LA SINFONÍA “NAPOLEÓN” DE BEETHOVEN La dedicatoria de la Tercera Sinfonía a Napoleón Bonaparte y la posterior eliminación de dicha dedicatoria por parte de Beethoven es una anécdota muy comentada y discutida. Existe aún el manuscrito que tiene escrito el nombre Bonaparte en la primera página. Pero cuando Napoleón se autoproclamó emperador, la transformación del héroe de mil batallas chocó con el espíritu republicano de Beethoven (hoy le llamaríamos demócrata) quien era contrario al sistema monárquico. En un arranque de ira (principal característica de Beethoven, pues al parecer también era humano), el compositor tachó el ilustre nombre; aún se puede advertir el papel maltratado por la fuerza ejercida al tachonearlo y después escribió la dedicatoria Sinfonía Heroica compuesta para celebrar la memoria de un gran hombre. Desde entonces la sinfonía se conoció como tal (Eroica es el término en italiano y como tal nos han mal acostumbrado los discos y los textos en inglés y alemán) y por su fuerza impetuosa y su expresividad dramática se le ha asociado con ambos conceptos, la heroicidad de un personaje como Napoleón. La Heroica es la primera sinfonía verdaderamente “moderna” y la más importante e influyente. Se ha mencionado que quien está detrás de la obra es realmente el personaje mitológico de Prometeo, quien, según Las criaturas de Prometeo, el ballet compuesto por Beethoven antes de la Heroica, el legendario personaje entrega al hombre el arte, la ciencia y la inteligencia. Sin embargo, a cambio de sus dones, Prometeo es castigado y condenado a muerte. No hay que olvidar que el movimiento final de la sinfonía es una serie de variaciones basadas en una melodía favorita de Beethoven que ya había sido utilizada por él en varias obras: una contradanza; como tema principal de las Variaciones Heroica para piano y como parte de dicho ballet. La realidad es que la sinfonía trata de la firme voluntad que necesita el ser humano para enfrentar la adversidad. Si tenemos en cuenta que Beethoven la hizo cuando su sordera total era inminente y lo acosaban instintos suicidas, podemos asumir una forma de heroísmo que en el caso de Beethoven fue mediante su propia música. Tal vez por ello tiene congruencia el contenido que algunos musicólogos han querido ver en los cuatro movimientos de la sinfonía: Lucha, Muerte, Renacimiento, Apoteosis. Luis Pérez Santoja.