Hace 45 años fue asesinado el dirigente comunista Alberto Lovera

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Hace 45 años fue asesinado el dirigente comunista
Alberto Lovera
Caracas, 26 Oct. AVN .- El 27 de octubre de 1965 apareció el cadáver del dirigente revolucionario
Alberto Lovera en una playa de Lechería, estado Anzoátegui, devuelto por el mar, donde había sido
lanzado por sus asesinos, los miembros de la Dirección General de Policía (Digepol).
Luego de las labores de experticia e investigaciones hechas por la Policía Técnica Judicial (PTJ) y su
equipo forense, se determinó que el cadáver de Lovera presentaba signos de haber sido golpeado,
tenía heridas en el rostro y en otras partes del cuerpo.
Para la fecha del hallazgo, el pueblo venezolano vivía una cruenta represión policial y militar
planificada y ordenada desde el Poder Ejecutivo. En ese entonces Raúl Leoni ocupaba el cargo de
presidente de la República. Sus órdenes eran ejecutadas por la Digepol, por el Servicio de
Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA), así como por efectivos militares activos pertenecientes a
los cuatro componentes de las Fuerzas Armadas.
Dicha represión se desarrolló en evidente violación a las libertades públicas y derechos humanos,
consagrados en la constitución vigente para la época, de 1961, y en el contexto de las luchas
sociales y revolucionarias encabezadas por las diferentes organizaciones y partidos de izquierda.
Las violaciones consistían en la persecución,
hostigamiento, allanamientos a residencias, detenciones y encarcelamientos arbitrarios e ilegales,
sin que mediara un debido proceso judicial, asesinatos, individuales y de grupos, torturas, tratos
crueles y desapariciones de líderes de izquierda.
Alberto Lovera fue un activo militante político de izquierda con una amplia trayectoria en la lucha
revolucionaria, que se remonta a comienzos de su juventud.
Nació en el estado Nueva Esparta, y desde muy joven estuvo vinculado a las luchas emprendidas por
los trabajadores portuarios y pescadores del oriente del país. Mientras trabajaba en los campos
petroleros, en el estado Zulia, fue testigo no sólo de la aberrante explotación del hombre por el
hombre, sino también del saqueo y la corrupción que sufría Venezuela para ese entonces.
En Zulia fue pionero organizando a los obreros petroleros en sindicatos clasistas llamados Sindicatos
Rojos junto al Partido Comunista de Venezuela (PCV), organización de la que ya formaba parte
activamente como dirigente.
Luego se traslada al estado Lara para finalmente radicarse en Caracas. Se entregó de lleno a la
lucha por la justicia y por la libertad de pensamiento e ideología política.
En 1952 es electo como diputado al Congreso Nacional, curul que rechaza como consecuencia del
fraude cometido en dichos comicios y que llevaron a la presidencia al entonces coronel del Ejército
Marcos Pérez Jiménez.
En 1957, año en que se constituyó la Junta Patriótica, forma parte de ella en representación del PCV.
En 1958, en el desarrollo de las acciones para derrocar la dictadura militar de Pérez Jiménez, fue el
responsable de organización y movilización de los barrios capitalinos.
Pasado el período de la dictadura asume todas las tareas y responsabilidades que le encomienda el
PCV en su incansable e inquebrantable lucha por el socialismo, hasta el momento en que ocurre su
detención el 18 de octubre de 1965, en los alrededores de la Universidad Central de Venezuela
(UCV), específicamente en la plaza de Las Tres Gracias, por miembros de la Digepol y trasladado
luego, incluyendo su vehículo, a la sede de ese organismo ubicado en el edificio Las Brisas, en Los
Chaguaramos.
Desde ese momento tanto la Digepol como el Gobierno, niegan rotundamente su detención. Sin
embargo y mediante declaraciones dadas posteriormente por compañeros de partido, quienes
también habían estado por esos días detenidos en la sede policial, manifestaron que al momento de
salir en libertad pudieron identificar su vehículo en el estacionamiento del edificio.
Lovera fue salvajemente torturado y trasladado hasta el oriente del país, específicamente a un
sector conocido como Cachipo, en el estado Monagas, y donde quedaba un campamento
antiguerrillero.
Debido a las condiciones físicas en que se hallaba, se negaron a admitirlo, decidiendo luego la
comisión policial, regresar a Caracas y como consecuencia al grave estado físico en que se
encontraba, Lovera falleció en el camino.
La exhumación indicó que las yemas del cadáver de Lovera, encontrado por un pescador en una
playa de Lechería, estado Anzoátegui, habían sido rebanadas, tenía vértebras cervicales
desprendidas y para que se hundiera le ataron una cadena con un pico de los usados en
construcción.
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