Jesús, el pan de la vida Juan 6, 51-58

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Domingo Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo - Ciclo A
Junio 22 de 2014
Hostia de salvación, que abres las puertas celestes de la gloria prometida:
fortalece y socorre nuestras almas, asediadas por fuerzas enemigas.
Liturgia de las Horas. Solemnidad de Corpus Christhi. Laudes - Himno
Ven Espíritu Santo,
Dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén.
Cardenal Verdier1
Juan 6, 51-58
Jesús, el pan de la vida
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«51
Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo
daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo.»
52
Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
— ¿Cómo puede éste darnos a comer su propia carne? 53Jesús les dijo:
—Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida. 54El
que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. 55Porque mi carne
es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido
1
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a mí, y yo vivo unido a él. 57El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el
que se alimenta de mí, vivirá por mí. 58Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná
que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este
pan, vivirá para siempre.
Algunas preguntas para comprender el texto…
¿Qué dijo Jesús a los judíos para que éstos se pusieran a discutir unos con otros? ¿Qué promete Jesús para
el que come su carne y bebe su sangre? ¿Qué tipo de pan es Jesús?
Algunas pistas para entender el texto…
Padre Daniel Kerber
La Iglesia nos propone hoy celebrar la solemnidad del Corpus Christi (Cuerpo de Cristo), la presencia real de
Jesucristo en su cuerpo y sangre eucarísticos.
El texto bíblico está tomado del “discurso del pan de vida” en el capítulo 6 del evangelio de Juan. Después de
la multiplicación de los panes (6,1-15), Jesús se extiende en un largo discurso que culmina con las palabras
que leemos hoy.
El texto se estructura en una primera intervención de Jesús (v.51) a la que sigue una pregunta de los judíos
(v.52) y luego Jesús sigue adelante con sus palabras (vv.53-58).
Jesús ya venía hablando del pan del cielo (v.32s), del pan de vida: “yo soy el pan de vida” (v. 35.48.51). Estas
afirmaciones sobre el “pan” y el alimentarse, podrían entenderse simbólicamente. De hecho, para los judíos
la Ley, era un alimento del cual nutrirse. Sin embargo, a partir del versículo 51 inicia otra dimensión: “El pan
que yo daré es mi propia carne”. Con razón reaccionan los judíos con asombro “¿Cómo puede éste darnos a
comer su propia carne?”
En los versículos siguientes insiste repetidamente Jesús en “comer su carne” y “beber su sangre” (vv.54.56)
y los leemos en una clave eucarística.
Juan, que probablemente ya conocía la tradición de los otros evangelios, en el relato de la Última Cena no
narra la institución de la Eucaristía, sino el lavatorio de los pies (ver cap. 13). Por eso, de alguna manera
adelanta la enseñanza eucarística para este capítulo seis, en donde había narrado la multiplicación de los
panes, con los mismos verbos que los otros evangelios usan para la Última Cena: “tomó los panes,… dio
gracias (en griego eucharistesas)… los repartió…” (6,11). Los lectores, que ya conocían el relato eucarístico
no tienen problemas en comprender la simbología de “comer la carne” y “beber la sangre”.
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Este “comer” y “beber” tiene como consecuencia la comunión íntima entre Jesús y sus discípulos: “El que
come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí (permanece en mí), y yo vivo unido a él” (v.56). Veamos
que es una comunión recíproca, no sólo los discípulos en Jesús, sino también Él en ellos.
Y esa comunión es fuente de vida: “el que se alimenta de mí, vivirá por mí” (v.57), es decir, Jesús es quien da
la vida (eterna, plena) a quien se alimenta de Él. Naturalmente, este “comer”, “alimentarse”, no se debe
entender de una manera automática, como si tomar la Eucaristía ya fuera una garantía de vida eterna, Pablo
advierte sobre la actitud como se llega al Señor: “quien come el Cuerpo de Cristo indignamente, come su
propia condenación”, (1 Cor 11, 27). De modo que “alimentarse” está haciendo referencia concreta a la
comida eucarística, pero también está haciendo referencia al alimento del pan de la Palabra con el que el
Señor también nos alimenta e ilumina nuestro camino.
Acojamos parte del Mensaje que Juan Pablo II hizo para la Jornada Mundial de la Juventud del 2004, que
llevaba como título “Queremos ver a Jesús”
“Queridos amigos, si aprendéis a descubrir a Jesús en la Eucaristía, lo sabréis descubrir también en vuestros
hermanos y hermanas, sobre todo en los más pobres. La Eucaristía recibida con amor y adorada con fervor
es escuela de libertad y de caridad para realizar el mandamiento del amor. Jesús nos habla el lenguaje
maravilloso del don de sí mismo y del amor hasta el sacrificio de la propia vida. ¿Es un discurso fácil? Bien
sabéis que no. El olvido de sí no es fácil; éste aleja del amor posesivo y narcisista para abrir al hombre al gozo
del amor que se dona. Esta escuela eucarística de libertad y de caridad enseña a superar las emociones
superficiales para radicarse firmemente en lo que es verdadero y bueno; libra del encerrarse en uno mismo y
prepara para abrirse a los demás, enseña a pasar de un amor afectivo a un amor efectivo. Porque amar no es
sólo un sentimiento; es un acto de voluntad que consiste en preferir de manera constante, por encima del
propio el bien, el bien de los demás: “Nadie tiene mayor amor, que el que da su vida por sus amigos” (Jn
15,13).” 2
Ahora preguntémonos:
¿Recibes y amas a Jesús en la Eucaristía? Es difícil adorar y contemplar a Jesús Eucaristía en el rostro de los
hermanos necesitados, ¿Lo has intentado? Amor afectivo y amor efectivo ¿Cuál brindas?
2
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/messages/youth/documents/hf_jp-ii_mes_20040301_xix-world-youthday_sp.html
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“Buen pastor, pan verdadero,
oh Jesús, piedad de nosotros:
nútrenos y defiéndenos,
llévanos a los bienes eternos
en la tierra de los vivos.
Tú que todo lo sabes y puedes,
que nos alimentas en la tierra,
conduce a tus hermanos
a la mesa del cielo
a la alegría de tus santos”.
Santo Tomás de Aquino
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar,
alegría del alma y alimento de mi vida.
Esta semana iré a mi Parroquia para adorar, amar y alabar a Cristo en el Santísimo Sacramento e invitaré
algún amigo(a) o miembro de la comunidad a que me acompañe.
" Cuando te acerques al Sagrario piensa que ¡Él… te espera desde hace veinte siglos!”.
San Josemaría Escrivá de Balaguer
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