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TÓPICOS LITERARIOS
1. LA NATURALEZA CLÁSICA
Locus amoenus: LUGAR AMENO , PAISAJE IDEAL
DEFINICIÓN
RELACIÓN
Paisaje bello y tranquilo que está alejado de la ciudad,
escondido y de difícil acceso, formado por árboles, prado,
hiedra, sombra, brisa, arroyo y el trino de los pájaros.
(Tiene su origen en la literatura clásica)
Literatura
amorosa
(siglo XVI)
DEL
LOCUS
AMOENUS
CON
LOS
SENTIMIENTOS DEL POETA
Literatura
ascética
y
mística
Lugar ideal para el encuentro
amoroso (Garcilaso de la Vega)
Lugar para recobrar la serenidad
tras el sufrimiento que provoca el
amor no correspondido (Garcilaso
de la Vega)
En la Edad Media, se toma como
una alegoría del paraíso (Gonzalo
de Berceo)
En el siglo XVI, es el lugar
apropiado
para alcanzar
la
sabiduría mediante la reflexión
intelectual y la contemplación (la
belleza y la paz que se respira en
este tipo de paisaje permite la
elevación espiritual hacia Dios: fray
Luis de León).
San Juan de la Cruz y, en general,
los místicos ven en la hermosura
del locos amoenus las huellas o
rastro que deja Dios como creador
de la naturaleza.
EVOLUCIÓN DEL TÓPICO DEL A fuerza de ser repetido, el tópico del locus amoenus “se
LOCUS AMOENUS
desgastó” y ya no sugería ninguna emoción al lector. Así
que en la poesía neoclásica del siglo XVIII, el locus
amoenus no era más que un decorado sin vida, sin la
menor fuerza poética. En el siglo XVIII, los poetas
prerrománticos y más tarde los románticos, retomaron y
pusieron de moda una forma de entender y relacionarse
con el paisaje, que se remonta a la Edad Media: un paisaje
más dinámico, violento y agreste.
LA NATURALEZA ROMÁNTICA
1. PAISAJE AGRESTE, TURBULENTO O ABANDONADO
Se desarrolló en la literatura peninsular desde la Edad Media un concepto de paisaje agreste y
turbulento, que podemos denominar, en sentido amplio, romántico. Este paisaje refleja la
desesperación o la melancolía del poeta debido a un fracaso amoroso o existencial.
El paisaje se transforma, entonces, en un medio salvaje, lleno de peligros, la bravura del mar,
la tormenta, el bosque misterioso, poblado de fieras, seres misteriosos y ruinas).
CUATRO MOMENTOS DECISIVOS EN LA CREACIÓN DEL PAISAJE ROMÁNTICO
EDAD MEDIA
AUSIAS MARCH:
MAR BRAVÍO
RENACIMIENTO
GARCILASO DE LA VEGA
(SIGLO XVI)
BOSQUES LLENOS DE FIERAS Y
RÍOS TURBULENTOS
BARROCO
PRERROMANTICISMO
SOLEDADES
LUIS DE GÓNGORA
(SIGLO XVII)
CASTILLO EN RUINAS ,
ABANDONADO Y CEGADO
POR LAS HIEDRAS Y LOS ÁRBOLES
GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS
(SIGLO XVIII)
LA NOCHE , LA SOLEDAD ,
AMBIENTE GÓTICO Y MIEDO
El mar hirviendo como el agua al fuego,
y su color veréis andar mudando;
traerá cualquiera cosa sin sosiego,
que sobre sí hallare estando airado
Por las ásperas montañas
y los bosques más sombríos
mostrar quiero mis entrañas
a las fieras alimañas,
a los bosques y a los ríos,
que aunque crudos,
aunque sin razón y mudos
sentirán los males míos
(las almenas)
Yacen ahora, y sus desnudas piedras
visten piadosas yedras,
que a ruinas y a estragos
sabe el tiempo hacer verdes halagos.
Llega en tanto la noche y con su manto/cobija
el ancho mundo. Vuelvo entonces a los
medrosos claustros. De una escasa/ luz el
distante y pálido reflejo/guía por ellos mis
inciertos pasos;/
y en medio del horror y del silencio
EL TEMA DE LA MUERTE
1. DEVASTACIÓN Y MUERTE EN LA EDAD MEDIA
Las numerosas calamidades que sufrió la población europea de la Baja Edad Media
convirtieron la muerte en un tema obsesivo, tanto en la vida real como en la literatura. En
efecto, las numerosas guerras, el aumento de la población en las ciudades, que trajo un sinfín
de enfermedades y defunciones, y sobre todo la peste negra de 1348, que acabó con la vida de
más de un tercio de la población europea, dieron lugar a una interpretación fatalista de la
existencia humana, que solo tenía su recompensa en la otra vida. Juan de Mena revive el
horror de la guerra cuando una madre llora a su hijo muerto: maldice las manos de quien lo
matara,/maldice la guerra do se comenzara.
A partir de esta terrible experiencia, comenzó a extenderse una actitud vitalista que invitaba a
disfrutar de los placeres de la vida: carpe diem, tópico que se desarrollará plenamente en el
Renacimiento.
2.LA MUERTE MACABRA
Para combatir esta actitud, se desarrolló una corriente moralizante que impregnó de
pesimismo la literatura y las artes plásticas, y cuyo objetivo era despertar el temor hacia la
muerte. Ésta era representada con una imagen repulsiva, macabra, habitualmente como un
esqueleto con una guadaña, y en ocasiones, como un cadáver en descomposición.
La muerte se convierte así en la enemiga del mundo, un poder abstracto y deshumanizado que
inspira terror y al que el hombre opone resistencia inútilmente.
3. PERSONIFICACIÓN DE LA MUERTE
Manrique fue el primer escritor que en la Edad Media personificó a la muerte y le dio voz para
que consolara a su padre y no se le hiciera tan amargo un trance tan difícil. En sus Coplas, la
muerte no se presenta de manera macabra con una guadaña, como en Las danzas de la
muerte, sino que con voz serena convence al moribundo de que no oponga resistencia, porque
tras la muerte le espera la vida de la fama y la vida eterna. Se trata, pues, de una muerte
aceptada, humanizada, que consuela y da esperanzas al moribundo: […] vino la Muerte a
llamar/a su puerta/ diciendo: “Buen caballero,/dejad el mundo engañoso/y su halago;/ vuestro
corazón de acero/muestre su esfuerzo famoso/ en este trago”.
4. TÓPICO DE LA MUERTE ANUNCIADA: EL FATUM
El fatum hace referencia a un destino inevitable que conduce a la muerte. El fatalismo –
palabra derivada- implica que la muerte, como final trágico, ha sido anunciada o avisada con
anterioridad. Tal vaticinio puede venir dado a través del sueño. Es el caso de Garcilaso de la
Vega, que vislumbra entre sueños la muerte de su amada Isabel: ¡Cuántas veces, durmiendo en
la floresta,/ reputándolo yo por desvarío/ vi mi mal entre sueños, desdichado!
El aviso puede llegar también bajo la forma de pájaro negro (corneja), que surge por la
izquierda (siniestra), como lo percibe igualmente Garcilaso de la Vega en la égloga I: Bien claro
con su voz me lo decía/la siniestra corneja repitiendo/la desventura mía.
5. TÓPICO MEDIEVAL DE LA muerte igualadora
Este tópico pone de relieve que la muerte no tiene en cuenta las diferencias sociales,
económicas o de edad que hay entre las personas, sino que llama por igual a todos los nacidos
del mundo. Se quiere subrayar así que la muerte tiene el poder de hacer iguales a todos los
seres humanos, quizá como consuelo para los menos afortunados en la vida.
6. UNA MUERTE QUE DA VIDA : LA MÍSTICA
A mediados del siglo XVI se desarrollaron las corrientes ascética y mística en España. Junto a
un humanismo hedonista que proponía el carpe diem, o disfrute de la vida, en el ámbito del
cristianismo se desarrolló una corriente espiritual (la mística) cuyo fin era la búsqueda del
éxtasis amoroso mediante la unión del alma con Dios a través de la oración mental. La
naturaleza misteriosa de esta unión se ve como una paradoja: el placer del éxtasis místico es la
señal de que muere la vida terrena y comienza una nueva vida espiritual.
¡Oh cautiverio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!,
matando, muerte en vida has trocado.
7. LA MALANDANTE
Los nombres que recibe la muerte en los textos literarios son diversos:
Malandante: así se refiere a ella el arcipreste de Hita (siglo XIV)
Malandanza: éste es el nombre que le da un poeta anónimo medieval, haciendo
alusión a los malos pasos con que llega, a su propósito aniquilador: todo lo acaba la
malandanza.
Parcas: personajes mitológicos, tejedoras que cortaban los hilos de la vida.
8.AMOR MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Poetas como Dante, Petrarca o Gacilaso de la Vega sufrieron la muerte de sus respectivas
amadas. Sin embargo, ellas permanecieron post morten en sus versos, porque siguieron
amándolas.
Dante espiritualizó a su amada y la vio como un ángel protector y guía, donna angelicatta:
Y parece que de sus labios surgiera
un espíritu suave de amor pleno
que al alma va diciendo:¡Suspira!
Para Petrarca, sin embargo, ese amor que pervive en él después de la muerte de su amada
tiene una dimensión puramente humana. Ante la muerte de Laura, el poeta, queda sumido en
una angustia existencial:
¡Y sin embargo vivo todavía!
A ciegas, sin la lumbre que amé tanto,
surca mi nave la extensión vacía…
El amor constante más allá de la muerte lo encontraremos también, con tono enardecido, en
Francisco de Quevedo, ya en el siglo XVII:
Serán ceniza, mas tendrán sentido.
Polvo serán, mas polvo enamorado
9.GÉNEROS: ELEGÍA, PLANTO Y ENDECHA
ELEGÍA: subgénero de la lírica mediante el que se expresa dolor o tristeza por la muerte
de un ser querido. También encontramos un tono elegíaco, cuando nos lamentamos
sobre las desgracias de una guerra, el paso del tiempo, el recuerdo de la infancia que
se nos fue, o el de un amor o paraíso perdidos.
PLANTO: es un poema fúnebre en el que se lamenta la muerte de un ser querido (en la
literatura medieval es sinónimo de elegía, puede adoptar diversas formas métricas:
cuaderna vía, romance…)
ENDECHA: lamento fúnebre que adopta la forma de romance de siete sílabas.
10.EL MUNDO ES UN VALLE DE LÁGRIMAS (LACRIMARUM VALLE )
El mundo es un lugar de sufrimiento que constituye la prueba que Dios pone al hombre para
que éste se pueda ganar la vida eterna.
Fray Luis de León en el siglo XVI alude a este valle de lágrimas:
¿Y dejas Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, oscuro
con soledad y llanto; […]
11.EL HOMBRE ESTÁ DE PASO EN EL MUNDO (HOMO VIATOR)
El ser humano es un peregrino, un viajero, que está de paso en el mundo. La experiencia que
éste extrae de su viaje modifica su visión de la vida. En los siguientes versos, Gonzalo de
Berceo se ve a sí mismo como un romero:
Yo, maestro Gonzalo de Berceo llamado,
yendo de romería, me vi dentro de un prado
12. LA VIDA ES COMO UN RÍO (VITA FLUMEN)
La existencia humana se interpreta como el fluir de un río hacia el mar (la muerte). Así lo
expresa en sus Coplas Jorge Manrique:
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir.
13.EL TIEMPO HACE DESAPARECER LO MÁS QUERIDO (Ubi sunt?)
Ni los hombres más admirados, ni las mujeres más bellas, nadie, por poderoso que sea, puede
evitar el paso del tiempo y la muerte: todo se olvida y desaparece.
Por eso un poeta como Jorge Manrique (siglo XV) pregunta qué queda de la belleza de las
damas que se hicieron famosas en las fiestas de la corte, después de pasar algunos años:
¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados y vestidos,
sus olores?
14. LA FUGACIDAD DE LA VIDA (tempus fugit)
Este tópico alude a la rapidez con que pasa el tiempo.
Gutierre de Cetina (siglo XVI) se dirige al reloj y dice “horas alegres que pasáis volando”, y le
pide al menos una tregua de una hora en la que no pase tan rápido.
15. CARPE DIEM
El tópico del carpe diem surge con Horacio (65 a.C.-27 d.C.), poeta romano que tenía ideas
epicúreas. Significa “arranca el día”, o lo que es lo mismo, “aprovecha el presente”. Este tópico
se desprende de otro: tempus fugit (“el tiempo huye”), al que siempre está asociado:
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy, no fíes del incierto mañana.
Horacio, Odas
En el Libro de Buen Amor (siglo XIV), la alcahueta Trotaconventos pretende persuadir a una
joven a que disfrute de la vida:
Hija, a toda hora estáis en casa, tan encerrada
que así, sola, envejecéis; debéis ser más animada,
salir, andar por la plaza, pues vuestra beldad loada
aquí, entre estas paredes, no os aprovechará nada.
16. LAS ROSAS DE LA JUVENTUD (COLLIGE VIRGO ROSAS )
Del carpe diem, surgió el tópico collige virgo rosas (“coge las rosas, doncella”), que proviene
del poeta Ausonio (siglo IV):
Coge las rosas, muchacha, mientras está fresca tu juventud, pero no olvides que así transcurre
también tu vida”
Las rosas representan aquí los placeres fugaces de la vida que el tiempo arrebata. La mujer
joven pasa así a convertirse en símbolo de los efectos devastadores del paso del tiempo y de la
caducidad de la belleza.
17. AUREA MEDIOCRITAS
Quien defiende el aurea mediocritas desea una vida tranquila, alejada de los problemas de la
ciudad, del estrés y de las ambiciones, y busca la comodidad, estar a gusto consigo mismo y
disfrutar de los pequeños placeres, sin emociones extremas como la alegría desbordante o la
tristeza. Esta actitud refleja el pensamiento epicúreo, de origen griego, que busca el equilibrio
entre el cuerpo y la mente.
18.MENOSPRECIO DE CORTE Y ALABANZA DE ALDEA
Es una variante del aurea mediocritas. Con este tópico, se hace una defensa de la vida rústica,
frente a los sobresaltos e intrigas que se vivían en las populosas ciudades de Madrid o Sevilla
en los siglos de Oro.
Francisco de Andrade (siglo XVI) es el poeta que con más cercanía y emoción ha defendido esta
forma de vivir en su Epístola moral a Fabio:
Una mediana vida yo posea,
un estilo común y moderado,
que no le note nadie que le vea.
19.BEATUS ILLE
La traducción literal de este tópico es “Feliz aquel…”. El poeta latino Horacio fue el primero en
expresarlo poéticamente: Dichoso aquél que, lejos de los negocios, como la antigua raza de los
hombres, dedica su tiempo a trabajar los campos paternos con los bueyes.
Mediante este tópico se exalta una forma de vida que consiste en abandonar la gran ciudad, y
todo lo que esta conlleva de lujos, preocupaciones y ambiciones, e irse a vivir al campo para
estar en contacto con la naturaleza. Representa la tendencia más ascética del Renacimiento.
En la poesía española, el beatus ille hace más hincapié en el hecho de apartarse del mundo
para buscar la paz, la armonía interior y la sabiduría, que en disfrutar de los pequeños
placeres.
Para Fray Luis de León, el beatus ille representa una aspiración espiritual, no solo el deseo de
verse lejos de las rencillas y crímenes que recibía de sus compañeros de Universidad. Según
este autor, el alma puede conectarse con la armonía o música divina del universo mediante la
contemplación de la naturaleza que sólo se puede sentir en la soledad de la vida retirada:
¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
20. LA EDAD DE ORO Y LA ARCADIA FELIZ
Se trata de un mito que hace referencia a una época remota en al que la humanidad vivía en
paz y armonía absolutas, no existía la propiedad privada, y los alimentos eran producidos
abundante y espontáneamente por la naturaleza. Una época, en fin, en que los seres humanos
eran inocentes. (La Edad de Oro representa la tendencia idealista y de evasión que caracterizó
a buena parte del Renacimiento).
21. RELIGIÓN DEL AMOR
La divinización de la mujer comienza con la poesía provenzal, y llegará al Barroco. Para
expresar esta divinización, los poetas se valen de la imagen sacroprofana, es decir, de un léxico
que pertenece al ámbito religioso o sagrado con el que expresan la belleza o la intensidad del
amor que sienten por sus damas. Se trató de un fenómenos de paganización del cristianismo
con finalidad estética.
22. AMOR A LO DIVINO . POESÍA MÍSTICA.
El fenómeno contrario a la religión del amor es el amor a lo divino. Los poetas místicos
expresaron literariamente la unión del alma con Dios como una forma de relación amorosa, en
la que el alma es la amada que se une a Cristo, su amado. Se valieron, pues, del código propio
del amor en pareja para expresar su experiencia espiritual (amor a lo divino). El intento placer
de la unión espiritual se expresa con un léxico erótico:
¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno
cuán delicadamente me
enamoras!
San Juan de la Cruz
Si un pequeñito rayo
de aquesa luz inmensa
alguna vez el alma llega y toca,
con su fuerza desmayo
y ella queda suspensa
como fuera de sí, de gozo loca.
Fernando de Córdoba y Bocanegra
Fuentes:
Nueve liras de hiedra y un secreto, editorial Bambú, Casals
https://sites.google.com/site/entreclasicosymodernos/
http://www.terra.es/personal4/phantom_2001/topoi.htm
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