22 POLICIALES La Plata, jueves 3 de diciembre de 1998 VIOLENCIA EN LA CALLE Golpean a una anciana La dura lucha por sobrevivir Una septuagenaria recibió un botellazo en la cabeza cuando un desconocido ingresó a su vivienda ubicada en diagonal 73 al 900. Fuentes policiales informaron que en horas de la mañana de ayer el sobrino de una mujer de 78 años recibió un llamado telefónico por parte de su tía, quien lo alertaba que un sujeto había entrado a su casa y había intentado sustraer diversas pertenencias. La anciana recibió un botellazo en la cabeza de manos del desconocido, quien se retiró de la vivienda luego de efectuar un gran desorden en su interior. El sobrino de la mujer lesionada no constató faltantes en la finca. El hecho quedó caratulado como “Lesiones y Presunto Robo”. Los protagonistas de esta historia real tienen 18 y 20 años. Unas remeras cubrían sus torsos acalorados. Uno de ellos tenía una bermuda, el otro un desgastado pantalón de jean. Unos minutos antes habían protagonizado una feroz pelea, al parecer porque uno de ellos había limpiado el vidrio de un vehículo y no había repartido el dinero que había obtenido. Tras la discusión, ambos muchachos esperaban la llegada de la ambulancia tirados sobre el pasto de la rambla en las cercanías de 7 y 32. Sus rostros evidenciaban la violencia y la falta de respuesta a una necesidad concreta: el trabajo. “Quiero trabajar. Estoy trabajando”, murmuraba uno de los jóvenes mientras el dolor le hacía retorcer su cuerpo. A metros de él, su contendiente miraba sin ver para todos lados. El calor. El pavimento y la changa de todos los días. Entre los chicos que habían mantenido la brutal pelea había un balde tirado. Los jóvenes se desempeñaban como limpia vidrios. Todos los días aguardan la caridad de algún automovilista para conseguir algunas monedas con que comprar quién sabe qué cosas. Porque la misma falta de solidaridad los lleva a escaparse de la dura realidad que a diario los castiga. Tal vez una jornada difícil, con un En la localidad de Tolosa una mujer que había robado una bicicleta al momento de ser detenida golpeó a una mujer policía. Vecinos de las inmediaciones de las calles 521 y 118 dieron aviso a la dependencia policial de la jurisdicción, en cuanto a un hecho de robo perpetrado en horas de la madrugada de ayer. Fue en ese momento cuando varios efectivos de la comisaría Sexta dieron con el paradero de la sospechosa, quien se resistió a ser detenida pegándole fuertes golpes en la ingle a una sargento ayudante. La mujer arrestada fue identificada como Norma Ipizale, quien quedó detenida a disposición del juez de Garantías César Melazo. Los dos limpiavidrios fueron trasladados en ambulancia. La pelea fue violentísima sol que quemaba la piel y la necesidad de hacerse respetar en una sociedad que no los respeta, haya llevado a estos dos jóvenes a enfrentarse como enemigos. Varios móviles policiales se apostaron en el lugar de la pelea. Después llegó una ambulancia y las primeras GONZALO IRIGOYEN Agreden a una policía GONZALO IRIGOYEN Tienen 18 y 20 años y trabajan como limpiavidrios en la rotonda de 7 y 32. Se pelearon porque uno quebró los códigos: limpió un vidrio y no repartió el dinero. Terminaron en el hospital qué hospital se llevaban a sus compañeros de calle. “No sabemos por qué se pelearon”, respondió uno de ellos cuando este medio lo consultó por el motivo de la brutal disputa. Los códigos se respetan y se cumplen en la calle. Robo en diagonal 80 entre 2 y 3 Detenidos por robar en una casa Dos jóvenes fueron detenidos pocos minutos después que robaran un radiograbador del interior de una vivienda ubicada en Tolosa. Luego de un rastrillaje por las inmediaciones de las calles 520 y 115 fueron detenidos Gustavo Daniel Fredes, de 25 años, y Walter Genazzi, de 24, quienes en horas de la madrugada de ayer habían sustraído un equipo de música amenazando a la dueña de la casa con un arma de fuego. Los asaltantes intentaron fugarse de la zona, pero los uniformados dieron con el paradero de los ladrones y secuestraron el artefacto electrónico robado. Instruyó el sumario el personal policial de la comisaría Sexta. Quedó caratulado como “Robo Calificado”. asistencias a los dos jóvenes lesionados. Por esas paradojas del destino, juntos se fueron en la ambulancia que los trasladó hasta un nosocomio de la zona. Los limpia vidrios del lugar observaban atentos cada movimiento que hacía la policía. Preguntaban a Robos violentos: el asaltante tomó de los pelos a la empleada y la amenazó de muerte “Entró, me pidió bizcochos, y cuando estaba por servírselos me dijo que era un asalto y que me quedara tranquila porque si no me mataba”, dijo a este medio Graciela Laurino, quien se desempeña como empleada del local comercial denominado La casa de las tortas, ubicado en las cercanías de diagonal 80 entre 2 y 3. Alrededor de las 16 de ayer se produjo el violento hecho en la céntrica panadería. “Vino para la parte de atrás del mostrador y me agarró de los pelos, después me palpó todo el cuerpo buscando plata y más tarde me encerró en el baño”, explicó la empleada, quien permaneció dentro del sanitario mientras el asaltante se dirigió hasta la caja registradora. Intentó abrirla, pero no pudo. Esa dificultad tornó al ladrón más violento. La mujer recibió varias ame- nazas por parte del ladrón, quien al no conseguir abrir la caja registradora decidió llevársela. “Yo escuchaba ruido a papeles y después que pasó todo nos dimos cuenta que como no pudo abrirla, la envolvió y se la llevó. Pero justo en el momento en que estaba por escaparse, lo vio una clienta y entonces la abandonó en el medio de la vereda”, recordó Laurino. Tras el paso del asaltante, la panadería quedó toda revuelta. El ladrón rompió un vidrio, revisó cada rincón del comercio e inclusive torció varios cuchillos y una pinza en su fallido intento de conseguir el dinero de la caja. En el término de seis meses el comercio fue asaltado en tres oportunidades. Esta vez el asaltante logró sustraer $ 10 que tenía la empleada en un monedero. Dos heridos en un accidente de tránsito en City Bell Dos vehículos protagonizaron un accidente en City Bell, tras el cual ambos conductores resultaron con heridas de diversa consideración. Uno de los vehículos terminó estampado contra la pared de una estación de servicio y el otro contra un poste de alumbrado público. El accidente se registró a las 18.55 de ayer, en las cercanías de las calles 461 y el Camino Centenario, donde chocaron un Peugeot 504 conducido por Héctor Eduardo Esquelino y un Ford Taunus guiado Juan Carlos Romero, de 41 años. Fuentes policiales informaron que Esquelino circulaba por el Centenario hacia nuestra ciudad cuando colisionó con el Ford, que recorría la calle transversal. En el Ford Taunus viajaban además Roma Mamani y un menor de cuatro años. A raíz del fuerte impacto entre los rodados ambos choferes fueron rescatados por personal de Bomberos Oficiales de Villa Elisa y luego fueron trasladados al Hospital San Roque de Gonnet con lesiones de diversa consideración. El Peugeot 504 terminó incrustado contra una columna de alumbrado público, en tanto el otro vehículo terminó contra una pared perteneciente a una estación de servicio ubicada en la zona del accidente. POLICIALES La Plata, jueves 3 de diciembre de 1998 23 UN CASO EXTRAÑO Un empresario estuvo secuestrado una semana en un templo umbanda Es un empresario de la construcción santafesino que viajó a La Plata. Le había pedido 20 mil pesos a unos prestamistas, dueños de una santería. Como no los devolvió, lo secuestraron. Cuando trataron de cobrar el rescate, lo liberó la policía Un líder de una secta y su cómplice fueron detenidos cuando trataban de cobrar un rescate para liberar a un empresario de la construcción al que tuvieron secuestrado durante una semana. El caso es extraño, ya que el dinero que pretendían cobrar era una deuda que el hombre mantenía con ellos. El empresario fue identificado por fuentes policiales como Raúl Vega, de 43 años. El hombre es de Santa Fe, pero había viajado a La Plata para encontrarse con unos prestamistas que le daban créditos. Los investigadores señalaron que los hombres que le prestaron el dinero tienen una santería en la zona del Policlínico San Martín y son los líderes de una secta umbanda que tiene su templo en la zona de Melchor Romero. Vega ya tendría deudas con estos prestamistas desde hace varios meses y el monto total habría superado los 15.000 pesos. El hombre, aparentemente, habría hecho varios viajes a nuestra ciudad y siempre habría sido alojado en el templo. Su última estadía, finalmente, se prolongó más de lo pensado. El 25 de noviembre, los hombres decidieron secuestrarlo y le dijeron que si no conseguía el dinero (más los intereses) lo matarían. El templo umbanda está ubicado a unas veinte cuadras de la ruta 2, en una zona de quintas. A Vega lo encerraron en una pieza del fondo. Tres hombres y una chica joven se turnaban para custodiarlo las 24 horas del día. Según la policía, no lo trataban mal. Le dejaban mirar televisión, le compraban botellas de Coca Cola y le daban cigarrillos. También le permitían ducharse y afeitarse. Incluso, estaba desatado en su habitación; pero encerrado. El dramatismo fue creciendo para el empresario con el correr de los días, ya que no sabía cómo conseguir la plata. Llamó un par de veces a su socio en Santa Fe, pero no estaba en condiciones de mandarle los 20.000. La viuda En 1995 una millonaria viuda quedó casi en la calle, al ser atrapada por la red que tejió una sacerdotisa del rito Umbanda, que la convenció para que se desprenda de su casa y de todas sus pertenencias como condición do, en un momento de distracción llamó a la policía (ver cuadro aparte) y en menos de diez minutos los patrulleros rodearon el lugar. Los detenidos, de identidad reservada, tienen 30 y 43 años. Ayer fueron trasladados a la alcaidía de los Tribunales, donde quedaron a disposición del juez de Garantías César Ricardo Melazo. Un plan para huir El empresario le dijo a sus secuestradores que conocía un abogado que podría prestarle dinero para el rescate. Los investigadores confiaron que en realidad no lo conocía, pero que se acordaba el nombre y la dirección del abogado Alejandro Casal (en la foto) porque había defendido a un conocido. “Cuando el abogado escuchó la historia y se enteró que estaban armados -confió un alto oficial-, les dijo que aguardaran, porque en diez minutos conseguiría el dinero y pidió ayuda por teléfono”. Esos minutos fueron los que tardaron en llegar los patrulleros de la Primera. Los prestamistas esperaban confiados en su Renault 12. Cuando bajaron del auto, las esposas se cerraron en sus muñecas. Hijos de una religión africana El líder religioso detenido ayer tiene 43 años y es pai de un templo umbanda. Considera su “hijo de religión” al otro arrestado, de 30. Fuentes policiales explicaron que “el templo umbanda estaba habilitado, tenía personería jurídica y documentación que lo acreditaba como miembro de la Asociación de Religiones Africanas Argentinas”. En nuestra ciudad, un antecedente cercano respecto a sectas es de hace dos años en Punta Lara, donde se halló un cajón con huesos humanos, velas y un perro muerto. Desde ese entonces, se dijo que la selva marginal de Punta Lara y la ruta 36 que une Florencio Varela con Brandsen son los lugares elegidos por los adeptos a las ceremonias religiosas emparentadas con las religiones “animistas”. Estos “rituales” suelen realizarse en lugares alejados de las urbes debido a que en nuestra ciudad y aledaños son “grupos” aislados los que se dedican a este tipo de ceremonias, que tienen su origen en Africa y que desvirtuado se conoce como “Macumba” o “Burú”. En los últimos años, los líderes de sectas se han visto involucrados en casos extraños: El martes a la tarde, después de pensar mil formas de escapar que no daban resultado, se le ocurrió un plan. Le dijo a sus secuestradores que conocía un abogado que podía darle el dinero del rescate. El martes a las 19.30, Vega y dos de sus secuestradores llegaron al estudio jurídico del abogado Alejandro Casal, en 15 entre 46 y 47. El letra- para curarse de una dolencia. La viuda, Angela Felisa D’Anunzio, de 56 años, vendió un departamento céntrico en algo más de 100.000 pesos, de los cuales entregó 62.000 a la “mai” Umbanda. También le dio joyas, obras de arte, muebles y electrodomésticos, inicialmente valuados por la víctima en otros 40.000 pesos. La viuda llegó a la “mai” luego de un largo peregrinaje por médicos que no lograban dar en la tecla con una dolencia que le impedía caminar normalmente. Deprimida, la señora aceptó el consejo de su empleada doméstica, quien le recomendó recurrir a un templo Umbanda. La “mai” detectó que los orígenes del mal de la viuda estaban “en el inmueble y en las pertenencias”. Seguidamente, le recomendó deshacerse de todos los bienes “malditos” y D’Anunzio aceptó el consejo, vendió inicialmente el departamento y creyó notar una mejoría en su salud. Casi de inmediato, se desprendió del resto de sus pertenencias. El robo del siglo Sin dudas el golpe más audaz lo dio el pai Vladimiro en diciembre de 1996, cuando entró con quince personas a robar 18 millones de pesos a la empresa Firma S.A. El pai Vladimiro en ese momento tenía 21 años y fue detenido tres días después de dar el golpe. Guardaba 3.000.000 de dólares en su heladera en el barrio de Dock Sud. Una nueva forma de secuestros Los secuestros para cobrar deudas son considerados como una modalidad nueva, junto con los raptos por horas a familiares de comerciantes, pequeños empresarios o profesionales de clase media, en los que se piden rescates de sumas que no superan los 50.000 pesos. En mayo se registró el caso de un chico de 15 años que fue liberado en la Autopista Buenos Aires-La Plata. Al padre, un comerciante del norte del Gran Buenos Aires, le pedían 15.000 pesos de rescate. En octubre, la policía liberó en Lanús a la hija de un escribano. Los delincuentes empezaron pidiendo 100.000 pesos de rescate, pero una hora más tarde bajaron a 50.000. Las viejas bandas Estas formas de secuestros actuales no tienen nada que ver con las grandes organizaciones delictivas de otras décadas. Sin dudas, el grupo más famoso fue el Clan Puccio, cuyos ocho integrantes fueron los autores de al menos cuatro secuestros extorsivos en la década del 80. La banda fue acusada de secuestrar a los empresarios Eduardo Aulet (el 5 de mayo de 1983), Emilio Naum (el 22 de junio de 1984), Ricardo Manoukian (el 22 de julio de 1982), y Nélida Bollini de Prado (el 23 de julio de 1985). Con excepción de ésta última -cuyo hallazgo con vida permitió desbaratar a la organización en 1985-, todos ellos fueron asesinados luego de cobrados los respectivos rescates. Arquímedes Puccio, de 66 años y jefe de la organización delictiva, continúa alojado en la cárcel de Villa Devoto condenado a reclusión perpetua por tres de los secuestros extorsivos cometidos y a 15 años de prisión por otro de los raptos. El clan familiar lo integraban principalmente Alejandro (el mayor de los cinco hijos de Arquímedes), Daniel “Maguila” Puccio, Roberto Oscar Díaz y Guillermo Fernández Laborda. También estaba Gustavo Contemponi, de 72 años, que era amigo personal de Aulet y reconoció haber sido “el entregador” que permitió secuestrarlo y cobrar el rescate. Otro integrante era Rodolfo Franco, coronel retirado de 83 años que participó en el secuestro de Aulet. Herculiano Vilca, de 54 años, un albañil que habría construido el sótano de la casona de San Isidro donde se mantenían en cautiverio a los rehenes, también fue sentenciado a 6 años de cárcel, pero recuperó su libertad por el tiempo que ya había cumplido preso. Otros dos miembros de la familia Puccio, la esposa de Arquímedes, Epifanía Calvo, y su hija Silvia de 34 años, estuvieron procesadas en un principio por “asociación ilícita” porque la Justicia sospechaba que sabían sobre los secuestros, pero esto no pudo probarse.