HISTORIA DE ESPAÑA 1 TEMA 9.- ABSOLUTISMO FRENTE A LIBERALISMO. EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL REINADO DE FERNANDO VII Introducción Tras las guerras napoleónicas se inició en Europa el periodo conocido como la Restauración: desde 1814, los monarcas legítimos retornaron a sus tronos y restablecieron los regímenes absolutistas destruidos por la oleada revolucionaria iniciada en 1789. En España también se produjo la restauración del Antiguo Régimen tras la revolución política impulsada por la Guerra de la Independencia. El retorno de Fernando VII a España supuso la anulación de las reformas liberales y de los principios revolucionarios emanados de las Cortes de Cádiz y el restablecimiento de la monarquía absoluta. Desarrollo A finales de 1813, Napoleón decidió firmar la paz con España (Tratado de Valençay), reconocer a Fernando VII como monarca legítimo, permitir su vuelta al país y retirar sus tropas del territorio español. Retorno al absolutismo (1814-1820) El retorno de Fernando VII planteó el problema de integrar al monarca en el nuevo modelo político, definido por las Cortes de Cádiz en la Constitución de 1812. Fernando VII había abandonado el país como un monarca absoluto y debía volver como un monarca constitucional. Los liberales hicieron todo lo posible para que su vuelta se realizara directamente a Madrid, donde debía jurar la Constitución y comprometerse a respetar el nuevo marco político. Fernando VII promete regresar y aceptar esas condiciones. Frente a los liberales, los absolutistas, nobleza y clero sabían que la vuelta del monarca era su mejor oportunidad para volver al Antiguo Régimen. Se organizaron rápidamente para mostrar al Rey su apoyo incondicional para que se restaurase el absolutismo (Manifiesto de los Persas1) y movilizaron al pueblo para que le mostrase su adhesión incondicional (le llamaban “el Deseado”). Además, las potencias absolutistas europeas que habían vencido a Napoleón, también habían conseguido en el Congreso de Viena restaurar el viejo orden en toda Europa, y establecieron la Santa Alianza que garantizaba la defensa del absolutismo y el derecho de intervención en cualquier país para frenar el avance del liberalismo. CARTA DE FERNANDO VII AL ZAR DE RUSIA ALEJANDRO I (1816) “Aplaudo sinceramente el proyecto de V.M. de poner tranquilidad futura del mundo bajo la sagrada égida del Evangelio. La idea sublime que ha inspirado el acta de la Santa Alianza es digna de la admiración de los hombres. Quiera el cielo bendecir vuestros desvelos. He entregado al Sr. Tatischeff (representante del zar en España)el acta de mi accesión a esta unión fraterna y en lo sucesivo reclamaré vuestros consejos y apoyo como aliado” 1 Manifiesto entregado a Fernando VII antes de su llegada a la capital, por un grupo de diputados de las Cortes. En él se detallaban los sucesos ocurridos durante los seis años de guerra y se manifestaba el deseo de que se derogase la legislación de Cádiz y se convocasen las Cortes estamentales. Se denominó “de los persas” por su encabezamiento. Magdalena García López. Departamento de Geografía e Historia 2 2º BACHILLERATO Trágala o Himno de Riego (Este texto es una canción popular de los liberales. Con el tiempo, se convirtió en el himno del liberalismo y la revolución española.) Al que le pese, que roa el hueso que el liberal le dirá eso: ¡Trágala, trágala, trágala Trágala, trágala, perro! Los milicianos y los madrileños La bienvenida le dan a Riego. Y al que le pese, etcétera. Riego, Quiroga, Agüero, Baños, el servilismo van sofocando. Trágala, etc. Se acabó el tiempo en que se (asaba Cual salmonete la carne humana. Trágala, etc. Antes que esclavos volver a vernos perecer todos jurar debemos. Trágala, etc. Ya no hay vasallos, ya no hay (esclavos sino españoles libres y bravos. Trágala, etc. Por los serviles no hubiera unión, ni si pudieran, Constitución. Trágala, etc. Mas es preciso roan el hueso y el liberal le dirá eso. Fernando VII. Un reinado polémico. HISTORIA 16 Fernando VII, al darse cuenta de la gran cantidad de apoyos con los que contaba, traicionó sus promesas y, al llegar a España, protagonizó un golpe de Estado, al declarar mediante el Real Decreto de 4 de mayo de 1814 “nulos y de ningún valor ni efecto” la Constitución y los decretos de Cádiz, y anunció la vuelta al absolutismo. Inmediatamente fueron detenidos o asesinados los principales dirigentes liberales, mientras otros huyeron hacia el exilio. En los meses siguientes se produjo la restauración de todas las antiguas instituciones, se estableció el régimen señorial y se restauró la Inquisición. El rey Fernando VII y su gobierno tuvieron que hacer frente, sin embargo, a un objetivo imposible: rehacer un país destrozado por la guerra, con la agricultura deshecha, el comercio paralizado, las finanzas en bancarrota y todas las colonias en pie de guerra por su independencia. Todos los gobiernos fracasaron en estos intentos. Ante esta situación, la oposición liberal no tardó en manifestarse, sobre todo a través de pronunciamientos militares2, que fracasaron todos entre 1814 y 1820. El Trienio Liberal (1820-1823) El 1 de enero de 1820, el coronel Rafael Riego, al frente de una compañía de soldados acantonados en Cabezas de San Juan (Sevilla) se sublevó y recorrió Andalucía proclamando la Constitución de 1812. La pasividad del ejército, la actuación de los sectores liberales y la neutralidad de los campesinos obligaron al rey Fernando VII a aceptar la Constitución de 1812 (10 de marzo de 1820). Inmediatamente se formó un nuevo gobierno que proclamó una amnistía y convocó elecciones a Cortes. Las Cortes se formaron con una mayoría de diputados liberales e iniciaron rápidamente una importante obra legislativa. Restauraron gran parte de las reformas de Cádiz (se suprimieron los mayorazgos, se restableció la libertad de imprenta, la inquisición quedó abolida en 1820) y elaboraron nuevas normas como la 2 El pronunciamiento es una proclamación política por parte de unos pocos militares, a veces uno solo, para cambiar el rumbo político de España. Con los pronunciamientos se abre un peligroso camino en nuestro país, al quedar demostrado que la intervención militar era también un medio para propiciar los cambios, o para conseguir el poder más rápidamente y con menos complicación que siguiendo la vía legal o los procedimientos democráticos. Los autores del pronunciamiento contaban con el apoyo de algún grupo social, político o económico, con influencia suficiente para lograr el cambio. IES RAMÓN Y CAJAL HISTORIA DE ESPAÑA 3 disminución del diezmo (a la mitad). Con su acción pretendían liquidar el feudalismo en el campo, convirtiendo la tierra en una mercancía más, susceptible de ser comprada y vendida. Asimismo, deseaban liberalizar la industria y el comercio e iniciaron la modernización política y administrativa del país, bajo los principios de la racionalidad y la igualdad legal, y se reconstruyó la Milicia Nacional como cuerpo armado de voluntarios, formado por las clases medias urbanas, con el fin de garantizar el orden y defender las reformas constitucionales. Lógicamente, todas estas reformas suscitaron rápidamente la oposición de la monarquía. Fernando VII había aceptado el nuevo régimen sólo forzado por las circunstancias. Desde el primer momento, no sólo paralizó todas las leyes que pudo, recurriendo al derecho de veto que le otorgaba la Constitución, sino que conspiró de forma secreta contra el gobierno y buscó la alianza con las potencias europeas absolutistas para que éstas invadiesen el país y restaurasen el absolutismo. También los campesinos se mostraron contrarios a las reformas del Trienio, ya que se abolían los señoríos jurisdiccionales, pero no les facilitaba el acceso a la tierra. Los antiguos señores eran ahora los nuevos propietarios, y los campesinos se convertían en arrendatarios que podían ser expulsados de las tierras si no pagaban, con lo que perdían sus tradicionales derechos sobre la tierra. Ante esta situación, los campesinos, que se sintieron más pobres e indefensos, se alzaron contra los liberales. Y por último, la nobleza tradicional y sobre todo la iglesia, perjudicada por la eliminación del diezmo y la venta de sus bienes monacales, animaron la revuelta contra los gobernantes del Trienio. Las dificultades dieron lugar a enfrentamientos entre los propios liberales. Un sector, los moderados (también llamados doceañistas), era partidario de realizar reformas limitadas que no perjudicasen a las élites sociales (nobleza, burguesía propietaria); y los exaltados que planteaban reformas radicales, favorables a las clases medias y populares, confiando en el apoyo de los sectores liberales de las ciudades, de parte del ejército y de los intelectuales, y de la prensa. EL CONCEPTO DE LIBERTAD PARA UN LIBERAL DOCEAÑISTA (MARTÍNEZ DE LA ROSA) EN 1820 “No veo la imagen de la libertad en una furiosa bacante, recorriendo las calles con hachas y alaridos; la veo, la respeto, la adoro en la figura de una grave matrona que no se humilla ante el poder, que no se mancha con el desorden” A pesar de todos los obstáculos, el régimen del Trienio finalizó debido a la intervención de las potencias absolutistas europeas. La Santa Alianza respondió a las peticiones de Fernando VII y encargó a Francia intervenir en España para restaurar el absolutismo. En abril de 1823, unos 100.000 soldados (los Cien Mil Hijos de San Luis) al mando del duque de Angulema, ayudados por realistas españoles, irrumpieron en territorio español y repusieron a Fernando VII como monarca absoluto. Magdalena García López. Departamento de Geografía e Historia 4 2º BACHILLERATO La Década Ominosa (1823-1833) La vuelta al absolutismo fue seguida de una feroz represión contra los liberales y de nuevo gran parte de ellos marchó hacia el exilio3. La crueldad de la represión fernandina sorprendió desagradablemente incluso a los monarcas de Francia y Rusia, que tanto le habían ayudado y que ahora le recomendaban actuar con más tolerancia. No se decidió a restablecer la Inquisición y en su lugar creó las denominadas Juntas de Fe que prosiguieron la tarea de la Inquisición contra liberales y herejes. Como alternativa a la Milicia Nacional, se creó el Cuerpo de los Voluntarios Realistas, a fin de salvaguardar el orden, la seguridad pública y la religión. La mayoría de los liberales significativos se exiliaron al extranjero (especialmente al Reino Unido; a partir de 1830, cuando los liberales llegaron al Gobierno de Francia, este país se convirtió en el lugar preferente de acogida a los exiliados españoles). En esta década se produjeron varios intentos de insurrección; numerosos líderes liberales como Riego, el Empecinado y José María de Torrijos, fueron ejecutados. La joven granadina Mariana Pineda, sufrió el mismo destino (siendo ejecutada por garrote vil, el 26 de Mayo de 1931) por bordar una bandera con el lema Ley, Libertad, Igualdad. CARTA DEL REY FRANCÉS LUIS XVIII ACONSEJANDO TOLERANCIA A FERNANDO VII (1823) “Un despotismo ciego, lejos de aumentar el poder de los reyes lo debilita; porque si su poderío no reconoce ley alguna, pronto sucumbe bajo el peso de sus propios caprichos, la confianza se retira y los pueblos, inquietos y atormentados, se precipitan en las revoluciones” 3 Dando muestras de una exagerada obsesión antiliberal, Fernando VII también dio instrucciones para invalidar y revisar todos los títulos académicos y las sentencias judiciales efectuadas entre 1820 y 1823. Además, fueron cesados todos los empleados públicos contratados durante esos años. IES RAMÓN Y CAJAL HISTORIA DE ESPAÑA 5 Fusilamiento de Torrijos, por Antonio Gisbert, 1888, Museo del Prado (Madrid) Aparte de la represión, la otra gran preocupación del gobierno de Fernando VII fue el problema económico. Las dificultades de la Hacienda, agravadas por la pérdida definitiva de las colonias americanas, forzaron a un estricto control del gasto público, dado que era imposible aumentar la recaudación sin tocar los privilegios fiscales de la nobleza. A partir de 1825, el Rey, acuciado por los problemas económicos, adoptó posiciones más abiertas a la colaboración con el sector moderado de la burguesía financiera e industrial de Madrid y Barcelona. Esta actitud del Rey fue mal vista por el sector más conservador y tradicionalista de la Corte, ya muy descontento porque Fernando VII no hubiese repuesto la Inquisición o no persiguiese con suficiente saña a los liberales. En este sentido, en 1827, en Cataluña, tuvo lugar la llamada revuelta de los agraviados que reclamaban mayor poder para los ultraconservadores y defendían el retorno a las costumbres y fueros tradicionales. Contra lo que cabía esperar, Fernando VII actuó contra esta rebelión absolutista ejecutando a todos sus cabecillas. En la corte, dicho sector se agrupó alrededor de don Carlos María Isidro, hermano del rey y su previsible sucesor, dado que Fernando VII no tenía descendencia. En realidad, esta última etapa del reinado de Fernando VII puede considerarse como la transición hacia la instauración definitiva del nuevo Régimen, que tendrá lugar tras su muerte. Magdalena García López. Departamento de Geografía e Historia 6 2º BACHILLERATO El conflicto dinástico En 1830, el nacimiento de una hija del rey, Isabel, parecía garantizar la continuidad borbónica. Pero dio lugar a un grave conflicto en la sucesión al trono. La Ley Sálica, de origen francés e implantada por Felipe V en España, impedía el acceso al trono a las mujeres, pero Fernando VII, influido por su mujer María Cristina, derogó la ley mediante la Pragmática Sanción, que abrió el camino al trono a su hija y heredera. El sector más ultraconservador de los absolutistas, los llamados carlistas, se negaron a aceptar la nueva situación. En 1832, presionaron al monarca, gravemente enfermo, para que repusiera la Ley Sálica, que beneficiaba como candidato al trono al hermano del rey, el príncipe Carlos María Isidro. Estos enfrentamientos no constituían sólo una disputa acerca de si el legítimo monarca eran el tío o la sobrina, sino que se trataba de la lucha por imponer un modelo u otro de sociedad. Alrededor de D. Carlos se agrupaban las fuerzas más partidarias del Antiguo Régimen y opuestas al liberalismo. María Cristina comprendió que si quería salvar el trono para su hija, debía buscar apoyos en los sectores más cercanos al liberalismo. Nombrada regente durante la enfermedad del rey, formó un nuevo gobierno de carácter reformista, decretó una amnistía que supuso la vuelta de 100 000 exiliados liberales y se preparó para enfrentarse a los carlistas. En 1833, Fernando VII murió, reafirmando en su testamento a su hija, de tres años de edad, como heredera del trono, y nombrando gobernadora a la reina María Cristina. El mismo día, don Carlos se proclamó rey, iniciándose un levantamiento absolutista en el norte de España y, poco después, en Cataluña. Comenzaba así la primera guerra carlista. IES RAMÓN Y CAJAL