Ficha del concierto - Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid

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FICHA DEL CONCIERTO
Concierto del 3 de mayo de 2011
(Auditorio Nacional, Sala Sinfónica)
Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid
Pilar Jurado, soprano
José Ramón Encinar, director
CANCIÓN DEL DESTINO, de Johannes Brahms. (Hamburgo, 7 de Mayo de
1833 – Viena, 3 de Abril de 1897)
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Estreno: 18 de Octubre de 1871. Orquesta Filarmónica de Karlsruhe.
Director: Hermann Levi.
No deja de ser curioso que en su extenso catálogo vocal Brahms haya recurrido
en numerosísimas ocasiones a poetas como Eichendorff y Daumer, pocas a Goethe,
apenas en un par a Schiller y en una sola a Tieck y en otra a Hölderlin. Sin embargo, ¡ qué honda impresión debió de causar en el compositor la lectura de Hiperión,
si damos crédito a su primer biógrafo , John Lawrence Erb!: ”Reinthaler y Dietrich
notaron que el compositor estaba especialmente absorto… al ser interrogado,
Brahms confesó estar impresionado por el Schicksalslied, contenido en el Hiperión
de Hölderlin, que acababa de leer…Más tarde, se apartó y, sentado a orilla del mar,
tomó notas para una versión musical de aquel texto.” El hecho referido transcurrió
durante una excursión a Wilhelmshaven en 1868, aproximadamente en el período
en que tuvo lugar el estreno en Hamburgo del Requiem Alemán. “¿Porqué
Hölderlin?”, se preguntan Amedeo Poggi y Edgar Vallora en su libro sobre la obra
del compositor hamburgués. Observemos la similitud en las biografías del poeta y
del gran mentor de Brahms, Robert Schumann: Hölderlin transcurrió los últimos
cuarenta años de su vida con la razón completamente perdida hasta su muerte,
acaecida en 1843. La salud física y mental de Schumann comenzó su declive en
1853, precisamente el año en que Brahms visitó la casa de Robert y Clara por primera vez, en compañía de su amigo el violinista Joachim; año también particularmente prolífico en la vida del compositor de Zwickau, en el que vió la luz, entre
otras obras, la colección de cinco piezas pianísticas conocidas como “Am Diotima”,
en referencia al personaje del Hiperión de Hölderlin. Apenas tres años después, tras
más de dos de reclusión en un hospital psiquiátrico, Schumann falleció completamente ausente del mundo que le rodeaba. ¿Relacionaba Brahms al poeta con su inolvidable y admirado amigo?. ¿Consideró recurrir a la obra de Hölderlin como una
especie de homenaje a su memoria?. Puede ser también que Brahms, a quien tantas
veces se ha reprochado una cierta contención de filiación clásica frente a los excesos
románticos de sus coetáneos, se sintiera él mismo identificado con un poeta,
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Hölderlin, cuya predilección y permanente evocación del mundo clásico se alternaba con episódicos arranques de vehemencia alejados de su habitual búsqueda del
equilibro formal y del distanciamiento apolíneo. Sea como fuere, lo cierto es que
en esta modélica y breve cantata, Brahms se sirve de tres fragmentos del libro de
Hölderlin confiados al coro; en los dos primeros se ensalza el mundo liberado del
destino en el que habitan los dioses; en el tercero el carácter cambia por completo y
se muda en lamento de los seres humanos por su vida afligida, la incertidumbre
que les acompaña en todo momento y el peso inexorable de su destino. Pero el final de la partitura concede a la orquesta y sólo a ella, la traducción de la placidez
con que la naturaleza revela a Hiperión la armonía en que los opuestos se integran
en un Todo único. En la decisión de Brahms, sin duda, pesa la categorización de las
artes, coronada por la música, enunciada por Schopenhauer cincuenta años antes:
“La música, que va más allá de las ideas, es completamente independiente del
mundo fenomenal; lo ignora completamente y podría de algún modo seguir existiendo, aun cuando el universo no existiera.”
CLINAMEN, de Agustín González Acilu (Alsasua, 18 de Febrero de 1929)
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Estreno Estreno absoluto. Obra encargo de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas y de la Fundación Autor.
Cantata para soprano, coro y orquesta, compuesta entre los años 2004 y 2007.
Textos de Epicuro de Samos (341 – 270 a C.) extraídos por el compositor de
“Exhortaciones”, “Cartas” y “Máximas capitales”, en traducción de Montserrat
Jofresa.
Impresiona repasar el catálogo de Agustín González Acilu por el volumen de su
obra, cercana a los cien títulos que recorren los más variados géneros y formaciones. Llama aún más la atención el interés evidente en el compositor por el uso de la
voz humana, ya sea en papeles de solista, de conjunto o corales de diversa densidad
y ello es fruto efectivamente de la atracción que para Acilu ha ejercido siempre la
voz como instrumento, pero no mayor que su interés por la fonética como objeto
de estudio sistemático.
Hay otro aspecto que ha definido siempre la actitud vital y creadora de Agustín
Gonzalez Acilu: su permeabilidad al entorno cotidiano, a sus orígenes, a sus lecturas. No está de más recordar aquí uno de los fragmentos epicúreos utilizados en
CLINAMEN: “De cuantos bienes proporciona la sabiduría para la felicidad de toda
una vida, el más importante es la amistad”. Y habría que acotar aún más esas influencias: la profunda convicción de Acilu de pertenecer a una comunidad, a un
ámbito cultural e histórico bien definido: el de su Navarra natal; en segundo lugar
su tendencia a trascender la realidad a través de sus copiosas lecturas filosóficas, que
van de Teilhard de Chardin a Karl Marx, de Epicuro a Zubiri. Por último esas relaciones de amistad, tan valoradas por Agustín – y por Epicuro – y que han tenido
mucho que ver en esa cuarta parte de la producción del compositor que mencionábamos más arriba, en esa dedicación casi exhaustiva a la voz humana. La cercanía a
dos navarros activísimos en el campo musical, el cantante y maestro de canto José
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Luis Ochoa de Olza y el maestro Luis Morondo, creador y director de la Coral de
Cámara de Pamplona – una de las obras de Acilu es un PATER NOSTER a la
memoria de Luis Morondo – hicieron posibles y/o motivaron varias de las muchas
páginas corales y solísticas, de cámara o sinfónico-corales, de nuestro compositor.
En la obra vocal de este reciente “Premio Príncipe de Viana” de las Artes, los
textos utilizados pertenecen así mismo a tres mundos diferentes, a veces con relaciones internas: el ámbito estrictamente poético – de ahí títulos como las CANCIONES PARA SOPRANO Y PIANO de 1957 sobre textos de Juan Ramón y de
Enrique Vázquez o la cantata INTERFONISMOS, sobre Hafiz (1971) – el mundo
euskoparlante, presente en títulos tan emblemáticos como la obra coral ARRANO
BELTZA, el Águila Negra del escudo de Navarra, sobre texto de José Antonio Artze “Hartzabal” y finalmente el ámbito de la filosofía, al que pertenecen obras que se
sirven de textos de Hans Magnus Enzensberger, Lucrecio o Epicuro.
Para terminar, una breve aclaración sobre el título de la obra que hoy se estrena.
CLINAMEN es la tendencia natural de los átomos a caer por su propio peso, un
concepto que en la descripción atomista de la naturaleza conducía al determinismo,
según el cual el destino de todas las cosas estaba fijado de forma inexorable por las
leyes físicas. Sin embargo Epicuro impulsó el nacimiento de un nuevo concepto,
según el cual los átomos, en su caída libre, tienen la capacidad de desviarse y combinarse así con otros átomos, dando lugar a combinaciones imprevisibles. CLINAMEN es un concepto que aparece repetidamente en la tesis doctoral de Karl
Marx, de título bien elocuente: “Diferencia de la filosofía de la naturaleza en Demócrito y en Epicuro”.
SINFONÍA Nº 3, “HEROICA” en Mi bemol Mayor, op.55 de Ludwig van
Beethoven (Bonn, 17 de Diciembre de 1770 – Viena, 26 de Marzo de 1827)
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Estreno: Viena, Theater an der Wien, 7 de Abril de 1805 bajo la dirección del
autor.
El 12 de Febrero de 1803 Caspar Carl, hermano de Ludwig van Beethoven, escribía a la casa editorial Breitkopf & Härtel: “Sabrá que mi hermano se ha comprometido con el Teatro Wiedener (an der Wien) y que está componiendo una
ópera: se ocupa de la orquesta del teatro, puede dirigir si es necesario, aunque se
cuenta con un director todos los días de la semana. Ha asumido la dirección general especialmente por poder contar así con un coro para su música.”
El año 1803 es un año fundamental en la vida del compositor, en su obra y en la
evolución de la sinfonía como forma principal de la música orquestal en occidente.
Vayamos por partes. El 29 de Junio de 1801 Beethoven había dirigido una carta
a su más cercano amigo de los años de Bonn, el Doctor Franz Gerhard Wegeler, en
términos verdaderamente trágicos: “Llevo una vida miserable. Desde hace casi dos
años he abandonado toda relación social porque me resulta imposible decirle a la
gente: estoy sordo. Si tuviese otra profesión sería más fácil, pero en la mía es una
terrible carencia. Y mis enemigos, que son bastantes, ¿qué dirán?”. Y cuatro meses
más tarde, también en carta a Wegeler: “Mi pobre oído me hace deambular como
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un fantasma; evito todo encuentro social. Estoy obligado a parecer un misántropo,
cuando estoy bien lejos de serlo.”
El proceso de asimilación de la enfermedad hace crisis durante el verano de
1802. Fechado el 6 de Octubre, se descubre tras la muerte del compositor, escondido en un resquicio de su escritorio, el documento conocido como “Testamento de
Heiligenstadt”, una carta dirigida a sus hermanos y que nunca envió: “…sólo la virtud me sostuvo en el dolor; a ésta y a mi arte solamente debo el hecho de no haber
acabado mi vida con el suicidio…” La carta que Caspar Carl dirige a primeros del
año siguiente a Breitkopf&Härtel indica sin lugar a dudas la aceptación de Beethoven de su condición de enfermo crónico y la decisión de que tan grave pérdida
no será un lastre en su vida profesional, al menos de cara a la sociedad.
La actividad compositiva de Beethoven se reactiva de forma vertiginosa a raíz de
su compromiso como responsable musical del Theater an der Wien: CRISTO EN
EL MONTE DE LOS OLIVOS es su primera aportación al teatro, seguirá poco
después una ópera, la única compuesta por Beethoven, FIDELIO y entre una y otra
obra, la TERCERA SINFONIA en Mi bemol Mayor.
Si, ciertamente, la SEGUNDA SINFONIA, concluida durante los meses de
Heiligenstadt, nunca hubiera podido ser escrita por Haydn, como afirman Joseph
Kerman y Alan Tyson, autores de la extraordinaria biografía del compositor en el
New Grove Dictionary, tratándose de un “final de recorrido”, el de la sinfonía clásica en los albores del romanticismo, la Tercera es un salto radical hacia el futuro.
Todo en ella pertenece ya a un mundo que está por comenzar: desde su duración,
casi el doble de las últimas de Mozart y de Haydn, hasta las arriesgadas superposiciones armónicas, como la de la llamada de la trompa antes de la reexposición del
primer movimiento, en el tono principal de la obra, superpuesta al acorde de dominante apenas sugerido, y muy principalmente un recorrido armónico amplísimo,
con relaciones tonales insospechadas que no abandonarán ya nunca el universo
beethoveniano hasta el Cuarteto op.131 y su prolongación, la Gran Fuga op.133.
Lo demás, la supuesta primera intención de dedicar la obra a Napoleón, nacido
el mismo año que Beethoven, la pretendida renuncia ante la autocoronación del
emperador, no dejan de ser anécdotas que poco aportan a la comprensión de la
grandeza de una obra tan colosal, que quizá sea sólo comparable a la de Goethe.
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Discografía recomendada:
CANCION DEL DESTINO Op.54/ SCHICKSALSLIED Op.54. de Johannes
Brahms.
SCHICKSALSLIED Op.54, NÄNIE op.82 y SINFONIA Nº 2 Op.73, de Brahms.
Orquesta Sinfónica y Coro de la Radio de Stuttgart. Director: Carl Schuricht.
Sello: HÄNSSLER CLASSICS
SINFONIA Nº 1Op.68, BERGRÄBNISGESANG Op.13, SCHICKSALSLIED
Op.54, de Brahms. MITTER WIR IN LEBEN SIND Op.23, de Mendelssohn.
Orquesta Revolucionaria y Romántica. Coro Monteverdi. Director: John Eliot
Gardiner.
Sello: SDG
SINFONIA Nº 4 Op.98, OBERTURA TRAGICA Op.81, SCHICKSALSLIED
Op.54, de Brahms.
Orquesta Sinfónica Columbia y Coro.
Director: Bruno Walter
Sello: SONY
BRAHMS, STRAUSS, REGER, RIHM: MUSICA INSPIRADA EN EL POETA
FRIEDRICH HÖLDERLIN.
Orquesta Filarmónica de Berlín.
Director: Claudio Abbado.
Sello: SONY
SCHICKSALSLIED Op.54, GESANG DER PARZEN, Op.89,
BERGRÄBNISGESANG Op.13, NÄNIE Op.82, VIER GESANGE Op.17, de
Brahms.
Stuttgart Bach Collegium. Director: Helmuth Rilling.
Sello: HÄNSSLER CLASSICS
SINFONIA Nº 3 “HEROICA” Op.55, CORIOLANO Op.62, de Beethoven.
Le Concert des Nations.
Director: Jordi Savall.
Sello: FONTALIS
SINFONIA Nº 3 “HEROICA”, OBERTURA DE EGMONT, de Beethoven.
Orquesta Filarmónica de Berlín.
Director: Herbert von Karajan.
Sello: DGG
SINFONIA Nº 3 “HEROICA”, GRAN FUGA, de Beethoven.
Philarmonia Orchestra.
Director: Otto Klemperer.
Sello: EMI
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LAS NUEVE SINFONIAS de Beethoven.
Orquesta de Cámara de Europa.
Director: Nikolaus Harnoncourt.
Sello: TELDEC
Bibliografía:
Amedeo Poggi y Edgar Vallora: BRAHMS. REPERTORIO COMPLETO.
Editorial: Cátedra/Clásica
Arturo Reverter: BRAHMS.
Edicions 62, S.A. (1995)
Friedrich Hölderlin: HIPERIÓN O EL EREMITA EN GRECIA.
Editorial Gredos (2003)
Marta Cureses: EL COMPOSITOR AGUSTIN GONZALEZ ACILU: LA ESTETICA DE LA TENSION.
Editorial Complutense, S.A. (1995)
R.W.L.Simpson: BEETHOVEN: LAS SINFONIAS.
Idea Books, S.A.
Brigitte y Jean Massin: BEETHOVEN.
Ediciones Turner, S.A. (1987)
Giovanni Carli Ballola: BEETHOVEN, LA VIDA Y LA MUSICA.
Espasa Calpe, S.A. (1995)
Ludwig van Beethoven: CUADERNOS DE CONVERSACIONES.
Ellago Ediciones, S.L.
Eric Rohmer: DE MOZART EN BEETHOVEN: ENSAYO SOBRE LA NOCION DE PROFUNDIDAD EN LA MUSICA.
Ardora Ediciones, S.L.
J. R. E.
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