JARDÍN BOTÁNICO DE MADRID. 71 temente dispuestos para el buen orden y conservación de todos ellos. Continuaron en 1870 las tareas para restablecer el cultivo por completo en los cuadros del Jardin Botánico, que habían servido para los parquéenlos zoológicos, y en terreno inculto hasta entonces abandonado é inaccesible, se dispuso un extenso cuadrilongo para la colocación de los tiestos de la siembra, como lo exigía el sucesivo aumento de las semillas recolectadas y el de las recibidas, facilitando el riego á mano por medio de dos fontines situados dentro del mismo Cuadro de la siembra, departamento necesario, que nunca habia existido en el establecimiento con la debida separación, ni en buenas condiciones para el cuidado de las plantas. También en 1870 se revisaron y ordenaron en lo inmediatamente posible las colecciones de Mutis, pertenecientes á NuevaGranada, formando un metódico inventario de los preciosos dibujos de su Flora, después de haber prestado igual atención y cuidado á las demás colecciones especiales de Méjico, Perú y Chile, é Isla de Cuba, que se conservan en el Jardin Botánico de Madrid. Arreglóse simultáneamente el archivo del mismo, donde se hallan los documentos concernientes á su historia y los manuscritos de las obras inéditas que escribieron los exploradores botánicos del Nuevo-Mundo en fines del pasado siglo y principios del actual, honrando la escuela cuyas doctrinas difundieron y utilizaron en beneficio de la ciencia. El abandono en que habian permanecido los terrenos situados hacia el paseo de Atocha, no debía prolongarse más, y era preciso destinarlos á objetos pertinentes á los fines del Jardin Botánico de Madrid, eligiendo cultivos que fuesen adecuados á las diversas condiciones del suelo. El de la parte baja, que habia sido huerta, se consideró á propósito para semilleros, viveros y criaderos, procurando trazar su distribución de una manera conveniente al cultivo y agradable al público, que en 1871 fué sorprendido con esta mejora, obteniendo con ella mayor amplitud y desahogo los concurrentes y aficionados al Jardin Botánico. Reconocióse entonces la necesidad de facilitar la entrada por el Cerrillo de San Blas, y así se hizo inmediatamente, rehabilitando la puerta correspondiente, que apenas se habia usado durante muchos años, y sustituyendo una de hierro á los fragmentos de la de madera antes existentes. Quedaba todavía