la resaca - Revista de la Universidad de México

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LA RESACA
POR MAGDALENA SOFIA CÁRDENAS
Retum baba el son ido del a para to en su recámara.
Murmullo a l principio y lue go, poco a poco, un
zumbido intra nsigente que la iba llenan do hast a
desbordarla. Habí an dej ado el pr oyecto r en cend ido en la sal a. Decidi ó baj a r cuando estuvo segu ra
de que ya se hab ían ido to d a s. En la sa la, la luz del
proyector contra la pared, la rá fag a afilada de luz,
hacía visible la sucieda d d el a m biente.
Momentos a ntes, desd e su cu a rt o , hab ia sen tido
a las tías alejarse y cam inar po r el pa tio hacia la fábrica para acompañ ar a ma m á , mientras que a ella ,
una inercia ca si inco nt rol a ble y escrup ulosa le había
impedido baj ar par a finjir enterarse de lo ocurri do.
Adem ás.le par ecía q ue deb ía esp er ar el momento en
que al gu ien sub ier a a d arl e la mala notici a .
Distraída , im agina ba esa cara : los ojos aca rtonados,
llorosos, de un a nima l enja ulado .
De a lgún modo , le par ecía que lo adecu ad o e ra
recibir la not icia por pa rte de un an im al torpe y
abatido, ufan o me nsajero que ella le daría pen a de silusion ar dicién d ole qu e lo sa bia todo . Tendría
q ue soportarlo , perm itirle que reto zar a acar ician dale e l cab ello mientras ella se con centrab a pa ra
exculp ar se y liberar un so llo zo que recon ocer ía,
con vergü enza , descreíd o e inm or al. Po r momen to s, le inq uietaba pensa r que hab ía un estilo para
rec ib ir a la mu ert e en cas a , par a recib ir a la muerte,
so b re tod o la de mamá . Poco co rr ec to h ubiera sid o
lanza rse a la fábr ica donde estaba el cad áver y en tr ar, s us pe nsa, liebre enceguec id u y a tajad a, para
verla a hí caíd a, qu izá con el vestid o levant ad o , impúdica, dej an do ver sus mu slos flácidos. Le da ba
vergüenza descu b rirse pen sa nd o en eso . La mue rt e
se tra stocab a de pro nt o , se con vertía en un rnumual de reglas de etiq ueta, las fant asias morb osa s
en las qu e ella apa recía lán guida y co ntenida . Una
hu érfan a no d eb ía llo rar fuerte ni maldecir; debía
manten er la ca beza baja y resign ar se, solloza r
mientra s descend iera n el ataúd al foso, pero ob re
todo es pera r, espe ra r pacientemente la ma la no ticia.
Si se esfor za ba, pod ría d orm ir otro rat o , mientras, a llá a baj o, sus tíos ensaya ban las pal abras co n
las que le inform arí an . " Se m urió mamá - pensaba - , se murió mam á.. . te ngo q ue gra bármelo en la
cabeza . Se mur ió mam á y ya no vaya verl a ."
De sde su cu arto , Patr icia o ía los pasos de las tía
de un a recám ara a otra , las sentía abr ir caj on e ,
buscando su mejor camisón para vesti rla. " ¡ Está
en el caj ón más bajo del rop er o y el pañuelo de seda
blanca par a det enerle las qu ij ad a s está en el tocador !" Qué gan as de gr ita rles ta n to , much as vece,
todas las veces: " ¡ En el toc ad or , les d igo . Déjenme
dormir, quiero do rm ir en paz !" . Per o en vez de e o
se movía de un lado a ot ro en la ca ma,jal ab a fuerte
las sábanas par a cubrirs e la cabeza y no lograb a
adormecerse siq uiera.
No necesitaba q ue viniera n a d eci rle cómo hab ía
ocurrido; ya lo sa bía to do. Pensa ba en mam á que
hacía algunos mo me ntos hab ía estado viendo la
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DIBUJOS DE GILOA CASTlUO
películ a de la vida de s u hij a , la que h izo papá. Patricia G arc ia , 1 a 15 a ños . Paty, un año: un a niña
dorm ida frente a un pastel de cum plea ños, cinco ,
siete, d iez, q uince a ño s; mientras papá , detrás de la
cám ar a y detrás de tod o siem pre. "Era gord o pap á
-pensó- , co lo ra do. Cazad o r. San o papá, buen
papá , ca riñoso" . Ent ra ba de sú bi to en la fá brica y
er a un a niña . H ab ía corrido atrav e a ndo el pat io ,
esc ap ánd osele a mam á de la casa. Quería verlo de de la puerta, eso er a lo ún ico . o iba a entrar donde est ab an las máq uinas que pod ían co rta rle un
dedo y arra ncar le una pierna: [Chaca , chaca, cha cal, los ru idos fuerte, en o rdecedo re d e la má qu inas. Estab a o cura la fá b rica. Ha bla tornillo y
rizo s de acero en el uelo . La miraban ajena lo
ho m br es, unos ojo pul idos, blanco , detrá del ramaje negro de u cuerpo unt ad o de gra a , udo rosos. ¡ haca ! i ha ca ! ¡ haca! i Pa ! i Pa !, I
m áq uinas golpeteando co ntra sí mi Ola rnientra
Patricia perma necía e táti ca en lu puerta , u pen sa, liebr e cnccguccid u }' a taj ad a co mo la. que ca zaba pap á en la noche, co n e: copeta }' lu z violeta,
pasm ad as segundo s a ntes de mor ir. Extru ñubu el
re aLO de mam á, el o lo r I la tel a de u ve tido y de tr ús s u piel ca lie nte, los brazo que la pr ote íun, la
escond ían par a evitarle el oseo mund o cu ro, ajeno a ellas. La fáb rica ungu sti a, de co noci da . : e
ruido en so rde ced or )' lo focos col an d de
al ambres untad o s tamb i én como lo homb re, horre and o un a g rasa ne ru y pesada e mo I I m iq uina s. I e pront , u na man o: firme , inquebr nt blc s, la levant an y la apr ietan co ntra el pech o . " u-
Magdalene olia Cárdena ( ahillo.19 1I
en revi la y uplemento de la capu 1.
pu li do reb lO
riño so pap a , pensó mientras se vo lvía hacia el
otro lad o de su cama .
o tend rían que co ntarle nad a porque sabía cómo habí a sucedido . nos me es a ntes. mam á le había ped ido el pañu elo de seda blan co para dete ner
las qu ijad as de papá. La recordaba dándole instru ccione s so bre lo que se debe hac er cuando a lguien muere :" e les am a rra un pa ñuelo a lo lar go de
la barbilla, se les cierra n bien los ojo ... " Después de tod o su mad re le hab ía enseñad o a co mport ar se an te la muerte , le había enseñad o a a te orar el llan to y a guarda r las ma neras. No tenía por
qué darle verg üenza cuando ella misma , aho ra,
reacc io naba casi seca y gris ant e ésto . abía có mo
deb ía hacerse: aco moda r sus brazos sob re el pech o
y cerrar le los ojos . "i. ómo tendr á los ojos mam á
ahor a'! - pensó - . egurame nte no podr áncerra rselos, seg ura mente anda rú n po r a hí, per d ido .
Ahor a las lías cstur ún espe ra ndo a los de la funeraria y cua ndo ella esté lista vendr án a busca rm e.
cua ndo la hayan metido en su cajó n), cerra do bien
la tapa . o vaya yo a ver los a 'u je ros q ue Se dejó en
la cabeza" . Sin darse cuenta, había empelad o a doblar una s ábana para cub rir la. cubrisc con ella , es·
co nderse en mam á. en su pecho c álido )' sus man os
de madr iguer a. Exiliadas , m am ü )' ella , co rno habían estad o los últimos meses, recluidas en ese do lor ca llado desde la muerte de pup á, ajenas a esos
resign ad os, morb osos anima les de ra pii\a que la estarían viendo aho ra. "Gan aste, mum á, i.q uc le vumos a hacer'! G anaste en este j uc 'o que inventé sin
palabras de ver quien lo cxt ru ñubu m ás." .uand o
, ,
"
II
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6
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se dio cuenta de que iba a salir de su recámara para
buscarla vo lvió a meterse en la cama .
La casa esta ba aho ra en silencio y ella podría
dormirse. Ya no habría más taconazos ni ruido
abajo. Era na da más cerr ar los ojos y dormirse, cerra r los ojos y do rmirse.. . En vez de eso, imaginaba
las escenas del día siguiente. Sus comp añeras del
colegio co n el unifo rme de gala, sentadas unajunto
a otra co mo pájaro s sobre los cables de la luz. "Me
verán tan firme y segura -r pensaba->. Van a platica r luego de mí: a los quince años se quebró su vida. ahora va a sufrir tanto... Pero no me van a ver
llora r. Va ya e perarrne para llorar con Pablo. El
me va a co n a la r, me va acariciar el cabello y los senos." Qué inco modidad y vergüenza sintió cuando
se sor prendió pensa ndo en Pablo . ¿Y si papá o mam ú pod ían a ho ra enten der su pensa miento?, ¿si la
desc ubriera n'! .. e murió ma má, se murió mamá,
se murió y ya no vay a verla." Era tan difícil concen tra rse en eso, tan difícil que no fueran a descubri rla pensan do en Pablo cuando mamá estaba
a ho ra lirad a en la fábrica, revolcada, su cuerpo untado de gras a. Las máquinas estaría n funcionando
y ella manchada, los brazos recarga dos sobr e los
rizos de acero y los charcos negros de sa ngre engrasada .
I: ra tan di ficil concentra rse en esa muerte. Salió
de la cama y bajó cuando no había nad ie en casa.
No necesita ba qu e nadie le dijera cómo había pasado. que viniera alguien a decirle: " su mamá se...
se. .. se.. . " \' titubea ra ha ta decirle la horrible frase: "se ha quitado la vida, hay q ue co mprender..."
¡,C o mprender qu e. imbéciles? Se vería obligada a
callarse las ga nas de gritarles " [imb écilesl, ¡imbéciles!". f ngirse ajena a sus secretos agaz apados, a
todo lo q ue ella sa bía y se le revelaba co n lucidez:el
pasado de los tres , los más mínimo s detalles de esa
vida compa rt ida tan en secreto.
Imaginaba las últimas escenas de mamá , la veía
senlada frente a l proyecto r, silenciosa , contenida,
mien tras las tías cuchicheaban corno urracas fuera
de escena . En tendía el desprecio, la repul sión de
mam á hacia lo que esta ba n fuera de escena, fuera
de la íntima pelícu la de sólo tres acto res y los objelos de la casa, las figuras de porce lana, los tarros
alema nes de cerv eza, el gobelino del co medor, participando de ese mudo , cobijado, mundo luminoso . Veía a mamá levan ta rse y cami na r hacia la fábrica . Las últi mas escenas de ella, el vestido roto y
el cuer po ma l aco modado en el suelo.
uando en tró en la sala sintió asco . Pensó que
quizá podrí a lim piarlo todo, podría restregar los
111 uebles y los piso s. borra rles las huella s. Luego, se
dio cuenta de que alguien más se encargaría de hacerlo .
Cas i mecán ica mente preparó el apa ra to proyector y se tum bó so bre el sofá: Patricia G arcí a, I a 15
años . Paty, un año: una niña dormida frente a un
pastel de cumpleaños. cinco, siete, diez, quince
años.
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