Badiou, 2012, p. 44). Pues la cuestión de “amar es estar, más allá de cualquier soledad, conectado con todo aquello que anima la existencia del mundo” (Badiou, 2012, p.98). Es este imaginario de futuro, lo que posiblemente nos permita dar un giro sobre los mitos acerca de la sentimentalidad contemporánea y los prejuicios sobre la fragilización de los vínculos afectivos entre los jóvenes. En tal sentido postulamos que es hora de generar un debate profundo desde el Campo de las Ciencias Humanas acerca de la significación de los modos estereotipados que tienen los adultos que forman en valores intergeneracionales y, algunos científicos contemporáneos que abordan la naturaleza del amor, basados en una supuesta liquidez de la semiótica del sentir de las nuevas generaciones. Ya que este un ideario apocalíptico poco tiene que ver con la intensidad y la esperanza de nuestras culturas juveniles. Por otra parte, creemos que resulta muy escabroso, como formadores de nuevas generaciones promover figuraciones banales sobre intensidad y el compromiso amoroso que el sujeto del porvenir, quien deberá encontrar nuevas narrativas para comprender sus avatares afectivos de la “escena del Dos”, (Badiou, 2012, p. 44). Pues precisamente al celebrar el rito de paso del acontecimiento-encuentro al comienzo de una densa construcción de verdad amorosa, deberá imaginar nuevas presentificaciones de sentido que distingan el Eros de su mundo, de este mundo adulto fragmentado y agonístico que muchos presentan como marco de reconocibilidad para cuidar la vitalidad del magma de los sentires. Dado que la historia narrada nos habla acerca del quien realiza la acción; la identidad narrativa, es una identidad colectiva que se produce en el campo de la experiencia humana designando un nombre propio a través de rememorar con otros utilizando la palabra y se transforma entre las diferentes generaciones. Al considerar las narrativas como representaciones semióticas de una serie de eventos conectados con sentido en una manera temporal y causal, entendemos que están vinculadas con una praxis emancipadora que permite emerger las voces emergentes y comprender el poder la palabra silenciada de los otros, que habitan en las márgenes de la cultura, obturadas por las historias oficiales y los discursos canónicos. Por ello en la cuestión de las narrativas amorosas, estamos ante la presencia de una crisis de representación donde decaen la vigencia de las meta-narrativas modernas y dan lugar a sutiles escisiones contranarrativas de borde que postulan lo que es disputable y demandan una sutil retórica de parte de los portadores de esa palabra disidente posmoderna que intentan validar los cambios discursivos de la ciencia legitimando los pequeños relatos - relatos previos, relatos diferidos o rechazos a relatar - como concepto paraguas que cubre un amplio repertorio de acciones narrativas descuidadas o enunciaciones provenientes del sujeto de las nuevas generaciones. Referencias Bibliográficas Badiou, A. (2012) El elogio del amor. Buenos Aires: Paidós. Barthes, R. (1977b). Introduction to the structural analysis of narratives. En Barthes, R. 1977a: 79-124. Barthes, R. (2011) Fragmentos de un discurso amoroso. México: Siglo XXI Bauman, Z. (2005) Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. México: FCE. Hinchman, L. (ed.) (1997). Memory, identity, community: the idea of narrative in the human sciences. Albany, NY: State University of New York Press. Kristeva, J. (2009) Historias de amor. Buenos Aires: Siglo XXI. Ricoeur, P. (2008) La memoria, la historia, el olvido. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica Ricoeur, P. (1995 y 1996) Tiempo y narración I, II, III. México: Siglo XXI. Sarlo, B. (2012) Signos de pasión Claves de la novela sentimental del siglo de las Luces a nuestros días. Buenos Aires: Biblos. Sarlo, B. (1994) Escenas de la vida posmoderna. Buenos Aires: Ariel. i Comprendemos al término “narrativa” como una noción polisémica, en sentido amplio, está asociado con distintas formas semióticas presentes en el mito, la leyenda, la fábula, el cuento, la novela, la épica, la historia, la tragedia, el drama, la comedia, la pantomima, la pintura, el cine, las tiras cómicas, las noticias, la conversación de las sociedades a lo largo del tiempo. En sentido restringido, una narrativa es exclusivamente un fenómeno lingüístico, un acto de habla, definido por la presencia de un narrador o relator y de un texto verbal (Barthes, 1977a: 79). ii El concepto de generación se ha transformado en una metáfora de la construcción social del tiempo y simboliza una de las categorías más influyentes para abordar desde una perspectiva histórica los debates contemporáneos sobre acerca de las narrativas del amor en las clases de edad más tempranas. Bauman señala que al igual que los conceptos de “'nación' o de 'clase', el término 'generación' es performativo — expresiones que crean una entidad con sólo nombrarla—, una llamada o un grito de guerra para llamar a filas a una comunidad imaginada o más precisamente convocada” (Bauman, 2007:370)