AGRADECIMIENTO DÍA DEL MAESTRO Por: Simón Tabares Naranjo Decía Anthony de Melo que hay dos tipos de educación: la que te enseña a ganarte la vida y la que te enseña a vivir. Buenas tardes. Bien sabemos, que como seres humanos, somos sujetos invadidos de resentimientos, desengaños y rencor; sujetos expertos en despotricar las aptitudes, facultades y vocaciones del otro. Tal vez, porque realmente conservamos esa primitiva convicción de superioridad… o quizá, porque aún no hemos discernido en que todos hacemos parte de una profunda exploración en este eterno naufragio del destino. Hoy, he decidido dejar a un lado esa ideología INSUSTANCIAL. Le he permitido a mi conciencia abandonar esa escafandra mezquina y sofocante, abrir los ojos, ampliar la mirada y proyectar una idea distinta: entender que somos seres hiperestésicos y que por más difícil que sea poner en palabras aquello que sentimos, la expresión de nuestras emociones es lo que altera esa inmersión interminable, en una aventura nirvánica. Hoy, me vine a expresar mis sentimientos, o ciertamente, los de toda una comunidad que, de alguna u otra manera, se siente partícipe de una única ideología: “la educación no es una preparación para la vida, es en sí, la vida misma”. GRACIAS por lograr enfocar nuestra vida desde una perspectiva diferente; por formarnos como personas con un profundo sentido social: que son sensibles al percibir realidades que contrastan con las suyas, pero sobre todo, que encuentran PASIÓN al impulsarse a generar un cambio positivo. GRACIAS por transformarnos en seres que comprendemos que la felicidad es algo interior, profundo, íntimo, puro, intenso; que trasciende de lo tangible. Por demostrarnos que la religión… más que un método, es un estilo de vida; que la verdadera espiritualidad se alcanza en el instante en que dejemos de precisar la mirada en los ideales que nos proyecta la sociedad, y comencemos a examinar las profundidades inexploradas de nuestra alma. GRACIAS, más que por persistir en inculcarnos un número exuberante de conceptos, tratar de que generemos juicios reflexivos y evolucionar nuestro criterio… por motivarnos a descubrir que la vida es paradójica, contradictoria y problemática, pero también excitante. GRACIAS por despertar en nosotros un espíritu sensible, inspirador, creativo, suspicaz, noble, altruista, emprendedor, tierno, sentimental, afectuoso, original, innovador, transformador, apasionado, diferente… en fin, por enseñarnos a soñar y convencernos de que los sueños se vuelven realidad. Bien dijo Albert Einstein: “Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera”. Gracias.