Guerra antes de cenar Por Kristen DeHann Él estuvo caminando muy lento por el bosque. Él anduvo con pies de plomo, porque necesitó estar callado o ellos sabrían donde estaba. Él se paró y se agachó detrás de un árbol grande y miró a su alrededor. Él dobló su cabeza en todas las direcciones, sus ojos buscaban algunos movimientos entre los árboles pero sólo vio los verdes y marrones de los árboles y la tierra, los mismos colores de la ropa que adornó su cuerpo. Cuando él miró al cielo vio la luz del sol entre las copas de los árboles y los rayos de luz que caían a la tierra con una gran majestuosidad y confianza. En este momento, le pareció muy pacífica y celestial. Era irónico, él pensó, que eso se recuerde del Cielo en un lugar de muerte como el bosque era entonces. El bosque tuvo un silencio espeluznante. No había ningún sonido salvo los ruidos de las luchas anteriores que quedaron en sus orejas como memorias que se reflejaban. Entonces, había una brisa pequeña que corrió por un arbusto pequeño que él creyó que era un ruido del enemigo, que lo sobresaltó. Él retorció su cuerpo en la dirección del ruido, y automáticamente, a la misma vez, reposicionó su rifle, en una posición de la mano. Los sonidos de las hojas bajo sus pies crujiendo, imitó el ruido que oyó primero. De repente, oyó la explosión de una pistola disparando y sintió la bala volar arriba de su cabeza, desde la dirección opuesta del primer ruido. Él dobló su cuerpo pero él no vio un hombre armado. No supo de donde venía la bala y se sintió aterrorizado. De pronto, él oyó muchas más explosiones, como una lluvia de balas, que volaban arriba de su cabeza. Entonces, vio a sus enemigos que estuvieron caminando muy despacio por el bosque. Eran tres hombres en total, cada enemigo llevaba un arma y estuvo buscándole. Rápidamente él agarró su rifle y apuntó al primer hombre y disparó, pero erró. Él trató otra vez, y esa vez él le pegó a su enemigo con una bala en el pecho. El enemigo cayó a la tierra muerto y su cuerpo se disolvió hasta que no fue nada, dejando ninguna evidencia de la muerte. Cuando los enemigos oyeron los disparos de su rifle, ellos supieron dónde estaba él y empezaron a correr. Por otra vez, él apuntó a su enemigo y disparó. Esta vez él se pegó el enemigo en la cabeza, y el enemigo cayó a la tierra muerto. Otra vez el cuerpo se disolvió en nada. Después de disparar, él se escondió dentro del árbol y esperó que el último enemigo llegara. Él pudo oír al hombre andando, viniendo más cerca con cada segundo que pasaba. Cuando el sonido de los pasos paró, él supo que el momento final había llegado. Él estuvo a punto de apuntar su rifle y disparar cuando… <<Alejandro, la cena está preparada y es la hora de comer>> gritó la voz de una mujer. La voz de su madre sobresaltó a Alejandro y él dejó caer el controlador de videojuegos. Él se apresuró a recuperar el controlador. Durante este tiempo perdido, el enemigo había llegado en frente de él que estuvo falto de movimiento. El enemigo disparó su pistola y le pegó al soldado en el corazón. La visión del soldado se puso roja y estuvo muy herido con mucho dolor. <<¡Mamá! Me haces perder mi videojuego. Voy a ganar >> Alejandro, quien estuvo enojado, gritó a su madre. <<Alejandro, ten prisa por favor, el arroz no va a estar caliente por mucho tiempo>> La madre respondió. Alejandro se levantó, puso el controlador en la silla, y subió las escaleras saliendo su soldado pausado en mucho dolor, esperando la muerte.