Hemorragia alveolar difusa

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HEMORRAGIA ALVEOLAR DIFUSA
I - GENERALIDADES
1. INTRODUCCION
La hemorragia alveolar difusa es un síndrome clínico de instauración rápida y
progresiva, habitualmente de mal pronóstico debido a su alta morbi-mortalidad, que
requiere atención médica inmediata ya que compromete la función respiratoria, y
precisa un manejo agresivo en la unidad de cuidados intensivos en más de 90% de los
casos. Este síndrome, se caracteriza por la lesión de la membrana alvéolo-capilar
secundario a múltiples procesos fisiopatológicos pertenecientes a la historia natural de
distintas enfermedades, que como complicación desarrollaran hemorragia alveolar
difusa.
2. DEFINICIÓN Y PATOGÉNESIS
La hemorragia alveolar difusa es un síndrome clínico que se manifiesta generalmente
con hemoptisis, anemia, hipoxemia con aparición de nuevos infiltrados alveolares en
la radiografía de tórax. El proceso que se relaciona con la hemorragia alveolar difusa es
un sangrado difuso en la porción alveolar del pulmón, sin que se identifique alguna
anormalidad endobronquial. Desde el punto de vista histopatológico se encuentra
hemorragia alveolar, capilaritis y lesión alveolar difusa, preservándose la arquitectura
alveolar. El proceso de inflamación en la hemorragia alveolar difusa de la
microvasculatura pulmonar puede deberse a una amplia variedad de alteraciones
vasculares sistémicas. En muchos casos la inflamación vascular (capilaritis) puede ser la
única manifestación de un trastorno sistémico y en otras ocasiones puede estar
confinada al pulmón y quizá no sea parte de las vasculitis sistémicas en relación con
enfermedades tisulares del tejido conjuntivo y en relación con formación de complejos
autoinmunes.
TABLA 1: Causas de hemorragia pulmonar
Sin capilaritis pulmonar
Con capilaritis pulmonar
▪ Síndrome antifosfolípido
▪ Síndrome de Becet
▪ Síndrome Goodpasteur
▪ Lupus eritematoso sistemico
▪ Granulomatosis de Wegener
▪ Poliangeitisnodosamicroscopica
▪ Purpura de Scholein-Henoch
▪ Nefropatía por Ig A
▪ Difeniaidantoina
▪ Daño alveolar difuso
▪ Alteraciones de la coagulación
▪ Coagulación intravascular diseminada (CID)
▪ Estenosis mitral
▪ Enfermedad veno-oclusiva pulmonar
▪ Lesión por inhalación
▪ Crioglobulinemia mixta esencial
▪ Linfangioleiomatosis pulmonar primaria
▪ Neumonía necrotizante
▪ Penicilamina
▪ Hemangiosis pulmonar
▪ Angiosarcoma pulmonar
▪ Esclerosis tuberosa
▪ Anhídrido trimetílico
▪ Amiloidosis cardiaca
▪ Hemosiderosis pulmonar primaria
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3. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las características clínicas de la hemorragia alveolar difusa con o sin capilaritis pulmonar
incluyen disnea, incremento en la diferencia arterio-alveolar, hemoptisis, estertores
crepitantes, anemia ferropénica y fiebre. Los signos radiográficos en la fase aguda de
hemorragia alveolar difusa se distinguen por infiltrados de ocupación alveolar de
predominio perihiliar bilateral, que confluyen para configurar una imagen de
consolidación completa del espacio aéreo, respetando generalmente los ápices y la
periferia de los pulmones. Estas anormalidades son indistinguibles del edema pulmonar
e infecciones difusas. Después de dos o tres días del episodio agudo del sangrado, la
sangre se deposita en los alvéolos y se reabsorbe por el intersticio, dando lugar a un
patrón reticular, si el sangrado no recurre la radiografía de tórax se normaliza en una o
dos semanas. La identificación de las líneas B de Kerley debe dar lugar a una evaluación
de la presencia o ausencia de estenosis mitral o pulmonar, o enfermedad veno-oclusiva
como etiología de la hemorragia alveolar.
En la tomografía computarizada (TC) de pacientes con hemorragia pulmonar difusa
(HPD) se evidencian áreas de aumento en la densidad del parénquima con patrones de
consolidación y/o “vidrio esmerilado”. Además, el TC pulmonar permite detectar
alteraciones parenquimatosas no evidentes en la radiografía de tórax. En algunas
entidades que cursan con HPD, como la hemosiderosis pulmonar idiopática, los
episodios de hemorragia a repetición condicionan la presencia de fibrosis pulmonar, con
opacidades intersticiales de patrón reticular en la radiografía y opacidades
intralobulillares con distorsión de la arquitectura pulmonar en la TC.
La resonancia magnética (RM) puede ser útil para distinguir la hemorragia alveolar de
otras alteraciones parenquimatosas pulmonares con manifestaciones radiológicas
similares, por el efecto paramagnético del hierro en la hemorragia, que determina una
intensidad de señal intermedia en T1 y una marcada disminución en la intensidad de
señal en T2.
4. DIAGNÓSTICO
En la aproximación diagnóstica del paciente con hemorragia alveolar difusa hay que
seguir varios pasos, el primero es tener un alto grado de sospecha clínica (anemia,
hemoptisis e infiltrados pulmonares de reciente aparición); el segundo es comprobar el
diagnóstico clínico con broncoscopia con Lavado Bronquio-Alveolar (LBA) remitiendo
muestras para citología, citobioquimica y microbiología. La biopsia transbronquial
frecuentemente es necesaria aunque en la práctica clínica no se utiliza frecuentemente.
Con el cuadro clínico suele coexistir una anemia ferropenica. La elevación de cifras de
creatinina y urea debe hacernos pensar en descartar la posibilidad de un síndrome
reno-pulmonar. Se debe solicitar serología para virus y gérmenes atípicos, anticuerpos
anti-membrana basal, anticuerpos antineutrófilos (C-ANCA y P-ANCA), marcadores de
enfermedad vascular del colágeno (ANA, Anti-DNA).
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Figura 1: Algoritmo diagnóstico de hemorragia alveolar difusa
Tabla 2 - Diagnóstico diferencial de patrón de ocupación alveolar y/o consolidación
Focal
Difusa
Neumonia bacteriana lobar
Tromboembolismo pulmonar
Contusión pulmonar
Bronconeumonia obliterante (BONO)
Atelectasia
Edema pulmonar atípico (localizado)
Tuberculosis
Edema pulmonar
SDRA
Neumonía bacteriana multilobar
Neumonía viral
Alveolitis alérgica extrínseca
Neumonitis química
Proteinosis alveolar
Tabla 3 - Diagnóstico diferencial del patrón de opacidades en “vidrio esmerilado”
Neumonía intersticial aguda
En “parches” o difuso, asociado a consolidación
SDRA
En “parches” o difuso, asociado a consolidación
Edema pulmonar
Frecuentemente asociado a líneas septales
Neumonía eosinofílica aguda
Difuso, asociado a insuficiencia respiratoria
Neumonía por P. carinii y Micoplasma
En “parches” o difusos, asociado a nódulos
Neumonitis por radiación
Difuso, antecedentes de exposición a radiación
5. TRATAMIENTO
El síndrome de hemorragia alveolar difusa es una urgencia médica, cuyo tratamiento se
debe iniciar antes de determinar el diagnóstico específico. Los objetivos del tratamiento
en la hemorragia alveolar son: rápido control del sangrado y la prevención del daño
renal irreversible, así como de otros órganos extrapulmonares, debiendo tener en
cuenta que alrededor del 40% de los pacientes con hemorragia alveolar difusa requieren
ventilación mecánica. Los pilares del tratamiento son los corticoesteroides, fármacos
inmunosupresores, citotóxicos y la plasmaféresis en algunos casos. La terapéutica
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recomendada para el manejo de la hemorragia alveolar de causa inmunológica, en la
que se ve comprometida la vida del paciente, es la administración de bolos de
metilprednisolona 1 g/día durante tres días y continuar con 1-2 mg/kg/día.
Ocasionalmente, y habiendo descartado sobreinfección, puede plantearse agregar
ciclofosfamida, en especial cuando se sospecha lupus eritematoso sistémico (LES),
granulomatosis de Wegener y poliangeítis microscópica, con el objetivo de prevenir
daño renal. En la enfermedad de Wegener se sugiere iniciar con metilprednisolona 1g
por día y ciclofosfamida de 3 a 5 mg/kg durante tres o cinco días y después de este
periodo la dosis de corticoesteroides se reduce a 1 mg/kg/día y se continúa con
ciclofosfamida 1.5 mg/kg/día. Para el LES se recomienda el mismo esquema que en la
enfermedad de Wegener. Se debe evaluar la adición de plamaféresis, especialmente en
el caso de enfermedad con anticuerpos anti-membrana basal glomerular. Usualmente el
tratamiento inmunosupresor incluye ciclofosfamida y corticoesteroide. La plasmaféresis
no tiene utilidad en nefritis lúpica.
II - ENTIDADES CLINICAS ESPECIALES
1 - Lesión alveolar difusa
El daño alveolar difuso es un tipo de enfermedad intersticial pulmonar y un modelo de
lesión pulmonar aguda, en la cual hay una injuria extensa y severa de la unidad alvéolo –
capilar, relacionándose con pacientes que han sufrido insuficiencia respiratoria aguda
del adulto (SDRA). Su etiología puede ser múltiple y pueden identificarse en la práctica
clínica, antecedentes de trauma, sepsis, inhalación de productos tóxicos o drogas, los
cuales pueden producir lesión pulmonar por dos vías patológicas: la primera, una vía
directa en donde la injuria ingresa directamente a la unidad alvéolo-capilar (inhalación
de tóxicos, contusión pulmonar, neumonía), y la segunda, que hace referencia a la
injuria pulmonar producida por una respuesta sistémica (sepsis, síndrome de respuesta
inflamatoria sistémica), con posterior manifestación de hemoptisis secundaria a
hemorragia alveolar difusa.
2 - Estenosis mitral
Las manifestaciones de la enfermedad valvular mitral en el parénquima pulmonar, que
ocurren en 7,7% y son el resultado del incremento de la presión venosa pulmonar en
pacientes con estenosis mitral. La patogenia se caracteriza por hemorragia alveolar
intermitente, con posterior acumulación anormal de hierro (doscientas veces mayor a
los valores normales). Cada episodio agudo de hemorragia pulmonar es seguido por un
período de remisión variable, lo cual puede demostrarse mediante estudio con lavado
bronco-alveolar (BAL); los hallazgos radiológicos incluyen el edema intersticial,
perivascular o perialveolar en algunas ocasiones, y hemorragia alveolar difusa (áreas
acinares difusas, confluentes, con preservación del parénquima periférico).
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3 - Enfermedad veno-oclusiva
La hemorragia alveolar difusa puede ser la primera manifestación de enfermedad venooclusiva periférica e incluso de enfermedades del tejido conectivo. En estos casos el
curso de la enfermedad usualmente tiene un mal pronóstico. De otro lado, se han
comunicado series de casos de enfermedad veno-oclusiva pulmonar como forma
infrecuente de hipertensión arterial pulmonar en aproximadamente 10% de los casos,
comúnmente en niños y adultos jóvenes, que conduce a elevación de la resistencia
vascular pulmonar, genera una lesión endotelial como evento inicial desencadenante y
finalmente puede producir hemorragia alveolar difusa oculta que podrá ser evidenciada
mediante un estudio con lavado bronco-alveolar (BAL).
4 - Hemosiderosis pulmonar idiopática
La hemosiderosis pulmonar idiopática, también denominada síndrome de Ceelen, es
una enfermedad poco frecuente, de etiología desconocida, cuyo diagnóstico se da por
exclusión cuando se han descartado causas primarias y secundarias de hemorragia
alveolar difusa. Se caracteriza por el depósito anormal de hemosiderina, proveniente de
la conversión de hierro de la hemoglobina por los macrófagos alveolares. Se produce
frecuentemente en pacientes pediátricos o adultos jóvenes en edades entre los 16 a 30
años, aunque se han comunicado casos en adultos de 50 años. Es más frecuente en los
varones.
■ Manifestaciones clínicas Clásicamente se ha descrito una tríada caracterizada por
anemia, hemoptisis e infiltrados pulmonares, signos secundarios al sangrado intraalveolar difuso. Sin embargo, pueden darse diversos tipos de presentaciones clínicas. En
la fase aguda existen síntomas y signos inespecíficos, dados por fiebre, cefalea, tos,
taquipnea, dolor abdominal, hepatoesplenomegalia transitoria. En fases más
evolucionadas pueden existir hemoptisis episódica de diferente cuantía que en algunas
ocasiones pone en riesgo la vida. Existe una presentación insidiosa que cursa con
anemia ferropénica progresiva refractaria a la suplementación con hierro; además se
presentan síntomas respiratorios recurrentes crónicos, tos, disnea, cianosis, sibilancias,
crepitantes y episodios recurrentes de sangrado.
■ Tratamiento. La mayoría de los pacientes responde de manera favorable al
tratamiento con esteroides con dosis de ataque 1 mg/kg/dia, para progresivamente ir
disminuyendo, con disminución del número de exacerbaciones y posiblemente, una
declinación en la fibrogénesis. Otros agentes inmunosupresores como la azatioprina,
hidroxicloroquina, ciclofosfamida y metotrexato se han utilizado con resultados
variables. La azatioprina en combinación con esteroides orales sería la mejor opción
terapéutica, especialmente en la prevención de las exacerbaciones. La indicación de
trasplante pulmonar permanece controvertida desde que se han observado
recurrencias luego del mismo.
5 - El síndrome Reno-pulmonar
El síndrome reno-pulmonar hace referencia a un grupo de enfermedades autoinmunes
sistémicas que afectan fundamentalmente al riñón y pulmón en forma de insuficiencia
renal y enfermedad vascular alveolo-capilar, manifestándose frecuentemente en forma
de hemorragia pulmonar. Entidades pertenecientes a este síndrome se encuentran el
síndrome de Goodpasture, enfermedad de Wegener, Poliangeítis microscopica, LES y
crioglobulinemia mixta esencial.
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5.1 - Síndrome de Goodpasture
El síndrome de Goodpasture consiste en la asociación de glomerulonefritis
rápidamente progresiva con hemorragia pulmonar y anticuerpos contra la membrana
basal glomerular y alveolar (Anti-MBG), pudiendo aparecer a cualquier edad, aunque
es más frecuente en varones jóvenes (20-30 años), no existiendo diferencia entre los
dos sexos en pacientes más mayores, limitándose frecuentemente al daño renal. El
antígeno es el NC1 de la cadena alfa3 del colágeno tipo IV de la membrana basal y la
limitación del daño al glomérulo y alvéolo refleja su distribución tisular, casi ausente en
el resto de parénquimas. Los anticuerpos son mayormente de Ig G y a la respuesta
humoral se agregan efectores que involucran la inmunidad mediada por células B y T.
Existe una predisposición genética por la identificación de alelos HLA-DR2 en 86% de
pacientes, asociándose también al consumo de tabaco, cocaína, procesos gripales e
inhalación de hidrocarburos y disolventes orgánicos.
■ Manifestaciones clínicas. La mayoría de los pacientes presentan síntomas
prodrómicos consistentes en fiebre, escalofríos, náuseas, vómito, pérdida de peso y dolor torácico, con aparición de tos seca, disnea progresiva, infiltrados alveolares
generalizados e hipoxemia. Suele asociar hemoptisis leve y es frecuente observar
siderófagos en el esputo, aunque es un signo inespecífico de hemorragia pulmonar.
Cuando existe afectación pulmonar (60-70%) suele preceder a la afectación renal y esta
es consecuencia de la afectación glomerular con hallazgos anatomopatológicos que van
desde formas leves con glomérulos casi normales, hasta formas graves con
glomérulonefritis (GNF) extracapilar. Cuando coexiste enfermedad renal se manifiesta
con hematuria microscópica y concentraciones de creatinina elevada.
■ Diagnóstico. Los hallazgos en la radiografía de tórax son opacidades e infiltrados
parenquimatosas de ocupación alveolar usualmente bilaterales, simétricas y perihiliares,
aunque pueden ser asimétricas o unilaterales, a menudo con broncograma aéreo, que
se resuelven en dos o tres días, si no existe resangrado, persistiendo en ocasiones
alteraciones reticulonodulares y engrosamientos séptales. Se debe tener en cuenta que
en un 18% de los casos la radiografía puede ser normal. Es típico el aumento mayor del
30% de la DLCO durante el sangrado activo, que suele preceder a los síntomas e incluso
a los cambios radiológicos, esto es consecuencia del atropamiento del CO por la
hemoglobina alveolar, con lo que disminuye la concentración en el aire espirado. El
diagnóstico se confirma mediante la biopsia renal percútanea, en la que se observa una
proliferación extracapilar difusa con semilunar. Mediante inmunofluorescencia se
demuestra la existencia de depósitos lineales de inmunoglobulinas (Ig G, raramente Ig a)
y C3 a lo largo de la membrana basal glomerular. Aunque el hallazgos de AC anti-MBG
no es diagnóstico, en presencia de una cuadro clínico compatible, la positividad de estos
puede ser suficiencia para el diagnóstico sin la realización de la biopsia renal.
El síndrome de Goodpasture es una enfermedad autoinmune rara, caracterizada por la
tríada de hemorragia pulmonar, glomerulonefritis proliferativa y anticuerpos
antimembrana basal glomerular
■ Tratamiento. El tratamiento de elección es la plasmaféresis, combinado con
corticoides e inmunosupresores a dosis plenas. El seguimiento del tratamiento se realiza
según la respuesta de la función renal y pulmonar y la titulación de los AC Anti-MBG. El
transplante da buenos resultados, siempre que se realice fuera del periodo de actividad
de la enfermedad.
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5.2 - Granulomatosis de Wegener (GW)
La enfermedad de Wegener es una vasculitis sistémica necrotizante de origen desconocido que afecta los vasos sanguíneos de pequeño y mediano calibre. Las lesiones
inflamatorias típicas incluyen necrosis, formación de granulomas y vasculitis. La
granulomatosis de Wegener “clásica” es una forma de vasculitis sistémica que afecta
predominantemente los aparatos respiratorios superior e inferior (otitis, sinusitis,
mastoiditis) y en un 70% de casos al riñón. La afectación pulmonar es más frecuente que
en el resto de las vasculitis. En el 25% de los casos existe una forma autolimitada a nivel
del tracto respiratorio superior o pulmonar, sin embargo, aun sin el componente renal,
la afectación de órganos como el pulmón y corazón, tubo digestivo o sistema nervioso
central puede ser grave y poner en riesgo la vida. La mayoría de los pacientes con
enfermedad generalizada no tratada o inadecuadamente tratada tienen una evolución
rápida progresiva y mortal. Es más frecuente en varones y la edad media de
presentación es al inicio de los 40 años (entre 30 y 60 años).
■ Manifestaciones clínicas. Inicialmente los pacientes suelen presentar síntomas
generales, consistentes en febrícula, astenia, anorexia y pérdida de peso mayor al 10%,
pudiendo asociar tos, disnea, hemoptisis y dolor pleurítico en caso de afectación
pulmonar. Las manifestaciones renales suelen aparecer más tardíamente que las
respiratorias y suelen consistir en hematuria, hipertensión arterial (20%), proteinuria en
grado variable y edemas. Los casos más graves pueden cursar con oligoanuria por la
aparición de una GN extracapilar con semilunar. Se han descrito casos de uropatía
obstructiva por afectación de la pared del uréter.
■ Diagnóstico. En la radiografía de tórax se puede encontrar nódulos fijos (no fugaces
ni cambiantes), en ocasiones cavitados, aunque también puede manifestarse en forma
de hemorragia pulmonar difusa como opacidades alveolares multilobares de
predominio central y basal como hallazgo más frecuente, aunque ocasionalmente las
opacidades parenquimatosas pueden ser focales o en “parches”. En formas menos
frecuentes se encuentran las linfadenopatías tanto hiliares como mediastinales y
patrones de afectación intersticial, siendo la tomografía computada (TC) de tórax define
mejor estos hallazgos radiográficos. El diagnóstico diferencial debe realizarse con las
metástasis, neumonías o tuberculosis.
Figura 2: Consolidaciones alveolares en paciente con Enf. de Wegener
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El diagnóstico de GW se basa en la triada de alteraciones pulmonares, renales y de la vía
aérea superior con títulos de c-ANCA (+), siendo estos muy específicos y sensibles (95%)
y que aunque no son exclusivos, permiten el diagnóstico y el seguimiento de la
enfermedad. A nivel microscópico se produce una GN extracapilar tipo II y es
característica, a diferencia de otras vasculitis, la aparición de granulomas
periglomerulares y a nivel del intersticio.
■ Tratamiento. Los pilares del tratamiento son la combinación de corticoides e
inmunosupresores, una vez descartada la causa infecciosa, recomendándose iniciar con
metilprednisolona 1g por día y ciclofosfamida de 3 a 5 mg/kg durante tres o cinco días y
después de este periodo la dosis de corticoesteroides se reduce a 1 mg/kg/día y se
continúa con ciclofosfamida 1.5 mg/kg/día.
5.3 - Poliangeitis microscópica
Es una vasculitis sistémica leucocitoclástica que afecta a vasos de mediano y pequeño
calibre con afectación multiorgánica con afectación glomerular en el 90% de los casos,
consecuencias del desarrollo de una glomérulonefritis necrotizante segmentaría y focal
de origen inmunitario. A diferencia de la panarteritis nodosa puede afectar al pulmón
ocasionando hemorragia pulmonar, siendo otros órganos afectos la piel y las
articulaciones. Suele aparecer en personas de mayor edad (sexta o séptima décadas de
la vida). La clínica se caracteriza por el predominio de síntomas constitucionales,
pudiendo existir hemorragia pulmonar difusa y deterioro de la función renal.
■ Para el diagnóstico, se debe tener en cuenta que es típica, aunque no exclusiva, la
positividad de los anticuerpos p-ANCA (anti-MPO). En la biopsia se aprecia una
glomérulonefritis extracapilar tipo III, con semilunar y zonas de necrosis, pudiendo
evidenciar infiltrados leucocitarios periglomerulares. No hay depósitos inmunológicos,
aunque se puede encontrar depósitos con alguna inmunoglobulina o complemento C3
en áreas de esclerosis por atropamiento. El diagnóstico definitivo se realiza por biopsia
renal, sin embargo, dada la elevada especificidad de los p-ANCA, una clínica sugestiva y
la positividad de los mismos permite su diagnóstico.
■ El tratamiento se basa en la asociación de corticoides e inmunosupresores (por
ejemplo, la ciclofosfamida), estando indicada la plasmaféresis en los casos con
afectación pulmonar o importante deterioro de la función renal. Una pauta aceptada, al
igual que la enfermedad de Wegener, es iniciar con metilprednisolona 1g por día y
ciclofosfamida de 3 a 5 mg/kg durante tres o cinco días y después de este periodo la
dosis de corticoesteroides se reduce a 1 mg/kg/día y se continúa con ciclofosfamida 1.5
mg/kg/día.
5.4 - Crioglobulinemia mixta esencial
Esta entidad clínica afecta más frecuentemente a la mujer alrededor de la quinta época
de vida, esta mediada por una crioglobulina (inmunoglobulina que precipita con el frío),
habitualmente tipo I M, con actividad anti-Ig, de manera que esta actividad determinará
la existencia de un factor reumatoide (presencia de inmunoglobulinas anti-Ig) y de
inmunocomplejos circulantes que activan el complemento, provocando
hipocomplementemia. Aparece, generalmente, asociada a infección por VHC o a otras
infecciones por hongos, bacterias o virus.
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■ La clínica se caracteriza por la aparición de púrpura cutánea, fiebre, artralgias,
hepatoesplenomegalia y lesiones crónicas en áreas expuestas al frío, pudiendo aparecer
en ocasiones polineuropatía. El riñón se ve afecto en la mitad de los casos, apareciendo
hematuria y/o proteinuria, en ocasiones en rango nefrótico, pudiendo también debutar
en forma de síndrome nefrítico e incluso oligo-anuria. Histológicamente puede
apreciarse una glomérulonefritis mesangial o mesangiocapilar y si aparecen semilunar,
correspondería a una GN extracapilar tipo II. El diagnóstico se realizará con la sospecha
clinica y determinación de crioglobulinas en sangre periférica que suele relevar una
elevación marcada de las mismas con patrón mixto esencial, con un componente
monoclonal tipo Ig M.
■ El tratamiento se basa en la asociación de corticoides e inmunosupresores y durante
los brotes la plasmaféresis. A largo plazo es fundamental el tratamiento de la
enfermedad de base, en ellas tratar la infección por VHC
5.5 - Lupus Eritematoso Sistémico (LES)
Él LES es una enfermedad autoinmune que afecta fundamentalmente a la mujer con una
maxima incidencia entre los 25 y 30 años, siendo las manifestaciones clínicas muy
variadas. A nivel analítico destaca la positividad de distintos autoanticuerpos (anti-DNA
principalmente) junto con descenso de las fracciones de C3 y C4 del complemento,
(hipocomplementemia). La actividad clínica suele relacionarse con los títulos de antiDNA.
■ Manifestaciones clínicas.
►Cutáneas. Suelen aparecer en algún momento de la enfermedad, considerándose
como lesiones especificas las lesiones agudas como el eritema en “alas de mariposa”
(rash malar o eritema vespertino) y menos frecuentemente erupciones agudas por
encima de la cintura y lesiones ampollosas. Siendo estas lesiones agudas fotosensibles y
que suelen aparecer con el brote en la actividad de la enfermedad. También se
consideran especificas las lesiones subagudas y crónicas. Las lesiones inespecíficas más
frecuente que pueden verse en el LES son la fotosensibilidad, telangiectasias, livedo
reticularis, aftas orales o nasofaringeas, nódulos subcutáneos, urticaria, alopecia,
vasculitis cutánea.
►Musculoesqueleticas. Lo más frecuente son artralgias, mialgias y debilidad
inespeficicas, presentando en el 60% una artritis migratoria e intermitente que puede
ser poliarticular y simétrica. Un 5% de los casos puede presentar una miopatia
inflamatoria. La osteonecrosis aséptica o necrosis avascular aparece en el 15-30% de los
pacientes y debe sospecharse ante un dolor persistente localizado en hombro, rodilla y
especialmente en la cadera, sobre todo en ausencia de otros datos de actividad de la
enfermedad.
►Hematologicas. La anemia es la manifestación hematológica más frecuente, siendo
esta de trastorno crónico y su intensidad se correlaciona bien con la actividad de la
enfermedad. La presencia de un Coombs (+) aparece en el 25% de los casos, aunque
solo un 10% desarrollará hemólisis. La leucopenia también es frecuente (60%) y suele
ser leve y se acompaña de linfopenia lo que sugerirá actividad de la enfermedad. La
trombopenia aparece en el 15-25% de los casos y no suele tener importancia clínica. La
asociación de anemia hemolítica y trombopenia se denomina síndrome de Evans. En la
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coagulación, aunque se puede detectar anticuerpos frente a factores de la coagulación,
la alteración más frecuente que se detecta es la presencia de anticoagulante
lúdico/anticuerpos antifosfolipido, siendo excepcionales, a pesar de la trombopenia, las
hemorragias, siendo más habituales llos fenómenos tromboticos por la asociación con el
síndrome antifosfolipido secundario.
►Neurológicas. Aparecen en el 50-60% de los casos y pueden ser muy variadas,
afectando a cualquier parte del SNC o periférico, siendo las manifestaciones que se
consideran criterios diagnósticos las convulsiones y la psicosis, aunque lo más frecuente
es que exista alteraciones cognitivas leves y cefaleas. Otras manifestaciones que pueden
aparecer en los pacientes con LES son la meningitis aséptica, pseudotumor cerebrii,
hemorragias o accidentes cerebrovasculares, neuritis o polineuropatias sensivomotoras.
Aunque son infrecuentes, por su importancia, se debe saber identificar la vasculitis
retiniana y la mielitis transversa, ya que requieren un tratamiento inmunosupresos
agresivo, para evitar sus terribles consecuencias.
Dentro de la afectación cardiaca, la pericarditis es la más frecuente, apareciendo en un
30% de los casos, no siendo frecuentes el taponamiento y la pericarditis constrictiva
como complicaciones. La miocarditis deberá sospecharse ante la existencia de
cardiomegalia, insuficiencia cardiaca izquierda, arritmias o alteraciones de la conducción
sin causa que lo justifique. La endocarditis de Libman-Sacks (1=%) habitualmente es
asintomática, aunque puede producir insuficiencia aortica o mitral. Es importante
considerar, que consecuencia de la corticoterapia prolongada y por efecto secundario
de otros fármacos, se produce un aumento de la incidencia de cardiopatía isquémica
arterioesclerotica por un probable aumento de la velocidad de crecimiento y número de
placas vulnerables.
►La afectación renal se objetiva en el 50% de los casos y su aparición ensombrece el
pronóstico (el lupus secundario no suele afectar al riñón), mediado por la afectación
glomerular de distintas formas, según el grado de actividad. Clínicamente, lo más
frecuente es la proteinuria, que puede llegar a rango nefrótico asociada a cierto grado
de deterioro de la función renal. En el sedimento de orina es típico el llamado
“sedimento telescopado” que hace referencia a la existencia de todo tipo de cilindros,
apareciendo este durante los brotes agudos de la enfermedad. Entre un 5-20% de los
pacientes con LES termina con insuficiencia renal Terminal, encontrado entre los datos
de mal pronóstico la hipertensión arterial, cifras de Creatinina superiores a 1,4 mg/dl,
nefropatia lúpica y cambios crónicos en la biopsia renal. El trasplante renal fracasa el
doble en que los pacientes con otras etiologías, aunque la supervivencia es parecida.
►Pleuro-pulmonar. La pleuritis aparece en el 50% de los casos, suele ser bilateral y
puede producir o no derrame pleural (30%). La neumonitis lúpica produce fiebre, dolor
pleurítico, tos, infiltrados pulmonares fugaces de predominio basal y atelectasias
laminares. Sin embargo, se debe tener en cuenta, que la causa más frecuente de
infiltrados pulmonares en el paciente con LES es la infección. Otras manifestaciones
pulmonares menos usuales son la fibrosis pulmonar, la hipertensión pulmonar y la
hemorragia pulmonar. La hemorragia alveolar difusa es una complicación rara, pero
potencialmente letal en los pacientes con lupus eritematoso sistémico, siendo más
frecuente en las mujeres y en fases tempranas de la evolución de la enfermedad,
presentando una incidencia entre 1% hasta 5,4%. Su aparición constituye un factor de
mal pronóstico y deberá sospecharse ante una paciente con LES que presente
hemoptisis (puede no existir), infiltrados pulmonares difusos y descenso de la
hemoglobina. En el diagnóstico diferencial radiológico debe considerarse: neumonía
(bacteriana o por gérmenes oportunistas), patrón de neumonía de organización, patrón
de neumonía intersticial no específica, edema pulmonar y neumonitis lúpica. Por la
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similitud histopatológica, se consideran la neumonitis lúpica y la hemorragia pulmonar
difusa como parte del mismo espectro de enfermedad. En estos casos, para descartar
infección y confirmar el diagnóstico, se indica la broncoscopio con lavado broncoalveolar (BAL). Su reconocimiento temprano permitirá iniciar una terapia agresiva
rápidamente, debido a que en estos pacientes la muerte ocurre por insuficiencia
respiratoria y su instauración se da en cuestión de horas o días a la presentación inicial.
Recomendándose el manejo agresivo con altas dosis de corticosteroides, ciclofosfamida
y plasmaféresis aumenta la supervivencia de al menos el 60% siendo la terapia de
elección metilprednisolona 1g por día y ciclofosfamida de 3 a 5 mg/kg durante tres o
cinco días y después de este periodo la dosis de corticoesteroides se reduce a 1
mg/kg/día y se continúa con ciclofosfamida 1.5 mg/kg/día junto con la plasmaféresis.
Figura 3: Paciente
con Les y hemorragia
pulmonar difusa
►Manifestaciones gastrointestinales. Son variadas e inespecíficas como náuseas y
diarrea, a menudo derivadas de la toxicidad del tratamiento, hasta cuadros tan floridos
como ascitis, pancreatitis aguda (por la enfermedad o farmacológica). Siendo la
complicaciones más grave la vasculitis. Las transaminasas pueden estar elevadas, sobre
todo en brotes de la enfermedad o ser secundarias a toxicidad farmacológica, cirrosis
biliar primaria, colangitis esclerosante o Sdr- de Budd-Chiari, entre otros.
►Otras manifestaciones. Podemos encontrar asociado al LES esplenomegalia (20%),
adenopatias (50%), secreción inadecuada de ADH (SIADH) o hipotiroidismo subclínico.
Autoanticuerpos. La alteración analítica más característica del LES es la presencia de
distintos autoanticuerpos, especialmente los antinucleares (ANA) y los anti-DNA.
También podemos encontrar durante las fases de actividad la elevación de la VSG y
pronunciación de la anemia de trastornos crónicos, títulos elevados de anti-DNA ds y
consumo de complemento (niveles bajos de C3, C4 y CH50). El factor reumatoide
aparece en el 25% de los casos y las crioglobulinas en el 20%. Es frecuente la
hipergammaglobulinemia. Se debe tener presente que la artritis reumatoide y el LES se
asocian frecuentemente al déficit de Ig A.
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Tabla 4: Criterios diagnósticos del LES
▪ Eritema malar
▪ Lupus discoide
▪ Fotosensibilidad
▪ Úlceras orales o nasofaringeas
▪ Artritis
▪ Serositis (neuritis o pericarditis)
▪ Enfermedad renal (proteinuria o cilindros hialinos)
▪ Enfermedad neurológica (psicosis o convulsiones)
▪ Alteración hematológica: leucopenia < 4000/mm3, Linfopenia < 1500/mm3,
Trombopenia < 100.000 plaquetas/mm3, anemia hemolitica
▪ Trastorno inmunológico: anticuerpos anti-DNA ds, anti-Sm, antifosfolipido o
cualquier combinación entre ellos
▪ Anticuerpos antinucleares (ANA)
6 - Otras causas de hemorragia pulmonar
La HPD puede presentarse por fuera del contexto de autoinmunidad, asociada a
entidades de naturaleza variable como infecciosas, neoplásicas, reacciones adversas a
fármacos y algunas otras condiciones clínicas específicas.
6.1 - Autoinmunes
6.1.1 - Síndrome antifosfolípido
El síndrome antifosfolípido (SAF) es una entidad caracterizada por la asociación de
fenómenos trombóticos (arteriales o venosos), abortos o pérdidas fetales a repetición, y
elevación sérica persistente de anticuerpos antifosfolipídicos (anticoagulante lúpico y
anticuerpos Anti-cardiolipina ig G). Este proceso puede observarse en el contexto de
algunas enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico, el síndrome
de Sjögren y la esclerosis sistémica o asociado a neoplasias, infecciones, o como
reacción a algunos fármacos. Cuando no aparece relacionado con las entidades
reseñadas se clasifica como síndrome antifosfolípido (SAF) primario o idiopático.
Las trombosis pueden ser tanto arteriales como venosas, siendo las más frecuentes las
trombosis venosas de los miembros inferiores, que pueden generar tromboembolismos
pulmonares. También son frecuentes los fenómenos trombóticos arteriales cerebrales.
En la mujer los abortos son frecuentes y las muertes fetales, aunque pueden ocurrir en
cualquier momento de la gestación, son más frecuentes en el segundo y tercer
trimestre. Además de los criterios clínicos, pueden asociarse múltiples manifestaciones
como la livedo reticularis, valvulopatías, trombopenia, anemia hemolítica, mielitis
transversa, hipertensión pulmonar y síndrome de Guillain Barré. Las complicaciones
pulmonares más frecuentes son el tromboembolismo pulmonar y la hipertensión
pulmonar tromboembólica crónica, seguidas de manifestaciones no trombóticas, como
hipertensión pulmonar, síndrome de dificultad respiratoria del adulto (SDRA) y
hemorragia alveolar. La hemorragia difusa es una manifestación pulmonar poco
frecuente, descrita básicamente en pacientes con síndrome antifosfolípido secundario a
lupus eritematoso sistémico. Se han descrito casos en la literatura de hemorragia
pulmonar difusa en pacientes con síndrome antifosfolípido catastrófico.
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■ Diagnóstico. La presencia de anticuerpos antifosfolipidos son imprescindibles para el
diagnóstico y el diagnostico se establece mediante los criterios siguientes:
Manifestaciones clínicas
▪ Fenómenos trombóticos (Trombosis
venosa, arterial o de pequeño vaso)
▪ Abortos de repetición
Alteraciones analíticas
▪ Anticuerpos anticardiolipina Ig G i Ig M
▪ Anticoagulante lúdico
▪ Anti-beta-2-glicoproteína Ig G o Ig M
(*) Estas determinaciones deben ser (+) al
menos en 2 ocasiones separadas al menos 12
semanas.
El diagnóstico se establece cuando se presente un criterio clínico acompañado de un
criterio analítico.
■ El término Síndrome Antifosfolipídico (SAF) “catastrófico” o síndrome de sherson se
usa para definir una forma grave, infrecuente y rápidamente evolutiva de SAF que
conduce a la disfunción multiorgánica. Este grupo de pacientes tienen la característica
de desarrollo rápidamente progresivo del fracaso de dos o más órganos junto con la
evidencia clínica de la oclusión de múltiples vasos de pequeño calibre, aunque
minoritariamente también puede existir trombosis de vasos de gran calibre, junto con la
presencia de Anticuerpos Antifosfolipídicos (AAF), generalmente a títulos elevados.
■ El tratamiento del SAF o la presencia de anticuerpos anticardiolipina, en ausencia de
manifestaciones clínicas, es controvertido siendo las recomendaciones más aceptadas:
- En el varón y mujer no embarazada con presencia de anticuerpos (+) sin clínica
asociada puede optarse por actitud expectante o antiagregación con acido acetil
salicílico (AAS) a dosis bajas de 100 mg/día. En caso de trombosis anticoagulación
mantenida con niveles de INR entre 2.5-3,5 si ha sido arterial y entre 2 y 3 si ha sido
venosa. En caso de trombosis recurrente se recomienda añadir AAs a dosis de 100
mg/día, debiendo tenerse en cuenta que esta asociación aumenta el riesgo de
sangrado. En caso de trombopenia severa, puede ser necesario el uso de
prednisona, y en casos no respondedores, inmunosupresores.
- En la mujer embarazada con presencia de anticuerpos (+) sin clínica asociada
puede optarse por actitud expectante o antiagregación con ácido acetil salicílico
(AAS). En caso de antecedentes de abortos previos o fenómenos trombóticos
heparina de bajo peso molecular ± AAS
- El tratamiento del SAF catastrófico incluye tratamiento de soporte, anticoagulación
a dosis plenas, esteroides y plasmaféresis. También se ha empleado
inmunoglobulinas iv a altas dosis y ocasionalmente ciclofosfamida iv
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6.1.2 - Síndrome de Churg-Strauss
El síndrome de Churg-Strauss también llamado angeítis y granulomatosis alérgica es una
vasculitis de pequeños vasos, caracterizada por la presencia de asma, eosinofilia en
sangre periférica y en los tejidos, vasculitis y granulomas. El órgano más afectado es el
pulmón, en el que aparecen infiltrados pulmonares bilaterales migratorios no cavitados,
y clínicamente producen episodios de broncoespasmo grave. La hemorragia pulmonar
difusa es una complicación poco frecuente y suele estar asociada a otras vasculitis con
afectación reno-pulmonar con seropositividad para las ANCAS. La segunda afección más
frecuente es la mononeuritis múltiple, que puede aparecer en el 60-70% de los casos. La
afectación renal es similar a la que aparece en la granulomatosis de Wegener, en forma
de GN, pero es menos frecuente y grave. Es característica la presencia de algún tipo de
alergia (rinitis o sinusitis) y la eosinofilia en sangre periférica (mayor de 1000
eosinofilos/ml). Al menos la mitad de los pacientes presentan ANCA con patrón
perinuclear. EN general, esta enfermedad tiene un comportamiento similar a la PAN,
con afectación multisistemica (pulmonar, mononeuritis múltiple, afectación cutánea,
renal, cardiaca, etc.) pero con un pronóstico mejor que esta al ser menos agresiva, lo
que permite a menudo prescindir de la ciclofosfamida y tratarse exclusivamente con
corticoides.
6.1.3 - Purpura de Scholein-Henoch o púrpura anafilactoide
Síndrome clínico caracterizado por púrpura evidente, artralgias, dolor abdominal,
sangrado gastrointestinal y compromiso reno-pulmonar. En algunas clasificaciones se
considera como una vasculitis por hipersensibilidad, localizada en los vasos de pequeño
calibre, siendo la diferencia principal que en la púrpura de Scholein-Henoch, existe
afectación visceral (articular, renal y gastrointestinal) en la mayoría de los pacientes. Es
una enfermedad que afecta fundamentalmente a la infancia y adultos jóvenes, aunque
puede aparecer a cualquier edad, siendo más frecuente en los varones y en la población
de nivel socioeconomico más bajo, así como un predominio estacional, siendo más
frecuente en la primavera.
■ Etiopatogenia. La enfermedad se produce por el depósito de inmunoclomplejos,
siendo la Ig A el tipo de anticuerpo que se encuentra en estos. Se desconoce el agente
causal de este trastorno, aunque el hecho que aparezca frecuentemente después de
una infección respiratoria ha hecho plantearse que algún microorganismo, como los
estreptococos, estén implicados en su patogenia, aunque también se ha relacionado con
otros antígenos como fármacos, alimentos, inmunizaciones, vacunas, picaduras, etc.
■ Manifestaciones clínicas. La manifestación inicial más frecuente es la púrpura
palpable no trombopenica de localización típica en nalgas y extremidades inferiores. En
los adultos, a diferencia de los niños, es infrecuente la afección de otros órganos. Entre
el 60-90 % de los casos, asociaran síntomas articulares, que afectan fundamentalmente
a a tobillos, rodillas, carpo y pequeñas articulaciones de la mano. Esta suele ser
transitoria no erosiva y no deja secuelas. A nivel gastrointestinal se produce edema en
pared intestinal produciendo episodios de dolor abdominal, diarrea o estreñimiento y su
se produce daño de la mucosa puede aparecer rectorragia, siendo la invaginación
intestinal una entidad a tener en cuenta en estos paciente, aunque su incidencia es baja.
A nivel renal es característico el desarrollo de una glomerulonefritis, habitualmente
asintomática, que mostrará la presencia de hematuria y proteinuria en el sedimento. La
hematuria macroscópica es infrecuente. En general, es raro que curse con deterioro de
la función renal o evolucione a insuficiencia renal crónica. En la analítica de sangre
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puede evidenciarse leucocitosis y elevación de la Ig A. . La afectación pulmonar es rara
e incluye vasculitis con hemorragia alveolar difusa e infarto pulmonar.1,24Los
esteroides son , por lo general, suficientes en el tratamiento de hemorragia alveolar
difusa relacionada con púrpura.8
■ Tratamiento. La enfermedad suele ser autolimitada, incluso sin tratamiento, aunque
puede cursar en brotes (10-30%) que no suelen ser agresivos. En casos muy
excepcionales presentan un curso lento, y cuando es así, el fallecimiento es por
afectación renal. Si es preciso el tratamiento, síntomas abdominales o articulares
intensos, están indicados los corticoides a dosis elevadas (1 mg/kg/día) durante un
periodo de tiempo limitado.
6.2 - Infecciosas
La aspergilosis pulmonar invasiva es característica de pacientes con neutropenia severa
y puede asociarse a HPD por proliferación de hifas dentro de los espacios aéreos e
invasión secundaria de las arterias pulmonares. El 25% de los pacientes con aspergilosis
pulmonar presenta la forma angioinvasiva. En pacientes inmunocomprometidos con
candidiasis sistémica se describe HPD por neumonía aspirativa. La patogénesis es similar
a la descrita en aspergilosis pulmonar invasiva. La neumonía por citomegalovirus, en
pacientes con SIDA o receptores de trasplantes de órganos sólidos o médula ósea puede
asociarse a HPD hasta en el 70% de los casos.
6.3 - Neoplásicas
El sarcoma de Kaposi es la principal causa de hemorragia alveolar en pacientes con SIDA,
siendo también está relacionada con infecciones (citomegalovirus). Del mismo modo, la
hemorragia pulmonar difusa puede acontecer en pacientes con leucemia,
relacionándose con trombocitopenia, infecciones o trasplante de medula ósea. La
hemorragia pulmonar difusa se considera la complicación no infecciosa más común en
los pacientes con leucemia. Y en los pacientes con trasplante de medula ósea es una
complicación que aparece hasta en el 14%, usualmente entre la segunda y tercera
semanas postransplante y su etiología no es del todo clara.
6.4 - Fármacos
Los pacientes con esclerodermia tratados con penicilamina pueden presentar
hemorragia pulmonar asociada a complejos inmunes circulantes. Del mismo modo,
también se han comunicado casos relacionados con el consumo crónico de
difenilhidantoína, anhídridos ácidos usados en la manufactura de plásticos y pinturas, la
aspiración de cocaína y en el tratamiento con procainamida.
6.5 - Hemangiomatosis
La hemangiomatosis capilar pulmonar es un trastorno anormal caracterizado por la
proliferación de capilares alveolares que infiltran el parénquima pulmonar, bronquíolos,
vénulas e intersticio, y que clínicamente se hace pasar por hipertensión arterial
idiomática. Además, existe hemorragia alveolar difusa, que clínicamente cursa con
disnea progresiva, hemoptisis, y ocasionalmente dolor pleurítico e insuficiencia
respiratoria que en algunos casos puede ser letal.
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6.6 - Linfangioleiomiomatosis/Esclerosis tuberosa
Es una enfermedad rara que afecta particularmente a mujeres en edad fértil, con
carácter multisistémico. Se puede presentar de forma esporádica o en asociación con la
esclerosis tuberosa (TSC). Se caracteriza por una proliferación anormal de células
musculares lisas inmaduras que cursan con disfunción de los genes TSC1 y TSC2, dando
lugar a la activación y movilidad de células lisas inmaduras, con crecimiento aberrante
sobre la vía aérea, el parénquima pulmonar, vasos linfáticos y vasos sanguíneos
pulmonares que pueden generar hemorragia alveolar difusa, con evolución progresiva
hacia la insuficiencia respiratoria aguda. La aparición de la linfangioleiomiomatosis
esencialmente en su totalidad, ocurre en mujeres en edad fértil, pues concuerda con la
hipótesis de que los agentes anti-estrógenos podrían prevenir la progresión de la
enfermedad, como por ejemplo los análogos de la hormona liberadora de
gonadotrofinas.
6.7 - Artritis reumatoide
En pacientes con artritis reumatoide, raramente se ha encontrado vasculitis pulmonar y
hemorragia alveolar difusa. Los casos descritos son concomitantes con síndrome
pulmón riñón y a seropositividad para ANCAS.
6.8 - Polimiositis
En esta enfermedad se han descrito algunos casos de hemorragia alveolar difusa y
capilaritis pulmonar, junto con debilidad muscular y neumonitis aguda, en los cuales se
ha observado una respuesta adecuada a los esteroides.
6.9 - Enfermedad mixta del tejido conjuntivo (EMTC)
Los pacientes que exhiben EMTC y características de LES pueden padecer como
complicación una hemorragia alveolar y se supone que los mecanismos
inmunopatológicos causantes de la hemorragia alveolar son similares.1,24,26
6.10 - Síndrome de Behçet
Síndrome que consiste en estomatitis aftosa recurrente, úlceras genitales e iridociclitis,
también incluye afectación de otros órganos como la piel, el aparato gatrointestinal, el
corazón, el pulmón y el sistema nervioso. Es una vasculitis con depósito de complejos
inmunitarios, siendo la afectación pulmonar rara y cuando aparece se manifiesta como
hemoptisis episódica. Las complicaciones incluyen infartos pulmonares, trombosis
arteriales y venosas y aneurismas de las arterias pulmonares elásticas. La hemorragia
pulmonar puede resultar de destrucción de las arterias pulmonares, rotura de
aneurisma, infartos pulmonares o capilaritis pulmonar extensa. Los estudios de
inmunofluorescencia revelan las paredes de las venas pequeñas y los capilares Ig G, C3,
C4 y complejos inmunitarios.
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