Argumento OTELLO Localización: Ciudad costera de la isla de Chipre, a finales del siglo XV Acto I Acto II Exterior del castillo, en una noche de tormenta. Los habitantes de la ciudad avistan la nave capitana de la escuadra veneciana que intenta entrar en el puerto. Todos rezan para que se salve aunque Roderigo, un noble veneciano, y Jago, alférez al servicio de Otello, comentan que probablemente chocará contra las rocas. El barco consigue superar el peligro y Otello, el moro que comanda a los venecianos, desciende y anuncia la victoria sobre la flota musulmana, que todos se disponen a celebrar. Jago se aproxima a Roderigo, enamorado de la esposa de Otello. Le confiesa que también él detesta al moro porque éste ha preferido nombrar a Cassio como capitán, mientras él tiene que seguir siendo alférez. En la taberna se celebra la victoria; Cassio ya ha bebido mucho, pero Jago le anima a beber un poco más e incita a Roderigo a provocar una discusión con él. Con la llegada de Montano, Roderigo encuentra el momento. Cassio le amenaza con su espada y Montano resulta herido. Aparece Otello para imponer su autoridad. Cuando descubre que Montano está herido, degrada a Cassio. El tumulto ha despertado también a Desdemona, que se queda a solas con su marido. Juntos evocan el momento en que se conocieron y se dirigen abrazados hacia el castillo. En una sala del castillo junto al jardín. Jago recomienda a Cassio que consiga que Desdemona interceda a su favor. Desdemona y su dama de compañía, Emilia, que es la esposa de Jago, pasan por el jardín y Cassio se aproxima a ellas. Otello se presenta junto a Jago, y éste aprovecha para expresar unas palabras de disgusto. El moro pregunta si es Cassio el que está con su mujer y Jago responde afirmativamente, a la vez que parece estar escondiendo algo. Las sospechas de Otello se despiertan, pero el alférez dice no querer explicar nada sin pruebas. En el jardín, Desdemona es cumplimentada por unos niños que le ofrecen flores. Se aproxima a Otello, que ha recuperado la calma al ver el carácter inocente y gentil de su esposa con los niños. Sin embargo, cuando ella pide clemencia para Cassio, su actitud se torna violenta. Desdemona saca un pañuelo para secarle el sudor de la frente, pero Otello lo arroja al suelo, y aunque Emilia lo recoge, Jago consigue quitárselo. Nuevamente a solas con Jago, Otello se deja llevar otra vez por la sospecha, y le pide que le ayude a encontrar una prueba de la infidelidad de Desdemona. Jago explica entonces que un día oyó a Cassio murmurar en sueños que hablaba con Desdemona y le aconsejaba tener prudencia para que nadie descubriese su amor. La excitación de Otello se acrecienta, y Jago cita entonces un pañuelo de Desdemona que vio en la habitación de Cassio. Otello lo identifica como el pañuelo que él le regaló cuando se prometieron. Eso le convence definitivamente. Otello y Jago juran vengar la traición. OTELLO Giuseppe Verdi (1813-1901) Acto III Acto IV Gran sala del castillo. Un heraldo anuncia la llegada del embajador veneciano. Jago propone a Otello convocar a Cassio. El alférez hablará con él para que Otello, escondido, pueda escuchar la conversación. Aparece Desdemona y Otello le toma de la mano con galantería. Ella insiste en la clemencia a Cassio y súbitamente Otello reclama el pañuelo. Desdemona dice no tenerlo consigo y Otello la previene del peligro de regalarlo o perderlo, porque es un pañuelo que actúa como talismán. Ella jura serle fiel. Otello la acusa de mentir y la empuja a salir. Una vez solo, Otello se lamenta de su suerte. Jago anuncia la presencia de Cassio, y Otello se esconde para espiarlos. Jago pregunta a Cassio por Bianca, su novia, pero Otello, que no oye bien desde donde se encuentra, cree que hablan de Desdemona. La conversación gira sobre el pañuelo que Cassio ha encontrado en su habitación. Cassio lo muestra a Jago y éste se lo deja ver a Otello, que desde su escondite lo reconoce. Cuando Cassio se va, Otello está ya totalmente convencido. La alcoba de Desdemona. Desdemona habla con Emilia, y recuerda la historia de una doncella de su madre abandonada por el hombre que amaba. Se pone a cantar la Canción del Sauce que la doncella cantaba. Los más negros presentimientos la asaltan mientras se despide de Emilia antes de ir a dormir. Ya sola, reza el Ave Maria. Otello penetra en la habitación, la besa tres veces y con el último beso ella se despierta. La acusa de amar a Cassio, que Jago ha ordenado matar. Ella responde que es inocente, pero Otello la ahoga con sus manos. Emilia llama en ese momento a la puerta y explica que Roderigo ha muerto a manos de Cassio. Oye la voz de Desdemona muriendo, se horroriza, y Otello se declara culpable, explicando que Jago identificó al traidor. Emilia grita socorro y aparecen Jago, Montano y Cassio. Cuando Otello cuenta la historia del pañuelo, Emilia explica que se lo robó Jago, y Cassio dice que lo encontró en su habitación sin saber de quién era. Otello entiende que todo ha sido un engaño y, sin que nadie pueda evitarlo, se apuñala. Se aproxima al cuerpo de Desdemona con la intención de volver a besarla y muere. Llega el embajador veneciano Ludovico, que trae una felicitación por las victorias conseguidas. El senado invita a Otello a regresar a Venecia y nombra a Cassio nuevo gobernador de la isla. Otello se dirige a Desdemona con desprecio, insinuando que conoce los motivos de su tristeza, y la arroja al suelo en presencia de todos, acabando por maldecirla. Todos salen horrorizados. Otello se queda delirando mientras Jago le observa, contento de ver cómo funcionan sus maquinaciones. Marc Heilbron