Mitos y estereotipos 1.- “La violencia machista es fruto de un

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Mitos y estereotipos
1.- “La violencia machista es fruto de un estallido, de una pérdida del
control, de los nervios del momento”
Es un mito totalmente falso. La violencia de género es un exponente de la
desigualdad que vivimos en nuestras sociedades. No surge de un estallido, surge
del intento de controlar a la otra persona hasta el extremo.
2.- “Los agresores son adictos al acohol o lo hacen bajo el efecto de las
drogas”
No es así en la gran mayoría de casos. El consumo de sustancias y de alcohol
puede agravar una situación de violencia de género, pero no es la causa de ella.
Muchísima gente bebe alcohol y consumen drogas y no agreden a su pareja.
3.- “Los maltratadores sufren una enfermedad mental”
Es totalmente falso. Prácticamente la totalidad de los agresores no tienen
enfermedad mental.
4.- “El maltrato se da principalmente en familias de bajos ingresos y etnias
minoritarias. Lo sufren más las mujeres de bajo nivel cultural y las mujeres
inmigrantes”
El maltrato se da en todas las clases sociales, lo sufren mujeres de todos los
niveles de formación, con empleo… Durante mucho tiempo se ha mantenido este
mito en la cabeza de mucha gente, se ha pensando que las mujeres víctimas de
violencia eran mujeres de una cierta edad, recluidas en casa, etc., cuando las
cifras demuestran que entre un 60 y un 70% de las víctimas son menores de 45
años. Además más del 50% de las mujeres maltratadas tienen estudios medios y
superiores y más del 50% son trabajadoras en activo (que serían más si no fuera
por
esta
situación
de
crisis
que
vivimos).
Lo mismo pasa con el perfil de los agresores. Hay hombres maltratadores en
todos
los
estratos
sociales
y
de
todo
tipo
de
formación.
También hemos oído mucho decir que las mujeres inmigrantes. Según datos del
Ministerio de Igualdad el 63,6% de las mujeres asesinadas víctimas de la
violencia machista en 2009 eran españolas. A pesar de esto, la tasa es mucho
mas elevada en mujeres extranjeras, Muchas mujeres inmigrantes viven una
situación de vulnerabilidad especial, pero las mujeres españolas están también
expuestas, lo único que las diferencia, es que quizás las españolas tengan una
mayor facilidad para acceder a los recursos disponibles.
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