Monográfico Patologías dermatológicas prevalentes en atención primaria Actualización sobre lesiones precancerosas y cáncer de piel no melanocítico en atención primaria Antonio Martorell Calatayud, Begoña Echevarría García y Onofre Sanmartín Jiménez Servicio de Dermatología. Instituto Valenciano de Oncología. Valencia. España. Las lesiones preneoplásicas son aquellas que si se dejan evolucionar pueden convertirse en lesiones clínicamente invasoras con capacidad metastásica. De una manera general pueden clasificarse en 2 tipos. Por una parte, aquellas que se originan accidentalmente sobre procesos cutáneos previos, como las úlceras de evolución tórpida o las cicatrices. Lesiones preneoplásicas Las lesiones preneoplásicas son aquellas que si se dejan evolucionar pueden convertirse en lesiones clínicamente invasoras con capacidad metastásica. De una manera general pueden clasificarse en 2 tipos. Por una parte, aquellas que se originan accidentalmente sobre procesos cutáneos previos, como las úlceras de evolución tórpida o las cicatrices. Por otro lado se encuentran aquellas que se originan a partir de piel normal sometida a diferentes estímulos o en pacientes con determinadas características como la inmunodepresión. En este segundo grupo de lesiones se encuentran las que afectan a la superficie cutánea, como las queratosis actínicas y la enfermedad de Bowen, y las que afectan a las mucosas, como la queilitis actínica y la leucoplasia oral. Queratosis actínica Estas lesiones, también llamadas queratosis seniles y queratosis solares1, afectan más frecuentemente a población anciana que ha estado expuesta de manera crónica al sol. Los principales factores de riesgo que condicionan la aparición de esta lesión son: − Edad: es el factor de riesgo más implicado sobre todo en mayores de 60 años2. − Fototipo: los fototipos más bajos y por tanto más sensibles a la exposición solar suelen presentar con más frecuencia estas lesiones. − Exposición solar: la exposición solar de forma crónica más que las exposiciones agudas e intensas, con independencia de la edad, se ha asociado con un incremento de la aparición tanto de queratosis actínicas como de elastosis solar grave. − Radiación ionizante y exposición crónica a productos tóxicos, como el arsénico. − Papilomavirus: los serotipos 16 y 18 se han asociado a cáncer de piel no melanocítico en pacientes con epidermodis- plasia verruciforme y en inmunodeprimidos en el contexto de trasplantes de órganos. − Inmunodepresión. − Síndromes genéticos (xeroderma pigmentoso, epidermodisplasia verruciforme, etc.) Respecto a las manifestaciones clínicas, consisten en lesiones hiperqueratósicas palpables más que visibles que se localizan en zonas fotoexpuestas que además muestran otros signos de daño solar como hiper e hipopigmentación, arrugas y telangiectasias (fig. 1). Se han clasificado en 5 tipos: − Hiperqueratósica: son pápulas o placas con una escama adherente en superficie de color blanquecino o amarillento y de base eritematosa. Sobre éstas puede aparecer un cuerno cutáneo que es una tumoración de aspecto exofítico y base infiltrada en la cara, tronco y dorso de manos. Hasta un 15% de los cuernos cutáneos que asientan sobre queratosis actínicas son realmente carcinomas invasores3. − Pigmentada: son lesiones pigmentadas, que incluso pueden asemejar un retículo, pero que a la palpación son rugosas. − Liquenoide: se trata de una lesión de base muy eritematosa y que produce picor o dolor. Estos hallazgos clínicos se traducen histológicamente en un infiltrado linfocitario en banda debajo de la disqueratosis que caracteriza a la queratosis actínica. − Atrófica: es un tipo de queratosis actínica de escasas dimensiones que histológicamente muestra atrofia epidérmica. − Queilitis actínica: suele afectar a los labios, sobre todo al inferior, que aparecen eritematosos, descamativos y agrietados (fig. 2). Las queratosis actínicas presentan atipia celular con mayor o menor pleomorfismo nuclear pero siempre a nivel de la epidermis3-5. En ocasiones se observa acantosis e hiperqueratosis con paraqueratosis, pero sin afectación de los orificios de salida de los acrosiringios y de los folículos pilosos. Pueden realizarse JANO 5 DE JUNIO DE 2009. N.º 1.740 13Mono0252actualizac 6.indd 1 . www.jano.es 41 02/06/2009 10:48:50 Monográfico Actualización sobre lesiones precancerosas y cáncer de piel no melanocítico en atención primaria A. Martorell Calatayud, B. Echevarría García y O. Sanmartín Jiménez Patologías dermatológicas prevalentes en atención primaria diversas modalidades terapéuticas en función de las características del paciente así como de las lesiones y su número: − Crioterapia: es la que se emplea con más frecuencia y obtiene curaciones de hasta el 98% de los casos. Con el nitrógeno líquido, que es el criógeno más comúnmente usado, se consiguen temperaturas de −196 ºC que destruyen a los queratinocitos aberrantes. − Escisión quirúrgica: suele ser la mejor posibilidad cuando se trata de una única queratosis actínica de gran tamaño. − Otros tratamientos: dentro de este apartado se incluyen la terapia fotodinámica y el imiquimod al 5%. Figura 1. Figura 2. Múltiples queratosis actínicas, hiper e hipopigmentaciones en piel con daño solar crónico. Erosión en labio inferior correspondiente con queilitis actínica. Enfermedad de Bowen Es el nombre que recibe el carcinoma escamoso in situ cutáneo. Puede aparecer tanto en zonas fotoexpuestas como en no fotoexpuestas. Clínicamente se presenta como una mácula o placa eritematosa o marronácea con escamas adherentes en superficie, muy bien delimitada con respecto a la piel adyacente. Tiene un crecimiento lento pero progresivo y puede confundirse con una placa de psoriasis o eccema que no responde al tratamiento clásico. Son de mayor tamaño que las queratosis actínicas y se pueden encontrar en las mismas localizaciones que éstas, además de en piernas y tronco, y en algunos casos en las manos o en los dedos3,5 e incluso subungueal6. Entre el 3 y el 8% de los casos no tratados desarrolla un carcinoma invasor, y cuando lo hace el riesgo de metastatizar es de hasta el 13% de los casos. Leucoplasia El término leucoplasia oral hace referencia a una entidad clínica definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “lesión predominantemente blanquecina localizada en la mucosa oral que no puede ser caracterizada como ninguna otra lesión definida ni desde el punto de vista clínico ni histológico”7. En la práctica diaria la definición se completa incluyendo el dato de la imposibilidad de la eliminación de la lesión mediante el simple rascado, lo cual facilita su distinción frente a la candidiasis seudomembranosa. Tiene una prevalencia que oscila entre el 0,4 y el 0,7% de la población. La distribución por sexos es variable y tiene mayor incidencia en pacientes que presentan hábitos tóxicos como el tabaco y/o el alcohol. La importancia de estas lesiones radica en su capacidad de transformación en un carcinoma de células escamosas (CE), porcentaje que oscila entre el 3 y el 17,5%7. El establecimiento de un factor etiológico para una lesión blanquecina excluye el diagnóstico de leucoplasia, excepto en el caso del tabaco. Las infecciones por Candida, papilomavirus (VPH) y recientemente por virus de Epstein-Barr son cofactores que pueden modificar el pronóstico evolutivo de la leucoplasia ya establecida. La leucoplasia oral puede manifestarse clínicamente de diversas formas definidas en función de: a) patrón clínico (homogéneo o heterogéneo); b) distribución o extensión de la lesión (focal o diseminada), y c) la localización dentro de la cavidad oral. A. Patrón clínico8: − Patrón homogéneo: definido como aquellas lesiones que presentan una superficie blanquecina regular y lisa con bordes bien delimitados. Este patrón clínico presenta un bajo riesgo de malignización a largo plazo (5%). − Patrón heterogéneo: incluye las leucoplasias que llevan asociado un componente eritematoso (eritroleucoplasia), nodular, erosivo, ulcerado o verrugoso exofítico. Su riesgo de malignización alcanza el 25% de los casos, por lo que se consideran de alto riesgo8. B. Distribución de las lesiones: la distribución o extensión de la leucoplasia en la cavidad oral es un factor pronóstico de malignización a largo plazo. Así, la presencia de una leucoplasia focal se asocia a un buen pronóstico a largo plazo; por el contrario las formas diseminadas, que afectan a varios puntos de la mucosa oral, suponen un peor pronóstico. C. Localización de las lesiones: las leucoplasias localizadas en el suelo de la boca y en la zona ventrolateral de la lengua se 42 13Mono0252actualizac JANO 5 DE JUNIO DE 2009. N.º 1.740 6.indd 2 . www.jano.es 02/06/2009 10:48:57 Monográfico Actualización sobre lesiones precancerosas y cáncer de piel no melanocítico en atención primaria A. Martorell Calatayud, B. Echevarría García y O. Sanmartín Jiménez Patologías dermatológicas prevalentes en atención primaria asocian a un mayor riesgo de malignización, con una tasa de transformación media del 43%8,9. D. Otras características: el tamaño de la lesión mayor de 20 mm, el rápido crecimiento de la leucoplasia, así como la historia previa de CE y el consumo habitual de alcohol o tabaco, conocidos carcinógenos de la mucosa orofaríngea, son otros factores de mal pronóstico que se deben tener en cuenta en la evaluación de estos pacientes. La hiperqueratosis moderada y la hiperplasia epitelial no displásica son los hallazgos histológicos descritos con más frecuencia en la leucoplasia8,9. La displasia epitelial, caracterizada por un cuadro clínico inespecífico pero con datos histológicos bien definidos, supone la expresión de un trastorno de maduración en el epitelio oral. Su presencia, que varía entre menos del 1 y el 30%, es globalmente aceptada como uno de los factores predictores de malignidad. Así los pacientes que presentan leucoplasia oral con cambios displásicos desarrollan un CE hasta en el 36% de los casos. La importancia de estas lesiones radica en su capacidad de transformación en un CE, porcentaje que oscila entre el 3 y el 17,5%. Entre el 16 y el 62% de los CE se han asociado a la presencia de leucoplasia oral en el momento del diagnóstico8,9 por lo que se trata de una entidad estrechamente asociada al cáncer de cabeza y cuello. El manejo de este tipo de lesiones depende de múltiples factores clinicopatológicos, como la localización y el tamaño de la lesión, el carácter recurrente del cuadro o la presencia de un mayor o menor grado de displasia citológica en el análisis histológico8,9. Actualmente el tratamiento mediante láser de dióxido de carbono (CO2) se considera el más efectivo en el control de las leucoplasias, principalmente la variante homogénea. Sin embargo, otras modalidades terapéuticas, como la crioterapia o los preparados tópicos con retinoides, pueden conseguir en ocasiones el control del cuadro. La decorticación quirúgica es la opción más adecuada en aquellos casos en los que los datos clínicos y/o histológicos sugieran un elevado riesgo de transfor- Figura 3. Carcinoma escamoso oral. mación a carcinoma escamoso oral. El seguimiento en estos pacientes debe mantenerse al menos con una periodicidad anual a pesar de la resolución de las lesiones tanto por el riesgo de recurrencia de las lesiones aparentemente resueltas como por el elevado riesgo de aparición de nuevas leucoplasias. Eritroplasia de Queyrat Es un carcinoma escamoso in situ localizado en la zona genital masculina (glande, prepucio o la uretra) que se manifiesta en forma de una placa rojiza aterciopelada de crecimiento lento centrífugo progresivo y de bordes muy bien delimitados. Su aparición se ha relacionado con la no circuncisión asociado a una higiene deficiente, fricción, traumatismos e infección genital por el herpes simple y por el HPV de los tipos 8 y 16. Su progresión a carcinoma invasivo es del 30% con metástasis en un 20% de los casos. Puede tratarse con cirugía convencional o micrográfica de Mohs, con láser de CO2 y con 5-fluorouracilo tópico. La prevención de la eritroplasia de Queyrat puede aumentarse con una buena higiene personal de la zona y con la circuncisión temprana. Cáncer de piel no melanocítico Dentro de este grupo se incluyen una gran cantidad de tumores, que pueden ser de origen epitelial, mesenquimatoso o neuroectodérmico. Tumores epiteliales Carcinoma escamoso oral El carcinoma de células escamosas oral es una neoplasia queratinocítica que debe diferenciarse de la variante cutánea. La primera se caracteriza por un pronóstico infausto a pesar de múltiples tratamientos, mientras que el carcinoma epidermoide cutáneo es una tumoración con un pronóstico excelente en la mayoría de casos10,11. La tasa de supervivencia a los 5 años de seguimiento es del 70%, con una tasa de recurrencia del 45% de los casos10,11. Esta neoplasia oral se manifiesta clínicamente como una ulceración crónica (6 o más semanas de evolución) o como una tumoración carnosa de consistencia pétrea principalmente localizada en la mucosa yugal (fig. 3) y en el dorso de la lengua10,11. El análisis histopatológico muestra la presencia de una epidermis ocupada por queratinocitos atípicos que rompen la membrana basal e invaden la dermis subyacente, en presencia de un infiltrado inflamatorio de intensidad variable10. La escisión radical es el tratamiento de elección en este tipo de tumoración. Dependiendo de la estadificación clínica e histopatológica puede ser necesaria la aplicación de otros tratamientos coadyuvantes para el control de la enfermedad. Carcinoma epidermoide cutáneo El carcinoma epidermoide cutáneo (CEC) es una tumoración epitelial maligna con capacidad de diseminación locorregional y a distancia. La incidencia de este proceso neoplásico maligno se ha incrementado en las últimas décadas, con las tasas más altas distribuidas entre los países con una mayor exposición solar. Actualmente es el segundo tumor cutáneo más frecuente en la población, solamente superado por el carcinoma basocelular12,13. JANO 5 DE JUNIO DE 2009. N.º 1.740 13Mono0252actualizac 6.indd 3 . www.jano.es 43 02/06/2009 10:49:02 Monográfico Actualización sobre lesiones precancerosas y cáncer de piel no melanocítico en atención primaria A. Martorell Calatayud, B. Echevarría García y O. Sanmartín Jiménez Patologías dermatológicas prevalentes en atención primaria Tabla I. Características clinicopatológicas del carcinoma epidermoide de alto riesgo Características clínicas Características histopatológicas Tamaño > 2 cm Profundidad mayor de 4 mm o Clark ≥ IV Localización en labio y oreja Diferenciación citológica moderada o pobre Bordes mal definidos Variantes adenoide (acantolítica), desmoplásica o adenoescamosa Síntomas neurológicos Paciente inmunodeprimido Tumor recurrente Tumor de crecimiento rápido Tumoren cicatriz/área de radioterapia/en úlcera Invasión perineural o linfovascular El CEC se manifiesta inicialmente como una placa hiperqueratósica con una base indurada localizada en áreas fotoexpuestas. Progresivamente, la lesión va adquiriendo una morfología nodular e infiltrada, y en ocasiones presenta focos de ulceración. El CEC se caracteriza por una proliferación de queratinocitos atípicos que rompen la membrana basal en invaden la dermis subyacente formando islotes o cordones de células atípicas. Figura 4. Queratoacantoma. Figura 5. Carcinoma verrugoso anogenital. 44 JANO 5 DE JUNIO DE 2009. N.º 1.740 13Mono0252actualizac 6.indd 4 . Las masas tumorales que invaden la dermis están formadas por proporciones variables de queratinocitos normales y atípicos, con una tendencia variable a la queratinización. Tiene un pronóstico excelente a largo plazo. La incidencia de afectación metastásica de esta tumoración es baja, con tasas que varían entre el 0,5 y el 1% de los casos. Sin embargo, en los últimos años se ha definido un grupo de CEC denominado “carcinoma epidermoide cutáneo de alto riesgo” que presenta una serie de características clinicopatológicas comunes (tabla I) y un riesgo de metástasis a distancia de hasta el 15% de los casos14. El tratamiento quirúrgico es la modalidad terapéutica de elección en el CEC. Los tratamientos alternativos sólo están indicados en aquellos casos en los que la cirugía esté contraindicada. Entre ellos se incluye la crioterapia, la inyección intralesional de antimitóticos como el 5-fluorouracilo o el metotrexato, el imiquimod tópico al 5% y el láser de CO2. Queratoacantoma El queratoacantoma fue descrito por primera vez por Hutchinson en 1889 como una “úlcera crateriforme en la cara”; en el año 1950 fue reconocido como una entidad propia y se diferenció del carcinoma epidermoide cutáneo. Esta neoplasia cutánea aparece principalmente en varones de edades comprendidas entre la sexta y la séptima década12,13. El queratoacantoma se presenta habitualmente como una lesión nodular carnosa y friable de crecimiento rápido, de 1 a 2 cm de diámetro medio, que asocia un tapón de queratina central que da a la lesión un aspecto “crateriforme” (fig. 4). Se localiza con mayor frecuencia en la cara y en regiones acrales, aunque puede aparecer en cualquier área que contenga folículos pilosos. Actualmente se considera un carcinoma epidermoide cutáneo de bajo grado, de carácter autorresolutivo en ocasiones, y de pronóstico excelente, con un potencial metastásico prácticamente nulo. El tratamiento de elección en esta tumoración es la exéresis quirúgica. El tratamiento invasivo se justifica por el hecho de que el análisis histológico de toda la pieza quirúrgica es la única forma de establecer el diagnóstico correcto de queratoacantoma. Como tratamientos alternativos, en aquellos casos en los que el tratamiento quirúrgico no es posible, se incluye el uso de retinoides sistémicos, la radioterapia y la infiltración intralesional de 5-fluorouracilo o metotrexato15. Carcinoma verrugoso El carcinoma verrugoso es un subtipo de bajo grado de malignidad de CEC que se localiza principalmente en la mucosa oral, en la región anogenital, superficie plantar del pie y en menor frecuencia en cualquier otra área de la superficie cutánea12,13. El carcinoma verrugoso localizado en la región plantar del pie, conocido como epitelioma cuniculatum, aparece principalmente en varones de raza caucásica de edades comprendidas entre la quinta y la sexta década. Afecta principalmente a la planta del pie (53% de los casos), seguido a distancia por los dedos y el tobillo. Inicialmente el tumor muestra una imagen clínica semejante a una verruga vulgar. Sin embargo, se trata de una lesión de crecimiento lento y progresivo en forma de una lesión indurada y exofítica que en el momento del diagnóstico alcanza grandes dimensiones. La variante anogenital, denominada tumor de Buschke-Lowenstein o condiloma gigante (fig. 5), representa entre el 5 y el 24% de los carcinomas genitales, y se manifiesta como una masa exofítica que adopta la clásica forma www.jano.es 02/06/2009 10:49:10 Monográfico Actualización sobre lesiones precancerosas y cáncer de piel no melanocítico en atención primaria A. Martorell Calatayud, B. Echevarría García y O. Sanmartín Jiménez Patologías dermatológicas prevalentes en atención primaria “en coliflor”. La localización más frecuente de esta neoplasia es el glande del pene y el prepucio en varones de edad media no circuncidados previamente, y es raro en el tracto genital femenino. El carcinoma verrugoso oral, denominado tumor de Ackerman o papilomatosis oral florida, representa entre el 2 y el 12% de todos los carcinomas orales. Esta entidad se observa con mayor frecuencia en varones caucásicos de edades avanzadas, inicialmente como una placa verrugosa blanquecina. Progresivamente la lesión adquiere mayor consistencia, con un crecimiento papilomatoso junto al desarrollo de úlceras en determinadas áreas. El carcinoma verrugoso es una tumoración con un riesgo de metástasis a distancia muy bajo. Su principal complicación es su crecimiento agresivo local por lo que su tratamiento es una escisión radical, ya sea mediante cirugía convencional o mediante la técnica micrográfica de Mohs. Los tratamientos de segunda elección incluyen la criocirugía agresiva, la quimioterapia intralesional y/o sistémica (bleomicina, 5-fluorouracilo, cisplatino, metotrexato e interferón a), el láser de CO2 y la aplicación de una preparación tópica de imiquimod al 5%. La radioterapia actualmente se considera contraindicada dado el alto riesgo de recurrencia tumoral en forma de CEC anaplásicos agresivos, que presentan tasas altas de metástasis a distancia. Carcinoma basocelular El carcinoma basocelular (CBC), inicialmente descrito por Jacob en 1827, es la tumoración cutánea más frecuente en la población global16. Se trata de un proceso neoplásico que si se trata de forma adecuada puede erradicarse por completo. Esta neoplasia se localiza casi exclusivamente en áreas pilosas, sobre todo en la región facial, de varones de edades comprendidas entre la cuarta y la quinta década de la vida. Actualmente se considera a la fotoexposición solar como el factor etiológico más importante en el desarrollo de esta tumoración. Sin embargo, el síndrome de Gorlin (genodermatosis con mutación en el gen Patch), la exposición a arsénico, derivados de coaltar y a exposición a radiaciones ionizantes son antecedentes a descartar en aquellos pacientes con múltiples CBC. El CBC se manifiesta como lesiones solitarias, aunque la presencia de varias tumoraciones de forma simultánea o consecutiva no es un hallazgo infrecuente. De hecho, hasta el 40% de los pacientes con el antecedente de CBC presenta en los siguientes 10 años tras el tumor inicial nuevos CBC, por lo que el seguimiento periódico es necesario de estos pacientes16. Existen fundamentalmente 5 subtipos clinicopatológicos de CBC, que incluyen las variantes superficial, nodular, micronodular, infiltrante y el fibroepitelioma de Pinkus. El CBC superficial aparece principalmente en el tronco y consiste en una mancha eritematosa descamativa que muestra un crecimiento excéntrico progresivo. Habitualmente estas lesiones están delimitadas por un borde perlino, y presentan áreas de ulceración superficial y costras serohemáticas en su área central. Los carcinomas basocelular nodular y micronodular se manifiestan como una placa o nódulo bien delimitado de crecimiento lento y progresivo con áreas de ulceración central. Se trata de lesiones que muestran una coloración perlina brillante acompañada de telangiectasias arboriformes en su superficie. En algunos casos la lesión nodular presenta una tonalidad marronácea; se trata entonces de un CBC pigmentado. El CBC fibrosante o morfeiforme se manifiesta como una placa atrófica blanca nacacada de bordes imprecisos de coloración perlina y de crecimiento progresivo. El fibroepitelioma de Pinkus se caracteriza clínicamente por una lesión nodular pedunculada solitaria de coloración rojo brillante que se localiza por lo general en la espalda. Hay numerosas variantes histopatológicas de CBC, pero todas ellas comparten las siguientes características: una proliferación de células basaloides a modo de nidos en la dermis que muestran una distribución en la periferia en empalizada; un estroma reactivo denso y la presencia de una retracción artefacta entre el tejido tumoral y el estroma circundante. El principal problema del CBC es la alta tasa de recurrencia local tras el tratamiento quirúrgico, especialmente en las variantes histopatológicas micronodular y morfeiforme. Hay un número discreto de CBC metastásicos, y en la actualidad se establece su incidencia en un rango que oscila entre el 0,01 y el 0,1% de los casos16. Hay varios tratamientos que se consideran efectivos en el tratamiento del CBC siempre que sean indicados correctamente17. Estas alternativas terapéuticas varían desde la terapia tópica (imiquimod 5%, de utilidad en los CBC superficiales), procesos mínimamente invasivos (terapia fotodinámica, de utilidad principalmente en CBC superficiales) a terapias destructivas que van desde el curetaje-electrocoagulación y la criocirugía a la cirugía convencional y microcirugía de Mohs. Dado el carácter radiosensible de esta tumoración, la radioterapia constituye una opción en aquellos casos en los que se considere que la cirugía es subóptima. Tumores mesenquimatosos Sarcoma de Kaposi Se trata de una tumoración vascular estrechamente vinculada al virus herpes tipo 8, cuya naturaleza (hiperplásica frente a neoplásica) todavía hoy sigue en discusión. Existen 4 variantes: clásica, africana endémica, en paciente con virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y en paciente inmunodeprimido. La forma clásica suele afectar a la población mediterránea anciana y se caracteriza por la aparición de máculas violáceas que posteriormente evolucionan a pápulas. Suelen localizarse en miembros inferiores (fig. 6), aunque también puede aparecer afectación de brazos, tronco, orejas y zona genital. Figura 6. Múltiples pápulas violáceas hemisféricas en planta del pie en paciente con sarcoma de Kaposi clásico. JANO 5 DE JUNIO DE 2009. N.º 1.740 13Mono0252actualizac 6.indd 5 . www.jano.es 45 02/06/2009 10:49:14 Monográfico Actualización sobre lesiones precancerosas y cáncer de piel no melanocítico en atención primaria A. Martorell Calatayud, B. Echevarría García y O. Sanmartín Jiménez Patologías dermatológicas prevalentes en atención primaria Tabla II. Actitud terapéutica en el carcinoma de Merkel Estadio Definición Tratamiento I Ia < 2 cm; Ib > 2 cm Cirugía con 2-3 cm de margen (cirugía de Mohs es muy buena opción) ± radioterapia del lecho tumoral y si se considera oportuno y se puede de todo el trayecto de drenaje linfático II Metástasis locorregionales Cirugía de lesión primaria y linfadenectomía + irradiación de ambos lechos quirúrgicos III Metástasis a distancia Cirugía ± radioterapia ± quimioterapia Puede tratarse mediante crioterapia de las lesiones, curetaje, exéresis quirúrgica, radioterapia, quimioterapia intralesional (vinblastina), terapia fotodinámica, láser y aplicación de crema de alitretinoína entre otras. Angiosarcoma Se trata de un sarcoma poco frecuente y de carácter muy agresivo con rápidas y frecuentes metástasis ganglionares y pulmonares. Puede aparecer sobre una zona que ha sido previamente irradiada o que presenta linfedema crónico (ambos fenómenos coinciden en pacientes que han tenido un cáncer de mama) o sin antecedente alguno (angiosarcoma idiopático). En este último caso se presenta en la cabeza y más en concreto en el cuero cabelludo de personas mayores de 70 años17,18. Clínicamente en estadios precoces se trata de una pequeña mancha eritematosa que suele pasar desapercibida. Más tarde crece y sobre ésta aparecen placas y nódulos eritematosos violáceos que pueden sangrar fácilmente. Desde el punto de vista histológico, el angiosarcoma está constituido por un magma de vasos sanguíneos que disecan el colágeno. Las células endoteliales que lo forman pueden ser epiteloideas o fusiformes y con un alto índice mitósico. Inmunohistoquímicamente este tumor es positivo para CD31, factor de Von Willebrand, CD34 y Fli-1. El tratamiento consiste en la exéresis quirúrgica19 de la lesión y posterior irradiación del lecho quirúrgico y/o quimioterapia. Esta última también se ha empleado de forma neoadyuvante en algunos casos de difícil extirpación quirúrgica por su localización o tamaño con buenos resultados en cuanto a la citorreducción tumoral20. Fibroxantoma atípico Es un sarcoma de muy bajo grado que se observa frecuentemente en población anciana en cabeza y cuello. Clínicamente se trata de una pequeña pápula que puede sangrar o presentar una costra en superficie. Se llega a su diagnóstico una vez han sido descartados otros tumores como el carcinoma basocelular, escamoso o de Merkel. La exéresis quirúrgica es curativa. Tumores neuroectodérmicos Carcinoma de Merkel Es un tumor de estirpe neuroendocrina y con un carácter muy agresivo a pesar de su falsa apariencia clínica de benignidad. Normalmente se localiza en zonas fotoexpuestas en ancianos 46 JANO 5 DE JUNIO DE 2009. N.º 1.740 13Mono0252actualizac 6.indd 6 . coincidiendo en muchas ocasiones con carcinomas basocelulares y espinocelulares. Cuando se localiza en zonas no fotoexpuestas se suele asociar a inmunosupresión. Clínicamente se trata de una pápula hemisférica, rosada o del color de la piel, que a menudo se encuentra en la cara. Crece de forma muy rápida, en ocasiones en cuestión de semanas, presentando ya un aspecto maligno con ulceraciones y telangiectasias en superficie21-23. En el momento del diagnóstico la gran mayoría de casos ya presentan afectación de los territorios linfáticos de drenaje, motivo por el cual es aconsejable la realización del estudio del ganglio centinela, e incluso metástasis, y el pronóstico es muy pobre. El diagnóstico en la gran mayoría de los casos se establece por la histología. Ésta se caracteriza por la presencia en la dermis de células azuladas, redondeadas, homogéneas y con gran cantidad de figuras mitósicas y necrosis, que se pueden organizar siguiendo un patrón trabecular, intermedio o de célula pequeña. Inmunohistoquímicamente las células son positivas para citoqueratina 20 (CK-20), cromogranina A (Cr-A) y enolasa neuronal específica (NSE), lo cual se usa para el diagnóstico diferencial de otros tumores que muestran células redondas en la histología como el carcinoma microcítico de pulmón, melanoma, carcinoma escamocelular y linfoma24,25. En la actualidad no está claramente establecido un protocolo de tratamiento, pero en líneas generales se suele tratar en función del estadio tumoral y teniendo en cuenta que es un tumor muy radiosensible y con frecuente capacidad metastásica a territorios ganglionares (tabla II)26-28. El pronóstico de este tumor es malo aunque se practiquen tratamientos radicales y la norma suele ser la recidiva en un tiempo aproximado de 2 años. Esta recidiva suele aparecer en los ganglios de drenaje, la piel, el pulmón, el hígado y el hueso. Se han considerado factores de mal pronóstico el sexo masculino, la talla tumoral de más de 2 cm, el estadio II o III al diagnóstico, la invasión linfovascular, el escaso infiltrado inflamatorio acompañante y un Ki 67 mayor del 50%25. J Bibliografía 1. Ackerman AB. Respect at last for solar keratosis. Dermatopathology: Practical & conceptual. 1997;3:101-3. 2. McBride P, Neale R, Pendeya N, et al. Sun-related factors, betapapillomavirus, and actinic Keratoses: a prospective study. Arch Dermatol. 2007;143:862- 8. 3. Duncan KO, Geisse J, Leffell D. Epithelial precancerous lesions. En: Wolf K, Goldsmith LA, Katz S, Gilchrest B, Paller A, Leffell, editores. Fitzpatrick´s Dermatology in General Medicine. New York: Mc Graw Hill; 2008. p. 1028-36. 4. 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