Una ventaja del uso de módulos practicables en la envolvente es

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LA PROFUNDIDAD DE LA ENVOLVENTE
242
Una ventaja del uso de módulos practicables en la envolvente es que este
elemento es compatible con otros dispositivos, con aleros, quiebrasoles,
módulos o voladizos, pues tiene una variedad de diseños que permite una
gran adaptabilidad a diversos climas y exigencias atmosféricas.
En el edificio Seguros Bolívar se da esta coordinación de estratos envolventes,
entre ventana, espacio intermedio y quiebrasol; dentro del módulo de fachada
se incorporan dos naves laterales de ventana batiente, para aumentar la
ventilación, pues solo la grieta de celosía no logra suministrar la corriente
suficiente para generar flujos de aire al interior.
243
Otro ejemplo donde se ve la combinación de estrategias de practicabilidad
es el Edificio Nacional Centro Cívico en Barranquilla; las ventanas corridas
están compuestas de módulos proyectantes, que a pesar de tener una apertura
limitada, proporciona la salida del aire caliente que se acumula al interior,
promoviendo el movimiento transversal del aire entre fachadas.
Pero para potenciar la renovación del aire, además se implementa una
franja superior de calados que aumenta la permeabilidad de la envolvente
y la ventilación; esta zona genera una diferencia de presiones que al interior
impulsa una corriente entre ventana y calados, entre el aire fresco que ingresa
del exterior y el aire cálido que asciende y busca dispersarse hacia el exterior.
242.Jairo Restrepo Tisnes, Edificio Seguros Bolívar,
1959, Medellín. Visto interior ventanería.
243.Jairo Restrepo Tisnes, Edificio Seguros Bolívar,
1959, Medellín. Visto interior ventanería.
244.Leopoldo Rother, Edificio Nacional Centro
Cívico, 1946, Barranquilla. Ventanería proyectante
en fachada.
VENTILAR. Apertura y Cierre
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3
MIRAR. OBSERVAR Y SER VISTO.
MIRAR. Observar y ser visto
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LA PROFUNDIDAD DE LA ENVOLVENTE
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“Se abren a las bellezas del paisaje, a la vida y los movimientos peatonales, en las calles, a la tranquilidad del claustro o el jardín,
el horizonte distante y la puesta de sol. Son los ojos del edificio. La vida viene a los interiores a través de ellos con luz natural,
sol- o la luna, las brisas y ruidos y el olor de las cosas vivas. “
Jose Luis Sert,
Windows and Walls: An approach to Design
MIRAR. Observar y ser visto
245.Nel
Rodríguez
Hausler,
Banco
Central
Hipotecario, 1957, Medellín. Apertura visual, la
mirada desde el balcón.
246. Le Corbusier, Weissenhof, exposición de la
vivienda, 1927. Vista desde la terraza habitable.
247. Le Corbusier, Ginebra, Inmueble Clarté, 1930.
Vista desde la terraza habitable.
CAPITULO TRES
MIRAR. Observar y ser visto
La envolvente profunda, logra proteger el interior de las exigencias del sol
y la lluvia, permite la ventilación y filtra los fuertes vientos, sin embargo
en su intención de mediar y no encerrar establece vínculos con el exterior,
determinando un espacio permeable, en donde la mirada funciona como
articulación entre lo que se ve afuera y en donde se está adentro. Es una
llamada de atención sobre la propia condición visual de lo arquitectónico:
“la visión es, a la vez, canal de percepción e instrumento de juicio
arquitectónico.”79
246
Esta capacidad al mirar, es una de las características de la envolvente
moderna, pues se reinterpreta ya no sólo como una acto contemplativo, sino
cómo una conexión visual que propicia la continuidad y fluidez espacial.
La intención de este análisis sobre cómo se mira a través de le envolvente
tiene en parte relación, con la tercera categoría que propone Paul Frankl
denominada la forma visible, aunque él lo usa en referencia a la percepción
del objeto arquitectónico, puede ser replicado para entender la relación
visual desde el objeto hacia el paisaje.
247
79. Helio Piñón, La Forma y la mirada, 2005, Nobuko, p.51.
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LA PROFUNDIDAD DE LA ENVOLVENTE
En este texto, el autor argumenta que “apreciamos el aspecto meramente
visible como una serie continua de imágenes que se desplazan y
completan80”, afirmando que hay una interacción entre la forma óptica y la
forma corpórea, pues es a partir de la mirada que se identifica la influencia
de las estrategias formales en la construcción de las visuales y de la relación
que el observador tenga con el exterior, a partir de la forma de la envolvente
y de la manera en que se propicie la captura visual del paisaje.
Dentro de esta forma visible, se identifican dos posturas, la primera hace
referencia a la percepción uni-imaginal, donde se argumenta que la imagen
puede ser entendida a partir de una sola mirada, que aunque pueda tener
varios puntos de vista, el resultado será una sola e inalterable imagen del
paisaje. Mientras que cuando se habla de multi-imaginal se dice que el
concepto y la percepción del paisaje se construye como una unidad que
encierra en sí múltiples imágenes parciales, que no debe verse como un
fenómeno único sino fraccionado.
La continuidad y abertura visual entre el interior el exterior propia de la
modernidad, tiene tal vez como origen la supresión de la viga tradicional,
pues la desaparición de los obstáculos visuales de la viga, suscitó una
libertad por parte de los arquitectos para proponer distintos dispositivos
que permitieran y direccionar la mirada con una intencionalidad precisa.
Profundizar en los mecanismo de visión que permitieron la alteración de
las relaciones visuales, entre el interior configurado y su exterioridad, es el
principal interés de este capítulo.
El punto de vista de la arquitectura moderna nunca es fijo, como en la
arquitectura barroca, sino que está siempre en movimiento como en el cine
o en la ciudad81, es por esto que, la mirada a través de la envolvente, no es
estática, pues se ve afectada por componentes variables que permean desde
el exterior y producen distintas condiciones en su interior. Las paredes que
definían el espacio ya no son muros sólidos horadados, ahora se convierten
en un volumen vacío, un espacio, redefiniéndolo como una envolvente
continua de delimitación espacial.
80. Paul Frankl, Principios fundamentales de la historia de la arquitectura. El desarrollo de la arquitectura
europea 1420-1900, Barcelona, Gustavo Gili, 1981, p.193.
81. Beatriz Colomina, Privacidad y publicidad. La arquitectura moderna como medio de comunicación de
masas, Murcia, CENDEAC, 2010, p.20
248
248. Le Corbusier, Immeuble Clarté, Ginebra, 1932.
Relaciones visuales interior, exterior, paisaje.
249. Le Corbusier, Mensaje a los estudiantes de
Arquitectura. Los placeres esenciales,
1941.
Contemplación y relación visual con el exterior.
250. Le Corbusier, Mirada hacia Rio de Janeiro, La
Casa del hombre, 1942.
251. Le Corbusier, diagrama nivel del ojo, puerta
percepciones arquietctónicas, La Casa del hombre,
1942.
MIRAR. Observar y ser visto
“Por tanto la idea de la ventana será modificada. Hasta ahora
la función de la ventana era ofrecer luz y aire, así como
poder mirar a través de ella. De estas funciones clasificadas
yo retendré solamente una, la de mirar a través…., ver fuera,
inclinarse hacia el exterior”82
249
La continuidad visual, depende de la capacidad de ver la relación entre
dos o más espacios independientemente de la distancia, pues los límites
se extienden hasta donde llega la mirada, este tipo de enlace conecta todo
aquello que sea visible, la materialidad y disposición de la envolvente tiene un
papel fundamental, pues en la búsqueda de esta continuidad y respondiendo
a su función como delimitador, permite dualidades, como observar y sin ser
visto o ver pero no estar.
Estas condiciones duales permiten pasar al menos de manera visual
de un espacio a otro, proceso en el que se experimentan situaciones
aparentemente opuestas en un sólo lugar; la transición en el espacio
intermedio elaborada desde la continuidad se produce como una secuencia
de situaciones entrelazadas, donde cada una deviene de la anterior y abre
el paso a la siguiente, sin interrupciones, cortes o barreras. Contemplar y
recorrer son las herramientas para entender la profundidad de la envolvente
en la arquitectura moderna, ya que está concebida de esta manera, donde el
sujeto es partícipe del hecho arquitectónico.
250
De este modo el mundo exterior ya no se encuentra detrás de un muro que
lo oculta sino que pasa conformar una nueva entidad espacial con el interior
debido a la fluidez que se produce entre ellos. Los espacios son continuos si
le es posible al observador establecer una relación visual entre ellos, ya sea
desde un punto de vista fijo o en movimiento., para lograrlo, se enfatizan
ciertas situaciones formales o espaciales que funcionan a manera de focos
que dirigen la mirada; cada foco actúa como remate de una perspectiva o de
un recorrido, donde todo el espacio que hay entre él y el observador forma
parte de un mismo conjunto, de un continuo definido por una dirección.
251
82. Kenneth Frampton, Roberto Schezen, Le Corbusier : Architect of the Twentieth Century,
New York, Harry N. Abrams, Inc, 2002.
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LA PROFUNDIDAD DE LA ENVOLVENTE
La cualidad del espacio intermedio conformado por la envolvente, es la
de vincular dos o más espacios según el modo en que se disponga esta
unión, los elementos que lo conforman están dispuestos de manera tal
que permiten reconocer y comprender la interdependencia entre distintos
lugares. Así, se distinguen tres modos de generar continuidad presentes en
los proyectos seleccionados: visual, física y espacio-temporal83.
La continuidad visual, como su nombre lo indica depende de la capacidad
de ver. En ella la relación entre dos o más espacios es independiente de la
distancia, pues los límites se extienden hasta donde llega la mirada. Este
tipo de continuidad conecta todo aquello que sea visible, así la materialidad
y la disposición de la envolvente tienen un papel fundamental, pues según
su conformación permitirá ver múltiples lugares a la vez.
Cuando dos o más espacios contiguos abren o suprimen sus límites en
común y permiten, además del contacto visual, ir de un lugar a otro sin
ningún tipo de barrera se hace posible la continuidad física. Aquí los límites
están dispuestos para dejar ver con fluidez de un espacio a otro, lo que
permite entenderlos, aun cuando puedan diferenciarse, como uno solo,
único e indivisible
La continuidad espacio-temporal está determinada por el movimiento, el
espacio se estructura como una serie de situaciones que a modo de focos
marcan un recorrido coherente e intencionado. Así, mientras los otros dos
tipos de continuidad ponen al descubierto todo el espacio aún desde un
punto de vista fijo, la continuidad espacio-temporal que es un ejercicio de
percepción variable a través de la envolvente; requiere que el observador
se mueva, cambie de dirección, de velocidad, suba o baje la mirada, y se
relacione con el sistema de relaciones visuales que articulan el espacio
intermedio.
Sin embargo, a pesar de la extensión que pueda alcanzar la mirada, la
integración interior-exterior es solo una simulación. Fomentar la invisibilidad
del límite para crear la continuidad del espacio es un objetivo que nunca se
consuma pues, aun cuando no se vea, el límite está siempre presente.
83. Marjorie Suárez, Los espacios intermedios como tema y estrategia de proyecto en la arquitectura moderna,
Trabajo de grado para optar al título de magister en diseño arquitectónico, Universidad Central De
Venezuela, 2013, p.74.
252
252.Borrero, Zamorano & Giovanelli, Banco Cafetero,
1959, Cali. La transparencia del cerramiento en
vidrio y la transparencia que a partir del balcón se
genera, puede ser un ejemplo de tranparencia literal
y fenomenolófica.
253.Nel Rodríguez Hausler, Facultad de Enfermería
Universidad de Antioquia, 1959, Medellín.
MIRAR. Observar y ser visto
Hay una paradoja que se produce con la transparencia en la arquitectura.
El plano de vidrio es una estrategia recurrente en la arquitectura moderna
para conformar la envolvente, pero manteniendo con el medio exterior al
cual está orientado, una relación visual continua, instantánea y permanente.
Mirada y transparencia.
La transparencia en la arquitectura normalmente estaba asociada con el uso
del vidrio, sin embargo, para la arquitectura moderna la transparencia del
espacio no se limitaba al acto meramente físico de mirar a través de un cuerpo,
sino de poder relacionar visualmente varios lugares, ya sea desde un punto fijo
o en movimiento. Así, esta noción señalaba la correspondencia entre aquel
que ve, lo que se mira y el medio físico que lo permite. Más que un asunto
de materiales, era el resultado del tratamiento y organización de la forma.
La transparencia podría ser definida como esa condición de la materia que
permite que la percepción visual de aquello que se encuentra del otro lado
de ella se realice de modo tal que no exista duda alguna de sus características
aparentes. Desde un punto de vista arquitectónico se trata que un observador
efectúe el reconocimiento visual simultáneo, sin distorsión ni ambigüedad, de
todo lo que delimita su ámbito espacial interior como de su entorno exterior.
253
“Se deja entrar la luz y ampliar la mirada, se demuele el concepto
de ventana que produce una abertura, se demuele el concepto
de muro que al aligerarse se hace transparente. Todo esto, con el
objetivo de desmaterializar lo que hasta entonces había impedido
la identidad visual entre interior y exterior”84
Respecto al tema de la transparencia, Collin Rowe85 explica la continuidad
espacial a partir de la psicología de la percepción cuando dice que la
“transparencia significa una percepción simultánea de diferentes lugares”.
Además, aclara que la transparencia literal está determinada por el material
y sus características físicas propias., implementando en la envolvente
superficies translúcidas, lisas y brillantes que se ven afectadas por la luz y
los reflejos.
84. Daniela Colafranceschi, Architettura in superficie: materiali, figure e tecnologie delle nuove facciate urbane.
Roma, Giangemi Editore, 1995, p.26.
85. Rowe, Colin, Manierismo y arquitectura moderna y otros ensayos, Barcelona, Gustavo Gili, 1980, p.23.
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LA PROFUNDIDAD DE LA ENVOLVENTE
En este caso, la simple utilización del vidrio consigue borrar el límite visual
entre los espacios, pero el resultado es plano y quizás demasiado evidente,
por ello, para crear un efecto de profundidad se recurre a la superposición
de capas con distintos grados de opacidad y reflexión.
La transparencia fenomenológica, por su parte, es independiente de la
textura, color u opacidad del material. Se genera mediante la organización
de los elementos en el espacio y la composición de llenos y vacíos. Para
percibirla es necesario el movimiento del observador, quien descubre en su
andar nuevas perspectivas entre las formas.
La transparencia en cualquiera de sus tipos equivale a la construcción visual
de la abertura en el espacio intermedio. Ya sea mediante el uso de materiales
translúcidos o de la disposición de los límites, es una propiedad que conjuga
los aspectos necesarios para dejar ver libremente del interior al exterior y
viceversa, para así establecer una interrelación visual entre ellos.
Sin embargo, al igual que con el confort lumínico, la percepción visual
hace que la experiencia de los usuarios pueda variar significativamente,
por esto, los arquitectos de la época tuvieron que tener en cuenta que las
envolventes estuvieran diseñadas de tal manera que el ojo humano pueda
comprender y establecer conexiones visuales sin que haya agentes externos
que lo impidan; para esto fue importante tener en cuenta la orientación,
iluminación y ubicación de las aberturas que incentivar el mirar y promover
la comodidad visual.
Estos conceptos aquí descritos se tiene en cuenta para abordar el análisis de
los estudio de caso, en relación a la percepción visual que se tiene a través
de la envolvente y los dispositivos que contiene, y de como esto, de manera
recíproca define el carácter del espacio interior.
MIRAR. Observar y ser visto
1. LA VENTANA CORRIDA.
Horizontalidad del paisaje.
Mirar el paisaje a través de una ventana implica una separación, pues este
elemento rompe la conexión entre estar en un paisaje y verlo, según Beatriz
Colomina, en la arquitectura moderna el paisaje se convierte en una idea
puramente visual y depende de la memoria para poder reconocerlo como
experiencia tangible; relacionando además, el mirar como una captura del
exterior a partir de la experiencia visual “la ventana corrida de Le Corbusier
corresponde al espacio de la fotografía.” 86
En los dibujos de Le Corbusier la ventana es el ojo y se ofrece como el
mecanismo y diafragma que transforma al habitante en espectador anónimo,
además defendía que la ventana horizontal acentuaba la condición panorámica
y anti perspectiva de una imagen.
La ventana corrida genera una percepción distinta del exterior cuando se mira
a través de ella, pues el paisaje se extiende en sentido horizontal, acotando la
visual continua sobre el entorno enmarcando el paisaje. Por esta razón, la
ventana corrida es entendida como un visor, donde se acentúan determinadas
visuales demostrando una intención de manipular la mirada a través de la
configuración de la envolvente y la geometría de sus aberturas.
254
254. Leopoldo Rother, Tratado de diseño
arquitectónico asoleación, 1965. Altura de la ventana
según la posición del ojo del observador.
Según lo anterior, se podría pensar que hubo una reflexión sobre este
elemento por parte de los arquitectos de la época y que desde el momento
de su concepción fue un componente clave no sólo de la definición
formal de la envolvente sino también del carácter del espacio interior
86. Beatriz Colomina, op.cit. p.102
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LA PROFUNDIDAD DE LA ENVOLVENTE
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MIRAR. Observar y ser visto
y de la interacción visual que se establece con el exterior. Por lo tanto, es
importante abordarla en detalle en los casos de estudio seleccionados pues
es un elemento que puede permitir una mejor compresión del proyecto.
La principal característica que determina este dispositivo, es la
preponderancia de la horizontal como línea configuradora de una
percepción continua sin interrupciones verticales superpuestas.
Esta postura se puede ver materializada el edificio Miguel de Aguinaga, pues
la fachada sur está conformada por unas bandas horizontales continuas de
ventanería que abarcan toda su longitud. Al interior la percepción visual
es completa y aunque hay elementos verticales en la modulación esto no
hace que pierda la condición de ventana corrida, pues la horizontalidad
predomina y se acentúa de manera contundente a lo largo de toda la fachada.
Además, esta configuración apaisada esta reforzada por un perfil horizontal
continuo que divide la ventana en dos módulos, uno inferior de menor altura
con vidrio opaco y el módulo superior también en vidrio pero completamente
traslúcido; esta operación hace que se acorte la zona de visión y que se marqué más
la línea horizontal por el contraste entre los paneles transparentes y los opacos.
En este proyecto, se puede identificar que hubo un interés de pensar cómo
se quería que el observador se relacionara con el exterior, definiendo
intencionalmente una zona de visión que enmarca determinadas franjas de
paisaje, no fue una decisión aleatoria ni con aspiraciones estilísticas sino
motivada a partir de una reflexión de la relación visual que se quería establecer
entre el edificio y la ciudad.
255. Augusto González V., Edificio Miguel de
Aguinaga, 1955, Medellín. Vista interior fachada
oriental. Foto autor.
256. Augusto González V., Edificio Miguel de
Aguinaga, 1955, Medellín. Vista Plazuela Nutibara
1972.
257. Augusto González V., Edificio Miguel de
Aguinaga, 1955, Medellín. Vista nocturna.
La visual que desde allí se tiene, captura un paisaje urbano representativo,
donde se concentraban en esta época el gran desarrollo arquitectónico en el
centro de la ciudad, además de la presencia del palacio municipal y la plazuela
nutibara que eran grandes referentes urbanos de Medellín en los años cincuenta.
Este mecanismo de visión a través de la envolvente fue implementada
por varios arquitectos en distintas parte del país, motivados tal vez por la
versatilidad de diseños que puede llegar a tener y por permitir una mirada
panorámica, pues al ser edificios en altura era una solución propicia para
poder apreciar las visuales de la ciudad desde una posición elevada.
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LA PROFUNDIDAD DE LA ENVOLVENTE
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El edificio del Banco Cafetero en Cali, de Borrero, Zamorano y Giovanelli,
implementó las ventanas corridas como único dispositivo que permite la
visión desde el interior de las oficinas de la torre, ya que hacia el otro
costado donde se ubica el corredor está completamente cerrado; esta
configuración genera que tome aún más importancia estas franjas de
ventanas como mecanismo que permite la mirada lejana y la conexión
visual con el exterior.
Se cree que la altura del sillar de la ventana está pensada para que aunque
las personas se encuentren sentadas en sus puestos de trabajo puedan
mantener la mirada panorámica, sin necesidad de levantarse, lo que
apunta a pensar que en este caso era muy importante la altura del ojo del
observador y que en pro a esto se hicieron los planteamientos de diseño y
se definió la dimensión tanto de la ventana como del sillar.
258. Borrero, Zamorano & Giovanelli, Banco Cafetero, 1959,
Cali. Fachada Sur, vista general y desde la plataforma.
MIRAR. Observar y ser visto
El edificio de la Beneficencia de Caldas, amplia completamente la superficie
acristalada, suprimiendo el sillar, pues la ventana ocupa toda la altura entre
pisos y es continua en las dos fachadas, conformando una cinta completa a
través de la cual la apertura visual es total, aunque se mantiene enmarcada y
delimitada.
Aunque en esta fachada los elementos verticales son marcados, predomina
compositivamente en el volumen la horizontalidad por la continuidad que
tiene la envolvente en ambos costados, lo que permite una mirada panorámica
lejana de la ciudad de carácter más contemplativo que interactivo, pues desde
el exterior, por la altura y forma de la torre no es posible ver con claridad lo que
pasa al interior a pesar de tener un envolvente completamente transparente.
Una mirada más cercana y acotada de la ciudad es la que permite la ventana
corrida del último piso del edificio La Ceiba en Medellín, debido a que la
altura de este edificio no es tan pronunciada en comparación al anterior no
hay una jerarquía visual tan marcada y además de esto, las dimensiones de la
ventana son menores, tanto en la altura como en la longitud, lo que genera
que la visual sea más restringida y no tan amplia como en el edificio de la
Beneficencia.
Pero no siempre se usó este mecanismo para establecer conexiones visuales
con la ciudad, en el comedor del edificio del Hospital Mental, Nel Rodríguez
plantea una interacción visual con la naturaleza circundante, para esto definió
una serie de planos horizontales que van conformando las franjas corridas de
ventanas que además de dejar pasar luz en todos los niveles, integra a través
de la mirada la naturaleza exterior al interior.
Aunque en este caso la superficie tenga una modulación reticular, la forma
alargada del edificio y la baja altura de la ventana permite que siga siendo
predominante la horizontalidad, ofreciendo al observador una visión continua
y muy cercana de la vegetación próxima, lo cual aporta al carácter del edificio,
ya que por estar asociado con la salud mental es ideal tratar de garantizar una
uniformidad y armonía visual entre el paciente y el exterior.
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2. EL MÓDULO
Enmarcando la mirada.
El marco de la ventana establece la diferencia entre ver y mirar pues resalta
una intencionalidad al demarcar perimetralmente la visual, la fachada
profunda no es solamente una superficie que acomoda al sujeto que mira, es
una mecanismo de visión que afecta al sujeto y define el espacio que habita87.
Este tipo de análisis se puede relacionar con lo que Paul Frankl llamaba mirada
multi imaginal cuando hacía referencia a la forma visible88, pues argumentaba
que la experiencia del observador llega a una sola imagen como producto de
muchas miradas parciales, aisladas y enmarcadas individualmente, pero que se
forman como una sola imagen mental interpretando tridimensionalmente el
paisaje exterior.
En este caso, las ventanas se comportan como verdaderos cuadros de paisajes
insertados dentro de la fachada, por lo que crean un efecto de apertura casi
fotográfica a diferencia de la ventana corrida en la cual la mirada está más
influenciada por la perspectiva y la horizontalidad. Si la ventana es un lente, la
fachada es una cámara que apunta al paisaje.
259. Pizano, Pradilla Caro, Edificio Beneficencia
De Caldas, 1955- 1956, Manizales. Vista desde la
oficinas.
260. Alberto Diaz, Jaime Jaramillo A, Edificio La Ceiba,
Medellín, 1967. Vista desde salón múltiple piso 13.
261.Nel Rodríguez Hausler, Hospital Mental, 1958,
Medellín. Zona comedor.
El módulo es el dispositivo que permite configurar el encuadre de la mirada,
haciendo que el espacio exterior se visualice desde el interior como un recorte
o imagen acompañada de un marco, de manera similar a la representación
87. Beatriz Colomina, op.cit. p.166.
88. Paul Frankl, Principios fundamentales de la historia de la arquitectura. El desarrollo de la arquitectura
europea 1420-1900, Barcelona, Gustavo Gili, 1981, p.09.
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pictórica. Estar en el interior del espacio significa únicamente ver, observar
este recorte de paisaje, mientras que estar al exterior, significará por lo tanto
estar en la imagen, ser visto.
La mirada en este caso es aún más direccionada según el criterio al que
responda el arquitecto en relación a las conexiones visuales que pueda
tener una persona al interior del edificio. La fachada mira hacia afuera, pero
esa mirada del espectador esta mediatizada por las ventanas y paneles que
enmarcan la visión y modifican la contemplación de ese paisaje, impidiendo
la dispersión de la mirada sobre un territorio demasiado amplio.
En el edificio Miguel de Aguinaga, la ventana se define como un módulo
que se repite piso a piso, desde afuera es un elemento compositivo de la
envolvente y desde dentro un marco que enfoca la mirada.
Este módulo de ventanería, a través de variar la profundidad de los elementos
que la componen y formar un relieve logra acentuar ese contorno de encuadre
visual, pues la delimitación no se hace sólo con el marco de la ventana ni con
elementos línea les, sino que es a partir de modificar la volumetría y los planos
entrantes y salientes que la envolvente resalta esta condición de módulo.
Se establece un mirada lejana de carácter más contemplativo, pues hay poca
interacción de afuera hacia adentro, debido a que esta fachada se encuentra
retrasada del paramento y adicional a esto, se ubica en la torre sobre la plataforma,
lo que hace que este aislada respecto a la dinámica que se da al exterior.
En este proyecto se ve una sincronía entre los distintos requerimientos
funciones a los que debe responder la envolvente; pues se permite
la iluminación, incorporando celosías de vidrio para poder ventilar
y definiendo el contorno para lograr un enfoque el mirar; a través de un
dispositivo puedo iluminar, ventilar y mirar de manera simultáneamente.
262.Nel
Rodríguez
Hausler,
Banco
Central
Hipotecario, 1957, Medellín. Módulo de ventanería.
263.Nel
Rodríguez
Hausler,
Banco
Central
Hipotecario, 1957, Medellín. Vista desde el interior.
264.Nel
Rodríguez
Hausler,
Banco
Central
Hipotecario, 1957, Medellín. Fachada sur occidente.
Esta manera de enmarcar la mirada a partir de planos y volúmenes la aplicó el
arquitecto Jairo Restrepo Tisnes en el edificio Seguros Bolívar en Medellín, en
este proyecto está claramente definido un único módulo como pieza maestra
de composición de las fachadas de la torre. La visual está completamente
contenida y direccionada hacia el paisaje cercano y lejano, pues a medida
que se va subiendo de piso, la mirada se centra más en la visual lejana.
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Esta disposición hace que desde el interior no se pueda tener una sola imagen
panorámica del exterior, sino que se componga a partir de fragmentos, la
horizontalidad ya no está implícita, pues cada módulo hace un encuadre
específico, esta estrategia de compartimentación en la envolvente
influye en el espacio interior, pues al contrario de la ventana corrida que
fomenta la continuidad, el módulo promueve la subdivisión espacial.
La relación entre el interior y el exterior es directa, determinando un
marco de acción en la percepción y de la mirada a través de la cual las
personas perciben el mundo exterior.
Las estrategias formales para lograr enmarcar la mirada del paisaje son
diversas, no solamente es a través de la horadación o de la conformación
del módulo que se puede alcanzar este efecto; por ejemplo en el edificio
Miguel de Aguinaga es por medio de los quiebrasoles implementados en
la envolvente como protección solar, que se demarca lateralmente cada
módulo, lo que produce que al mirar se entienda como un marco que
delimita la imagen y hace del paisaje un recorte vertical.
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En el Hospital Mental, Nel Rodríguez acude a resaltar los perímetros de
la ventanería modulándola según las columnas y usando perfilería negra
para reforzar el contorno, con la intención de enmarcar la naturaleza al
exterior, pues este proyecto no establece una conexión visual directa con
el paisaje urbano, sino que se relaciona con la vegetación circundante y la
captura a través de estos dispositivos.
Las características de la ventanería son determinantes para la
configuración de la visual, una estrategia implementada recurrentemente
fue usar perfilería de color negro ya que, este tipo de solución ayudaba a
diferenciar el perímetro del módulo de los bordes del muro, enfatizando
a través del color el marco visual.
En ocasiones también se daba una combinación de vidrio traslúcido y
opaco, motivado primero por temas de privacidad ya que los montantes
inferiores tienden a ocultar el mobiliario de manera que desde el exterior
no se perciba la distribución interior; y segundo, para tratar de concentrar
la mirada sobre una menor de área en relación a la altura del observador,
pues más abajo de un metro es mínima la relación visual que se establece
aún si las personas se encuentren sentadas en sus puestos de trabajo.
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