FOBIA A VIAJAR EN AVIÓN: VALORACIÓN DE UN

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Psicología Conductual,
Fobia a viajar
Vol. 7,
en Nº
avión:
1, 1999,
valoración
pp. 119-135
de un programa de exposición
119
FOBIA A VIAJAR EN AVIÓN:
VALORACIÓN DE UN PROGRAMA DE EXPOSICIÓN
Juan I. Capafóns, Pedro Avero1, Carmen D. Sosa,
y Marisela López-Curbelo
Universidad de La Laguna, España
Resumen
Presentamos en este trabajo los resultados obtenidos con un programa de exposición gradual mixto (imágenes-en vivo) en el tratamiento de la fobia a viajar en
avión. El programa cuenta además con la aplicación de estrategias auxiliares de
afrontamiento (relajación breve y detención del pensamiento). El procedimiento terapéutico se administró a 37 pacientes (grupo de tratamiento) disponiéndose también de 36 individuos que configuraron el grupo control de espera. Se contó, también, con la evaluación de un grupo de 46 personas no fóbicas extremas. La valoración de la eficacia se ha llevado a cabo a través de escalas de autoinforme y
registro de variables psicofisiológicas en una situación análoga. Los resultados
muestran que este programa consigue una modificación positiva y perdurable de
este trastorno en una mayoría de personas, consiguiendo, además, que un 40,5%
de los individuos tratados se equilibraran con el grupo de no fóbicos extremos.
PALABRAS CLAVE: Fobia a viajar en avión, tratamientos psicológicos, exposición.
Abstract
We present the outcomes of a mixed gradual exposure treatment (imaginaryin vivo) applied to fear of flying. Auxiliary coping strategies were applied too (brief
relaxation and thought stopping). The program has been applied to 37 patients
(treatment group) and 36 patients composed the waiting control group. An extreme non-phobic group formed by 46 people was evaluated too. The therapeutic
success has been evaluated by means of self-report scales and by recording
psychophysiological variables in an analogous situation. The results showed that
positive and lasting effects are obtained by a most of phobic people, and also that
40.5% of treated individuals showed a similar behavior to that of the extreme nonphobic group.
KEY WORDS: Fear of flying, psychological treatment, exposure.
1 Correspondencia: Pedro Avero Delgado, Facultad de Psicología, Campus de Guajara, Universidad
de La Laguna, La Laguna, 38205 Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias (España). E-mail: [email protected]
120
CAPAFÓNS, AVERO, SOSA Y LÓPEZ-CURBELO
Introducción
La fobia a viajar en avión siendo un trastorno cuyos índices de prevalencia la han
situado tradicionalmente entre las más importantes de las distintas fobias específicas (Cummings, 1989; Ekeberg, Seeberg, Ellertseen, 1988; Nordlund, 1983) ha preocupado poco a la comunidad científica. Los trabajos referidos al tratamiento de la
fobia a viajar en avión han sido escasos y en su mayoría presentan una deficitaria
evaluación multisistema (cognitiva, psicofisiológica y motora), lo que no garantiza
adecuadamente la valoración de la eficacia de dichos tratamientos (Capafons, Sosa
y Avero, 1997; Haug et al., 1987). De todo ello se desprende la necesidad de elaborar paquetes terapéuticos específicamente adaptados a las peculiaridades de este
tipo de problemática, así como de llevar a cabo estudios de valoración de la eficacia
de las mismas atendiendo a las distintas manifestaciones fisiológicas, cognitivas y
motoras que caracterizan a la fobia a viajar en avión. En este trabajo presentamos
la valoración de la eficacia de un programa de exposición gradual y mixto (imágenes-en vivo) en el que se emplean la relajación como respuesta incompatible a la
ansiedad generada por los estímulos fóbicos y estrategias auxiliares de afrontamiento en vivo (relajación breve y detención del pensamiento).
La investigación sobre los procedimientos de exposición en imágenes como uno
de los componentes esenciales de los distintos paquetes de tratamiento para las
fobias específicas, ha recibido escasa atención en la última década. Más allá de las
modas imperantes, las razones de esta caída en desuso del método imaginado, puede
deberse al resultado alcanzado por los estudios, que muestran la superioridad del
método en vivo frente al imaginado (Emmelkamp y Kuipers, 1985; Marks, 1987,
1992). No es este el momento de cuestionar el cúmulo de evidencias a favor de la
exposición en vivo, pero sí el de perfilar cierto tipo de excepciones en la aplicación
exclusiva del método en vivo. Estas cuestiones, al menos a nuestro juicio, están relacionadas fundamentalmente con las características del trastorno fóbico a tratar y
la estrategia procedimental de exposición elegida para ello.
Así, y desde hace algún tiempo, se ha propuesto que si el problema implica
cogniciones o hace referencia a situaciones no reproducibles, estaría indicado el uso
del procedimiento en imágenes, mientras que si en el problema prevalecen aspectos de actuación manifiesta estaría más indicada la exposición en vivo (Emmelkamp
y Mersch, 1982). La fobia a viajar en avión cumple específicamente con las condiciones excepcionales descritas anteriormente. En este tipo de fobia resulta común,
por una parte, la existencia de pensamientos catastrofistas autogenerados por las
personas en situaciones concretas (por ejemplo, ver un día nublado en relación a
poder pensar en tener un accidente), y por otra, la dificultad en reproducir determinadas situaciones de la vida real (por ejemplo, entrar en una zona de turbulencias
durante el vuelo).
En otro orden de cosas, los resultados de investigación, sobre el uso de estrategias graduadas en las fobias, han tendido a recomendar la intervención directa en
los niveles más altos de ansiedad de la jerarquía, prescindiendo de los niveles bajos
(Marks, 1987, 1992; Williams, Turner y Peer, 1985; Yuksel, Marks, Ramm, y Ghosh,
1984). No obstante, alguno de estos autores ha matizado el uso indiscriminado de
Fobia a viajar en avión: valoración de un programa de exposición
121
este tipo de procedimiento ya que puede producir una disminución en el nivel de
implicación del paciente durante la exposición, implicación que se considera fundamental para que cualquier tipo de exposición funcione adecuadamente (Marks, 1992).
Además, muchos pacientes antes de someterse a tratamiento relatan el uso «natural» de estrategias de evasión conductual y/o cognitiva cuando se enfrentan a la
situación temida (por ejemplo, en el caso de la fobia a viajar en avión toman bebidas alcohólicas antes y durante el vuelo, hablan con otras personas para distraerse,
tratan de pensar en otras cosas, etc.) (Greist y Greist, 1981; Sosa, Capafons y Viña,
1993), por lo que no es arriesgado sospechar que si dichos pacientes son sometidos
directamente a situaciones de máxima ansiedad, tendrían a evadirse de ella aunque
no pudieran evitarla. La exposición sin implicación consolida el miedo en lugar de
eliminarlo, como de hecho parece suceder en un porcentaje considerable de fóbicos
al avión que siguen manteniendo (o incluso incrementando) su nivel de miedo, a
pesar de continuar usando el avión como medio habitual de transporte.
Una tercer aspecto controvertido en el campo de las técnicas de exposición como
estrategias terapéuticas tiene que ver con el uso de la relajación como componente
imprescindible o no para la eficacia del procedimiento. Algunas investigaciones han
mostrado que la ausencia de relajación no impide la eficacia de la exposición (Jansson,
Jerrelmaln y Öst, 1986; Öst, Lindahl, Sterner y Jerremalm, 1984; Marks, 1987), lo
que ha contribuido a que el empleo de la misma se considere como algo prescindible. No obstante, en ciertas condiciones el uso de la relajación puede incrementar la
eficacia del proceso terapéutico. Por ejemplo, se puede producir una mejoría notable en los resultados cuando la ansiedad experimentada por los individuos es muy
alta o cuando se dispone de un número de sesiones reducidas —dado que acelera
el proceso— o, incluso, cuando la presentación de las situaciones es corta, ya que
sin la relajación se requiere presentaciones más extensas para que se produzca habituación (Labrador, Cruzado y Muñoz, 1993; Levin y Gross, 1985).
Método
Sujetos
La muestra de este estudio está compuesta por 119 personas; de éstas 73 fueron catalogadas como fóbicos intensos según los criterios exigidos por el DSM-IV
(APA, 1994), criterios que fueron evaluados mediante entrevista (Capafóns, 1991) y
con cuestionarios de autoinforme validados a tal efecto (Sosa, Capafóns, Viña y
Herrero, 1995). Todos los sujetos evaluados informaron ser fóbicos no totalmente
evitadores, es decir, aunque padecían un malestar muy elevado, eran capaces de
efectuar un viaje si no les quedaba más remedio. Cada una de estas personas fueron asignadas aleatoriamente a un grupo control de espera (n=36) y a un grupo de
tratamiento (n=37). Tanto en el grupo control de espera como el de tratamiento se
ha intentado la mayor homogeneización posible en cuanto a sexo, edad, nivel de
miedo autoinformado y medidas análogas psicofisiológicas. Así, el grupo control de
espera estuvo compuesto por 11 varones y 25 mujeres, con una media de edad de
122
CAPAFÓNS, AVERO, SOSA Y LÓPEZ-CURBELO
32,67 (DT= 9,47); el grupo de tratamiento quedo constituido por 16 varones y 21
mujeres con una edad media de 32,86 años (DT= 8,49). El resto de las personas
evaluadas (n=46) fueron catalogadas como no fóbicas extremas, es decir, personas
que destacaban por no sentir prácticamente ningún tipo de reacción ansiosa ante la
realización de un vuelo, manifestaciones que fueron evaluadas por los mismos criterios de entrevista y de autoinformes citados anteriormente. Este último grupo estuvo
compuesto por 20 hombres y 26 mujeres con una media de edad de 28,98 años
(DT= 13,94).
La forma de reclutamiento de los pacientes se llevó a cabo tras una campaña
realizada por el equipo de investigación (radio, prensa y televisión), donde se informó de la puesta en marcha de programas de intervención, gratuitos e individuales,
para tratar este problema, como parte de un proyecto de investigación dirigido por
el primer autor de este trabajo y que fue subvencionado por el Gobierno de Canarias.
Instrumentos
Se emplearon los siguientes instrumentos:
a) ESCALAS SOBRE MIEDO A VIAJAR EN AVIÓN:
1. Escala de Miedo a Volar (EMV) de Sosa et al. (1995) que evalúa el grado de
ansiedad percibido en relación a distintas situaciones relacionadas con el vuelo.
2. Escalas de Expectativas de Peligro y Ansiedad para el Miedo a Volar (EPAV-A
y EPAV-B) de Sosa et al. (1995): estas dos escalas evalúan la frecuencia de diversos
pensamientos catastrofistas y la ocurrencia de distintas manifestaciones fisiológicas
que pueden presentarse en un vuelo.
b) GRABACIÓN DE VÍDEO DE UN VIAJE EN AVIÓN de Capafóns, Sosa, Herrero y Viña
(1997): vídeo rodado en cámara subjetiva acerca de un viaje en avión que incluye
imágenes desde que el viajero hace sus maletas hasta que el avión aterriza en su
destino.
c) INSTRUMENTOS DE REGISTROS PSICOFISIOLÓGICOS: Cardioback (medida de la tasa
cardíaca): LE 135 Cardioback biofeedback de Letica Scientific Instruments; Mioback
(medida de la tensión muscular): LE 136 Mioback biofeedback de Letica Scientific
Instruments.
Medidas de las variables dependientes
Las medidas tomadas en las fases de evaluación pre/post-tratamiento y seguimiento han sido las siguientes:
a) Las tres escalas de la EMV:
1. Miedo durante el vuelo: contiene 9 elementos relacionados con situaciones
que transcurren entre el momento de la aceleración en el despegue hasta el aterrizaje del avión. La puntuación mínima en este factor es de 0 y la máxima de 36.
Fobia a viajar en avión: valoración de un programa de exposición
123
2. Miedo a los preliminares del vuelo: comprende 8 situaciones previas al vuelo
propiamente dicho cuyo rango de puntuaciones oscila entre 0 y 32 (ir hacia el aeropuerto, retirar la tarjeta de embarque, etc.).
3. Miedo sin autoimplicación: contiene 4 elementos relacionados con el avión
que no implican directamente a la persona con una puntuación mínima de 0 y máxima
de 16 (ver un avión en vuelo, verlo por televisión, etc.).
b) Las dos escalas de la EPAV:
1. Pensamientos catastrofistas: con un rango de puntuaciones de 0 a 27 contiene 9 elementos que contienen pensamientos altamente perturbadores (miedo a que
se incendien los motores, miedo a que se caiga un ala, etc.).
2. Ansiedad fisiológica subjetiva: 10 elementos (rango de 0 a 40) referidos a
manifestaciones psicofisiológicas desagradables (sudar excesivamente, aceleración
de la tasa cardíaca, etc.).
c) Promedios de índices psicofisiológicos de tasa cardíaca y tensión muscular
relativos a diez situaciones previas a la realización del vuelo (hacer la maleta en casa,
ver el letrero del aeropuerto desde la autopista, llegar al aeropuerto, entrar en el
aeropuerto, facturación, llamada de embarque, final de la espera en sala de embarque, salida a la pista, ver el avión y subir al avión), y de otras diez situaciones que
suceden durante el vuelo (cabecera de pista antes del despegue, rodando para despegar, despegue, demostración de los procedimientos de emergencia, exterior con
nubes en pleno vuelo, interior del avión con paseo de la azafata, plano del motor
desde la ventanilla, paisaje de mar en pleno vuelo, aproximación al aeropuerto y
aterrizaje). Las tasas promediadas obtenidas en esos intervalos son divididas por un
referente cercano de línea base promediado, que está constituido por los dos últimos minutos previos a ver el vídeo en los que no aparece ningún estímulo fóbico.
Tanto los pacientes del grupo control como los del grupo de tratamiento tenian
libertad para decidir la posibilidad de efectuar un vuelo una vez transcurridas aproximadamente 8 semanas desde la primera medida (tiempo de duración de la terapia).
En el caso en el que se decidieran a efectuarlo las el paciente tendría que realizar
dos vuelos (ida y vuelta de un mismo viaje) en avión. El primero de los vuelos debía
realizarse en los 7 días siguientes a la finalización del tratamiento. Tanto en el caso
de viajar como de no hacerlo las medidas post-tratamiento se efectuaron pasadas
dos semanas desde la finalización del período de terapia (tiempo máximo previsto
de duración del viaje). Los registros psicofisiológicos en la prueba análoga de vídeo,
sin embargo, se efectuaron antes del vuelo para igualar a ambos grupos (realización
o no del viaje) en las condiciones de presentación de dicha prueba.
Procedimiento
Todas las personas que participaron en este estudio fueron entrevistadas individualmente por miembros del equipo de investigación. Posteriormente se les citaba
para llevar a cabo, en las dependencias del Departamento de Personalidad, Evalua-
124
CAPAFÓNS, AVERO, SOSA Y LÓPEZ-CURBELO
ción y Tratamientos Psicológicos, las sesiones de evaluación psicofisiológica en la
situación análoga (grabación de vídeo). Dichas sesiones fueron individuales y se realizaron en una habitación con una temperatura de veintidós grados y medio (más/
menos un grado) y unas dimensiones de 5 x 3,5 metros. La persona se sentaba en
un sillón que quedaba a 1,80 metros del televisor. Una vez sentada, los aparatos
que iban a registrar sus respuestas psicofisiológicas quedaban a su espalda.
Antes del pase de vídeo se llevó a cabo una sesión de habituación donde el
paciente se familiarizaba con las condiciones de aplicación de la prueba análoga. En
la sesión de evaluación y registro propiamente dicha —estabilizadas previamente las
respuestas fisiológicas del paciente—, se evaluaron las respuestas psicofisiológicas
durante tres minutos mientras el estímulo fóbico estaba ausente. A partir de ese
momento el paciente observaba el vídeo con el mayor grado de implicación posible.
Finalizada la sesión se acordaba una nueva entrevista para exponer el tratamiento a
seguir, en el caso del grupo de tratamiento, o, en el caso de que perteneciera al
grupo de espera-control, se fijaba una próxima sesión de evaluación. En ambos casos
y como ya quedo dicho, la distancia entre el primer pase y el segundo en todas las
medidas fue de ocho semanas aproximadamente. Con el objeto de apresar en lo
posible el nivel de cambio alcanzado por los dos grupos experimentales, los resultados del segundo pase, siguiendo algunas de las indicaciones metodológicas aportadas por Páez, Echeburúa y Borda (1993), fueron comparados con la evaluación efectuada al grupo no fóbico extremo, en las escalas de miedo a volar y en los registros
psicofisiológicos de la prueba análoga. Estas comparaciones deberían de determinar la posible existencia de cuatro subgrupos de mejora: Un subgrupo de mejora de
remisión espontanea perteneciente al grupo control, un subgrupo de mejora perteneciente al grupo de tratamiento y dos subgrupos de éxito optimizado (derivados
respectivamente de los grupos de mejora anteriores) que estarían compuesto por
todos aquellos individuos que evolucionando positivamente son también capaces
de equipararse al grupo no fóbico extremo. La evaluación del seguimiento, transcurridos seis meses desde la aplicación del programa, se efectuó únicamente sobre el
grupo de personas que obtuvieron éxito con la realización del programa, puesto
que por causas éticas todas las personas que no mejoraron con el programa o que
pertenecían al grupo de espera fueron asignadas a otro programa de tratamiento
en el primer caso, o se les aplicó este programa en el segundo.
El tratamiento se llevó a cabo en las dependencias del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos, donde se disponía de una sala de
terapia de 2,5 por 3,5 metros equipada con dos sillas, una mesa y un sillón de relajación. La frecuencia semanal de las sesiones fue de dos con una duración de 60
minutos, aproximadamente, por sesión. Se trata de un procedimiento de exposición
mixto, individual y estandarizado con un mínimo de 12 sesiones y un máximo de
15. La primera fase contiene un conjunto de cuatro sesiones y esta dedicada fundamentalmente al entrenamiento en técnicas de respiración, técnicas de relajación y
adiestramiento en generación de imágenes mentales. La segunda fase está destinada a la elaboración de una jerarquía ordenada de situaciones estresantes haciendo
uso de un procedimiento mixto de ordenación cardinal-ordinal. En la tercera fase se
desarrolla la exposición propiamente dicha, abarcando tanto la exposición en imá-
Fobia a viajar en avión: valoración de un programa de exposición
125
genes, como un conjunto de tareas desarrolladas en la vida real y que están directamente implicadas con los preliminares del vuelo (visitar aeropuertos, observar tareas de facturación de viajeros, etc...). Para estas últimas tareas se utilizan técnicas
auxiliares de afrontamiento (relajación breve y detención del pensamiento) con la
intención de que la realización de las mismas no se vean interrumpidas por los habituales pensamientos negativos y catastrofistas de los fóbicos.
Analisis de datos
Se utilizó un conjunto heterogéneo de análisis estadísticos: el primer acercamiento
consistió en realizar un ANOVA 2x2 (una variable independiente ínter con dos niveles tratamiento-control y una variable independiente intra antes-después) para cada
una de las variables dependientes utilizadas. Para analizar el nivel de eficacia del
programa de intervención y el grado de optimización de la mejora efectuamos análisis discriminantes comparando los dos grupos experimentales en el postratamiento
y ambos grupos por separado con el grupo no fóbico extremo. Con el fin de presentar estos análisis en las condiciones más óptimas de aplicación incluimos en los
discriminantes —a partir de las correlaciones determinadas por los estudios de validación de las escalas subjetivas de miedo a viajar en avión (Sosa, Capafóns, Viña y
Herrero, 1995) y de la prueba análoga de vídeo (Capafóns, Sosa, Herrero y Viña,
1997)— una selección de las variables más representativas de todo el conjunto.
Concretamente, se tuvieron en cuente para estos análisis la escala de Miedo Durante el Vuelo, y los promedios de la tasa cardíaca y la tensión muscular también durante el vuelo en la prueba análoga. Por último, la posible consolidación de las mejoras
en el grupo de éxito fue evaluada por diferencias de medias con el estadístico t de
Student para muestras dependientes.
Resultados
En un primer análisis cualitativo de los resultados encontramos que todas las
personas pertenecientes al grupo de tratamiento fueron capaces de efectuar un vuelo
una vez acabada la terapia. Por el contrario ninguna persona del grupo control de
espera se animó a efectuarlo una vez transcurridos los dos meses.
La tabla 1 muestra los resultados (medias y desviaciones típicas) obtenidos por
los grupos experimentales en las evaluaciones pre/postratamiento. Los datos estadísticos de los ANOVAS realizados para los dos grupos pueden ser también consultados en la tabla 2.
En cuanto a las escalas de miedo a viajar en avión los análisis estadísticos arrojan
resultados significativos en la interacción grupo x momento de la evaluación para
las tres escalas analizadas, ya sea en el Miedo a los Preliminares del Vuelo (MPV
F1,71= 3,86; p< 0,001), en el Miedo Durante el Vuelo (MDV F1,71 = 51,83; p< 0,001),
o en el Miedo Sin Autoimplicación (MSA F1,71 = 8,61; p< 0,01). El análisis más pormenorizado por celdillas indica en la evaluación pretratamiento un nivel global de
homogeneización aceptable, aunque con el miedo a los preliminares del vuelo los
126
CAPAFÓNS, AVERO, SOSA Y LÓPEZ-CURBELO
Tabla 1
Medias y desviaciones típicas de los grupos en cada uno de los momentos
evaluados
Grupo control (N=36)
MPV
MDV
MSA
PC
AFS
TCPV
TCDV
TMPV
TMDV
PRE X
DT
25,83
5,57
27,02
4,67
2,75
2,17
11,57
5,42
25,00
6,91
1,02
0,07
1,02
0,07
1,28
0,45
1,35
0,46
POST X
DT
24,44
6,93
26,58
5,99
3,19
2,63
11,83
6,45
24,75
6,99
1,01
0,04
1,00
0,05
1,16
0,29
1,22
0,32
Grupo de tratamiento (N=37)
MPV
MDV
MSA
PC
AFS
TCPV
TCDV
TMPV
TMDV
PRE X
DT
22,95
6,90
25,95
4,65
2,59
1,69
10,43
4,41
21,95
6,85
1,03
0,07
1,01
0,08
1,26
0,45
1,30
0,45
POST X
DT
10,57
8,83
13,51
8,71
1,68
2,19
5,30
2,91
13,51
9,62
0,99
0,06
0,97
0,06
1,16
0,29
1,06
0,19
NOTA: X= Media; DT= Desviación Típica; MPV= Miedo Preliminares del Vuelo; MDV= Miedo durante el
vuelo; MSA= Miedo sin autoimplicación; PC= Pensamientos Catastrofistas; AFS= Ansiedad Fisiológica
Subjetiva; TCPV= Tasa Cardíaca Preliminares del Vuelo; TCDV= Tasa Cardíaca Durante el Vuelo; TMPV=
Tensión Muscular Preliminares del Vuelo; TMDV= Tensión Muscular Durante el Vuelo.
resultados han de ser interpretados con cierta prudencia debido a que la diferencia
en los niveles de miedo de ambos grupos, pese a ser cuantitativamente pequeña,
resulta significativa en términos estadísticos (F1,71= 3,86; p< 0,05). En el grupo control de espera se registra una escasa evolución significativa en el postratamiento
para las tres escalas, a diferencia del grupo de tratamiento que parece mejorar
sustancialmente en las diferentes tipologías analizadas (MPV F1,71= 118, p< 0,001;
MDV F1,71= 113,04; p<0,001; MSA F1,71= 7,93; p<0,01). Dicha evolución positiva se
ve confirmada en el claro distanciamiento entre ambos grupos en el postratamiento
(MPV F1,71= 55,56; p<0,001; MDV F1,71= 55,49; p< 0,001; MSA F1,71= 7,22; p< 0,01).
En cuanto a los Pensamientos Catastrofistas y la Ansiedad Fisiológica Subjetiva:
Al igual que con las variables de miedo el programa de tratamiento parece conseguir claros efectos positivos en las expectativas de peligro y ansiedad relacionadas
con la utilización de este medio de transporte. Existe efecto significativo de la
interacción tanto para los Pensamientos Catastrofistas (PC F1,71= 36,17; p< 0,001)
como para la Ansiedad Fisiológica Subjetiva (AFS F1,71= 31,05; p< 0,001), y el grupo
de tratamiento marca una clara evolución positiva y significativa en ambas vertien-
127
Fobia a viajar en avión: valoración de un programa de exposición
Tabla 2
Valores de las F entre las diferentes variables para la muestra de fóbicos (n=73)
MPV
MDV
MSA
PC
AFS
TCPV
TCDV
TMPV
TMDV
TIPO DE
GRUPO
32,59
***
34,73
***
3,35
12,82
***
18,87
***
0,45
2,45
1,07
2,13
MOMENTO
71,98
***
59,80
***
1,04
29,12
***
34,96
***
8,12
**
8,74
**
10,62
**
11,91
***
GRUPO X
MOMENTO
45,86
***
51,83
***
8,61
**
36,17
***
31,05
***
1,56
1,19
0,68
0,94
CONTROL X
MOMENTOS
1,45
0,14
1,81
0,19
0,06
1,27
1,72
2,92
3,03
TRAT X
MOMENTOS
118,0
***
113,0
***
7,93
**
66,00
***
66,86
***
8,51
**
8,30
**
8,46
**
9,92
**
GRUPOS X
PRETEST
3,86
0,98
0,12
0,95
3,59
0,10
0,07
0,06
0,22
GRUPOS X
POSTEST
55,56
***
55,49
***
7,22
**
31,43
***
32,43
***
2,73
5,17
*
4,37
*
6,16
**
NOTA: MPV = Miedo Preliminares del Vuelo; MDV = Miedo durante el vuelo; MSA = Miedo sin
autoimplicación; PC = Pensamientos Catastrofistas; AFS = Ansiedad fisiológica Subjetiva; TCPV = Tasa
Cardíaca Preliminares del Vuelo; TCDV = Tasa Cardíaca Durante el Vuelo; TMPV = Tensión Muscular Preliminares del Vuelo; TMDV = Tensión Muscular Durante el Vuelo.
* = Nivel de significación p< 0,05; ** = Nivel de significación p< 0,01; *** = Nivel de significación p<
0,001.
tes (PC F1,71 = 66; p< 0,001; AFS F1,71 = 66,86, p< 0,001), al contrario de lo que
ocurre con el grupo control de espera que no experimenta ningún tipo de cambio
significativo. Por último, la comparación de ambos grupos en el postratamiento
confirma los efectos alcanzados sobre el grupo tratado, distanciando
significativamente a este del grupo control de espera (PC F1,71= 31,43; p<0,001; AFS
F1,71= 32,43; p<0,001).
En cuanto a los registros psicofisiológicos en la prueba análoga, ningún efecto
interactivo en los cuatro intervalos analizados con la tasa cardíaca y la tensión muscular obtiene efectos significativos, lo cual evidencia una mayor atenuación de los
de los resultados obtenidos si se comparan con las anteriores variables subjetivas. El
análisis de los efectos simples muestra a la variable momento de la evaluación como
la más importante de cara a determinar posibles diferencias intragrupo, resultando
128
CAPAFÓNS, AVERO, SOSA Y LÓPEZ-CURBELO
Tabla 3
Resumen del análisis discriminante entre el grupo control de espera y el de
tratamiento en el postest
Resumen de pasos
PASOS
VARIABLE INCLUIDA
LAMBDA
SIGN.
V, RAO
SIGN.
CAMBIO
SIGN.
1
MIEDO DURANTE EL VUELO
0,56
0,0009
55,49
0,0009
55,49
0,0009
2
TASA CARDÍACA DURANTE VUELO
0,53
0,0009
63,43
0,0009
7,97
0,005
3
T, MUSCULAR DURANTE VUELO
0,50
0,0009
71,22
0,0009
7,76
0,005
Función discriminante
FUNCIÓN V. PROPIO
1
% VARIANZA
CORRELACIÓN
CANÓNICA
DESPUES
FUNCION
LAMBDA
WILK
CHI
CUADRADO
G,L,
SIGN,
100
0,71
0
0,50
48,28
3
0,0009
1
Coeficientes tipificados
VARIABLE
FUNCIÓN 1
MIEDO DURANTE EL VUELO
0,91
TASA CARDIACA DURANTE EL VUELO
0,33
TASA MUSCULAR DURANTE EL VUELO
0,37
Valor de los centroides
GRUPO CONTROL ESPERA
G. TRATAMIENTO
1
-0,97
Clasificación de resultados
GRUPO
Nº DE CASOS
PREDICCIÓN A GRUPO CONTROL
PREDICCIÓN A TRATAMIENTO
CONTROL DE ESPERA
36
(29) (80,6%)
(7) (19,4%)
TRATAMIENTO
37
(8) (21,6%)
(29) (78,4%)
PORCENTAJES DE CASOS CLASIFICADOS CORRECTAMENTE 79,45%
129
Fobia a viajar en avión: valoración de un programa de exposición
Tabla 4
Resumen del análisis discriminante entre el grupo control de espera y el grupo no
fóbico en el postest
Resumen de pasos
PASOS
VARIABLE INCLUIDA
LAMBDA
SIGN,
V, RAO
SIGN,
CAMBIO
SIGN,
1
MIEDO DURANTE EL VUELO
0,11
0,0009
615,59
0,0009
615,59
0,0009
2
TENSIÓN MUSCULAR
0,11
0,0009
642,91
0,0009
27,31
0,0009
DURANTE VUELO
Función discriminante
FUNCIÓN V. PROPIO
1
% VARIANZA
CORRELACIÓN
CANÓNICA
DESPUÉS
FUNCIÓN
LAMBDA
WILK
CHI
CUADRADO
G,L,
SIGN,
100
0,95
0
0,10
170,90
2
0,0009
8,62
Coeficientes tipificados
VARIABLE
FUNCIÓN 1
MIEDO DURANTE VUELO
1
TENSIÓN MUSCULAR DURANTE VUELO
0,24
Valor de los centroides
GRUPO CONTROL ESPERA
GRUPO NO FÓBICO
3,17
-2,65
Clasificación de resultados
GRUPO
Nº DE CASOS
PREDICIÓN A GRUPO CONTROL
PREDICCIÓN A NO FÓBICO
CONTROL DE ESPERA
36
(36) (100%)
(0) (0,0%)
GRUPO NO FÓBICO
46
(0) (0,0%)
(46)(100%)
PORCENTAJES DE CASOS CLASIFICADOS CORRECTAMENTE 100%
130
CAPAFÓNS, AVERO, SOSA Y LÓPEZ-CURBELO
Tabla 5
Resumen del análisis discriminante global entre el grupo de tratamiento y el
grupo no fóbico en el postest
Resumen de pasos
PASOS
VARIABLE INCLUIDA
LAMBDA
SIGN.
V, RAO
SIGN.
CAMBIO
SIGN.
1
MIEDO DURANTE EL VUELO
0,54
0,0009
65,81
0,0009
65,81
0,0009
2
TASA CARDÍACA
0,53
0,0009
68,86
0,0009
3,05
0,08
DURANTE VUELO
Función discriminante
FUNCIÓN
1
V,
% VARIANZA
CORRELACIÓN
CANÓNICA
DESPUÉS
FUNCIÓN
LAMBDA
WILK
CHI
CUADRADO
G,L,
SIGN,
0,88
100
0,68
0
0,53
48,723
2
0,0009
Coeficientes tipificados
VARIABLE
FUNCIÓN 1
MIEDO DURANTE VUELO
1,02
TASA CARDÍACA DURANTE VUELO
0,21
Valor de los centroides
GRUPO CONTROL ESPERA
GRUPO NO FÓBICO
1,00
-0,86
Clasificación de resultados
GRUPO
Nº DE CASOS
PREDICIÓN A GRUPO CONTROL
PREDICCIÓN A NO FÓBICO
GRUPO DE TRATAMIENTO
37
(22) (59,5%)
(15) (40,5%)
GRUPO NO FÓBICO
46
(0) (0,0%)
(46) (100%)
PORCENTAJES DE CASOS CLASIFICADOS CORRECTAMENTE 81,93%
Fobia a viajar en avión: valoración de un programa de exposición
131
significativa tanto en los intervalos prevuelo, como para los que transcurren durante
el vuelo en la tasa cardíaca y en la tensión muscular (TCMP F1,71= 8,12; p< 0,01;
TMPV F1,71= 10,62; p< 0,01; TCDV F1,71= 8,74, p< 0,01; TMDV F1,71= 11,91; p< 0,001,
respectivamente). En este sentido el análisis por celdillas revela una evolución positiva y significativa en las puntuaciones del grupo de tratamiento para las dos respuestas psicofisiológicas en los cuatro intervalos de tiempo (TCMP F1,71= 8,51; p<
0,01; TMPV F1,71= 8,46, p< 0,01; TCDV F1,71 = 8,30; p< 0,01; TMDV F1,71 = 9,92;
p<0,01) y no así para el grupo control de espera donde se observa una escasa evolución.
Los resultados del análisis discriminante en el postratamiento (tabla nº 3) entre el
grupo control de espera y el grupo de tratamiento muestran que las tres variables
seleccionadas (el miedo durante el vuelo, la tensión muscular y la tasa cardíaca
durante el vuelo) promueven cambios significativos en la V de Rao. La función obtenida es estadísticamente significativa y la clasificación de resultados indica que un
78,4% de los individuos tratados y un 19,4% de los no tratados mejoran transcurridos los dos meses de duración del programa de tratamiento.
En relación al porcentaje techo de mejoría que pueden conseguir tanto las personas tratadas como las pertenecientes al grupo control de espera, la tabla nº 6
muestra el contraste entre el grupo control y el grupo no fóbico extremo.
Los resultados muestran que el grupo control de espera se sitúa en el
postratamiento en la misma línea que los estudios de validación de las pruebas de
autoinforme y análoga de vídeo (Sosa et al., 1995; Capafóns, et al., 1997), consiguiendo un porcentaje de casos correctamente clasificados del 100% y resultando
una función significativa con una correlación canónica de 0,95. Este tipo de evidencia confirma la escasa evolución de la totalidad de los componentes de este grupo
hacia índices de mejora considerablemente altos. Algo bien distinto ocurre con el
grupo de tratamiento que, como puede observarse en la tabla 5, un 40,5% de las
personas tratadas equiparan sus puntuaciones a las del grupo no fóbico.
La función de este último análisis resultó también significativa quedando definida por las variables miedo durante el vuelo y tasa cardíaca durante el mismo momento, si bien sólo la primera promueve cambios significativos en la V de Rao. Estos
últimos resultados indican un cierto efecto optimizador del programa de tratamiento en algunos pacientes, puesto que 15 de los 37 pacientes tienden a equipararse
con la muestra de no fóbicos.
La evaluación clínica cualitativa a través de entrevista (Capafóns, 1991) confirmó
los resultados de clasificación alcanzados estadísticamente, en el sentido de que los
sujetos del grupo de mejora global (n= 27) informaron de niveles subjetivos de miedo
bajos. Los individuos del grupo control de espera que se clasificaron estadísticamente
como mejorados respondieron sentir una mejor predisposición positiva, si bien como
ya quedo dicho, no fueron capaces de efectuar el vuelo.
Por último, los resultados del seguimiento sobre el grupo de mejora confirman el
mantenimiento de los efectos directos del programa sobre el miedo a viajar en avión.
A nivel estadístico tanto las comparaciones pre-seguimiento como las post-seguimiento muestran una evolución positiva del grupo tratado. Nueve de las once variables dependientes analizadas arrojan diferencias estadísticamente significativas al
132
CAPAFÓNS, AVERO, SOSA Y LÓPEZ-CURBELO
Tabla 6
Valores de las t para las diferentes variables en el grupo de mejora (n=27)
Grupo de mejora (N=27)
MPV
MDV
MSA
PC
AFS
TCPV
TCDV
TMPV
TMDV
ANTES
X
DT
21,89
7,05
25,85
5,29
2,41
1,72
10,81
4,51
20,37
6,26
1,02
0,07
1,00
0,08
1,31
0,52
1,33
0,50
DESPUÉS
X
DT
6,44
4,69
9,59
5,02
0,92
1,27
4,33
2,66
9,07
5,55
0,98
0,05
0,97
0,06
1,05
0,13
1,06
0,16
SEG
X
DT
6,18
4,84
9,37
4,91
0,63
0,97
4,37
2,54
8,96
5,71
1,00
0,06
0,99
0,05
1,02
0,26
1,03
0,25
ANTES
SEGUIM
p
t
***
10,65
***
12,78
***
5,77
***
7,65
***
9,93
0,75
0,63
***
2,30
***
2,44
DESPUÉS
SEG
p
t
n.s.
1,43
n.s.
1,65
*
2,30
n.s.
-0,33
n.s.
0,65
n.s.
-0,38
n.s.
-1,39
n.s.
0,45
n.s.
0,49
NOTA: SEGIM = Seguimiento; MPV = Miedo Preliminares del Vuelo; MDV = Miedo durante el vuelo;
MSA = Miedo sin autoimplicación; PC = Pensamientos Catastrofistas; AFS = Ansiedad fisiológica Subjetiva; TCPV = Tasa Cardíaca Preliminares del Vuelo; TCDV = Tasa Cardíaca Durante el Vuelo; TMPV =
Tensión Muscular Preliminares del Vuelo; TMDV = Tensión Muscular Durante el Vuelo.
n.s. = No significativo; * = Nivel de significación p< 0,05; **; *** = Nivel de significación p< 0,001.
contrastar las puntuaciones antes del tratamiento con el seguimiento. En cuanto a
la contrastación con el postratamiento podemos comprobar cómo, en líneas generales, se preservan los logros alcanzados al finalizar la terapia.
Discusión
Los resultados obtenidos parecen apoyar la idea de que nuestro programa de
intervención tiene efectos beneficiosos sobre la fobia a viajar en avión, fobia que se
caracteriza por presentar distintas manifestaciones que complican sustancialmente
un abordaje terapéutico eficaz. Desde este punto de vista dichos efectos beneficiosos no se limitan a la reducción de la mera ansiedad subjetiva, produciéndose también mejoras sustanciales en la elicitación de pensamientos catastrofistas relacionados con el vuelo y de forma menos contundente, pero digna de tener en cuenta, en
las manifestaciones psicofisiológicas de la ansiedad. La metodología utilizada en este
trabajo no nos permite verificar hasta qué punto las modificaciones introducidas
sobre procedimientos más ortodoxos (la Desensibilización Sistemática per se) y las
Fobia a viajar en avión: valoración de un programa de exposición
133
técnicas auxiliares empleadas, son las responsables últimas de estos resultados. Sin
embargo, el cambio en variables de corte más cognitivo hace sospechar que las
técnicas agregadas han podido colaborar en el resultado final de mejora. La no reducción drástica de los índices psicofisiológicos, efectos que cabría esperar más directamente implicados en estrategias terapéuticas que clásicamente han sido consideradas de contracondicionamiento (Van Egeren, 1971; Van Egeren, Feather y Hein,
1971; Watts, 1973), no son fácilmente interpretables. Al tener que recurrir a una
situación análoga cabe la duda de hasta qué punto existe un efecto distorsionador
del propio instrumento de medida. Para poder contestar a esta cuestión, nuestro
equipo de investigación esta trabajando en la propia situación análoga como objeto
en sí mismo de análisis. Los instrumentos de poligrafía portátil van a permitir un
mejor conocimiento de la similitud entre la situación análoga y un vuelo real.
En lo que se refiere a los efectos optimizados del programa, en principio resultaba difícil prever la posibilidad de que algunas de las personas del grupo de tratamiento pudieran situarse en una órbita cercana a la de un grupo de personas que
se destacaban de la población general por no sentir ninguna sensación de temor
ante el hecho de efectuar un viaje en avión, sobre todo, teniendo en cuenta los
resultados de validación de los instrumentos de autoinforme y prueba análoga que
aseguraban una gran distancia entre los grupos extremos de miedo (Sosa et al.,
1995; Capafóns et al., 1997). Lejos de este hecho un 40,5% de los individuos tratados consiguieron equiparar sus puntuaciones al grupo no fóbico, lo que a nuestro
juicio, implica un aceptable potencial rehabilitador del programa de intervención que
hemos diseñado.
Por último el análisis del mantenimiento de los resultados a los seis meses de
aplicada la terapia confirmó la consolidación de los efectos alcanzados en el
postratamiento. Cabe destacar que además del mantenimiento de las ganancias en
las cinco escalas de miedo y en la tensión muscular, respuesta psicofisiológica directamente entrenada con el programa, un 48,14% de las personas efectuaron al menos
dos vuelos más en este período, un 44,44% cuatro vuelos y un 7,40% seis vuelos
con ausencia de malestar subjetivo, por lo que, en conclusión el programa de tratamiento parece haber logrado una satisfactoria eficacia en un porcentaje significativo de personas. Si bien resulta algo prematuro hablar de las características de las
personas que obtienen éxito con este programa, algunos trabajos ya desarrollados
(Capafóns, Sosa, Viña y Avero, 1997) o que venimos desarrollando, están delatando
que este programa de exposición puede ser más útil para fóbicos más “puros”, esto
es cuando las características del miedo se centran más en la presencia del estímulo
fóbico y no tanto en aspectos generalizados que pueden estar relacionados con este
miedo como puede ser el miedo a la muerte o la acrofobia-claustrofobia. En posteriores comunicaciones intentaremos esclarecer de forma menos especulatoria los
determinantes predictivos del éxito terapéutico lo que sin duda permitirá un mayor
ajuste en la aplicación del programa tratando de minimizar el índice de fracaso
obtenido con el mismo.
134
CAPAFÓNS, AVERO, SOSA Y LÓPEZ-CURBELO
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CAPAFÓNS, AVERO, SOSA Y LÓPEZ-CURBELO
Fobia a viajar en avión: valoración de un programa de exposición
137
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