Alabanza y adoración

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LA ALABANZA Y ADORACIÓN
INTRODUCCIÓN:
La alabanza es un privilegio dejado por Dios para su Iglesia, y al igual que
la adoración tienen la capacidad de atraer la presencia de Dios, vemos el
ejemplo de David cuando entonaba cánticos a Jehová que la unción que
hacía descender sobre él alejaba los espíritus inmundos que fastidiaban a
Saúl (1 Sam 16:23).
En este tiempo nosotros podemos acercarnos a Dios y atraer su presencia
por medio de la alabanza, tal como se hacía en el tabernáculo terreno ins­
talado por el mismo David (1 Cró 25).
DESARROLLO:
La palabra que se utiliza para traducir alabanza en Heb. es Yadah que sig­
nifica: Adorar con manos extendidas, batir las manos, etc. lo que nos da la
idea de que alabar representa una forma de adoración a Dios también por
medio de expresiones corporales y no solamente espirituales o almáticas.
¿Para qué sirve la alabanza?
1. Expresar gratitud: Sal 9
2. Contar las maravillas de Dios: Sal 8
3. Exteriorizar el gozo: Sal 33
4. Clamar misericordia: Sal 57
5. Prepararle habitación al Señor, Sal 22:3
Existen muchísimos más motivos para los cuales sirve la alabanza, pero se
han tocado estos para dejar que el lector investigue acerca de algunos
otros más.
¿En dónde alabar?
1. En la congregación: Sal 22:22­25
2. En nuestra cama, Sal 63:6
3. En todo lugar, Hec 16:25
¿Quiénes deben alabar?
1. Los escogidos, Efe 1:6,12
2. El pueblo de Dios, Sal 89:15
¿Cómo alabar?
1. Con danza y gritos de alegría, Sal 88 (nota)
2. Con toda clase de instrumentos musicales, Sal 150
3. Con risa y alegría de corazón (Sal 126:1, 2,3) con nuestra boca.
4. Con saltos y regocijo, Hec 3:1­10
Según 1 Cró 25 la alabanza a Dios debe estar compuesta por 3 elementos
básicos, representados éstos por Asaf (Cuerpo), Jedutún (Alma) y Hemán
(Espíritu), los cuales tenían a su cargo la ministración de la música en el
templo de Dios. Asaf tenía 4 hijos, Jedutún tenía 6 y Hemán 14, lo que nos
da una idea de la proporción con la que debemos participar del culto a
Dios en cada uno de estos elementos.
Debemos alabar únicamente a Dios (Deu 10:21), ya que solo Él debe ser el
objeto de nuestra adoración (Apo 19:10).
CONCLUSIÓN:
Desde la eternidad ha existido la alabanza, y Dios desea delegar en noso­
tros ese maravilloso privilegio de alabarle y loar su nombre. Cuando Dios
creó al Lucero de la Mañana, que es Satanás, se entonaron alabanzas por
la obra maravillosa que Dios estaba realizando en ese momento, sin em­
bargo cuando éste cae lo echa al Seol juntamente con sus instrumentos
musicales, trayéndose consigo su ritmo y melodía, por lo cual Dios crea
una nueva forma de alabarle: El Cántico Nuevo, el cual es una expresión
de agradecimiento, loor, adoración y humillación delante de Dios.
Adoremos a Dios en el Espíritu, porque tales adoradores busca Dios que le
adoren (Juan 4:23).
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