SERAFÍN ESTÉBANEZ CALDERÓN 1799-1867 A DON BARTOLO GALLARDETE 2003 - Reservados todos los derechos Permitido el uso sin fines comerciales SERAFÍN ESTÉBANEZ CALDERÓN 1799-1867 A DON BARTOLO GALLARDETE Caco, cuco, faquín, bibliopirata, tenaza de los libros, chuzo, púa de papeles, aparte lo ganzúa, hurón, carcoma, polilleja, rata. Uñilargo, garduño, garrapata, para sacar los libros cabría, grúa, Argel de bibliotecas, gran falúa armada en corso, haciendo cala y cata. Empapas un archivo en la bragueta, un Simancas te cabe en el bolsillo, te pones por corbata una maleta. Juegas del dos, del cinco y por tresillo; y al fin te beberás como una sopa, llenas de libros, África y Europa. EL ANILLO. Ve, pobre anillo, hasta la linda mano de la hermosa que adora mi fiel pecho; ve, ve, cumple y disfruta satisfecho de galardón tan alto y soberano. Dile, pues, que en tu óvalo galano quisiera yo enlazar con dulce estrecho mi blando corazón de cera hecho, con el suyo, aunque helado y tan tirano. En tu círculo de oro misterioso, y en el firme diamante que te adorna, el más constante eterno amor aprenda; mas si me vende, el cerco prodigioso tú mismo con estrépito trastorna, y así esta magia su traición reprenda. EL BAJEL. Roto bajel de mi fortuna triste, de los vientos y el mar juguete incierto, ¿quién, ¡ay!, te arrebató del salvo puerto y así lanzado en tempestad te viste? No al embate del ábrego cediste recorriendo el polar piélago yerto, ni en los riscos del Índico desierto tronchaste el mástil, flámulas perdiste: isla mentida en fúlgido celaje te arrastró tras imagen de bonanza en noche obscura a náufrago paraje; si a salvarte quizá tu dicha alcanza, cuida que el mal va siempre en tu viaje, y hace en olvido hundir toda esperanza. LA NAVE APRESADA. La nave hermosa donde yo guardaba de mi amor y mi alma la riqueza, maravillado al sol con su belleza, el ancho mar con majestad surcaba. La flámula que el mástil adornaba, desplegando en el aire su pureza, provocó del Pirata la fiereza que en celada las flotas acechaba. Al llegar a la roca peligrosa, "¡Detente, amaina! (grita el crudo moro); a mí me toca nave tan preciosa". Ella se rinde y no escucha mi lloro, perdiendo yo en la hora dolorosa mi amor, mi maravilla y mi tesoro. ¿Quién los ecos formó de tu garganta con inflexión tan dulce y tan süave, que el mal disipa bárbaro y más grave, y al más helado corazón quebranta? ¿Quién en tu faz gentil y airosa planta, retratar el placer o el llanto sabe, con tal poder, que el alma en sí no cabe, y a un tiempo sufre, gózase y se encanta? ¿Fué la virtud la que elocuente quiso con tu labio mostrar y hechizo extraño no ser eco falaz, su voz aviso? ¡Ah!, no; que es la deidad del desengaño quien por ti me arrebata a un paraíso que es, como todo, al fin, vapor y engaño. LA SOBERBIA. Yo vi una altiva populosa encina tender sus ramos orgullosa al viento, presumiendo tocar al firmamento y avasallar el prado y la colina. Yo vi el oro del sol, con luz divina la verde copa coronar contento, y yo la vi en pomposo movimiento mecer ufana al ave peregrina. Mas vi también, cual precursor del llanto, leve vapor crecer a nube airada, tendiendo por la esfera el negro manto; la vi rasgarse en llamas inflamada, lanzar el rayo, y miro con espanto el árbol convertido en polvo, en nada. ________________________________________ Súmese como voluntario o donante , para promover el crecimiento y la difusión de la Biblioteca Virtual Universal. Si se advierte algún tipo de error, o desea realizar alguna sugerencia le solicitamos visite el siguiente enlace.