1. La pérdida de la enorme riqueza artística de Cataluña que se ha ido mermando por fenómenos históricos –guerra del francés, carlistada, desamortización, Semana Trágica, revolución marxista, etc.- y naturales –el paso del tiempo y fenómenos meteorológicos apenas reseñables-, nos ha regalado, en cambio, la aparición de nuestro popular arte sacro gótico y románico, tan catalán como español, verdadera señal de identidad de nuestro pueblo y de su particular manera de practicar el cristianismo. ver número 2: Servicio Nacional de Propaganda, Sacerdote Juan Tusquets. 2. La gran obra del paganismo en Cataluña no ha sido sólo la destrucción de iglesias, ermitas y conventos. La mano de Dios estaba detrás de la cola del diablo. La eliminación de los excesos de adornos superfluos y ominosos lujos, quincalla meridional que impedía el desarrollo de una verdadera devoción propia. El barroquismo, que en otras regiones de nuestra España ha dado flores llenas de amor y espiritualidad, no se adaptó nunca a estas nuestras latitudes. ver número 1: Alférez, F. Ordaz y Yoldi. ver número 3: Servicio de Reconstrucción Nacional, Iníciales F.F.G. 3. Son muchas las opiniones de nuestros compañeros: arquitectura vernácula, el romanticismo evocador de la ruina, un nuevo barroco nacional, la expansión de nuestro gótico mediterráneo… La solución para un estado que permanece siempre será un estilo clásico, renovado, eterno. Entre el valle y la montaña, el ejemplo es Montserrat, fortaleza de la fe. Con la mano puesta en los muros del monasterio solo puedo testimoniar que, esta vez, la obra del estado perdurara alumbrada por la nueva ilustración cristiana que está guiando a Cataluña y a España. ver número 2: Servicio Nacional de Propaganda, Sacerdote Juan Tusquets. ver número 4: José María Sert y Badía. 4. Las proféticas palabras de Juan Maragal, nunca había oído una misa como aquélla, arrodillado en el templo incendiado, días después de la Semana Trágica de Barcelona. Ahora, que nos proponemos reconstruir, de nuevo, Cataluña. Tenemos dos caminos. Restaurar los templos bajo un estilo gótico vernáculo, siempre sucedáneo. O bien, afianzar las ruinas, verdadero templo del Cristo que murió por nosotros. Y puedo afirmar que la grandilocuencia barroca en ruinas es tan nuestra como el pastiche gótico. ver número 3: Servicio de Reconstrucción Nacional, Iníciales F.F.G. . ver número 5: Jefe Nacional de Bellas Artes, Eugenio D’Ors. 5. …ante la obra siniestra de profanación y destrucción de templos y objetos religiosos consumada por la barbarie en España. Pero la obra de reconstrucción, una vez esta barbarie vencida, si se emprendía y proseguía sin la vigilante asistencia de un doble espíritu de estética dignidad y de pureza litúrgica. Si la abandonábamos, rebajada la exigencia del gusto o descuidada la perfección del rito, a aquel mundo fofo (barroco y barroquismo no es lo mismo) de las buenas intenciones, de que está fangosamente empedrado el infierno. ver número 4: José María Sert y Badía. ver número 6: Servicio de la Tercera Compañía de Propaganda, Jaime Cermeño. 6. Una oportunidad de oro, puesto que al quedar al descubierto la nervadura gótica de nuestro característico arte catalán y mediterráneo, pudimos recuperar nuevas señas de identidad para la España que empezábamos a reconstruir, que, al contrario de lo que se nos achaca, quiere hacer aflorar las características más singulares de nuestro patrimonio, que tantas veces se oculta por un exceso de barroquismo, afeminado y excesivo, impropio de nuestro sobrio y viril carácter patrio. ver número 5: Jefe Nacional de Bellas Artes, Eugenio D’Ors. ver número 7: Alférez de Recuperación Artística, Luis Monreal y Tejada. Pocos minutos más tarde irrumpían los incendiarios en el templo y comenzaba su acción destructora. El fuego tuvo un efecto curiosísimo, pues causó graves desperfectos en los adornos de yeso con que enmascararon la Catedral (al igual que otros templos valencianos) en época barroca. Estos daños dieron pie a que en la necesaria restauración posterior se optara, con buen criterio, por descubrir la primitiva y sencilla estructura gótica, más interesante que la escenografía barata con que se había ocultado hace tres siglos. 7. ver número 6: Servicio de la Tercera Compañía de Propaganda, Jaime Cermeño.