JUAN KNOX Vol. 5, No. 2 C uando le dieron la libertad, Juan fue a Inglaterra. El Rey Eduardo VI le amaba y le hizo el capellán real. Juan predicó un sermón fuerte contra la traición. Los que rodeaban a Eduardo sabían que estaba reprendiendo el abuso de confianza del joven rey, y odiaron a Juan por eso. Eduardo murió y María Tudor llegó a ser reina. Juan tuvo que salir sin su esposa, huyendo a Suiza por su seguridad, a la Ginebra de Juan Calvino, porque María la católica quemaba a los protestantes. Luego, cuando Juan regresó a Inglaterra para llevar a su esposa, descubrió que las ideas reformadas todavía vivían en Escocia. Cruzó desde Inglaterra para predicar. Los Frailes Negros le llamaron a Edimburgo para responder a acusaciones de herejía. Los señores poderosos apoyaron a Juan, y los frailes se retractaron. Regresó de nuevo a Ginebra con su familia sin problemas. Juan envió cartas a su patria, fomentando la reforma. Los líderes de Escocia le rogaban que regresara. Juan consintió. La noticia de su regreso fue motivo de alegría para Escocia. Juan publicó sus ideas para un nuevo tipo de iglesia de hombres libres en Cristo. Muchos escoceses lo siguieron, pero los líderes católicos vacilaron. Sin embargo, el ambiente cambió. Juan casi fue capturado y castigado como un segundo Wishart. Pero justo a tiempo, los amigos lo rescataron. La situación se empeoró para los reformadores, y estaban al punto de rendirse hasta que Juan les animó a tener valor y esperanza. La situación cambió cuando Elizabeth tomó el trono inglés. Inglaterra y Escocia firmaron un pacto que le dio a Juan la libertad de construir la Kirk (Iglesia). Bajo Juan, nadie era quemado ni torturado por la fe en Escocia. Sin embargo, vendrían dificultades en el futuro. La Reina María de Escocia, una joven hermosa y católica, regresó de Francia después de la muerte de su esposo, Francisco II. Ella creía en una monarquía absoluta. Pero Juan no lo creía así. La sonrisa de ella derritió los corazones del pueblo y Juan cayó de gracia con ella. Los sermones de Juan ofendían a María, cuando él predicaba contra la misa. «No es la presencia [de Cristo] en el pan que nos salva sino su presencia en nuestro corazón . . .» dijo Juan. María le obligó a presentarse ante ella. Juan le dijo abiertamente que cualquier autoridad que rompe las leyes de Dios sobre un pueblo puede ser quitada por ellos. María llamó a Juan otra vez cuando él predicó contra el matrimonio de ella y el príncipe católico Don Carlos de España. «¿Qué tiene que ver usted con mi matrimonio?» demandó. «¿O quién es usted dentro de este estado?» «¡Un sujeto nacido dentro del mismo!» respondió Juan. El escocés más humilde tenía el mismo deber de avisar a su nación de cualquier peligro, así como lo haría el escocés mas grande. Cuando Juan exhortó a los escoceses a reunirse para proteger la fe reformada, María le enjuició por traición. Al principio los señores estaban de acuerdo con María, pero las respuestas atrevidas de Juan les convencieron a declarar un veredicto de «no culpable.» 1 Los escándalos de María causaron la pérdida de su trono. Juan mismo tuvo que mudarse a St. Andrews por su seguridad después de que los enemigos trataron de asesinarlo. Cuando ya era viejo, su influencia política declinó. El día antes de su muerte a los 67 años de edad, exhortó a sus amigos a vivir en Cristo. Él había luchando con Dios por la Kirk, dijo él. «¡He estado en el cielo!» Cuando no podía hablar mas, levantó dos dedos para mostrar que todavía tenía fe, y poco tiempo después salió para la eternidad. Knox nació entre 1505 y 1513 1546 la ejecución de Wishart 1547 Knox predica en St. Andrews; es capturado 1549 librado de la esclavitud de la galera 1551 llega a ser capellán del Rey Eduardo VI c. 1553 se casa en secreto 1553 huye a Ginebra 1555 visita Inglaterra, encuentra a los Frailes Negros 1556 predica en el Continente 1558 Elizabeth asciende al trono inglés 1559 Knox regresa a Escocia, inspira la reforma 1560 escribe la Confesión Escocés 1561 La Reina María de Escocia regresa a casa 1563 Knox enjuiciado por traición 1567 predica diariamente contra María 1567 abdica María 1572 la muerte de Knox La heliografía de Juan para la iglesia parecía imposible al preparar su Libro de Orden. Pero Escocía estaba lista para la reforma. Él escribió, «La sed de los pobres, como también la de los nobles, es algo maravilloso y grande, lo cual me anima saber que Cristo Jesús triunfará por un tiempo aquí . . . .» A la hora de su muerte, lo «imposible» era lo común. La iglesia católica, que comenzó la lucha con todo el poder a su lado, era completamente derrotada. En su lugar había la Kirk protestante, la iglesia presbiteriana, gobernada no por la jerarquía romana sino por cleros y ancianos particulares. Bajo el liderazgo de Knox, las familias escoceses se transformaron. Un sin número de hombres dirigieron cultos en sus propias casas. El cantar salmos en la vida diaria llegó a ser común. Por el hecho de que Juan enfatizó la educación universal, la Biblia fue leída en todos pueblos escoceses. La idea de Knox de que un líder es responsable a sus sujetos impactó la política inglés y americana. En Gran Bretaña, el parlamento que destronó al Rey Carlos I era mayormente presbiteriano; y en América, los presbiterianos eran prominentes en la revolución. La iglesia presbiteriana llegó a ser una fuerza para el bien no solamente en Escocia sino en dondequiera que fueron los escoceses Los presbiterianos famosos como Juan Flynn, visionario del Outback de Australia; David Livingstone, el explorador; María Slessor, la misionera; y Juan Witherspoon, el educador. La mayoría de las naciones del habla inglesa tienen fuertes tradiciones presbiterianas, al igual que Sudáfrica y Corea del Sur, donde evangelizaron los presbiterianos. 2 En Escocia, Knox dijo por ejemplo. «No busqué ni pre-eminencia, ni gloria, ni riqueza; mi honor fue el reino de Cristo.» Knox guardó detalles inestimables en su aclamada Historia de la Reforma en Escocia. María era una joven audaz y muy divertida que tenía 19 años cuando conoció a Juan Knox. El choque de voluntades escribió un capítulo significativo en la historia escocesa. Ella era criada en Francia y se casó con Francisco II en 1558. Después de la muerte de él, ella regresó a Escocia, evitando la armada naval de Isabel. Cuando desembarcó en 1561, lloró al ver los caballitos peludos escoceses. Ella había esperado caballos de guerra. Para mantener su ánimo durante los inviernos largos y fríos, tenía fiestas – aunque cuando su propia gente estaba pasando hambre. A diferencia que los soberanos que comprometieron su creencia por causa de la conveniencia, María mantenía la fe católica en que fue criada. Esto la puso en oposición a Knox, líder de la Reforma escocés. Ella lo encontró difícil de aguantar. Él nunca le lisonjeó sino que predicó perdición sobre su locura. Antes de que ella recibiera el trono, Knox escribió un ataque salvaje contra las soberanas mujeres; eso causó aun más desacuerdos entre ellos. María se casó con su primo el Conde Darnley, luego se fatigó de él, y puso su mirada en un secretario. Darnley y otros lo apuñalaron delante de ella. A su vez, Darnley fue asesinado, probablemente por el Conde de Bothwell, con quien María se casó inmediatamente. Los dos levantaron un ejército pero fueron derrotados por los protestantes. Dejando su trono, María se escapó a Inglaterra, fue encarcelada allí y por fin fue decapitada por una supuesta conspiración contra Isabel. Juan Knox era esclavo en una galera francesa como lo demuestra el dibujo. Allí sufrió al lado de criminales calvinistas franceses (los hugonotes), quienes fueron castigados por causa de su fe. Las galeras eran prisiones flotantes. Los prisioneros podían esperar falsas promesas, hambre, frió y arduo trabajo. Había momentos de terror grande cuando los esclavos miraban hacia las bocas del cañon del enemigo estando encadenados a sus bancos. Los prisioneros protestantes eran presionados a convertirse al catolicismo. Las penas para las infracciones menores consistían en azotes severos. Traducido con permiso de Glimpses, Instituto de la Historia Cristiana 3