COLOQUIO INTERNACIONAL SOBRE ANIMACION SOCIOCULTURAL ZARAGOZA 22 DE OCTUBRE DE 2011 EDUCACIÓN , POLÍTICA Y CULTURA Alfons Martinell Sempere "La educación y la cultura pueden entenderse de muchas formas. En relación con la cultura, la educación podría ser definida como un proceso que consiste en inculcar a los jóvenes los valores y las creencias, heredadas de la tradición y debidamente modernizadas, que hay en el corazón de una cultura. La educación es el vector por el cual se transmite la cultura, mientras que la cultura define el marco institucional de la educación y ocupa un espacio esencial en sus contenidos. La educación, conviene remarcarlo, se encuentra en el centro del sistema de valores, y los valores son los pilares sobre los cuales se fundamenta la educación. Puestas al servicio de las necesidades del ser humano en materia de desarrollo, la educación y la cultura son, tanto una como la otra, los medios y las finalidades de este desarrollo."1 Las políticas educativas se han desarrollado como políticas de Estado desde el s XIX pero principalmente a principios del siglo XX, pero poco a poco se han incorporado las aportaciones que han ido desarrollando los poderes regionales y locales como complemento al sistema educativo oficial de acuerdo con los ordenamientos de cada país. Podemos afirmar que la acción de las políticas educativas, en diferentes niveles, ha sido uno de los aspectos esenciales de las políticas públicas en muchos países del mundo, con una gran aceptación de la ciudadanía y un estimable consenso dentro de las diferentes opciones políticas. Por otro lado, pero con más dificultad, se han ido reconstruyendo las condiciones mínimas para el desarrollo de las políticas culturales, tanto a escala estatal como local, que han experimentado un notable crecimiento e identificación. Estas políticas han encontrado más dificultades en generar consensos para integrarse dentro de las políticas públicas y, lo que es más importante, se han desarrollado mucho más tarde (década de los 60 y 70 del s. XX). A pesar de su evolución e implementación, aún hoy en día encuentran serias dificultades en su consolidación y en su presencia en el gasto público y en las prioridades de las agendas políticas. Las diferencias entre estas políticas y sus agentes sociales no excluyen sus influencias mutuas, así como sus recíprocas ignorancias en muchos procesos de gestión, implementación y coordinación. Tema que se ha convertido en un punto de atención e interés ante las crisis de los sistemas educativos que parecían muy consolidados 1 Zhou Nanzhao: "Interacciones entre educación y cultura para el desarrollo económico y humano. Un punto de vista asiático" en Delors, J. (1996) Educación: Un tesoro escondido, Madrid: SM, UNESCO. 1 Las sociedades complejas, como la que nos toca vivir, generan una gran variedad de políticas y sectores que se configuran dentro de lógicas, lenguajes y mecanismos diferentes. Nadie duda que el crecimiento de la complejidad reclame un nivel de complementariedad e interdependencia mucho más alto entre las diferentes políticas. Cada vez más, los problemas, situaciones o necesidades de nuestra sociedad no tienen un único abordaje, una lectura aislada que las explique o ayude a la búsqueda de soluciones requieren de un alto nivel de pluridisciplinariedad. Estas situaciones reclaman estudios en profundidad de su particularidad y de las relaciones que mantienen entre sí. Este es el caso de las relaciones entre las políticas culturales y las políticas educativas, en la actualidad ya es evidente, a pesar de ciertas ignorancias2, la necesidad de desarrollo de políticas autónomas y con finalidades y objetivos diferentes y que en su conjunto representan un campo de reflexión de gran importancia social. En este sentido mantenemos durante muchos años las mismas cuestiones. - ¿Pueden las políticas educativas y culturales conseguir sus objetivos aisladamente sin establecer espacios de complementariedad u colaboración? - ¿Cómo podemos generar sinergias entre las potencialidades de los objetivos de cada una de estas políticas? - ¿Cómo podríamos aumentar la rentabilidad, el impacto o el efecto de las políticas educativas y culturales? No tenemos respuestas contundentes para estas preguntas y otras que desde la práctica nos planteamos diariamente3, pero todas ellas han configurado un campo de reflexión imprescindible en nuestras sociedades contemporáneas, por lo que consideramos necesario abrir un debate sobre estos nuevos retos de la gestión cultural. En ese trayecto es necesario un esfuerzo para superar posiciones defensivas u obstinadas por medio de una nueva conceptualización de ciertas prácticas, el estudio de los sistemas que intervienen y el planteamiento de nuevas experimentaciones que nos aporten más conocimiento sobre el tema. En las reflexiones que a continuación se presentan pretendemos aportar elementos para la construcción de referentes conceptuales, que permitiendo avanzar en el conocimiento de las relaciones e interdependencias entre las políticas culturales y las políticas educativas. También es necesario identificar posibles campos de actuación que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles y el diagnóstico de los cambios necesarios para una adecuación al futuro. En este proceso consideramos imprescindible una aproximación de conceptos y lenguajes que permitan un trabajo de mayor profundidad en todos los servicios relacionados con estos temas. Y, sobre todo, crear las bases para el diseño y elaboración de nuevos proyectos en estos sectores sociales. 2 Evitamos aquí discutir simplismos como que una buena política educativa ya es política cultural u otras formas de entender que cultura y educación sean lo mismo 3 Y es el objetivo de la Línea de Investigación en este campo de la Cátedra Unesco de la UdG 2 1 Las relaciones entre las políticas culturales y las políticas educativas Las políticas del Estado del Bienestar4, y el desarrollo de un conjunto de responsabilidades ante problemas que hasta este momento estaban en la esfera privada generaron un incremento de diferentes políticas públicas que obligan a los Gobiernos a adaptarse a nuevas realidades, lo que requiere forzosamente la creación de nuevas estructuras de intervención social y servicios públicos. En ese sentido, el crecimiento de diferentes políticas obliga a cada una de ellas a asumir los desajustes que puede haber entre un sector y la sociedad en general, es decir, existe una tensión entre el papel que ha de jugar una política concreta (educativa o cultural) en el conjunto de políticas públicas. Las dificultades aumentan cuando en el desarrollo de estas políticas no interviene únicamente el Estado, sino que se incorporan otros agentes sociales que asumen desde el sector privado o desde el tercer sector responsabilidades de ejecución y gestión de políticas determinadas. Una sociedad compleja genera una gran variedad de políticas, que se configuran a partir de diferentes fundamentaciones que intentan establecer una influencia en el orden de las prioridades o jerarquías de intervención. El crecimiento de la complejidad de nuestras realidades reclama un mayor nivel de interdependencia, lo que aumenta la dificultad de los responsables de estas políticas de encontrar complementariedades y sinergias. En este sentido, las relaciones entre políticas que por sus contenidos requieren esta complementariedad encuentran dificultades, por sus propias estructuras internas, que dificultan la articulación con otras con las que tendrían que encontrar sinergias y campos afines para una mayor efectividad social. Ejemplo de esta problemática es la relación entre políticas culturales y políticas educativas desde la percepción mayoritaria de que son un conjunto de acciones con un alto nivel de interdependencia y complementariedad, pero que en la práctica encuentran serias dificultades de articulación por diferentes razones, entre las que se cuentan sus estructuras intrasistémicas. En la práctica, las relaciones entre cultura y educación siempre han encontrado problemas en sus lógicas. Durante muchos años (y ahora nuevamente) han sido consideradas como inseparables por nuestras estructuras estatales, que generalmente han intentado unificar en un solo Ministerio educación y cultura con una cierta ilusión de complementariedad que no se ha visto reflejada en la práctica con resultados elocuentes de sus complementariedades. Principalmente, por el desequilibrio presupuestario y cuantitativo entre unas y otras, por su propia morfología, y también por su importancia en la opinión pública, así como por repercusión social a corto plazo. El crecimiento de las políticas culturales y la necesidad de la intervención del Estado en la regulación del interés general en la cultura, generó a partir de los años setenta del s- XX la emergencia en muchos países de estructuras propias de gestión de la cultura. La creación de Ministerios de Cultura se consideró como un hito importante en el grado de concienciación de una sociedad en relación con el sector cultural. La existencia de estas estructuras 4 Hoy en día tan cuestionado y núcleo de un conflicto social actual y futuro 3 especializadas permite un diálogo de igual a igual dentro del conjunto de las diferentes políticas públicas y el establecimiento de una relación de complementariedad e interdependencia como ya hemos manifestado anteriormente. Por esta razón, creemos conveniente trazar algunas líneas de reflexión comparativa sobre las características de las políticas culturales y las políticas educativas para encontrar elementos que nos permitan proponer formas de superar algunas dificultades que en algunos niveles se plantean como insuperables. En esta comparación no pretendemos realizar ningún juicio de valor sobre su importancia, sino presentar una visión de estas características internas en forma de códigos o formas que inciden en la articulación de estas políticas y pueden evidenciar ciertas dificultades si queremos avanzar hacia una mayor sinergia entre la acción de la cultura y de la educación, necesaria para poder desarrollar nuevos planes y proyectos en el futuro. 2 Un ejercicio de comparación El método comparativo puede ayudarnos a encontrar algunas razones de las dificultades de relación entre las políticas culturales y las políticas educativas que se pueden concretar en los siguientes aspectos de análisis: - Existen diferencias muy significativas entre los planteamientos de las políticas educativas y culturales por su propia historia y por la percepción de la ciudadanía y sus responsables políticos. - Una línea de acción-investigación puede desarrollarse a partir del análisis de los principales problemas que observamos cuando estas políticas actúan conjuntamente, pero la más importante es establecer las áreas de coordinación para una mayor sinergia entre sus intervenciones, estudiando las áreas de acción donde existe necesidad mutua y complementariedad. - Realizar una comparación entre las políticas educativas y las políticas culturales para conocer a fondo sus características nos permitiría disponer de información para el diseño de políticas y actuaciones - Observar las dificultades inter-sistemáticas de la relación entre sus funcionamientos internos por sus propios códigos, lenguajes, lógicas, valores o finalidades sociales - Estas comparaciones nos puede permitir extraer un primer nivel de conclusiones sobre las principales dificultades (u oportunidades) de articulación de ambos sectores a partir de: - Antecedentes históricos y evolución de estas políticas dentro de las políticas públicas del estado del bienestar - Tipología de las necesidades sociales a las que responden - Población – destinatarios : los sujetos a quina va dirigidas estas políticas son diferentes a pesar de los nuevos conceptos de educación a lo largo de la vida - Características del contenido de sus políticas - Dependencia administrativa: el control de las estructuras del Estado - Características de los agentes sociales que intervienen: la importancia del papel de lo público - Implantación en el territorio: la proximidad - Estructuras organizativas: Nivel de autonomía, libertad y participación de su organizaciones 4 - Perfil de los profesionales participantes: Regulación de Etc.... 3 Confrontación y colaboración de las políticas educativas y culturales: hacia una agenda común. A pesar de las diferencias, tanto las políticas educativas como las culturales persiguen la participación y la extensión del hecho educativo y cultural entre la ciudadanía. Por esta razón es necesario avanzar en la búsqueda de mayores niveles de coordinación y sinergia. Es evidente que en nuestros contextos sociales hemos las políticas educativas y culturales han de encontrar una mayor cooperación práctica. En este sentido: - Algunas políticas culturales se habrán de adaptar a estrategias educativas, como por ejemplo: * Creación de públicos * Fomento de la participación cultural * Socialización de lenguajes expresivo-creativos * Fomento a la creación artística * Comunicación de elementos simbólicos * Circulación del fenómeno expresivo-creativo * Difusión de la identidad * Democratización de la cultura * Respuestas a los cambios culturales fruto de los procesos de globalización - Algunas políticas educativas tendrán que adaptarse a estrategias culturales, como por ejemplo: * Desarrollo de hábitos culturales * Comprensión de nuevos lenguajes * Conocimiento del entorno * Socialización de grupos sociales * Formación permanente y a lo largo de la vida * Ciudad educadora * Educación diferenciada * Comprensión de la multiculturalidad * Conciencia crítica * Comprensión de la globalización 4 La cultura y la educación como herramienta de ciudadanía La cultura y la educación tienen una importante dimensión política. La cultura ayuda a construir esta dimensión y la educación permite socializarla y generalizarla. Gracias a la educación podemos difundir el conjunto de finalidades sociales, valores y derechos que configuran una sociedad, perteneciendo a la ciudadanía la posibilidad de ejercerlos y reclamarlos. 5 De la misma manera que hemos podido construir unos derechos educativos hemos de reflexionar sobre la proclamación y fundamentación de unos derechos culturales. Unos y otros se interrelacionarán en el tejido social como un elemento importante de tolerancia y cohesión social. En este sentido hemos de orientar la búsqueda de la confluencia que deben encontrar las políticas educativas y culturales con la ciudadanía en lo que estamos haciendo y lo que debemos hacer. No podemos olvidar la grave crisis de las democracias parlamentarias de nuestro contexto, que reclama nuevas orientaciones sobre la necesidad de una nueva cultura política para un nuevo escenario político. 5 Áreas de confluencia de las políticas culturales y educativas en el espacio público La ciudad, en sus diversas formas y lecturas, es un espacio de concurrencia de múltiples factores que constituyen su perspectiva pública o colectiva y el conjunto de ámbitos individuales que conviven. A su vez, los diferentes agentes sociales coexisten en la trama ciudadana construyendo y realizando sus propuestas y actuaciones. En la complejidad de estos nuevos contextos se desarrollan acciones paralelas, simultáneas, concurrentes, que confluyen en un mismo factor: la ciudadanía. Esta no dispone de los elementos suficientes para discernir entre los diferentes sistemas y niveles de los que recibe la acción pública sino que tiene una percepción global de bienestar, calidad de vida, insatisfacción, etc. Aunque queramos esforzarnos en diferenciar las acciones nos encontramos, cada vez más, con la complejidad de la interacción y la confluencia que se puede presentar como un elemento positivo o como un factor desorientador. Además, este elemento es uno de los puntos críticos del Estado del Bienestar y sus políticas. En este sentido proponemos una reflexión sobre la ordenación y explicación de áreas de confluencia entre las políticas educativas y culturales a partir de las grandes estrategias o sectores que estructuran o pueden ayudar a analizar sus acciones. Conscientes que muchos de los puntos pueden estar en un sitio o en otro abrimos la reflexión con las siguientes cuestiones: 5.1. Dimensión política de la educación y la cultura - Garantizar la libertad de expresión y la lucha contra toda forma de censura. - Relacionar y establecer puntos entre lo público y lo privado en la medida que lo permite la tecnología disponible. - Identificar el margen entre diversidades creativas y las diferencias inaceptables en la convivencia social. - Difundir los derechos educativos y culturales entre la ciudadanía. - Implicar un máximo de sectores sociales en la iniciativa educativa y cultural. - Incidir en la formas de proximidad de los medios de comunicación. - Utilizar las oportunidades de la acción educativa y cultural como una forma de vivir la comunidad urbana: laboratorios de libertad, diversidad y creatividad. 5.2. Difusión cultural 6 - Diseño de programaciones culturales para todos los públicos. Realizar acompañamientos en los procesos de participación y acceso. Extensión cultural del conocimiento, los signos de identidad cultural y el legado histórico significativo. Garantizar el acceso a los bienes, recursos y experiencias culturales. Facilitar el acceso a la difusión de los fenómenos expresivos creativos de la ciudadanía. Estimular el potencial de aprendizaje que tienen los equipamientos culturales. 5.3. Fomento de la creación - Facilitar el acceso a la creación del más amplio sector de la población. - Desarrollo de las posibilidades creativas a partir de la diversidad y la circulación de lenguajes y sistemas. - Fomentar la innovación, la vanguardia y la incorporación de las nuevas generaciones al hecho creativo. - Fomentar y facilitar el intercambio entre las realidades internas y la apertura al exterior de la ciudad. - Incorporar la creación como soporte de la proyección colectiva. - Establecer nexos entre el conocimiento y la expresión. - Garantizar la variedad del contexto creativo. 5.4. Formación cultural - Creación de estructuras de formación cultural y básica. - Formación artística inicial y especializada. - Formación para la práctica cultural. - Formación de públicos para el consumo cultural. - Formación en nuevos lenguajes y tecnologías culturales. - Educación sobre los derechos culturales. 5.5. Educación permanente, educación no formal - Educación permanente compensatoria. - Facilitar el acceso a los procesos educativos y culturales a lo largo de su vida. - Incorporación de nuevas "alfabetizaciones". - Ciudad educadora y entorno. - Conocimiento del entorno. - Facilitación y formación de los agentes sociales para la participación y el fomento de asociacionismo. 5.6. Sistema educativo - Incorporación de prácticas culturales básicas. - Utilización de la cultura para el desarrollo de currículums formativos. - Preparación para la incorporación de la cultura al mercado de trabajo. - Formación artística. - Situar en la contemporaneidad el legado histórico y artístico. - Desarrollar destrezas polivalentes tanto para la vida profesional como para el desarrollo personal y social. 7 - Convertir las instituciones de enseñanza en espacios culturales. 5.7. Universidad e investigación - Fomentar la implicación del mundo universitario en la vida cultural. - Utilizar la cultura de la ciudad como herramienta de formación. - Aprovechar su potencial como público y como destinatario de propuestas educativas y culturales. - Reclamar el compromiso social en la cultura y la educación que la Universidad debe ofrecer en su calidad de entidad pública. - Formar para la incorporación al mercado de trabajo de la cultura. - Implicarse en la formación artística superior. - Desarrollar líneas de investigación necesarias en el sector local, educativo y cultural. - Creación de conciencia crítica y desarrollo de conocimiento transferible. - Incorporación a las tendencias y los compromisos de la innovación. 6 ¿Cómo el derecho a la educación se puede integrar en las políticas culturales? De acuerdo con este primer recorrido sobre las relaciones entre educación y cultura, y para responder a la pregunta formulada, es necesario concretar un poco más mis apreciaciones sobre el tema. Existen algunas evidencias en relación a las dificultades de las políticas educativas y culturales en encontrar su rol ante los nuevos escenarios comunes : - - Los intentos y esfuerzos desde diferentes frentes para una mayor articulación entre educación y cultura han fracaso y no encuentran líneas de acción claras y explícitas. Las políticas educativas, tal y como se concebían durante la primera mitad del s.XX, presentan límites muy importantes y necesitan mayores articulaciones con otros tipos de intervención social Las políticas culturales han perdido un poco de sentido, debido a diferentes causas, y encuentran dificultades en su fundamentación social, y sobre todo, para una mayor legitimidad política: Básicamente acusa su propia disyuntiva en la articulación con otras políticas (exclusión social, empleo, desarrollo, vida comunitaria, etc...), - En la reinterpretación del interés general y del modelo de servicio público ante un mercado que cada vez influye más en las elites dirigentes de la cultura. - Encontrar sinergias y alianzas con la educación en un sentido amplio En la fundamentación y definición de las finalidades sociales de las políticas culturales, en las últimos años no hemos visto cambios muy significativos de los postulados básicos de las políticas culturales del s. XIX, exceptuando el auge de las políticas culturales locales y de proximidad. 8 Pero la mayoría de ellas siguen basándose en principios y valores “antiguos” (sin querer desvalorizarlos) con grandes inconvenientes en adaptarse o modernizarse ante los cambios sociales contemporáneos. Podemos recordar algunos: - La identidad cultural ( nacional, regional o local) con todos sus beneficios y contradicciones - La defensa y mantenimiento de la lengua ( sin garantía de la conservación de las lenguas minoritarias en su diversidad) - La conservación de patrimonio y el mantenimiento de la memoria colectiva - La defensa de la expresividad y el apoyo a la creación - La difusión y distribución de las manifestaciones culturales dominantes - La tradición y el folklore - La democracia cultural - Etc...... Preceptos presentes en la mayoría de justificaciones de nuestras políticas culturales pero que evidencian un cierto estancamiento ante nuevos planteamientos sociales. Últimamente hemos observado un cierto dinamismo en las aportaciones a este campo como se puede evidenciar en el trabajo de este Instituto en la Declaración de Derechos culturales de Fribourg5, algunas reflexiones innovadoras sobre nuevos valores de la cultura, o la lectura sobre las aportaciones de la cultura a la sociedad actual que nos brindó “In from the margins” del Consejo Europa6. 7 Más cultura a la educación para responder a las necesidades creativas El concepto de ciudades creativas se ha ido incorporando en los discursos y propuestas del ámbito de las políticas culturales locales como un nuevo objetivo o forma de entender la gestión y planificación estratégica de la cultura. Alrededor de estas reflexiones sobre una nueva dimensión de las ciudades se observa la valorización de la creatividad como un elemento representativo de la vida ciudadana, así como una perspectiva de futuro que permita establecer relaciones entre expresividad artística y desarrollo local. Consideramos que procesos de fomento a la creación de sus entornos es necesario planteárselos a largo plazo, y con un conjunto de acciones complementarias que inciden en la creación de estas condiciones para el fomento de una ciudad creativa. Con esto queremos manifestar que estas políticas no se pueden implementar solamente con una intencionalidad política o una inversión específica, sino que es necesario relacionarlas con la puesta en marcha de un amplio proceso social con la participación de numerosos agentes y la necesaria y recomendable interdependencia con otras políticas locales.. En ese sentido observamos que la mayoría de propuestas y políticas de fomento de ciudades creativas se configuran alrededor de iniciativas mixtas entre la administración pública y el sector privado de fomento y atracción, como ya hemos dicho, de actores sociales que puedan 5 http://www.unifr.ch/iiedh/fr/publications/declaration-de-fribourg/liste-des-declarations-online Edición española: Sueños e Identidades. Una aportación al debate de cultura y desarrollo en Europa (1999), Ed. Península, Barcelona 6 9 dinamizar este principio del desarrollo local a partir de la creatividad y la innovación. Estas dinámicas las podríamos denominar como procesos descendentes desde los centros de decisión a la ciudad en general y a unos agentes sociales determinados. Dudamos sobre la eficacia de estos procesos descendentes y si tienen una eficacia determinada o se pueden quedar en manifestar la disponibilidad de la ciudad a acoger y fomentar el establecimiento de este sector creativo. Por otro lado consideramos que es difícil el fomento de esta dinámica sin un alto nivel de participación social y de procesos ascendentes que integren un amplio abanico de agentes sociales e iniciativas, como de potenciales locales que no disponen de suficiente apoyo y facilidades para el desarrollo de sus actividades en clave de incorporarse al proceso de creación de otra ciudad creativa. A partir de estas consideraciones iniciales consideramos imprescindible reflexionar sobre lo que podríamos denominar precondiciones para el establecimiento de políticas de fomento a la innovación y la creatividad, es decir al desarrollo de este concepto de ciudad creativa. En primer lugar es necesario que la ciudad disponga de un capital humano capaz de sintonizar con las propuestas que los poderes locales plantean en clave de fomentar un amplio espacio de creatividad. La creación del capital humano requiere unos tiempos y procesos determinados que muchas veces no coinciden con las formulaciones estratégicas que se puedan dar en un contexto determinado. Disponer de capital humano al servicio del desarrollo local reclama una política continuada tanto a nivel interno de la ciudad como de atracción de personas cualificadas de otros países. Es decir una política de capital humano requiere unos procesos de largo recorrido que mantienen una tensión entre una actividad permanente con la necesaria realidad de mantenimiento de este capital humano al servicio de los intereses estratégicos locales. Muy relacionado con el punto anterior es necesario situar las necesidades de competencias de un planteamiento de ciudad creativa con el estado de la cuestión en el campo de la educación a todos los niveles (primaria, secundaria y universitaria). El sistema educativo formal, así como un conjunto de propuestas formativas (no formales) a nivel de ciudad como elementos imprescindibles para la constitución de las bases de un capital humano capaz de asumir los retos de adaptación a nuevos contextos en clave de innovación y creatividad. Una nueva relación entre cultura, educación, Universidad, investigación, etc. es imprescindible para crear las condiciones mínimas de adquirir competencias individuales y colectivas que configuran un capital humano capaz de dar respuesta a las necesidades de sectores emergentes como son las industrias creativas. En esta dimensión podríamos reflexionar mucho si nuestras estructuras educativas, en todos sus niveles, responden a las necesidades contemporáneas de la cultura y la creatividad. Por esta razón la incorporación de la educación – formación en un planteamiento de ciudad creativa es imprescindible para que este tipo de políticas tengan éxito e incorporen un amplio número de personas de la ciudad incrementando lo que podríamos denominar como empleo creativo. Las ciudades creativas requieren un entorno propicio para la integración de un gran número de actividades que se caracterizan por su amplia diversidad y la posibilidad de interacción y cooperación entre organizaciones y empresas con objetivos y finalidades diferentes pero que coinciden en proyectos concretos. Alrededor de este entorno es necesario precisar la necesidad de disponer de espacios con servicios complementarios importantes, así como con facilidades y ayudas para grupos y empresas emergentes que pueden crearse si disponen de 10 compensaciones a las dinámicas del mercado, al menos en estadios iniciales. Por esta razón las políticas locales intentan disponer de espacio urbano recuperado o rehabilitados al servicio de la atracción de la innovación y el apoyo a disponer de zonas o barrios donde coincidan un número significativo de iniciativas creativas. De la misma forma que se puede ayudar a iniciativas privadas y empresariales es necesario reflexionar sobre la necesidad de disponer de un espacio público al servicio de las necesidades de estas organizaciones como a la necesaria relación entre su producción y la ciudadanía. Nos referimos a la disponibilidad de equipamientos públicos donde pueda establecerse una relación entre procesos creativos e innovadores con un público y una ciudadanía que además de convivir con estos procesos es capaz de dialogar con propuestas innovadoras y alternativas. Es difícil entender un planteamiento de política cultural de fomento de la creatividad sin unos componentes democráticos importantes. Realidades abiertas a la incorporación de personas procedentes de otros países y capaces de establecer una sintonía con realidades interculturales. Pero también hemos de entender que estos procesos requieren un entorno de libertad y de pluralismo en todos sentidos, tanto a nivel de los derechos básicos, como de un entorno abierto a la aceptación de propuestas innovadoras y de aceptación del riesgo que requiere un entorno permeable a la innovación y el cambio. El equilibrio entre tradición y contemporaneidad se plantea de forma más intensa en los entornos locales donde se fomenta la innovación y la creatividad. La gestión política de estas posibles tensiones forma parte de la agenda de condiciones necesarias para el establecimiento de estrategias de ciudades creativas, lo cual no es fácil ya que estamos hablando de aspectos muy intangibles de la vida local que requieren un tratamiento específico. 8 Cultura, educación y convivencia social La importancia de la dimensión cultural en la mayoría de conflictos y tensiones en los escenarios internacionales, como en la vida de nuestras grandes ciudades, es un hecho evidente y muchas veces olvidado. Esta realidad requiere una nueva lectura o mirada de las ciencias sociales a los fenómenos culturales, estudiando sus repercusiones y buscando soluciones a los nuevos problemas planteados. El mismo hecho que las relaciones entre cultura y cohesión social es un tema de actualidad demuestra la necesidad de profundizarlo. Dentro de las posibles diferentes perspectivas, nos orientamos a algunos aspectos que se pueden incorporar o tener en cuenta en la elaboración de políticas o planes de acción a partir de algunas reflexiones y propuestas: Los procesos de globalización y la crisis del Estado nación ha generado nuevos escenarios geopolíticos que inciden en las relaciones sociales, como en la estructura de su funcionamiento. Las repercusiones socio-económicas provocan una mayor movilidad y desplazamiento producto de los desequilibrios económicos y el aumento de la inestabilidad y pobreza en algunas zonas del mundo. La movilidad se ha dirigido a los países del llamado norte y principalmente a las grandes zonas urbanas que se están desarrollando en todos los continentes. Estas nuevas realidades tienen unas repercusiones inmediatas que no se responden a las previsiones clásicas que se pueden resumir en: 11 Recepción de un gran número de personas procedentes de otras culturas que constituyen unas nuevas realidades multiculturales en los países y ciudades de acogida. Impacto de estas movilidad en las estructuras de los servicios públicos locales : educación, sanidad, servicios sociales, vivienda, etc.., que en la consideración de los derechos ciudadanos toda sociedad ha de poner a disposición de la nueva población. Dificultad las ciudades de aceptar estas nuevas poblaciones que no coinciden con sus antecedentes culturales y no responden a la misma identidad y memoria colectiva compartida De alguna forma hemos de aceptar que estos desplazamientos generan una ruptura de un equilibrio en la convivencia, de la misma forma que incorporan una nueva posibilidad de relación intercambio. Las identidades culturales uniformadoras se ven alteradas por la incorporación de otras culturas en la vida ciudadana que llevará a nuevas realidades de interacción cultural. De la misma forma la necesidad de interlocución entre comunidades culturales se hace cada vez más necesaria pero tiene grandes dificultades por problemas sociales, jurídicos o de estructuración social de los grupos culturales emigrantes. En estos nuevos contextos la vida local adquiere una gran importancia frente a los fenómenos de la globalización, estableciendo una nueva agenda de sus políticas de acuerdo con sus nuevas realidades. Las políticas de proximidad responden a las necesidades más reales, a pesar de los grandes flujos de la sociedad de la información, ya que la mayoría de aspectos capitales de la vida del ciudadano se dan en el ámbito local a pesar de la mundialización. En este sentido podemos afirmar que la cultura adquiere su importancia cuando es capaz de aportar una plusvalía a la vida social y convertirse en una herramienta al servicio de la cohesión social y la convivencia. Algunas de las buenas prácticas en este campo se pueden resumir en los siguientes aspectos: - - - - Reforzar y equilibrar la identidad cultural mediante de intervenciones que sustenten la memoria colectiva en contacto con la contemporaneidad. Fomentando el respeto a nuevas identidades capaces de construir nuevas realidades culturales fruto de este contacto y mestizaje Contribución a la participación política a través de las plataformas culturales como laboratorio de experiencias, a partir de sistemas de cogestión que facilita las propias características de algunos ámbitos de la cultura. Recuperar y usar el espacio público como expresión de la convivencia a partir de las prácticas expresivas y las confluencias de diferentes grupos culturales La acción cultural y su proyección representan un apoyo directo e indirecto a la industria, empresa y artesanía cultural de ámbito local como motor de desarrollo socio económico Proyectarse a una presencia exterior internacional y establecer canales de intercambio con otras realidades 12 - - - - - Protección del patrimonio y la memoria colectiva por medio de procesos de información y educación que sitúen la cultura entre sus antecedentes y las nuevas realidades Mejorar la imagen y visibilidad de la comunidad mediante la difusión y conocimiento de la creatividad y expresividad local Las políticas culturales locales y regionales se convierten en una plataforma de difusión de procesos artísticos y científicos Proporcionar actividades, espacios y tiempos para un ocio constructivo a partir de la expresividad y en contra tendencia al monopolio de las industrias del ocio y los media Atraer visitantes, públicos, espectadores, turistas a su espacio territorial y a su forma de presentar su cultura Fomento de la creatividad plural y a niveles de formación e inicio. Definiendo un rol o estatuto de los artistas Fomento de la diversidad de actores, agentes públicos, consumidores que actúen directa o indirectamente en el desarrollo de la cultura aceptando las nuevas realidades culturales emergentes Establecer estrategias de formación general y artística a diferentes niveles que permitan fomentar un capital humano en cultura a partir de la integración de nuevos formas expresivas que incorporen a todos las realidades ciudadanas Establecer políticas de compensación educativa y social para la población que no ha tenido o no tiene acceso a la participación cultural Coordinar agendas comunes con otras políticas (educación, sanidad, medio ambiente, empleo, turismo etc...) para una mayor centralidad de la cultura en estos procesos de desarrollo De la misma forma que en esta primera parte nos hemos centrado en lo local, las dimensiones culturales en las relaciones internacionales están adquiriendo día a día una gran importancia y trascendencia. Esta consideración se puede observar en la preocupación de los organismos internacionales como la UNESCO en la tramitación de la Convención sobre la diversidad cultural o el tratamiento de la libertad cultural del informe sobre Desarrollo Humano del PNUD del año 20047. Los grandes conflictos actuales de los escenarios internacionales tienen una dimensión cultural importante, y la consideración cultural puede ser una estrategia para su incidencia y resolución. Las relaciones internacionales tendrá de integrar en sus políticas un esfuerzo para el reconocimiento de la diversidad cultural de nuestro planeta y la consideración o el derecho de cada identidad a su supervivencia. En este sentido hemos de valorar la potencialidad de las relaciones internacionales como una aportación a la convivencia y a la paz - Incorporando la dimensión cultural a la agenda de las negociaciones políticas de los conflictos internacionales 7 PNUD ( 2004) : Informe sobre el Desarrollo Humano 2004. La libertad cultural en el mundo diverso de hoy. PNUD, New York. 13 - - - - - - Favoreciendo un amplio consenso a las propuestas de los organismos multilaterales para la aceptación de mecanismos de derecho internacional a favor de la protección de la diversidad cultural y el reconocimiento de los derechos culturales como expresión de los derechos humanos. Estableciendo acuerdos bilaterales, entre países con fuertes tendencias de emigración, para el tratamiento respetuoso de los procedimientos de acogida, circulación e integración. Desarrollar una cooperación cultural bilateral que permita a las nuevas comunidades mantener un contacto con sus orígenes y dar a conocer sus formas culturales Desarrollar políticas de cooperación al desarrollo con los países menos desarrollados para el mantenimiento de sus estructuras culturales. Incorporar acciones y proyectos culturales en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sensibilizando a la sociedad de la necesaria participación de la cultura de la lucha contra la pobreza y la exclusión a nivel mundial. Creando flujos de circulación e intercambio entre culturas, a través de sus creadores y formas de expresión, para un mejor conocimiento mutuo del otro y una presencia equilibrada de la diversidad cultural en los espacios de difusión a nivel mundial Facilitando la propuesta de la UNESCO de crear un gran voluntariado internacional en defensa de la diversidad cultural como gran patrimonio de la humanidad actual y futuro. Establecer canales de cooperación para la reducción de la denominada “brecha tecnológica” que permita a las sociedades más desfavorecidas incorporarse a la sociedad de la información y situar su visión cultural a los circuitos de comunicación actual. Con estas modestas aportaciones pretendemos reflexionar conjuntamente sobre la necesidad de tener en cuenta la potencialidad de la cultura y la educación en los procesos de cohesión social. La necesidad de una mayor incidencia de todas las dimensiones a favor de la convivencia y la construcción de una ciudadanía democrática requiere la creatividad en todas las dimensiones. Los actores de la cultura y los creadores o artistas siempre han estado a disposición de la sociedad en momentos críticos o difíciles aportando su expresividad como símbolo político de la democracia y la convivencia. Hemos de recordar las aportaciones de la cultura en las sociedades oprimidas o las dictaduras, la capacidad de movilización y creación de estados de opinión en la lucha contra la segregación racial, sus esfuerzos para sensibilizar a la población sobre el Sida, o las movilizaciones a favor de la paz. Podríamos seguir con ejemplos en cada una de nuestras realidades para poder valorar que las formas culturales son algo más que la frivolidad y van más allá al servicio de una dimensión política imprescindible en la sociedad contemporánea. “”La ciudad, como territorio de experiencia real, permite contemplar las necesidades de cohesión social y al mismo tiempo las posibilidades de reflexión crítica. En la ciudad es donde se produce el choque entre 14 cultura y cohesión social, pero también es donde se pude encontrar una mejor calidad en los pactos entre cohesión social y creatividad. Pero sobretodo, es en la ciudad donde la agenda común entre política cultural y política educativa puede dar sus mejores resultados. Si la ciudad es el espacio del pacto entre cohesión social y creatividad, la política educativa ha de ser su motor. Eduard Delgado (1996)”” Prof. Dr. Alfons Martinell Sempere Director de la Cátedra UNESCO de Políticas Culturales y Cooperación Universidad de Girona www.udg.edu/cunesco Nota: Esta conferencia se basa en diferentes reflexiones realizadas en el “Seminário Internacional Educaçao e Cultura” del Instituto Itaú Cultural en Sao Paulo 2009, algunas ideas presentadas en un diálogo en el Fórum Universal de las culturas, Barcelona 2004 y en una participación en un encuentro de la Fundación Kreanta en 2009, además del trabajo de nuestro grupo de investigación en este campo 15