AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. Número de registro: 21921 Novena Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: Tomo XXXI, Enero de 2010 Página: 2086 AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO DE LA FEDERACIÓN ADSCRITO AL JUZGADO CUARTO DE DISTRITO EN MATERIAS DE AMPARO Y DE JUICIOS CIVILES FEDERALES EN EL ESTADO DE MÉXICO. CONSIDERANDO: SEXTO. El presente asunto se analizará conforme al principio de estricto derecho, ya que el recurrente es el Ministerio Público, órgano técnico respecto del cual no opera la suplencia de la deficiencia de la queja. Son fundados y suficientes los conceptos de agravio en los que el inconforme aduce que no debió concederse a la quejosa el amparo y la protección de la Justicia Federal, en virtud de que el acto reclamado es apegado a derecho ya que, opuesto a lo determinado por el Juez Federal, el cuerpo del delito de desobediencia previsto en el artículo 117, segunda hipótesis, en relación con el diverso 119, ambos del Código Penal del Estado de México, se encuentra plenamente demostrado, ya que para ello no es menester que se agoten todos los medios de apremio a que alude el artículo 1.124 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México, sino que resulta suficiente que se haya agotado alguno de ellos, porque el propio numeral 1.124 dispone que los Jueces, para hacer cumplir sus determinaciones, podrán emplear "indistintamente" los medios de apremio consistentes en: I. Multa hasta de cien días de salario mínimo vigente en la región de su actuación, que podrá duplicarse en caso de reincidencia; II. Uso de la fuerza pública; III. Rompimiento de cerraduras; IV. Cateo por orden escrita; y V. Arresto hasta por treinta y seis horas. Así como lo relativo a que, en la especie, está acreditada la probable responsabilidad de la quejosa en la comisión de ese delito. En efecto, este órgano colegiado, opuesto a lo determinado por el Juez Federal, considera que, en el caso, el acto reclamado consistente en el auto de formal prisión emitido el cinco de febrero de dos mil nueve, en la causa penal ********** por el Juez Tercero de Cuantía Menor en Materia Penal Oral de Toluca, Estado de México, en contra de ********** por el delito de desobediencia cometido en agravio de la administración pública, es constitucional. Lo anterior es así, toda vez que cumple con las garantías de legalidad y seguridad jurídica que -1- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. consagra el artículo 16 constitucional, pues la autoridad responsable expuso las razones por las cuales, en su opinión, se encontraban acreditados los elementos que integran el cuerpo del delito en comento, así como la probable responsabilidad penal de **********, especificando con precisión los medios de convicción con los que estimó comprobado el ilícito referido, el valor que les otorgó y los razonamientos lógico-jurídicos que tomó en consideración para emitir la determinación recurrida, existiendo adecuación entre los motivos que adujo y las normas aplicables. Por otra parte, el auto de formal prisión reclamado tampoco resulta violatorio del artículo 14 constitucional, el cual prevé tres garantías fundamentales en materia penal, a saber: la prohibición de la retroactividad de la ley; el derecho de audiencia previa al acto privativo y la estricta aplicación de la ley en las resoluciones judiciales. Se realiza tal aserto, porque el Juez responsable no aplicó, retroactivamente en detrimento de la quejosa, ley alguna; tampoco le ocasionó menoscabo en su garantía de audiencia, ya que de autos se desprende que la quejosa fue escuchada en la etapa de preinstrucción ante la autoridad judicial, asistida por defensor particular y se le dio la oportunidad de aportar pruebas durante el término constitucional, lo que se traduce en que se cumplieron las formalidades esenciales que deben observarse durante el procedimiento; amén de que se le consignó ante un tribunal previamente establecido y que la determinación reclamada se ajusta a las leyes expedidas con anterioridad al hecho, dado que se le aplicó el Código Penal del Estado de México que prevé el delito que se le imputa, y el Código de Procedimientos Penales del Estado de México, que regula el procedimiento, vigentes al momento de ocurrir los hechos que se le atribuyen. Por otro lado, se estima que la resolución reclamada tampoco infringe las garantías que tutela el artículo 19 constitucional, en razón de que se trata de una resolución dictada por una autoridad judicial competente, emitida dentro del plazo establecido en la Constitución Federal, el cual fue duplicado a solicitud de la defensa particular de la quejosa; resolución en la que se expresó el delito que se le imputa a la inculpada, las circunstancias de tiempo, modo y lugar de ejecución, así como las pruebas con las que se tuvo por demostrado el cuerpo del delito de mérito y la probable responsabilidad de la inculpada en su comisión, las cuales fueron reseñadas en el acto reclamado, mismas que hasta la etapa procedimental en que se actúa, efectivamente, son bastantes para comprobar el conjunto de elementos objetivos o externos que constituyen la materialidad de los hechos que la ley señala como delito, así como para hacer probable la responsabilidad penal de la quejosa en su comisión. Para corroborar tal aserto, en principio, es menester traer al contexto el contenido de los artículos 117 y 119 del Código Penal del Estado de México, que prevén el ilícito que nos ocupa, los cuales son del tenor siguiente: -2- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. "Artículo 117. Comete el delito de desobediencia el que sin causa legítima, rehusare prestar un servicio de interés público a que la ley lo obligue o desobedeciere un mandato legítimo de la autoridad y se le impondrán de seis meses a un año de prisión y de treinta a cien días multa." "Artículo 119. Cuando la ley autorice el empleo de medios de apremio para hacer efectivas las determinaciones de la autoridad, sólo se consumará el delito cuando se hubieren agotado tales medios." Del contenido de los artículos transcritos, se advierte que los elementos del cuerpo del delito de desobediencia son: a) La existencia de un mandato de la autoridad; b) Que el mandato sea legítimo; c) Que éste sea desobedecido; y, d) Que de manera previa se hayan agotado los medios de apremio que la ley estima para hacer efectivo ese mandato. Al respecto, cabe destacar que los medios de apremio a que se refiere el ordinal 119 transcrito, en el caso, son los establecidos en el artículo 1.124 del Código de Procedimientos Civiles en el Estado de México y, por tanto, es dable traer al contexto su contenido que es el siguiente: "Artículo 1.124. Los Jueces para hacer cumplir sus determinaciones, siempre que no existan otros específicos determinados por la ley, pueden emplear indistintamente, los siguientes medios de apremio: I. Multa hasta de cien días de salario mínimo vigente en la región de su actuación, que podrá duplicarse en caso de reincidencia; II. Uso de la fuerza pública; III. Rompimiento de cerraduras; IV. Cateo por orden escrita; y V. Arresto hasta por treinta y seis horas." Asimismo, como lo determinó el Juez de Distrito, es pertinente poner de manifiesto que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido los requisitos que debe reunir una medida de apremio, siendo los siguientes: - Que exista determinación por parte de un órgano jurisdiccional; - Que ese mandato se encuentre fundado y motivado; -3- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. - Que deba ser cumplido por las partes o por alguna de las involucradas en el litigio; - Que la comunicación de la medida sea oportuna mediante notificación personal al obligado; y - Que se haga al obligado el apercibimiento de que en caso de incumplimiento se aplicará una medida de apremio precisa y concreta. Para corroborar lo anterior, es pertinente traer al contexto el contenido de la jurisprudencia 1a./J. 20/2001 emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, junio de 2001, página 122, que versa: "MEDIDAS DE APREMIO. EL APERCIBIMIENTO ES UN REQUISITO MÍNIMO QUE DEBE REUNIR EL MANDAMIENTO DE AUTORIDAD PARA QUE SEA LEGAL LA APLICACIÓN DE AQUÉLLAS (LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DE LOS ESTADOS DE NUEVO LEÓN Y CHIAPAS). Si bien dentro de las legislaciones procesales civiles del Distrito Federal y de los Estados de Nuevo León y Chiapas, no se encuentra específicamente reglamentado el procedimiento para la imposición de una medida de apremio, dado que únicamente se enumeran cuáles se pueden aplicar, y tomando en consideración que el apercibimiento es una prevención especial de la autoridad hacia la persona a quien va dirigido el mandamiento, que especifica un hacer o dejar de hacer algo que debe cumplirse, que se concreta en una advertencia conminatoria respecto de una sanción que se puede aplicar en caso de incumplimiento, puede concluirse que de conformidad con lo dispuesto en los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal que consagran los principios de legalidad y seguridad jurídica, para que sea legal la aplicación de la medida, la autoridad debe emitir su mandamiento en términos y bajo las condiciones establecidas por dichos principios para que el gobernado tenga la certeza de que aquél está conforme con las disposiciones legales y sus atribuciones; así, los requisitos mínimos que tal mandamiento debe contener son: 1) La existencia de una determinación jurisdiccional debidamente fundada y motivada, que deba ser cumplida por las partes o por alguna de las personas involucradas en el litigio, y 2) La comunicación oportuna, mediante notificación personal al obligado, con el apercibimiento de que, de no obedecerla, se le aplicará una medida de apremio precisa y concreta." Ahora bien, los aludidos elementos del cuerpo del delito quedaron demostrados, merced a los siguientes medios de convicción: 1. Constancia en la que se tiene por recibido el oficio **********, en la cual la agente del Ministerio Público adscrita al Juzgado Primero Familiar de Toluca, Estado de México, remitió copias certificadas del juicio ordinario civil ********** al Ministerio Público, -4- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. correspondiendo su conocimiento a la adscrita al tercer turno de Toluca, Estado de México (foja 3 del tomo I). 2. Copias certificadas del juicio ordinario civil ********** promovido por ********** en contra de **********, radicado en el precitado juzgado (tres tomos), de las cuales se desprende: a) Copia certificada de la sentencia emitida el veintitrés de enero de dos mil tres en el juicio ordinario civil **********, en la que se ordenó a **********, ahora quejosa, permitiera a ********** la convivencia con sus hijas ********** y **********, ambas de apellidos *********, en los términos establecidos en la misma (fojas 285 a 300 del tomo I). b) Acuerdo de veintiocho de febrero de dos mil tres, en el que se determinó que la sentencia aludida había causado estado (foja 301 del tomo I). c) Exhortos **********, ********** y **********, en el que se apercibió a la quejosa con multa; **********, **********, ********** y **********, remitidos por el Juez Primero Familiar de Toluca, Estado de México, al Distrito Federal, así como los diversos **********, **********, **********, ********** y **********, enviados a Querétaro y León, Guanajuato, con la finalidad de que se diera cumplimiento a la sentencia referida, en el sentido de que **********, hoy quejosa, permitiera la visita y convivencia de ********** con sus menores hijas (fojas 242 a 250, 280 a 324, 325 a 328, 329 a 472 del tomo I; 645 a 703, 740 a 788, 943 a 1100 del tomo II; y, 1140 a 1380, 1510 a 1660 del tomo III). d) Auto de veintitrés de junio de dos mil tres, en el que el Juez Quinto Familiar del Distrito Federal apercibe a la hoy quejosa ********** para que permita la convivencia de la menor ********** con su padre **********, apercibida que, de no hacerlo, se le impondría una multa de sesenta días de salario mínimo vigente en el Distrito Federal por desacato a un mandato judicial (foja 341, tomo I); y cédula de notificación (foja 354 y vuelta, tomo I). e) Proveído de veinticuatro de junio de dos mil tres, en el que el Juez Quinto Familiar en el Distrito Federal apercibe a **********, para que permita la convivencia entre su menor hija ********** y su padre **********, apercibida que de no hacerlo se le impondría multa de sesenta días de salario mínimo vigente en el Distrito Federal por desacato a un mandato judicial (foja 343, tomo I); y razón actuarial de notificación (foja 355, tomo I). f) Auto de catorce de julio de dos mil tres, mediante el cual el mencionado Juez familiar hizo efectiva una de las multas aludidas, ordenando se girara oficio al secretario de finanzas; y, nuevamente ordenó que se requiriera personalmente a la hoy peticionaria de garantías ********** para que cumpliera con las convivencias, apercibida que, de no hacerlo, se le impondría otra multa (foja 367 del tomo I); y notificación practicada con el padre de la -5- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. interesada (foja 358, tomo I). g) Proveído de veintiuno de agosto de dos mil tres, a través del cual el juzgador de referencia hizo efectiva la multa de sesenta días de salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal, a la hoy quejosa, por no haber presentado a su menor hija ********** al centro de convivencia familiar; asimismo, se giró oficio al secretario de finanzas para que hiciera efectiva la multa de referencia (foja 408 del tomo I); y cédula de notificación (foja 412, tomo I). h) Acuerdo de tres de septiembre de dos mil tres en el que el Juez Quinto Familiar en el Distrito Federal hizo efectivo el apercibimiento decretado a la ahora quejosa en el referido auto de veintiuno de agosto de dos mil tres; asimismo, ordenó girar oficio al secretario de finanzas del Distrito Federal para que procediera a verificar la multa ordenada; y determinó que al haber llegado al límite de las sanciones, que como medidas de apremio podían imponerse a **********, debía darse intervención a la autoridad competente, por ser un caso que revestía mayor sanción; así ordenó que se diera cuenta al Juez exhortante para que procediera a dar intervención al Ministerio Público de su adscripción con la conducta mostrada por la referida ********** (foja 433 del tomo I); el auto fue notificado el nueve de septiembre de dos mil tres mediante boletín judicial (foja 433, tomo I). i) Proveído de nueve de febrero de dos mil cinco, a través del cual el Juez Primero Familiar del Distrito Judicial de Toluca, Estado de México, ordena girar exhorto al presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, señalándole que las medidas de apremio que se le autoriza aplicar son las contenidas en el artículo 1.124 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México, pudiendo inclusive ordenar aquéllas a que se refieren las fracciones I y V, no siendo necesario el uso de la fuerza pública, rompimiento de cerraduras ni cateo, por ser inaplicables al caso concreto, a fin de salvaguardar el interés de las menores hijas de los contendientes; ello, con fundamento en el artículo 1.134 del precitado código adjetivo civil (foja 739, tomo II); fue notificado el diez de febrero de dos mil cinco (foja 739 vuelta, tomo II). j) Exhorto ********** radicado en el Juzgado Trigésimo Segundo Familiar en el Distrito Federal para dar cumplimiento al aludido acuerdo de nueve de febrero de dos mil cinco, del que se advierte que mediante auto de diecisiete de febrero del año en cita, la autoridad exhortada ordenó se notificara personalmente a la hoy quejosa ********** para que diera cumplimiento al régimen de visitas, apercibida que, de no hacerlo, se le impondría una multa de ochenta días de salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal; notificación que se llevó a cabo a través de la secretaria del despacho autorizado por la hoy peticionaria de amparo (fojas 751 y 757 del tomo II). k) Exhorto ********** remitido el diez de marzo de dos mil cinco, radicado por el Juez -6- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. Trigésimo Segundo Familiar en el Distrito Federal, quien el catorce de marzo del propio año ordenó notificar a ********** para que cumpliera con el régimen de visitas, apercibida que, de no hacerlo, se le impondría una multa de ochenta días de salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal; notificación que no fue recibida por la persona que se encontraba en el domicilio señalado (fojas 944 y 1056 del tomo II). l) Acuerdo de seis de mayo de dos mil cinco, a través del cual el Juez Primero Familiar del Distrito Judicial de Toluca requirió a la ahora quejosa ********** proporcionara el domicilio en que habitaba con sus menores hijas, a fin de que pudiera llevarse a cabo la convivencia de éstas con su padre ********** (foja 1119 del tomo II); fue notificado mediante instructivo fijado en la puerta del domicilio el once de mayo de dos mil cinco (foja 1119 vuelta, tomo II). m) Auto de veintitrés de mayo de dos mil cinco emitido por el precitado Juez familiar, en el que se requiere nuevamente a ********** para que señale su domicilio (foja 1130, tomo III); notificado el veinticuatro de mayo del propio año por medio de lista (foja 1130 vuelta, tomo III). n) Proveído de dos de junio de dos mil cinco, mediante el cual nuevamente el Juez familiar requiere a la ahora quejosa para que señale su domicilio, apercibida que, de no hacerlo, se le impondría una multa de veinte días de salario mínimo vigente en Toluca, Estado de México (foja 1138 del tomo III); fue notificado el tres de junio del propio año, por medio de lista (foja 1138 vuelta, tomo III). o) Auto de nueve de junio de dos mil cinco, en el que el mencionado juzgador hace efectivo el apercibimiento decretado a la hoy peticionaria de garantías, ordenándole exhiba la multa impuesta ante el juzgado en un término de tres días (foja 1150 del tomo III); fue notificado por medio de lista el diez de junio del propio año (foja 1150 vuelta, tomo III). p) Exhorto ********** de cuatro de mayo de dos mil cinco radicado en el Juzgado Quinto Familiar en el Distrito Federal, quien mediante proveído de seis del propio mes y año habilitó al secretario actuario adscrito para que requiriera a **********, a fin de que presentara a sus menores hijas al Centro de Convivencia Familiar Supervisada, o bien, para que permitiera la convivencia en su domicilio particular; asimismo, ordenó se le hiciera de su conocimiento que, en caso de no cumplir, su conducta se haría constar para efectos de que ********** hiciera valer sus derechos ante la autoridad penal correspondiente, por la probable comisión del delito de desobediencia y resistencia de particulares; ello, porque consideró que la citada ********** había sido apercibida con medidas de apremio consistentes en la imposición de diversas multas hasta por el máximo permitido por la ley (foja 1160 del tomo III); notificación practicada con el padre de la requerida el trece de mayo de dos mil cinco (foja 1164, tomo III). -7- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. q) Razón actuarial de veinticuatro de mayo de dos mil cinco, de la que se desprende que el actuario se constituyó en el domicilio señalado, con el fin de notificar a **********, pero nadie acudió a su llamado, indicándole los vecinos del lugar que al parecer el inmueble ya no se encontraba habitado (foja 1170 del tomo III). r) Acuerdo de veintiuno de junio de dos mil cinco emitido por el Juez Primero Familiar de Toluca, Estado de México, en el que se requirió a ********** para que señalara su domicilio, apercibida que, de no hacerlo, se ordenaría su arresto como medida de apremio (foja 1194 del tomo III); fue notificado por medio de lista el veintidós del propio mes y año (foja 1194 vuelta, tomo III). s) Exhorto ********** radicado el once de julio de dos mil cinco por el Juzgado Primero Familiar de Querétaro, a través del cual, el Juez Primero Familiar del Distrito Judicial de Toluca, Estado de México, solicitó se hiciera efectivo el arresto decretado en contra de **********, para lo cual se giró oficio al representante legal de la empresa denominada Constructora y Urbanizadora Ara, Sociedad Hipotecaria Federal, a efecto de que informara al juzgador el domicilio de la mencionada **********, así como al director de la Escuela Primaria Venustiano Carranza en la que ********** cursó el cuarto grado de primaria, con el fin de que proporcionara el historial académico de la misma solicitando a la autoridad exhortada que, una vez que tuviera el domicilio de **********, hiciera efectivo el arresto decretado (fojas 1271 y 1273). t) Oficio de quince de agosto de dos mil cinco mediante el cual el comandante del Grupo 2-B de Aprehensiones de la Policía Investigadora de Querétaro, Querétaro, informó al director de la Policía Investigadora del propio lugar, que el arresto decretado no se había llevado a cabo, en razón de que la persona buscada al parecer se había mudado al Distrito Federal, lugar a donde había solicitado su cambio en la empresa en que laboraba (fojas 1298 y 1299 del tomo III). u) Auto de dieciocho de septiembre de dos mil siete, a través del cual el Juez Primero Familiar del Distrito Judicial de Toluca, requirió a ********** con el fin de que proporcionara su domicilio, apercibida que, de no hacerlo, se le impondría la medida de apremio consistente en un arresto hasta de veinticuatro horas (foja 1494 del tomo III); fue notificado por medio de lista el diecinueve del propio mes y año (foja 1494 vuelta, tomo III). v) Acuerdo de veintiséis de octubre de dos mil siete emitido por el precitado juzgador, mediante el cual gira oficio al director de Seguridad Pública de Guanajuato para hacer efectivo el apercibimiento de referencia, pues ********** manifestó que ********** radicaba en ese Estado (foja 1500, tomo III). -8- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. w) Exhorto **********, radicado el diecisiete de diciembre de dos mil siete en el Juzgado Décimo Cuarto Civil del Partido Judicial de León, Guanajuato, en el que se giró oficio al director de Seguridad Pública Municipal de León, Guanajuato, con el fin de que llevara a cabo el arresto decretado (fojas 1599 y 1560 del tomo III), sin embargo, no obra constancia de que el mismo se haya efectuado. x) Exhorto ********** radicado el cuatro de marzo de dos mil ocho por el Juzgado Décimo Primero Civil del Partido Judicial de León, Guanajuato, en el que se ordena al actuario se constituya en el domicilio señalado como el de ********** para que cumpla con el resolutivo cuarto de la sentencia de veintitrés de enero de dos mil tres (permitir la convivencia de sus menores hijas con su padre) (foja 1652 del tomo III). y) Razón actuarial de seis de marzo de dos mil ocho, a través de la cual el actuario manifiesta que no pudo notificar a la mencionada **********, en virtud de que la casa no se encontraba habitada, manifestando que una vecina del lugar le indicó que ésta tenía aproximadamente tres meses desocupada (foja 1653 del tomo III). z) Declaración preparatoria de ********** de treinta y uno de enero de dos mil nueve, en la que se reservó su derecho a declarar (fojas 1703 vuelta a la 1708 del tomo IV); y ampliación de declaración de **********, dentro del término constitucional duplicado, esto es, el tres de febrero de dos mil nueve (fojas 1715 a 1719 del tomo IV). Los medios de convicción reseñados son suficientes e idóneos para estimar acreditados los elementos del cuerpo del delito de desobediencia. En efecto, la existencia de un mandato de la autoridad está demostrada en términos de las probanzas reseñadas en los incisos c) al y), de las que se desprende que el Juez Primero de lo Familiar del Distrito Judicial de Toluca, así como los diversos juzgadores del Distrito Federal, Querétaro, Querétaro y León, Guanajuato, éstos últimos en auxilio del primero, ordenaron en diversas ocasiones a la ahora quejosa que diera cumplimiento al resolutivo cuarto de la sentencia de veintitrés de enero de dos mil tres, emitida por el primero de los juzgadores en mención en el juicio de controversia del orden familiar sobre divorcio necesario, pago y aseguramiento de pensión alimenticia número **********, en el cual se ordenó la convivencia de sus menores hijas ********** y **********, ambas de apellidos **********, con su padre **********. Asimismo se advierte que el mandato es legítimo, pues los reiterados apercibimientos hechos a la quejosa ********** en el sentido de que permitiera a sus hijas la convivencia con su padre, derivaron de la sentencia aludida, misma que causó estado el veintiocho de febrero de dos mil tres y de lo cual tuvo pleno conocimiento la peticionaria de amparo, pues incluso acudió ante el juzgador, mediante escrito de veintisiete de ese mes y año, a solicitar que la -9- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. sentencia de referencia causara ejecutoria. También quedó probado que el mandato de la autoridad judicial fue desobedecido, ya que de las probanzas reseñadas se desprende que a pesar de los diversos requerimientos que le fueron hechos a la quejosa en el sentido de que permitiera a ********** la convivencia con sus hijas ********** y **********, no atendió a los mismos, obrando también en la causa múltiples constancias de que el mencionado ********** acudió al Centro de Convivencia Familiar Supervisada, con el fin de estar en posibilidad de ver a sus menores hijas, pero que la convivencia no se efectuó, en virtud de que la ahora peticionaria de garantías no llevó a sus hijas para que se lograra la misma. Finalmente debe decirse que está demostrado que se agotaron los medios de apremio que la ley estima para hacer efectivo el mandato de autoridad; ello es así, porque de los medios de convicción en comento se desprende que se impusieron a la hoy quejosa diversas multas, e incluso se ordenó su arresto en dos ocasiones. Al respecto, es dable destacar que, como se adelantó, los medios de apremio a que alude el artículo 119 del Código Penal del Estado de México son los previstos en el diverso numeral 1.124 del Código de Procedimientos Civiles en el Estado de México, mismos que consisten en: I. Multa hasta de cien días de salario mínimo vigente en la región de su actuación, que podrá duplicarse en caso de reincidencia; II. Uso de la fuerza pública; III. Rompimiento de cerraduras; IV. Cateo por orden escrita; y V. Arresto hasta por treinta y seis horas. Así tenemos que, en el caso, se ordenaron como medidas de apremio diversas multas y dos arrestos (fracciones I y V del numeral en comento). Al respecto, es dable destacar que los requisitos que deben cumplir las medidas de apremio, en términos de la jurisprudencia de rubro: "MEDIDAS DE APREMIO. EL APERCIBIMIENTO ES UN REQUISITO MÍNIMO QUE DEBE REUNIR EL MANDAMIENTO DE AUTORIDAD PARA QUE SEA LEGAL LA APLICACIÓN DE AQUÉLLAS (LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DE LOS ESTADOS DE NUEVO LEÓN Y CHIAPAS).", emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia -10- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. de la Nación, también quedaron demostrados. Ello es así, porque se trató de medidas provenientes de una determinación emitida por un órgano jurisdiccional, en la especie, el Juez Primero de lo Familiar del Distrito Judicial de Toluca, así como los diversos juzgadores del Distrito Federal, Querétaro, Querétaro y León, Guanajuato, éstos últimos en auxilio del primero. De igual forma se trató de mandatos fundados y motivados, pues su emisión encontró sustento en el artículo 1.124 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México, conforme al cual los Jueces, para hacer cumplir sus determinaciones, pueden emplear indistintamente los medios de apremio enumerados en dicho artículo; y por lo que respecta a la motivación de la orden de autoridad, debe decirse que ésta atendió a que la ahora quejosa fue requerida en múltiples ocasiones con el fin de que permitiera la convivencia de sus menores hijas con su padre, en cumplimiento a una sentencia ejecutoriada, lo cual no acató; de ahí que se haya ordenado fuera multada e incluso arrestada. Por lo que ve al requisito de que el mandamiento debe ser cumplido por las partes o por alguna de las involucradas en el litigio, el mismo también está satisfecho, pues la orden a que se refirió el multicitado resolutivo cuarto de la sentencia definitiva en comento, estuvo dirigida específicamente a la ahora quejosa **********, quien fungió como actora en el juicio del que derivó tal sentencia. Para corroborarlo, es menester traer al contexto el contenido del resolutivo cuarto de la sentencia de mérito, el cual es del tenor siguiente: "Cuarto. Se condena a **********, a que permita la visita y convivencia del señor **********, con sus menores hijas ********** y **********, de apellidos **********, respecto de la segunda los días martes y jueves, en un horario comprendido de las dieciséis a las dieciocho horas, atendiendo a su corta edad, sin posibilidad de sustraerla del domicilio en el que se encuentra con su madre. En relación con la primera, convivirá los fines de semana de cada quince días, en un horario comprendido de las diez horas del día sábado a las dieciocho horas del día domingo, con la posibilidad de sustraerla del domicilio en que se encuentra y llevarla a pasear, y con la obligación de regresarla dentro de los límites del horario establecido. El régimen de visita y convivencia decretado no se opone a que las partes puedan acordar otros términos y formas de convivencia, procurando siempre el bienestar de sus menores hijas." Ahora bien, en lo que respecta a que la medida sea oportuna, mediante notificación personal al obligado, es dable señalar que, en el caso, la notificación a la quejosa fue oportuna, sin embargo, no se logró de manera personal debido a su constante cambio de residencia en diversas ciudades de la República mexicana, como son el Distrito Federal, Querétaro, -11- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. Querétaro y León, Guanajuato. Sin embargo, las primeras notificaciones se practicaron en el domicilio que de sus autorizados señaló y a través de los mismos, siendo que ante su incumplimiento de acudir ante el Juez familiar a proporcionar su domicilio, el demandado en el juicio natural proporcionó diversos domicilios en las ciudades aludidas, por lo que fueron enviados innumerables exhortos con el fin de lograr la localización de la peticionaria de amparo, sin lograrse. No obstante, es manifiesto que la quejosa tenía pleno conocimiento de que había sido condenada a permitir la convivencia de sus menores hijas con su excónyuge **********, por lo que el hecho de que no se haya logrado notificarle personalmente los diversos apercibimientos que se le hicieron, así como el hecho de que le habían sido impuestas diversas multas e incluso que no se lograra su arresto, se debió al desacato de la actora respecto de la sentencia de divorcio multireferida. Por tanto, atento a las circunstancias reseñadas, es dable concluir que el requisito a que se refiere la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el sentido de que la medida de apremio sea oportuna y debidamente notificada al obligado, se estima cumplido. También está demostrado que a la obligada se le apercibió de que, en caso de incumplimiento, se le aplicaría una medida de apremio precisa y concreta; en el caso, multa y arresto, como se aprecia de las probanzas reseñadas consistentes en requerimientos, apercibimientos y órdenes de hacerse efectivos éstos. Bajo ese contexto se estiman acreditados los elementos del cuerpo del delito de desobediencia, pues contrario a lo estimado por el Juez Federal, no existe precepto legal alguno que obligue a agotar todas las medidas de apremio establecidas en el artículo 1.124 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México, con el fin de tener por cumplido lo dispuesto en el numeral 119 del Código Penal del Estado de México. En efecto, las medidas de apremio previstas en la ley civil son la multa, el uso de la fuerza pública, el rompimiento de cerraduras, el cateo por orden escrita, y el arresto hasta por treinta y seis horas. Asimismo, cabe destacar que el referido artículo 1.124 de la ley adjetiva civil establece que las medidas de apremio en él enumeradas podrán emplearse indistintamente. Al respecto, cabe destacar que, opuesto a lo determinado por el Juez Federal, por agotar, en la especie, debe entenderse el empleo de alguna o más de las medidas de apremio, máxime que por las circunstancias del caso no es posible ordenarlas todas, porque, como se dijo, no existe -12- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. mandato en la ley que así lo obligue y que incluso señale un orden, sino que el juzgador, atendiendo a su arbitrio judicial y al caso concreto, debe ordenar las que estime necesarias. Ello es así porque, en la especie, ningún efecto práctico habría tenido ordenar el uso de la fuerza pública, el rompimiento de cerraduras o el cateo; ello, porque la orden que se pretendía cumplir a través de esos medios de apremio era lograr la convivencia de dos menores con su padre y, en la especie, es manifiesto que, de las constancias que integran la causa de origen, se desprende que no se logró la localización de la ahora quejosa ********** en los diversos domicilios en que fue buscada, puesto que nadie acudía al llamado, siendo que en el último domicilio del Distrito Federal, en el que se pretendió localizar a la peticionaria de amparo, los vecinos del lugar manifestaron que ya no se encontraba habitado, lo que también ocurrió en el domicilio de León, Guanajuato, siendo que en la empresa en que laboró en la ciudad de Querétaro, Querétaro, manifestaron que ya no trabajaba ahí. En ese sentido, es evidente que ningún efecto práctico habría tenido que el Juez familiar ordenara el uso de la fuerza pública, el rompimiento de cerraduras o el cateo, ya que precisamente no se logró la diversa medida decretada consistente en el arresto, por no lograrse la localización de la ahora peticionaria de amparo. En tales condiciones, atendiendo a que no existe precepto legal alguno que obligue a agotar todas las medidas de apremio a que alude la legislación procesal civil de la entidad y, sobre todo, al haber resultado inútil decretar aquéllas cuyo cumplimiento no se lograría, en virtud de la imposibilidad de otra ya ordenada previamente, se concluye que, en la especie, sí está plenamente acreditado el elemento del cuerpo del delito relativo a que "de manera previa se hayan agotados los medios de apremio que la ley estima para hacer efectivo el mandato". De ahí que resulte fundado el agravio que al respecto hizo valer el Ministerio Público recurrente. No es óbice a la anterior consideración, el aserto del Juez Federal, relativo a que, contrario a lo manifestado por el Juez responsable, el uso de la fuerza pública, el rompimiento de cerraduras y el cateo para lograr la convivencia de las menores con su padre, no afectaba los principios rectores del interés superior de los menores a tener una vida libre de violencia y un desarrollo pleno e integral, en términos de los ordinales 1 y 3 de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Considerando también el Juez de Distrito que los artículos 3, 7, 9, 10, 12, 18, 19, 20 y 27 de la Convención sobre los Derechos del Niño (ratificada por el Estado mexicano el veintiuno de septiembre de mil novecientos noventa y, por ende, parte del sistema jurídico nacional en términos del artículo 133 de la Constitución Federal) se advertía que los tribunales judiciales deben velar por el interés superior del niño, y que el artículo 4o. constitucional establece -13- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. como garantía individual de los niños, el derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, de salud, de educación y de sano esparcimiento; por lo que no existía duda de que el niño tiene derecho a la convivencia con sus padres derivado del derecho a su sano desarrollo emocional. En esas condiciones, el Juez Federal determinó que, en el caso, el interés superior del niño no se veía mermado y, por ende, no era vulnerado de ordenarse las medidas de apremio relativas al uso de la fuerza pública, de rompimiento de cerraduras y de cateo, por ser eficaces para lograr la convivencia de las menores, dado que, de manera previa a hacer efectivas esas providencias, el juzgador familiar debía tomar las medidas necesarias para la protección de los menores, con el fin de no poner en riesgo su integridad, su seguridad y su salud, verbigracia, la compañía de un familiar en el momento en que se llevara a cabo la diligencia o cualquier otro medio eficaz de acuerdo a las circunstancias. Asimismo, fundamentó lo anterior en la tesis de un Tribunal Colegiado de rubro: "ARRESTO DICTADO EN JUICIO DEL ORDEN FAMILIAR EN CONTRA DEL PROGENITOR QUE TIENE LA GUARDA Y CUSTODIA, ANTES DE SU IMPOSICIÓN DEBEN TOMARSE LAS MEDIDAS PERTINENTES PARA LA PROTECCIÓN DE SUS MENORES HIJOS A FIN DE NO PONER EN RIESGO SU INTEGRIDAD, SEGURIDAD Y SALUD." Este órgano colegiado estima inexactas las consideraciones del Juez Federal, en el sentido de que debieron agotarse todos los medios de apremio con el fin de estimar configurado el tipo penal de desobediencia que nos ocupa. Se realiza tal aserto, porque si bien está en lo correcto cuando menciona que el niño tiene derecho a la convivencia con sus padres derivado del derecho a su sano desarrollo emocional y, por ende, pueden ordenarse medidas de apremio tales como el uso de la fuerza pública, el rompimiento de cerraduras y el cateo, con el fin de lograr esa convivencia, ello, en el entendido de que además se deberán tomar las medidas necesarias para que, al llevar a cabo la diligencia, no se ponga en riesgo la integridad, la seguridad y la salud de los menores. Lo cierto es que, por una parte, no es obligatorio agotar todas las medidas de apremio para considerar acreditado el tipo penal en comento y, por otra, el juzgador debe imponer aquellas medidas que crea efectivas y, en la especie, aun cuando se pudiera cuidar que no se pusiera en riesgo la integridad, la salud y la seguridad de las menores; la realidad es que los domicilios en que fue buscada la quejosa se encontraron deshabitados, por lo que ningún efecto práctico habría tenido que se ordenaran las medidas de apremio consistentes en uso de la fuerza pública, el rompimiento de cerraduras, el cateo, con el fin de lograr la convivencia de las menores de referencia con su padre, pues se entiende que, al no estar las mismas en los lugares buscados, de nada habría servido usar la fuerza pública, por ejemplo, con una persona que no fue localizada, o bien, romper las cerraduras o catear un domicilio deshabitado. -14- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. Ello es así, porque si no se logró el arresto de la hoy quejosa por no ser localizada, es evidente que tampoco se habría logrado la convivencia de las menores en un domicilio donde no se encontró a su madre. Así, atento a las consideraciones expuestas, este órgano colegiado concluye que, en la especie, están debidamente acreditados los elementos del cuerpo del delito de desobediencia previsto en el artículo 117, en relación con el diverso 119, ambos del Código Penal del Estado de México. Y por lo que respecta al acreditamiento de la probable responsabilidad de la ahora quejosa ********** en su comisión, debe decirse que la misma se encuentra demostrada atento a los mismos medios de convicción con los que se tuvieron por acreditados los elementos del cuerpo del delito en comento, pues de éstos se desprende que fue la persona que no atendió a los múltiples requerimientos que se le hicieron en el sentido de que, en cumplimiento a la sentencia de veintitrés de enero de dos mil tres, emitida en el juicio ordinario civil **********, permitiera la convivencia de sus menores hijas con su padre. Ello es así, porque hasta el momento procesal en que fue emitido el auto de formal prisión reclamado, se tiene que la peticionaria de garantías tenía pleno conocimiento de la condena decretada en su contra en la sentencia aludida y, no obstante, cambió su domicilio en reiteradas ocasiones sin comparecer ante el Juez familiar a notificarle el lugar en donde se encontraba, con el fin de que pudiera llevarse a cabo la convivencia aludida, no obstante los requerimientos que lograron hacérsele a través de sus autorizados. Por tanto, debe concluirse que la responsabilidad penal de la ahora quejosa ********** está acreditada de manera probable; máxime que hasta el momento no se cuenta con probanza alguna tendente a demostrar que el desacato imputado a la peticionaria de amparo está justificado. Así, atento a las consideraciones expuestas en la presente ejecutoria se concluye que el auto de formal prisión reclamado no es violatorio de las garantías que a favor de la peticionaria consagran los artículos 14, 16 y 19 de la Constitución Federal. Igual consideración debe hacerse en relación con la orden de identificación administrativa decretada en el aludido auto de formal prisión. Lo anterior es así, porque aun cuando el artículo 182 del Código de Procedimientos Penales del Estado de México ordena tal identificación de los procesados antes de que exista sentencia ejecutoriada respecto de su culpabilidad, ello no implica que se autoricen actos que ocasionen molestias, o bien, que se le prive de algún derecho a un inocente, sin fundamento ni motivo legal para ello, o que se violen las formalidades del procedimiento. -15- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. Se realiza tal afirmación, ya que se trata de una medida administrativa adoptada como identificación del procesado, que por imperativo legal del artículo citado, debe realizarse apenas dictado el auto de formal prisión, es decir, una medida indispensable para el conocimiento de los antecedentes del inculpado, consecuencia del auto de plazo constitucional. Por tanto, si resultó constitucional el acto reclamado a la autoridad responsable consistente en el auto de formal prisión referido, por estar ajustado a los requisitos de forma y fondo que establece el artículo 19 constitucional, es evidente que la identificación administrativa de la inculpada tampoco es violatoria de garantías, pues se trata de una consecuencia del citado auto de plazo constitucional, que no constituye una pena sino una simple medida administrativa. Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo IV, noviembre de 1996, página 5, invocada por el Juez de Distrito, que versa: "FICHAS SIGNALÉTICAS, FORMACIÓN DE. IDENTIFICACIÓN ADMINISTRATIVA DE PROCESADOS.-Es un error considerar como pena la identificación, es decir, la elaboración de la ficha dactiloscópica correspondiente, siendo que la naturaleza de esas medidas es completamente diferente y entre ellas existen diferencias sustanciales. En efecto, en materia penal, por pena se considera, en términos generales, la sanción económica o privativa de libertad, publicación del fallo y otras que enumeran las leyes represivas, que el órgano jurisdiccional competente impone a un individuo atendiendo a conductas activas u omisivas, previstas en la ley aplicable. En cambio, la identificación del procesado no es una pena porque no se decreta en la sentencia y es una simple medida administrativa; constituye una reglamentación judicial y policiaca, necesaria en esos órdenes para identificación y antecedentes del proceso; es decir, configura una medida cuya ejecución aporta al Juez del proceso, y de futuros procesos, más elementos del juicio para individualizar la pena que deba imponerse al que cometió uno o varios delitos. Desde otro punto de vista, la identificación del procesado tampoco constituye una pena, porque éstas se imponen hasta la sentencia, mientras que la identificación del procesado, por imperativo del artículo 165 del Código Federal de Procedimientos Penales, debe realizarse apenas dictado el auto de formal prisión o el de sujeción a proceso. En tales condiciones, como la identificación del procesado no es una pena, deben considerarse infundadas las argumentaciones en el sentido de que se trata de una pena infamante y trascendental, porque, no teniendo el carácter de pena, de acuerdo con lo antes expuesto, menos puede tratarse de una pena infamante y trascendente, de las prohibidas por el artículo 22 de la Constitución Federal." -16- AMPARO EN REVISIÓN 184/2009. En las condiciones anotadas, lo procedente es revocar la sentencia recurrida y negar a la quejosa el amparo y la protección de la Justicia Federal solicitados; negativa que se hace extensiva a los actos de ejecución reclamados al director del Centro Preventivo y de Readaptación Social "Santiaguito" en Almoloya de Juárez, Estado de México, al no haber sido impugnados por vicios propios. Por lo expuesto y fundado, se resuelve: PRIMERO.-Se revoca la resolución impugnada. SEGUNDO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a ********** contra el auto de formal prisión emitido el cinco de febrero de dos mil nueve por el Juez Tercero Penal Oral de Cuantía Menor del Distrito Judicial de Toluca, Estado de México, en la causa penal ********** y la orden de identificación administrativa ordenada en el mismo, por los motivos expuestos en el considerando sexto de la presente ejecutoria; negativa que se hace extensiva a los actos de ejecución reclamados a la autoridad ejecutora, director del Centro Preventivo y de Readaptación Social "Santiaguito" en Almoloya de Juárez, Estado de México. Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, vuelvan los autos a su lugar de origen; háganse las anotaciones en el libro de gobierno de este tribunal y, en su oportunidad, archívese el expediente como asunto concluido. Así lo resolvió el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, por unanimidad de votos de los señores Magistrados: presidente Darío Carlos Contreras Reyes, Héctor Lara González y Reynaldo Manuel Reyes Rosas, siendo ponente el primero de los nombrados. En términos de lo previsto en los artículos 14, fracción I y 18, fracciones I y II de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos. -17-