de Aparecida a Evangelii Gaudium

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de Aparecida a
Evangelii Gaudium
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2
PRESENTACIÓN:
“¡ES HERMOSO SER MISIONEROS!”
Nuestro querido Papa Francisco siguiendo las huellas de
sus predecesores y continuando con su testimonio y magisterio
en la Iglesia de Buenos Aires; hoy, desde la cátedra de Pedro,
nos habla permanentemente de la misión.
“Jesús no es un misionero aislado, no quiere
realizar solo su misión, sino que involucra a sus
discípulos. Jesús no quiere obrar solo, vino a traer
al mundo el amor de Dios y quiere difundirlo con el
estilo de la comunión, con el estilo de la
fraternidad. Por eso forma una comunidad de
discípulos, que es una comunidad misionera. Y los
entrena para la misión, para ir.
Piensen esto, pregúntense: ¿Jesús me llama a
ir, a salir de mí para hacer el bien? Ustedes, ¿son
valientes para esto, tienen la valentía de escuchar
la voz de Jesús? ¡Es hermoso ser misioneros!
Todos deben ser misioneros, todos pueden
sentir la llamada de Jesús e ir hacia delante a
anunciar el Reino.
El Evangelio cuenta que los discípulos regresaron de
su misión llenos de alegría, porque habían
experimentado el poder del Nombre de Cristo
contra el mal. Jesús lo confirma: a estos discípulos
Él les da la fuerza para derrotar al maligno. Pero
agrega: “No se alegren de que los espíritus se les
sometan; alégrense porque sus nombres están
escritos en el cielo” (Lc 10, 20).
No debemos vanagloriarnos como si fuésemos
nosotros los protagonistas: protagonista es uno solo,
¡es el Señor! protagonista es la gracia del Señor. Él
es el único protagonista. Y nuestra alegría es sólo
3
esta: ser sus discípulos, ser sus amigos. Que la
Virgen nos ayude a ser buenos obreros del
Evangelio.” (Ángelus 7/7/2013)
Si recorremos sus mensajes y actitudes en distintas
ocasiones cuando estaba en la Arquidiócesis volveremos a
escuchar que la pauta de una Iglesia misionera es el índice de
“calle” que tiene la Iglesia: si la Iglesia es una iglesia callejera,
recorriendo geriátricos, hospitales, lugares de misión, en las
vacaciones, en el verano, el invierno…afinar la puntería hacia
dónde va la misión, hacia dónde va el anuncio, salir de los
grupos, de las seguridades para encontrarnos con tantos
hermanos nuestros alejados y desconocidos, que buscan la luz,
el consuelo, la verdad, el sentido…que buscan la salvación. Este
salir es la misión.
“La misionariedad no es sólo una cuestión
de territorios geográficos, sino de pueblos, de
culturas
e
individuos
independientes,
precisamente porque los “confines” de la fe no
sólo atraviesan lugares y tradiciones humanas,
sino el corazón de cada hombre y cada mujer…
… En esta situación tan compleja, donde el
horizonte del presente y del futuro parece estar
cubierto por nubes amenazantes, se hace aún más
urgente el llevar con valentía a todas las
realidades, el Evangelio de Cristo, que es anuncio
de esperanza, reconciliación, comunión; anuncio
de la cercanía de Dios, de su misericordia, de su
salvación; anuncio de que el poder del amor de
Dios es capaz de vencer las tinieblas del mal y
conducir hacia el camino del bien.
El hombre de nuestro tiempo necesita una luz
fuerte que ilumine su camino y que sólo el
encuentro con Cristo puede darle.
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Traigamos a este mundo, a través de nuestro
testimonio, con amor, la esperanza que se nos da
por la fe.
La naturaleza misionera de la Iglesia no es
proselitista, sino testimonio de vida que ilumina
el camino, que trae esperanza y amor.
La Iglesia – lo repito una vez más – no es una
organización asistencial, una empresa, una ONG,
sino que es una comunidad de personas, animadas
por la acción del Espíritu Santo, que han vivido y
viven la maravilla del encuentro con Jesucristo y
desean compartir esta experiencia de profunda
alegría, compartir el mensaje de salvación que el
Señor nos ha dado.
Es el Espíritu Santo quien guía a la Iglesia en
este camino.”
Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las
Misiones 2013
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INTRODUCCIÓN
EL CORAZÓN DE APARECIDA ES LA MISIÓN
El corazón de Aparecida es la misión, como vocación
absoluta de la Iglesia y de cada bautizado.
En nuestra Arquidiócesis estamos viviendo en Estado de
Misión y todos los que participamos en las comunidades de la
Iglesia de Buenos Aires queremos renovar este compromiso
misionero.
La realidad se presenta a menudo complicada y tal vez
desconcertante, como cristianos queremos vivirla como
hombres y mujeres apasionados por el Reino, impregnando
todas las estructuras de la sociedad de un Amor que hemos
conocido y que es lo mejor que nos pasó en la vida.
Queremos abrir nuestros ojos ante esta ciudad donde
Dios vive y donde Dios necesita ser anunciado, y salir llevado el
anuncio del Evangelio siendo testigos, luz, calor, abrazo y
abrigo allí donde el Espíritu nos envíe.
“La fuerza de este anuncio de vida será
fecunda si lo hacemos con el estilo adecuado, con
las actitudes del Maestro, teniendo siempre a la
Eucaristía como fuente y cumbre de toda actividad
misionera.
Invocamos al Espíritu Santo para poder dar un
testimonio de proximidad que entraña cercanía
afectuosa, escucha, humildad, solidaridad,
compasión, diálogo, reconciliación, compromiso
con la justicia social y capacidad de compartir,
como Jesús lo hizo.
Él sigue convocando, sigue invitando, sigue
ofreciendo incesantemente una vida digna y
plena para todos.
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Nosotros somos ahora, en América Latina y El
Caribe, sus discípulos y discípulas, llamados a
navegar mar adentro para una pesca abundante.
Se trata de salir de nuestra conciencia aislada
y de lanzarnos, con valentía y confianza
(parresía), a la misión de toda la Iglesia.”
Documento de Aparecida 363
Estas breves reflexiones tienen una estructura simple:
•
•
•
•
Introducen los encuentros las citas del
Documento de Aparecida para leer en común,
son una invitación a tomamos un tiempo para
reflexionar y pensar según la espiritualidad de
nuestro grupo un compromiso misionero para ser
vivido en nuestra realidad familiar, laboral,
eclesial, social, en nuestro ámbito.
A continuación les proponemos meditar con
textos del Evangelio que nos iluminan y desde
los cuales queremos redescubrir juntos el estilo
misionero de Jesús.
Siguen algunas preguntas que quieren ayudarnos
a mirarnos interiormente, a contemplar nuestra
experiencia de vida, para ser capaces de
compartirla después con nuestros hermanos.
Cierra el encuentro una oración sencilla.
Que María, la primera misionera de Jesús, portadora de su
Buena Noticia de amor y salvación para todos, acompañe y guíe
nuestras reuniones como Madre buena, discípula atenta y
amorosa maestra de vida:
“Detenemos la mirada en María y reconocemos
en ella una imagen perfecta de la discípula
misionera.
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Ella nos exhorta a hacer lo que Jesús nos diga 1
para que Él pueda derramar su vida en América
Latina y El Caribe.
Junto con ella, queremos estar atentos una vez
más a la escucha del Maestro, y, en torno a ella,
volvemos a recibir con estremecimiento el mandato
misionero de su Hijo: “Vayan y hagan discípulos a
todos los pueblos” 2.
Lo escuchamos como comunidad de discípulos
misioneros, que hemos experimentado el encuentro
vivo con Él y queremos compartir todos los días con
los demás esa alegría incomparable.”
Documento de Aparecida 364
1
2
(cf. Jn 2, 5)
(Mt 28,19)
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FICHA 1
MISIÓN ES: CERCANÍA Y ENCUENTRO
I - Aparecida nos dice: “Dios vive en nuestra ciudad”
“La fe nos enseña que Dios vive en la ciudad, en medio de sus
alegrías, anhelos y esperanzas, como también en sus dolores y
sufrimientos. Las sombras que marcan lo cotidiano de las
ciudades,
como
por
ejemplo,
violencia,
pobreza,
individualismo y exclusión, no pueden impedirnos que
busquemos y contemplemos al Dios de la vida también en los
ambientes urbanos. Las ciudades son lugares de libertad y
oportunidad. En ellas las personas tienen la posibilidad de
conocer a más personas, interactuar y convivir con ellas. En las
ciudades es posible experimentar vínculos de fraternidad,
solidaridad y universalidad. En ellas el ser humano es llamado
constantemente a caminar siempre más al encuentro del otro,
convivir con el diferente, aceptarlo y ser aceptado por él.
El proyecto de Dios es “la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén”,
que baja del cielo, junto a Dios, “engalanada como una novia
que se adorna para su esposo”, que es “la tienda de campaña
que Dios ha instalado entre los hombres. Acampará con ellos;
ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos. Enjugará
las lágrimas de sus ojos y no habrá ya muerte ni luto, ni llanto,
ni dolor, porque todo lo antiguo ha desaparecido” 3. Este
proyecto en su plenitud es futuro, pero ya está realizándose en
Jesucristo, “el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin” 4, que nos
dice “Yo hago nuevas todas las cosas” 5.
La Iglesia está al servicio de la realización de esta Ciudad
Santa, a través de la proclamación y vivencia de la Palabra, de
la celebración de la Liturgia, de la comunión fraterna y del
3
(Apocalipsis 21, 2-4)
(Apocalipsis 21, 6)
5
(Apocalipsis 21, 5)
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servicio, especialmente, a los más pobres y a los que más
sufren, y así va transformando en Cristo, como fermento del
Reino, la ciudad actual.”
Documento de Aparecida 514-516
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“En Aparecida se dan de manera relevante dos
categorías pastorales que surgen de la misma
originalidad del Evangelio y también pueden servirnos
de pauta para evaluar el modo como vivimos
eclesialmente el discipulado misionero: la cercanía y
el encuentro. Ninguna de las dos es nueva, sino que
conforman la manera cómo se reveló Dios en la
historia.
Es el “Dios cercano” a su pueblo, cercanía que
llega al máximo al encarnarse. Es el Dios que sale al
encuentro de su pueblo. Existen en América Latina y El
Caribe pastorales “lejanas”, pastorales disciplinarias
que privilegian los principios, las conductas, los
procedimientos organizativos… por supuesto sin
cercanía, sin ternura, sin caricia. Se ignora la
“revolución de la ternura” que provocó la encarnación
del Verbo. Hay pastorales planteadas con tal dosis de
distancia que son incapaces de lograr el encuentro:
encuentro con Jesucristo, encuentro con los
hermanos. Este tipo de pastorales a lo más pueden
prometer una dimensión de proselitismo pero nunca
llegan a lograr ni inserción eclesial ni pertenencia
eclesial.
La cercanía crea comunión y pertenencia, da
lugar al encuentro. La cercanía toma forma de
diálogo y crea una cultura del encuentro.”
Papa Francisco,
Encuentro con el Comité de Coordinación del CELAM,
Río de Janeiro 28/07/2013
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II - La Palabra de Dios nos ilumina: “Vengan y verán”
“Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con
dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba,
dijo: «Este es el Cordero de Dios». Los dos discípulos,
al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. El se dio vuelta y,
viendo que lo seguían, les preguntó: «¿Qué quieren?».
Ellos le respondieron: «Rabbí –que traducido significa
Maestro– ¿dónde vives?». «Vengan y lo verán», les dijo.
Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese
día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan
y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón
Pedro. Al primero que encontró fue a su propio
hermano Simón, y le dijo «Hemos encontrado al
Mesías», que traducido significa Cristo.
Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo
miró y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te
llamarás Cefas», que traducido significa Pedro.
Al día siguiente, Jesús resolvió partir hacia
Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: «Sígueme».”
Juan 1, 35- 43
Apuntes para ayudar en la reflexión:
En este evangelio de San Juan podemos contemplar la
figura del Bautista que no busca protagonismo, y que señalando
a Jesús les dice a sus discípulos: “Miren, ese es el Cordero de
Dios”. Centra toda su atención y la de los dos discípulos en Él,
sin preocuparle la posibilidad de quedar solo.
Jesús se da cuenta que lo siguen, se da vuelta y les
pregunta: “¿Qué están buscando?”
Para decidirnos por un seguimiento a Jesús es necesario
ponernos en camino como buscadores de Aquel que desde
siempre nos está esperando.
La respuesta es sencilla: “¿Maestro, dónde vives?”. Es
otra manera de decir: “Queremos estar con vos, invitanos”; y
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en realidad eso fue lo que hizo Jesús cuando les dijo: “Vengan y
vean”. Juan nos dice que pasaron con Él el resto del día, ya
eran cerca de las cuatro de la tarde.
Pero las cosas no terminan allí. Cuando las experiencias
son profundas uno no se puede quedar con ellas sin
compartirlas. Eso fue lo que les sucedió a los discípulos.
Andrés comparte su experiencia con el primero que
encuentra y que es su mismo hermano Simón. Lo hace con una
frase muy significativa: “Hemos encontrado al Mesías”. Y no se
limitó a contarle que habían encontrado al Mesías sino que lo
llevó hasta donde estaba Jesús. Una mediación perfecta.
Esto debe suceder siempre que nos encontramos con
Jesús. No podemos guardarnos el hallazgo para nosotros solos.
Hay algo que nos impulsa a compartirlo con los demás no como
noticia de última hora sino como una invitación para que
también otros lo encuentren.
“Todo el mundo debería poder experimentar la alegría de ser
amados por Dios, el gozo de la salvación. Y es un don que no se
puede conservar para uno mismo, sino que debe ser
compartido. Si queremos guardarlo sólo para nosotros mismos,
nos convertiremos en cristianos aislados, estériles y
enfermos.”
Papa Francisco
Mensaje para Jornada Mundial de las Misiones 2013
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
Miramos, escuchamos, contemplamos a Jesús y
redescubrimos en sus palabras, gestos, actitudes, sus
rasgos y estilo misionero. Enumero en una o dos
palabras que descubro hoy en este encuentro con Él en
su Evangelio:
14
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
Le pregunto: ¿Qué esperas de mí hoy, en mi situación
actual?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
Hago memoria del momento de mi vida en el que me
sentí encontrado, alcanzado por Jesús. ¿Qué pasó en mi
corazón?, ¿Qué experimenté?, ¿Qué cambio se dio en mi
vida?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿En mi vida es tan fuerte la presencia de Jesús y mi
empeño por seguirlo que he ayudado a otros a
encontrarlo? ¿A quiénes he ayudado? ¿Quiénes me
ayudaron a mí?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo:
•
¿Qué camino grupal hemos hecho o estamos haciendo en
la búsqueda sincera de Jesús vivo y presente en nuestra
15
ciudad, nuestra realidad? ¿Cómo estamos siguiendo sus
huellas?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿A qué compromiso comunitario misionero nos desafía
este Evangelio a la luz de Aparecida y del magisterio del
Papa Francisco?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Oración final:
“Padre de bondad,
Tú que eres rico en amor y misericordia,
que nos enviaste a tu Hijo Jesús para nuestra salvación,
escucha nuestra oración, escucha a tu Iglesia.
Que todos los bautizados
sepamos responder al llamado de Jesús:
"Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos".
Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros,
que en tu nombre anuncian la Buena Nueva del Reino.
María, Madre de la Iglesia y Estrella de la Evangelización,
acompañanos y concedenos el don de la perseverancia
en nuestro compromiso misionero.
Queremos ser como vos,
16
queremos seguir a tu Hijo
y descubrirlo cada día vivo y presente en nuestra ciudad.
Queremos ser misioneros de la ternura, al servicio de la vida,
cuidándonos y animándonos unos a otros
para ir transformando en Cristo,
como fermento del Reino, nuestra ciudad actual.”
17
FICHA 2
MISIÓN ES: CAMINAR CON DIOS Y CON LOS HERMANOS
I - Aparecida nos dice:
“En su Palabra y en todos los sacramentos, Jesús nos ofrece
un alimento para el camino. La Eucaristía es el centro vital
del universo, capaz de saciar el hambre de vida y felicidad:
“El que me coma vivirá por mí” 6. En ese banquete, feliz
participamos de la vida eterna y, así, nuestra existencia
cotidiana se convierte en una Misa prolongada. Pero, todos
los dones de Dios requieren una disposición adecuada para
que puedan producir frutos de cambio.
Especialmente, nos exigen un espíritu comunitario, abrir
los ojos para reconocerlo y servirlo en los más pobres: “En
el más humilde encontramos a Jesús mismo”. Por eso san
Juan Crisóstomo exhortaba: “¿Quieren en verdad honrar el
cuerpo de Cristo? No consientan que esté desnudo. No lo
honren en el templo con manteles de seda mientras afuera
lo dejan pasar frío y desnudez” 7.
“Con la parábola de la Vid y los Sarmientos 8, Jesús revela
el tipo de vinculación que Él ofrece y que espera de los
suyos. No quiere una vinculación como “siervos”, porque
“el siervo no conoce lo que hace su señor”.
El siervo no tiene entrada a la casa de su amo, menos a su
vida. Jesús quiere que su discípulo se vincule a Él como
“amigo” y como “hermano”. El “amigo” ingresa a su Vida,
haciéndola propia. El amigo escucha a Jesús, conoce al
Padre y hace fluir su Vida en la propia existencia,
6
7
(Jn 6, 57)
SAN JUAN CRISÓSTOMO, Homilías sobre san Mateo, L, 3-4: PG 58,
508-509.
8
(cf. Jn 15, 1-8)
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marcando la relación con todos. El “hermano” de Jesús
participa de la vida del Resucitado, Hijo del Padre
celestial, por lo que Jesús y su discípulo comparten la
misma vida que viene del Padre, aunque Jesús por
naturaleza y el discípulo por participación.
La consecuencia inmediata de este tipo de vinculación es la
condición de hermanos que adquieren los miembros de su
comunidad.”
Documento de Aparecida 354.132
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“La vida cristiana, es siempre un seguir al Señor.
Pero para seguirle primero hay que «oír qué nos
dice»; y después hay que dejar lo que en ese momento
debemos dejar y seguirle.
Finalmente está la misión que Jesús nos confía. Él
jamás dice: “¡Sígueme!”, sin después decir la misión.
Dice siempre: “Deja y sígueme para esto”». Así que, si
vamos por el camino de Jesús es para hacer algo. Ésta
es la misión.
Es una secuencia que se repite también cuando
vamos a orar. De hecho nuestra oración debe tener
siempre estos tres momentos.
Ante todo la escucha de la palabra de Jesús, una
palabra a través de la cual Él nos da la paz y nos
asegura su cercanía.
Después el momento de nuestra renuncia:
debemos estar dispuestos a dejar algo: “Señor, ¿qué
quieres que deje para estar más cerca tuyo?”.
Tal vez en aquel momento no lo dice. Pero
nosotros hagamos la pregunta generosamente.
Finalmente, llega el momento de la misión: la
oración nos ayuda siempre a entender lo que debemos
hacer.
He aquí entonces la síntesis de nuestro orar:
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Oír al Señor, tener el valor de despojarnos de algo
que nos impide ir deprisa para seguirle, y finalmente
aceptar la misión.”
Papa Francisco
Homilía en Santa Marta, 5 de septiembre de 2013
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Jesús se acercó y siguió caminando con ellos”
“Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un
pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez
kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban
sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y
discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió
caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos
lo reconocieran. El les dijo: «¿Qué comentaban por
el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante
triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió:
«¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora
lo que pasó en estos días!».
«¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo
referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta
poderoso en obras y en palabras delante de Dios y
de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos
sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser
condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros
esperábamos que fuera él quien librara a Israel.
Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron
estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que
están con nosotros nos han desconcertado: ellas
fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el
cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les
habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él
está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro
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y encontraron todo como las mujeres habían dicho.
Pero a él no lo vieron».
Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento,
cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los
profetas! ¿No será necesario que el Mesías soportara
esos sufrimientos para entrar en su gloria?» Y
comenzando por Moisés y continuando en todas las
Escrituras lo que se refería a él.
Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús
hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le
insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es
tarde y el día se acaba». El entró y se quedó con
ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció
la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces
los ojos de los discípulos se abrieron y lo
reconocieron, pero él había desaparecido de su
vista. Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón,
mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba
las Escrituras?». En ese mismo momento, se pusieron
en camino y regresaron a Jerusalén.”
Lucas 24, 13 -33
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Jesús se acerca y camina junto con los discípulos, pero
éstos no lo reconocen.
Seguramente y muchas veces a nosotros y a tantos
hombres y mujeres de nuestra ciudad, nos pasa lo mismo;
situaciones duras, contradictorias, sueños frustrados no nos
dejan descubrir la presencia de Jesús que está ahí, caminando
a nuestro lado, dispuesto a darle sentido y esperanza a nuestras
penas y decepciones.
Jesús pregunta, interpela, los deja hablar, escucha. Se
sitúa al mismo nivel en el que están ellos y con la luz de la
palabra, esa que es capaz de encender la esperanza en la
21
oscuridad del corazón de los discípulos, los va conduciendo y
los atrae hacia su experiencia de resurrección.
Jesús no sólo comparte, el camino, la casa de ellos sino
también su mesa. Y es en el gesto del don de sí, de su
generosidad, del amor extremo donde los peregrinos lo
reconocen.
Con una nueva fuerza, transformados, salen a recorrer el
camino inverso, regresan a la comunidad de la que se habían
alejado, y a la que le habían perdido el gusto.
Cada día podemos vivir esta relación tan estrecha entre el
pan de la palabra y el pan eucarístico, alimento para la fe, para
el amor.
Cada día podemos encontrar en alguien que se hace
cercano, que se nos da, que se hace compañero de camino y de
vida, al Jesús que nos abre los ojos y nos hace arder el corazón.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
Miramos, escuchamos, contemplamos a Jesús y
redescubrimos en sus palabras, gestos, actitudes, sus
rasgos y estilo misionero. ¿Que descubro hoy en este
encuentro con Él en su Evangelio?:
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
Le pregunto: ¿Qué esperas de mí hoy, en mi situación
actual?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
22
• ¿Qué decepciones, qué sueños frustrados guardo en mi
corazón?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿He vivido situaciones, experiencias que me han hecho
alejarme de la comunidad como los peregrinos de
Emaús? ¿Quiénes como Jesús, han aparecido en el
camino y se han hecho don generoso? ¿Los recuerdo con
gratitud?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
2. Compartimos en grupo:
•
¿Qué actitudes de cercanía, de “caminar con”, de
escucha según la pedagogía de Jesús pondremos en
nuestro camino misionero con hermanos que se han
alejado?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué gestos tendremos que implementar para acercar la
Palabra y la Eucaristía a nuestros hermanos para que su
corazón arda? ¿Qué gestos y actitudes manifiestan
nuestra apertura y acogida cuando hay hermanos que
regresan o se acercan a la comunidad?
23
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Oración final:
“Jesús, Tú vienes a transfigurarnos para renovarnos a imagen
de Dios:
ilumina nuestras tinieblas.
Jesús, luz del corazón, tú conoces nuestra sed:
condúcenos hacia la fuente de tu Evangelio.
Jesús, luz del mundo, tú iluminas a cada ser humano:
haz que discernamos tu presencia en los demás.
Jesús, amigo de los pobres:
abre en nosotros las puertas de la sencillez para acogerte.
Jesús, manso y humilde de corazón:
renueva en nosotros el espíritu de infancia.
Jesús, Tú haces posible que la Iglesia prepare tu camino en el
mundo:
abre para todos las puertas de tu Reino.
Jesús, que vienes a nuestro encuentro y animas nuestro
camino:
ayúdanos a ser misioneros de la escucha, siempre atentos a tu
voz y al clamor de los demás.”
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FICHA 3
MISIÓN ES: ILUMINAR CON ALEGRÍA Y GRATITUD
I - Aparecida nos dice:
“La vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y
desarrolla en plenitud la existencia humana en su
dimensión personal, familiar, social y cultural.
Para ello, hace falta entrar en un proceso de cambio que
transfigure los variados aspectos de la propia vida.
Sólo así, se hará posible percibir que Jesucristo es
nuestro salvador en todos los sentidos de la palabra.
Sólo así, manifestaremos que la vida en Cristo sana,
fortalece y humaniza. Porque Él es el Viviente, que
camina a nuestro lado, descubriéndonos el sentido de los
acontecimientos, del dolor y de la muerte, de la alegría y
de la fiesta.
La vida en Cristo incluye la alegría de comer juntos, el
entusiasmo por progresar, el gusto de trabajar y de
aprender, el gozo de servir a quien nos necesite, el
contacto con la naturaleza, el entusiasmo de los
proyectos comunitarios, el placer de una sexualidad
vivida según el Evangelio, y todas las cosas que el Padre
nos regala como signos de su amor sincero.
Podemos encontrar al Señor en medio de las alegrías de
nuestra limitada existencia y, así, brota una gratitud
sincera.”
Documento de Aparecida 354.132
•
El Pablo VI y Francisco nos ayudan a profundizar:
“Conservemos el fervor espiritual. Conservemos
la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso
25
cuando hay que sembrar entre lágrimas. Hagámoslo —
como Juan el Bautista, como Pedro y Pablo, como los
otros Apóstoles, como esa multitud de admirables
evangelizadores que se han sucedido a lo largo de la
historia de la Iglesia— con un ímpetu interior que
nadie ni nada sea capaz de extinguir. Sea ésta la
mayor alegría de nuestras vidas entregadas. Y ojalá
que el mundo actual —que busca a veces con angustia,
a veces con esperanza— pueda así recibir la Buena
Nueva, no a través de evangelizadores tristes y
desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de
ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de
quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la
alegría de Cristo y aceptan consagrar su vida a la
tarea de anunciar el reino de Dios y de implantar la
Iglesia en el mundo.”
Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, 80
“Quisiera decirles una palabra, y esa palabra es:
alegría.
Algunos dirán: la alegría nace de las cosas que se
tienen, y entonces he aquí la búsqueda del último
modelo de “smartphone”, del coche que llama la
atención… Otros, incluso, del vestido más a la moda,
de la diversión...
Sabemos que todo esto puede satisfacer algún
deseo, crear alguna emoción, pero al final es una
alegría que permanece en la superficie, no es una
alegría íntima: es la euforia de un momento que no
hace verdaderamente feliz. La alegría no es la euforia
de un momento: ¡es otra cosa!
La verdadera alegría no viene de las cosas, del
tener, ¡no! Nace del encuentro, de la relación con los
demás, nace de sentirse aceptado, comprendido,
amado, y de aceptar, comprender y amar; y esto no
por el interés de un momento, sino porque el otro, la
26
otra, es una persona. La alegría nace de la gratuidad
de un encuentro.
Es escuchar: «Tú eres importante para mí», no
necesariamente con palabras.
Esto es hermoso… Y es precisamente esto lo que
Dios nos hace comprender. Dios nos dice: «Tú eres
importante para mí, te quiero, cuento contigo».
Jesús, a cada uno de nosotros, nos dice esto.
De ahí nace la alegría. La alegría del momento
en que Jesús me ha mirado. Comprender y sentir esto
es el secreto de nuestra alegría.
Sentirse amado por Dios, sentir que para él no
somos números, sino personas y sentir que es él quien
nos llama y nos envía.
Santo Tomás decía: “bonum est diffusivum sui”,
el bien se difunde. Y también la alegría se difunde.”
Papa Francisco, 06/07/2013
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Sal de la tierra y luz del mundo”
“Te he destinado a ser alianza del pueblo y luz
de las gentes.”
Isaías 42,6
“Te voy a poner por luz de las gentes, para que
mi salvación alcance hasta los confines de la
tierra.”
Isaías 49,6
“Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal
pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar?
Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y
pisada por los hombres.
27
Ustedes son la luz del mundo. No se puede
ocultar una ciudad situada en la cima de una
montaña. Y no se enciende una lámpara para
meterla debajo de un cajón, sino que se la pone
sobre el candelero para que ilumine a todos los
que están en la casa.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la
luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean
sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está
en el cielo.”
Mateo 5, 13 - 16
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Lo que sucede en el interior de la vida del discípulo que
ha acogido el reino proclamado por Jesús, debe verse luego en
signos externos. La fuerza de esta palabra recae en lo que el
discípulo está llamado a ser: sal y luz, como expresión de su
identificación con Jesús.
El plural “ustedes son” nos recuerda que no se trata de
algo individual sino de la vida de las comunidades, las cuales a
pesar de su pequeñez, despliegan el anuncio en el ambiente en
el que están situadas.
Si colocamos sal en una sopa, ésta tiene una doble
virtud, estar en todo y ser discreta; de hecho nadie habla de
ella, a menos que haga falta o esté en exceso. El evangelio dice
específicamente “de la tierra”. Jesús nos remite con esta
expresión al mundo de la agricultura en antiguo oriente; era
costumbre agregarle sal al abono para darle más vigor, para
que éste, fuese más fecundo.
Nuestras comunidades cristianas están llamadas a ser
instrumentos de la vida del Padre, que es padre de todos.
Somos invitados desde este texto a redescubrir nuestra misión,
ser fermento en el mundo con la vida de Jesús.
La luz fue hecha para iluminar, por eso no admite ser
escondida. En la antigüedad, cuando todavía no había
28
señalizaciones, la gente se orientaba por referencias: tal árbol,
tal montaña o tal ciudad que se avistaba desde lejos.
El discípulo de Jesús y su comunidad son un punto de
referencia, de inspiración, de orientación para todos los que lo
ven.
La luz puesta en el lugar correcto permite apreciar los
espacios, evitar tropiezos, pero sobre todo reconocer el rostro
del otro. La luz pone en evidencia lo oculto, lo injusto, lo
incorrecto. Así es la fuerza de vida de una comunidad de
discípulos en su entorno.
La comunidad no se proyecta en el mundo por vanidad,
sino porque ésa es su misión; la finalidad última es la gloria del
Padre.
En el actuar de los discípulos, lo que se verá no es el
protagonismo personal, individual o comunitario, sino el de
Dios.
Todos descubrirán a Dios amando como Padre bueno. Su
rostro se revelará en el rostro de sus hijos.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
¿Qué experimenta mi corazón al escuchar estas palabras?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué realidades necesitan que sea sal y luz?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
2. Compartimos en grupo:
29
•
¿Qué buenas obras harán que el Padre sea glorificado y
alabado en nuestros ámbitos cotidianos?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué pasos de humildad debemos dar para ser menos
individualistas y más comunitarios?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Oración final:
“Protege, Señor, a tus misioneros,
sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos,
que dejan todo para dar testimonio
de tu palabra y de tu amor.
En los momentos difíciles, sostenlos,
consuela sus corazones,
y corona su trabajo de frutos espirituales.
Y que tu imagen del crucifijo
que les acompaña siempre,
les hable de heroísmo,
de generosidad, de amor y de paz.
Amén.”
30
Beato Juan XXIII
FICHA 4
MISIÓN ES: AMAR Y CREAR COMUNIÓN
I - Aparecida nos dice:
“Con los ojos puestos en sus hijos y en sus
necesidades, como en Caná de Galilea, María
ayuda a mantener vivas las actitudes de atención,
de servicio, de entrega y de gratuidad que deben
distinguir a los discípulos de su Hijo.
Indica, además, cuál es la pedagogía para que los
pobres, en cada comunidad cristiana, “se sientan
como en su casa” 9.
Crea comunión y educa a un estilo de vida
compartida y solidaria, en fraternidad, en
atención y acogida del otro, especialmente si es
pobre o necesitado.
En nuestras comunidades, su fuerte presencia ha
enriquecido y seguirá enriqueciendo la dimensión
materna de la Iglesia y su actitud acogedora, que
la convierte en “casa y escuela de la comunión 10, y
en espacio espiritual que prepara para la misión.”
Documento de Aparecida 272
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“La fe no aparta del mundo ni es ajena a los
afanes concretos de los hombres de nuestro tiempo.
9
NMI 50
NMI43
10
31
Sin un amor fiable, nada podría mantener
verdaderamente unidos a los hombres.
La unidad entre ellos se podría concebir sólo como
fundada en la utilidad, en la suma de intereses, en el
miedo, pero no en la bondad de vivir juntos, ni en la
alegría que la sola presencia del otro puede suscitar.
La fe permite comprender la arquitectura de las
relaciones humanas, porque capta su fundamento
último y su destino definitivo en Dios, en su amor, y
así ilumina el arte de la edificación, contribuyendo al
bien común.
Sí, la fe es un bien para todos, es un bien común;
su luz no luce sólo dentro de la Iglesia ni sirve
únicamente para construir una ciudad eterna en el
más allá; nos ayuda a edificar nuestras sociedades,
para que avancen hacia el futuro con esperanza.
La Carta a los Hebreos pone un ejemplo de esto
cuando nombra, junto a otros hombres de fe, a
Samuel y David, a los cuales su fe les permitió «
administrar justicia » (Hb 11,33). Esta expresión se
refiere aquí a su justicia para gobernar, a esa
sabiduría que lleva paz al pueblo (cf. 1 S 12,3-5; 2 S
8,15).
Las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez
edifican, en la caridad, una ciudad construida sobre
relaciones, que tienen como fundamento el amor de
Dios.”
Papa Francisco,
Lumen Fidei 51
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Ámense los unos a los otros”
“Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos
a los otros.
Así como yo los he amado, ámense también
ustedes los unos a los otros.
32
En esto todos reconocerán que ustedes son mis
discípulos: en el amor que se tengan los unos a los
otros.”
Juan 13, 34 – 35
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Jesús le da a sus discípulos el mandamiento del amor:
“como yo los he amado, así también ámense los unos a los
otros”.
Este es el modo concreto como Jesús continuará en
medio de su comunidad y, al mismo tiempo, como los discípulos
serán identificados en cuanto tales.
La experiencia del amor de Jesús, envuelve
completamente la vida de los discípulos. Esta vida en el amor,
es la luz de los discípulos.
Jesús habla de un “mandato nuevo”, pero, ¿en qué está
lo nuevo? Jesús no habla de amor en abstracto o de forma
genérica, sino que su referente es el “como yo los he amado”.
Es el comportamiento y las actitudes de Jesús lo que
señala los límites y el estilo de este amor; en este sentido el
mandato de Jesús es completamente nuevo, porque sólo los
discípulos han experimentado su amor y porque sólo en la Cruz
se reveló en plenitud el amor de Jesús y el del Padre.
Por lo tanto, lo que Jesús subraya de manera particular
es que el amor de cada discípulo por el otro debe testimoniar la
intensidad y la grandeza del amor de Jesús Crucificado. El amor
de los discípulos toma forma en el molde de la Cruz.
El mandato no está en el simple hecho de “amar” sino
“amar a la manera de Jesús”; amor de aceptación del otro,
amor que ayuda y trasforma, que se despoja de sí mismo para
buscar el bien del otro.
En su forma de amar, cada uno le hará presente Jesús a
su hermano.
Jesús no se ha limitado a mandar que nos amemos sino
que nos ofrece ante todo la experiencia de su propio amor,
33
vaciándolo en nuestros corazones, creando así entre Él,
nosotros y los que nos rodean, un nuevo espacio vital y una
nueva dinámica relacional.
Discipulado y Misión se funden en este aspecto.
El amor de la comunidad atraerá a muchos y será
anuncio vivo de la presencia del Resucitado en el mundo.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
¿Cuál es mi experiencia del amor de Jesús en mi vida?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
Mi forma de amar ¿se inspira y tiene su fuerza en el amor de
Jesús? ¿De qué me tengo que despojar para amar como
Jesús?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
2. Compartimos en grupo:
•
Jesús amó hasta el extremo a sus discípulos y les pidió que
hicieran lo mismo con los demás. En nuestras comunidades,
en nuestro grupo ¿cuál es ese “extremo” que manifiesta el
amor a nuestros hermanos?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
34
IV - Oración final:
Oración para Aprender a Amar
“Señor, cuando tenga hambre,
dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed,
dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío,
dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra,
dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada,
déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre,
pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo,
dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación,
dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado,
dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan,
dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí,
dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo,
vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor,
de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos,
no sólo el pan de cada día,
también nuestro amor misericordioso,
imagen del tuyo.”
Beata Madre Teresa de Calcuta M.C.
35
“Mi alma se ha empleado
y todo mi caudal en su servicio:
ya no guardo ganado
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo amar es mi ejercicio.”
San Juan de la Cruz
36
FICHA 5
MISIÓN ES: HACERSE PRÓJIMO COMPASIVO
I - Aparecida nos dice:
“La respuesta a su llamada exige entrar en la
dinámica del Buen Samaritano 11, que nos da el
imperativo de hacernos prójimos, especialmente
con el que sufre, y generar una sociedad sin
excluidos, siguiendo la práctica de Jesús que come
con publicanos y pecadores 12, que acoge a los
pequeños y a los niños 13, que sana a los leprosos 14,
que perdona y libera a la mujer pecadora 15, que
habla con la Samaritana 16.”
Documento de Aparecida 135
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“El Espíritu Santo nos introduce en el misterio
del Dios vivo, y nos salvaguarda del peligro de una
Iglesia gnóstica y de una Iglesia autorreferencial,
cerrada en su recinto; nos impulsa a abrir las puertas
para salir, para anunciar y dar testimonio de la
bondad del Evangelio, para comunicar el gozo de la
fe, del encuentro con Cristo. El Espíritu Santo es el
alma de la misión.
11
(cf. Lc 10, 29-37)
(cf. Lc 5, 29-32)
13
(cf. Mc 10, 13-16)
14
(cf. Mc 1, 40-45)
15
(cf. Lc 7, 36-49; Jn 8, 1-11)
16
(cf. Jn 4, 1-26)
12
37
Es el Espíritu Paráclito, el «Consolador», que da
el valor para recorrer los caminos del mundo llevando
el Evangelio. El Espíritu Santo nos muestra el
horizonte y nos impulsa a las periferias existenciales
para anunciar la vida de Jesucristo. Preguntémonos si
tenemos la tendencia a cerrarnos en nosotros mismos,
en nuestro grupo, o si dejamos que el Espíritu Santo
nos conduzca a la misión.”
Papa Francisco,
Solemnidad de Pentecostés 2013
“El discipulado misionero es vocación: llamado e
invitación. Se da en un “hoy” pero “en tensión”. No
existe el discipulado misionero estático. El discípulo
misionero no puede poseerse a sí mismo, su
inmanencia está en tensión hacia la trascendencia del
discipulado y hacia la trascendencia de la misión.
No admite la autorreferencialidad: o se refiere a
Jesucristo o se refiere al pueblo a quien se debe
anunciar. Sujeto que se trasciende. Sujeto proyectado
hacia el encuentro: el encuentro con el Maestro (que
nos unge discípulos) y el encuentro con los hombres
que esperan el anuncio.
Por eso, me gusta decir que la posición del discípulo
misionero no es una posición de centro sino de
periferias: vive tensionado hacia las periferias…
incluso las de la eternidad en el encuentro con
Jesucristo. En el anuncio evangélico, hablar de
“periferias existenciales” des-centra, y habitualmente
tenemos miedo a salir del centro. El discípulomisionero es un des-centrado: el centro es Jesucristo,
que convoca y envía. El discípulo es enviado a las
periferias existenciales.”
Papa Francisco,
Encuentro con el Comité de Coordinación del CELAM28/07/2013
38
II - La Palabra de Dios nos ilumina: “Haz tú lo mismo”
“Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para
ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer
para heredar la Vida eterna?».Jesús le preguntó a su
vez: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en
ella?». Él le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus
fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como
a ti mismo». «Has respondido exactamente, le dijo
Jesús; obra así y alcanzarás la vida».
Pero el doctor de la Ley, para justificar su
intervención, le hizo esta pregunta: «¿Y quién es mi
prójimo?».
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: «Un
hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en
manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo,
lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto.
Casualmente bajaba por el mismo camino un
sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por
allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un
samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él,
lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus
heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo
puso sobre su propia montura, lo condujo a un
albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente,
sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue,
diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo
pagaré al volver". ¿Cuál de los tres te parece que se
portó como prójimo del hombre asaltado por los
ladrones?».
«El que tuvo compasión de él», le respondió el
doctor. Y Jesús le dijo: «Ve, y procede tú de la
misma manera»”…
Lucas 10, 25 - 37
39
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Este evangelio nos coloca ante una opción radical para vivir
según el evangelio. ¿Quién es el prójimo? ¿Cómo hacerse
prójimo?
Jesús nos invita a observar cuidadosamente las acciones del
samaritano. Todo lo que él hace está movido por la
“misericordia”: se “aproxima”, “cura sus heridas”, le cede su
propio puesto “montándolo en la cabalgadura”, lo “lleva a una
posada” y “cuida de él” personalmente. Finalmente da de su
propio bolsillo para que el tratamiento del herido llegue hasta
el final. Y cuando se despide todavía prevé un nuevo
encuentro: “cuando vuelva”, le dice el samaritano al posadero.
Cada una de las acciones del buen samaritano nos habla.
Podríamos detenernos por ejemplo, en el detalle de la
montura: “Lo montó sobre su propia cabalgadura”. La ayuda al
hermano implica cederle nuestro lugar, un compromiso de
fondo; salir de nuestra comodidad, ponerse en el lugar del otro.
Uno se hace prójimo con hechos concretos, no sólo con
palabras. Hechos que seguramente le duelen al que los hace.
No fue solamente un: “¡Uh!, ¡lo siento mucho!”, “¿qué le
pasó?”, “¿por dónde se fueron los ladrones?”, “¡ que Dios lo
bendiga!”.
Jesús dice claramente: “Haz tú lo mismo”. Este hacer
consiste en la práctica de la misericordia.
La caridad individual debe ir a la par de la caridad
institucional. No se trata de quitarse de encima la
responsabilidad, sino de saber trabajar por el prójimo
comunitariamente, asumiendo cada uno la tarea que le
corresponde. Es importante saber trabajar juntos apoyando las
diversas iniciativas que se toman en la Iglesia y en la sociedad.
Las calles de nuestra ciudad son como aquel camino de
Jericó donde alguien que quizás no conocemos aguarda por
nuestra misericordia.
Dejemos que el imperativo de Jesús se nos impregne en el
corazón y se convierta en regla de vida: “¡Ve y haz tú lo
mismo!”
40
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
Recuerdo la última vez que actué como el buen samaritano.
¿Con quién fue?, ¿Qué hice?, ¿Qué intereses y necesidades
personales pasaron a segundo plano?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Cuáles son las personas de mi entorno que más necesitan
de mí y a quiénes algunas veces he negado mi ayuda
oportuna?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
2. Compartimos en grupo:
•
¿Qué nos impide la proximidad, la cercanía, cuáles son
nuestros miedos? ¿qué obstáculos encontramos frente a las
tareas y un testimonio comunitario?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué compromisos podemos asumir como comunidad para
hacernos prójimos de los hombres y mujeres que están en
la periferia, desconocidos, “invisibles”?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
41
IV - Oración final:
Oración de un misionero mártir
“¡Oh, mi Divino Salvador!,
haz, por tu omnipotencia y tu infinita misericordia,
que yo cambie y me transforme totalmente en Ti.
Que mis manos sean las manos de Jesús,
que mis ojos sean los ojos de Jesús,
que mi lengua sea la lengua de Jesús;
que todos mis sentidos y todo mi cuerpo
sólo sirvan para glorificarte;
pero, sobre todo, transforma mi alma y todas sus potencias:
que mi memoria, que mi inteligencia, que mi corazón,
sean la memoria, la inteligencia y el corazón de Jesús;
que mis actos, mis sentimientos
sean semejantes a tus actos, a tus sentimientos;
y que, como tu Padre decía de Ti:
“Yo te he engendrado hoy”,
puedas Tú decir lo mismo de mí
y agregar también con tu Padre celestial:
“He ahí a mi hijo bien amado, objeto de mis complacencias”.
Amén.”
San Juan Gabriel Perboyre (1802-1840)
42
FICHA 6
MISIÓN ES: DIALOGAR SIN FRONTERAS
I - Aparecida nos dice:
“El
mundo
espera
de
nuestra
Iglesia
latinoamericana y caribeña un compromiso más
significativo con la misión universal en todos los
Continentes.
Para no caer en la trampa de encerrarnos en
nosotros mismos, debemos formarnos como
discípulos misioneros sin fronteras, dispuestos a ir
“a la otra orilla”, aquélla en la que Cristo no es
aún reconocido como Dios y Señor, y la Iglesia no
está todavía presente.” 17
Documento de Aparecida 376
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“Hace bien recordar las palabras del Concilio
Vaticano II: Los gozos y las esperanzas, las tristezas y
las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre
todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez
gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los
discípulos de Cristo 18. Aquí reside el fundamento del
diálogo con el mundo actual.
La respuesta a las preguntas existenciales del
hombre de hoy, especialmente de las nuevas
17
18
Cf. AG 6
cf. GS, 1
43
generaciones, atendiendo a su lenguaje, entraña un
cambio fecundo que hay que recorrer con la ayuda del
Evangelio, del Magisterio, y de la Doctrina Social de la
Iglesia.
Los escenarios y areópagos son de lo más
variado. Por ejemplo, en una misma ciudad, existen
varios imaginarios colectivos que conforman “diversas
ciudades”.
Si nos mantenemos solamente en los parámetros
de “la cultura de siempre”, en el fondo una cultura
de base rural, el resultado terminará anulando la
fuerza del Espíritu Santo. Dios está en todas partes:
hay que saber descubrirlo para poder anunciarlo en el
idioma de esa cultura; y cada realidad, cada idioma,
tiene un ritmo diverso.”
Papa Francisco,
Río de Janeiro, 28 de julio de 2013
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Dame de beber”
“Jesús, cansado del camino, se sentó junto al
pozo. Era cerca del mediodía. Llegó una mujer de
Samaría a sacar agua, y Jesús le dijo: “Dame de
beber”.
La samaritana le dijo: “¿Cómo tú, siendo judío, me
pides de beber a mí que soy mujer samaritana?”
(Es que los judíos no se tratan con los
samaritanos)…”
“…Jesús le contestó: si conocieras el don de
Dios…tú misma me pedirías a mí y yo te daría agua
viva….
Ella le dijo: señor, no tienes con qué sacar agua
¿dónde vas a conseguir agua viva? Jesús le
contestó…el que beba del agua que yo le daré no
44
volverá más a tener sed… La mujer le dijo: señor
dame de esa agua…”
Juan 4, 6-9
Apuntes para ayudar en la reflexión:
El relato del Evangelio nos dice que Jesús debía regresar
desde Judea a Galilea y que para eso tenía que atravesar
Samaría. Para un judío, la Samaría era territorio hostil; sólo lo
recorría en caso de necesidad y evitando toda comunicación
con los samaritanos. A primera vista, para Jesús no era un lugar
adecuado para desarrollar su misión.
Sin embargo Jesús le habla a la mujer, le pide un favor.
Lo que ha hecho no tiene nada de anormal ni artificial. Era su
modo de ser. El no hacía acepción de personas, no discriminaba
a las mujeres, los samaritanos formaban parte de su amor
fraterno y universal.
Jesús ha creado un ambiente propicio, con su proximidad,
ha hecho sentir a la mujer su valor y su dignidad. El diálogo con
la samaritana es un diálogo evangelizador. Jesús no “busca” dar
testimonio de manera planificada y artificial. Actúa
normalmente.
El testimonio de amor fraterno en la misión no se puede
improvisar o “pre-fabricar”. Es el resultado de una caridad
ardientemente incorporada al modo habitual de ser. En este
caso, el amor fraterno, como testimonio, se da como acogida y
diálogo que supera toda discriminación y división.
Jesús habla con la samaritana del agua y de la sed,
elementos que la mujer conocía muy bien, formaban parte de
su realidad ordinaria y de su cultura. A partir de ellos, la abre a
realidades mayores: el agua viva, el don de Dios, el encuentro y
la experiencia de Dios.
Evangelizar es dialogar con lo más profundo de una
mentalidad y de una cultura.
El anuncio del Evangelio toma en cuenta la realidad, la
vida ordinaria, la experiencia humana de la gente.
45
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
El don de Dios viene del encuentro con Jesús. La mujer
conoce a Jesús como “aquél que me conoce”, el que conoce
a fondo su vida, su historia y sus necesidades. ¿Pongo toda
mi vida bajo la mirada compasiva del Maestro?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
La samaritana lleva a los otros a creer ¿Con qué rasgos de
esta mujer me identifico en mi contagio, entusiasmo y
anuncio misionero cotidiano?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
2. Compartimos en grupo:
•
¿Qué conversión necesitamos para que el anuncio del
Evangelio sea respuesta a las preguntas existenciales del
hombre de hoy?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué conversión necesita nuestro diálogo, nuestra mirada
de la realidad para favorecer una cultura del encuentro, de
la comunión?
46
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Oración final:
Vayan y anuncien
“Vayan y anuncien el Evangelio...
porque nadie debe quedar sin escucharlo.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque a nadie se le puede negar este tesoro.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque si gratis lo has recibido, gratis lo debes
dar.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque sus palabras son palabras de vida.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque Dios te habla a través de la Palabra.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque nunca se debe ocultar.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque lo que es bueno para ti,
con otros lo tienes que compartir.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque Dios te necesita.
Vayan y anuncien el Evangelio...
y Yo estaré contigo hasta el final de los tiempos.
Porque sin Mí no puedes hacer nada;
porque de Mí te vendrá la fuerza para anunciarlo;
Porque tú solo no eres nada, pero conmigo lo eres todo.
Confía, confía en Mí...
Tú eres mi mensajero... Confía, confía...”
47
FICHA 7
MISIÓN ES: VIVIR LA RECONCILIACIÓN Y EL PERDÓN
I - Aparecida nos dice:
“Jesús salió al encuentro de personas en situaciones
muy diversas: hombres y mujeres, pobres y ricos,
judíos y extranjeros, justos y pecadores, invitándolos
a todos a su seguimiento.
Hoy sigue invitando a encontrar en Él el amor del
Padre.
Por esto mismo, el discípulo misionero ha de ser un
hombre o una mujer que hace visible el amor
misericordioso del Padre, especialmente a los pobres
y pecadores.”
Documento de Aparecida 147
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“En la «modernidad» se ha intentado construir
la fraternidad universal entre los hombres fundándose
sobre la igualdad. Poco a poco, sin embargo, hemos
comprendido que esta fraternidad, sin referencia a un
Padre común como fundamento último, no logra
subsistir.
Es necesario volver a la verdadera raíz de la
fraternidad. Desde su mismo origen, la historia de la
fe es una historia de fraternidad, si bien no exenta de
conflictos.
El amor inagotable del Padre se nos comunica
en Jesús, también mediante la presencia del
hermano.
48
La fe nos enseña que cada hombre es una
bendición para mí, que la luz del rostro de Dios me
ilumina a través del rostro del hermano. ¡Cuántos
beneficios ha aportado la mirada de la fe a la ciudad
de los hombres para contribuir a su vida común!
Gracias a la fe, hemos descubierto la dignidad única
de cada persona, que no era tan evidente en el mundo
antiguo.
La fe afirma también la posibilidad del
perdón, que muchas veces necesita tiempo, esfuerzo,
paciencia y compromiso; perdón posible cuando se
descubre que el bien es siempre más originario y más
fuerte que el mal, que la palabra con la que Dios
afirma nuestra vida es más profunda que todas
nuestras negaciones.
Por lo demás, incluso desde un punto de vista
simplemente antropológico, la unidad es superior al
conflicto; hemos de contar también con el conflicto,
pero experimentarlo debe llevarnos a resolverlo, a
superarlo, transformándolo en un eslabón de una
cadena, en un paso más hacia la unidad.”
Papa Francisco,
Lumen Fidei 54-55
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Yo tampoco te condeno”
“Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer
que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola
en medio de todos, dijeron a Jesús: «Maestro, esta
mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de
mujeres. Y tú, ¿qué dices?». Decían esto para ponerlo
a prueba, a fin de poder acusarlo.
49
Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el
suelo con el dedo. Como insistían, se enderezó y les
dijo: «El que no tenga pecado, que arroje la primera
piedra».
E
inclinándose
nuevamente,
siguió
escribiendo en el suelo.
Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras
otro, comenzando por los más ancianos.
Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí, e
incorporándose, le preguntó: «Mujer, ¿dónde están
tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?».
Ella le respondió: «Nadie, Señor». «Yo tampoco te
condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en
adelante».”
Juan 8, 3- 11
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Vemos a Jesús como el Señor de la misericordia y del
perdón que recrea y transforma nuestra vida.
Los escribas y fariseos “le llevan una mujer sorprendida
en adulterio” y le piden una definición.
Jesús no se precipita a dar opiniones. Más bien invita a
una serena reflexión.
Finalmente la respuesta de Jesús, obliga a sus adversarios
a entrar en sus corazones y reconocer humildemente su propio
pecado. Ninguno se atreve a tirar una piedra. Jesús tampoco
los ha condenado a ellos, y así, les ofrece su misericordia.
Al final Jesús y la mujer quedan solos, uno frente al otro.
La mujer todavía está en el medio, aguardando el juicio.
Las preguntas de Jesús le permiten a esta mujer
expresarse y recobrar dignidad de persona, dándole también la
oportunidad de constatar por ella misma que el amor
manifestado en los gestos y palabras de Jesús la han salvado de
la muerte.
50
Por fin se escucha el pronunciamiento de Jesús:
“¡Tampoco yo te condeno! Vete, y no peques más”.
Jesús no es acusador. Así como el Padre misericordioso
nunca condena al pecador, Jesús, imagen viva de su presencia y
de su amor compasivo, no condena sino que levanta a quien
está caído.
Jesús no sólo ha librado a esta mujer de la muerte, sino
que también la ha liberado interiormente infundiéndole la
capacidad de vivir en adelante según la voluntad de Dios. La
mujer es enviada a una vida nueva. El amor va de la mano de la
justicia; de aquí en adelante la mujer debe rectificar su
conducta.
Desarmados ante los demás, estamos llamados a abrirnos
a la misericordia que el Padre derrama sobre cada uno y sin
medida en la Pasión y muerte de su Hijo querido.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
Recuerdo un momento de mi vida en el cual me haya
sentido perdonado/a por Dios y abrazados por su
misericordia. Le damos gracias.
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
•
¿Cuál es la mirada que tengo generalmente sobre mi
prójimo? ¿De condena, juicio, o de ayuda y misericordia?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
51
2. Compartimos en grupo:
•
¿Qué dificultades encontramos para ser constructores de
una fraternidad misericordiosa?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué aportes podemos hacer para un anuncio gozoso de la
misericordia del Padre Dios? ¿Qué gestos contagian e invitan
al perdón?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Oración final:
“Por la paz en el mundo
y la liberación de todos los seres humanos, te pedimos
Señor.
Para que los responsables de las Iglesias busquen sin
descanso
la unidad visible de los cristianos, te pedimos Señor.
Por la integridad en la vida política,
por la justicia en la sociedad, te pedimos Señor.
Por los que ganan con dificultad su pan cotidiano,
te pedimos Señor.
52
Por los que están privados de trabajo o de recursos,
te pedimos Señor.
Por los que no tienen familia ni hogar,
te pedimos Señor.
Por quienes sufren de soledad, de abandono,
te pedimos Señor.
Por los que están oprimidos, calumniados, te pedimos
Señor.
Por quienes están al servicio de los más pobres,
de los extranjeros, de los que están aislados, te pedimos
Señor.”
53
FICHA 8
MISIÓN ES: COMPROMETERSE CON TODA MISERIA
HUMANA
I - Aparecida nos dice:
“Cuando el impulso del Espíritu impregna y motiva
todas las áreas de la existencia, entonces también
penetra y configura la vocación específica de cada
uno. Así, se forma y desarrolla la espiritualidad
propia de presbíteros, de religiosos y religiosas, de
padres de familia, de empresarios, de catequistas,
etc.
Cada una de las vocaciones tiene un modo concreto y
distintivo de vivir la espiritualidad, que da
profundidad y entusiasmo al ejercicio concreto de sus
tareas.
Así, la vida en el Espíritu no nos cierra en una
intimidad cómoda, sino que nos convierte en personas
generosas y creativas, felices en el anuncio y el
servicio misionero.
Nos vuelve comprometidos con los reclamos de la
realidad y capaces de encontrarle un profundo
significado a todo lo que nos toca hacer por la Iglesia
y por el mundo.”
“Descubrimos, así, una ley profunda de la realidad: la
vida sólo se desarrolla plenamente en la comunión
fraterna y justa. Porque “Dios en Cristo no redime
solamente la persona individual, sino también las
relaciones sociales entre los seres humanos” 19.
19
CDSI 52
54
Ante diversas situaciones que manifiestan la ruptura
entre hermanos, nos apremia que la fe católica de
nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños se
manifieste en una vida más digna para todos.
El rico magisterio social de la Iglesia nos indica que no
podemos concebir una oferta de vida en Cristo sin un
dinamismo de liberación integral, de humanización,
de reconciliación y de inserción social.”
Documento de Aparecida 285. 359
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“El anuncio del Evangelio es parte del ser
discípulos de Cristo y es un compromiso constante que
anima toda la vida de la Iglesia.
«El impulso misionero es una señal clara de la
madurez de una comunidad eclesial» 20.
Toda comunidad es “adulta”, cuando profesa la fe,
la celebra con alegría en la liturgia, vive la caridad y
proclama la Palabra de Dios sin descanso, saliendo del
propio ambiente para llevarla también a las
“periferias”, especialmente a aquellas que aún no han
tenido la oportunidad de conocer a Cristo.
La fuerza de nuestra fe, a nivel personal y
comunitario, también se mide por la capacidad de
comunicarla a los demás, de difundirla, de vivirla en
la caridad, de dar testimonio a las personas que
encontramos y que comparten con nosotros el camino
de la vida.”
Papa Francisco,
Mensaje para Jornada Mundial de las Misiones 2013
20
(Benedicto XVI, Exhort. ap. Verbum Domini, 95)
55
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Lo hicieron conmigo”
“Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha:
"Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en
herencia el Reino que les fue preparado desde el
comienzo del mundo, porque tuve hambre, y
ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron
de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y
me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me
vinieron a ver".
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te
dimos de beber?¿Cuándo te vimos de paso, y te
alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos
enfermo o preso, y fuimos a verte?".
Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez
que lo hicieron con el más pequeño de mis
hermanos, lo hicieron conmigo."
Mateo 25, 34 – 40
Apuntes para ayudar en la reflexión:
A lo largo de todo el Evangelio nos encontramos con Jesús
que permanentemente en sus palabras y obras nos revela las
intenciones de su corazón y ratifica sus opciones de vida
colocando por encima de todo la Palabra y el querer del Padre.
Elige siempre la humildad como actitud fundamental en la
realización de su misión.
La Palabra que hoy compartimos nos coloca en el mismo
horizonte de Jesús y nos invita a vivir como Él, en función del
otro, de los otros, haciendo del amor a Dios y a los hermanos la
meta fundamental de nuestra vida.
En el centro de la escena está Jesús, como Rey, un rey
con actitudes y corazón de pastor, que respeta y ama.
56
Jesús solamente constatará lo que hemos hecho día a día,
lo que hemos escrito con hechos. Estamos a tiempo de abrir los
ojos y reconocerlo en los más pequeños y olvidados.
El se identifica, son ellos el lugar privilegiado donde él se
nos revela día a día. Somos llamados a recorrer el mismo
camino de despojo y pequeñez que El ha recorrido,
permaneciendo en Él.
Cuando expresamos nuestra ternura, nuestra atención a
aquellos que a los ojos humanos no cuentan tanto, a los que son
considerados últimos, reproducimos en nosotros los mismos
sentimientos de Jesús, que pasó derramando la compasión del
Padre.
El nos ha trazado el camino, El es el Camino para
realizarnos como discípulos y misioneros.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
¿Cuáles son las personas que menos tengo en cuenta, qué
considero “últimas”, que excluyo de mi mirada? ¿Qué estoy
dispuesto a hacer por ellas?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
2. Compartimos en grupo:
•
¿A qué persona o personas concretas que viven en
situaciones de hambre, sed, desnudez, enfermedad, prisión,
les hemos tendido una mano como comunidad? Si no lo
hemos hecho, ¿Cómo lo podemos hacer?
57
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué le pedimos al Espíritu que convierta en nuestras
estructuras para ver y amar al Señor en los hermanos?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Oración final:
“Dios, Creador y Salvador, fuente de paz para toda la
tierra:
sé hoy nuestra vida.
Cristo, tú nos llamas a compartir con los demás;
unifícanos en tu amor.
Cristo, nuestro Pastor,
tú vienes a buscar a los que están perdidos,
visitas a los abandonados y a quienes están solos:
vivifica sus esperanzas.
Espíritu Consolador,
tú depositas en nosotros una esperanza y alegría
duraderas:
cólmanos con tu amor.
Espíritu Santificador,
tú suscitas en nosotros un amor que perdona:
Ven a nosotros, Espíritu Santo. Amén.”
58
FICHA 9
MISIÓN ES: COMPARTIR LA VIDA Y EL PAN
I - Aparecida nos dice:
“De los que viven en Cristo se espera un
testimonio muy creíble de santidad y compromiso.
Deseando y procurando esa santidad no vivimos
menos, sino mejor, porque cuando Dios pide más
es porque está ofreciendo mucho más:
“¡No tengan miedo de Cristo! Él no quita nada y lo
da todo” 21.”
Documento de Aparecida 352
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“El Concilio Vaticano II destacó de manera
especial cómo la tarea misionera, la tarea de ampliar
los confines de la fe es un compromiso de todo
bautizado y de todas las comunidades cristianas:
«Viviendo el Pueblo de Dios en comunidades,
sobre todo diocesanas y parroquiales, en las que de
algún modo se hace visible, a ellas pertenece también
dar testimonio de Cristo delante de las gentes» 22.
Por tanto, se pide y se invita a toda comunidad a
hacer propio el mandato confiado por Jesús a los
Apóstoles de ser sus «testigos en Jerusalén, en toda
21
BENEDICTO XVI, Homilía en la inauguración del Pontificado, 24 de
abril de 2005.
22
(Decr.Ad gentes, 37)
59
Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra» 23,
no como un aspecto secundario de la vida cristiana,
sino como un aspecto esencial:
Todos somos enviados por los senderos del
mundo para caminar con nuestros hermanos,
profesando y dando testimonio de nuestra fe en Cristo
y convirtiéndonos en anunciadores de su Evangelio.”
Mensaje del Papa Francisco
para Jornada Mundial de las Misiones 2013
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Denles ustedes de comer”
“Al atardecer, los discípulos se acercaron y le
dijeron: «Este es un lugar desierto y ya se hace
tarde; despide a la multitud para que vaya a las
ciudades a comprarse alimentos».
Pero Jesús les dijo: «No es necesario que se vayan,
denles de comer ustedes mismos».
Ellos respondieron: «Aquí no tenemos más que
cinco panes y dos pescados». «Tráiganmelos aquí»,
les dijo.
Y después de ordenar a la multitud que se sentara
sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos
pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció
la bendición, partió los panes, los dio a sus
discípulos, y ellos los distribuyeron entre la
multitud.
Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos
que sobraron se llenaron doce canastas.”
Mateo 14, 15 – 20
23
(Hch 1,8)
60
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Este evangelio es un hermoso ejemplo de alguien que
comparte no sólo el pan sino la misión y sabe implicar a otros
en ella.
¿Qué descubrimos en Jesús?: Comparte su preocupación con
los discípulos, cuenta con los recursos que ellos tienen, y les
da espacio para que actúen.
Jesús se da cuenta de la situación y la necesidad de la
gente. Siente compasión. Los discípulos captan el deseo de
Jesús que se convierte para ellos en un reto, tras manifestar su
incapacidad de alimentar a tanta gente en aquel sitio
despoblado. Jesús toma los panes, que multiplicados, vuelven a
las manos de ellos para ser distribuidos.
Podemos centrar la mirada y detenernos en la actitud de
Jesús ante esas gentes: la misericordia.
Por misericordia Jesús les enseña largamente y por
misericordia los alimentará hasta dejarlos satisfechos.
Dios es Dios de misericordia y entró en la historia para librar
totalmente a los hombres de todas sus miserias, incluido el
pecado y la muerte. Ese es el reino de Dios. Jesús es la
encarnación de este reino de misericordia. Su misericordia es el
motor de su misión.
“Eran como ovejas sin pastor”: gente desorientada, sin
esperanza, alejadas de la verdad y además hambrientos y
sufrientes tras largos días de marcha. La misericordia de Jesús
se hace eficaz. Quiere abarcar todas las necesidades y miserias
y comienza por “enseñarles largamente”.
La motivación fundamental del misionero es la misericordia.
La misericordia es el motor que lleva a entregarse al
servicio de los demás, es esencial en una espiritualidad de la
misión.
III - Preguntas para animar y compartir:
61
1. Miramos nuestro interior:
•
¿Cómo involucro yo a los demás miembros de mi familia o
grupo en mis planes y proyectos? ¿Cómo me dejo implicar
en los de los demás?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
2. Compartimos en grupo:
•
¿Nos animamos a revisar la “participación”, la
“pertenencia”, el “compartir”, el “compromiso” personal y
grupal en el camino de la misión? ¿Cuáles son nuestras
fortalezas, cuáles las debilidades?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Oración final:
“Jesús, manso y humilde de corazón,
tú visitas a todo ser humano para revelarle el amor del
Padre.
Jesús, bondad sin medida,
tú liberas a los cautivos, tú perdonas nuestras faltas.
Jesús, nuestro descanso y nuestro refugio,
tu yugo es suave y tu carga ligera.
Jesús, enviado del Padre,
62
tú sanas nuestra ceguera.
Jesús, pan vivo bajado del cielo,
tú alimentas nuestro corazón con tu palabra.
Jesús, misionero incansable, peregrino de caminos,
tú has venido para encender un fuego en la tierra.
Jesús resucitado, alegría del Padre,
tú nos haces partícipes de tu alegría.
Jesús, tú eres el Camino, la Verdad y la Vida,
queremos compartir contigo y nuestros hermanos la vida
y el pan.”
63
FICHA 10
MISIÓN ES: ANUNCIAR CON PARRESÍA
I - Aparecida nos dice:
“El Espíritu en la Iglesia forja misioneros decididos
y valientes como Pedro 24y Pablo 25, señala los
lugares que deben ser evangelizados y elige a
quiénes deben hacerlo 26.”
Documento de Aparecida 150 b
•
Pablo VI y Francisco nos ayudan a profundizar:
“Sí, este mensaje es necesario. Es único. De ningún
modo podría ser reemplazado.
No admite indiferencia, ni sincretismo, ni
acomodos. Representa la belleza de la Revelación.
Lleva consigo una sabiduría que no es de este
mundo. Es capaz de suscitar por sí mismo la fe, una fe
que tiene su fundamento en la potencia de Dios 27.
Es la Verdad. Merece que el apóstol le dedique
todo su tiempo, todas sus energías y que, si es
necesario, le consagre su propia vida.”
Pablo VI,
Evangelii Nuntiandi 5
24
(cf. Hch 4, 13)
(cf. Hch 13, 9)
26
(cf. Hch 13, 2)
27
Cf. 1 Cor. 2, 5
25
64
“La luz de la fe no nos lleva a olvidarnos de los
sufrimientos del mundo. ¡Cuántos hombres y mujeres de
fe han recibido luz de las personas que sufren! San
Francisco de Asís, del leproso; la Beata Madre Teresa de
Calcuta, de sus pobres. Han captado el misterio que se
esconde en ellos. Acercándose a ellos, no les han quitado
todos sus sufrimientos, ni han podido dar razón cumplida
de todos los males que los aquejan. La luz de la fe no
disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una
lámpara, guía nuestros pasos en la noche, y esto basta
para caminar. Al hombre que sufre, Dios no le da un
razonamiento que explique todo, sino que le responde
con una presencia que le acompaña, con una historia de
bien que se une a toda historia de sufrimiento para abrir
en ella un resquicio de luz. En Cristo, Dios mismo ha
querido compartir con nosotros este camino y ofrecernos
su mirada para darnos luz. Cristo es aquel que, habiendo
soportado el dolor, «inició y completa nuestra fe» (Hb
12,2).
El sufrimiento nos recuerda que el servicio de la fe al
bien común es siempre un servicio de esperanza, que mira
adelante, sabiendo que sólo en Dios, en el futuro que
viene de Jesús resucitado, puede encontrar nuestra
sociedad cimientos sólidos y duraderos. En este sentido,
la fe va de la mano de la esperanza porque, aunque
nuestra morada terrenal se destruye, tenemos una
mansión eterna, que Dios ha inaugurado ya en Cristo, en
su cuerpo (cf. 2 Co 4,16-5,5). El dinamismo de fe,
esperanza y caridad (cf. 1 Ts 1,3; 1 Co 13,13) nos permite
así integrar las preocupaciones de todos los hombres en
nuestro camino hacia aquella ciudad « cuyo arquitecto y
constructor iba a ser Dios» (Hb 11,10), porque «la
esperanza no defrauda» (Rm 5,5).”
Papa Francisco,
Lumen Fidei 57
65
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Vayan, Yo los envío”
“El Señor designó a otros setenta y dos, y los
envió de dos en dos para que lo precedieran en
todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: «La cosecha es abundante, pero los
trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe
trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de
lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se
detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: « ¡Que
descienda la paz sobre esta casa!».
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz
reposará sobre él; de lo contrario, volverá a
ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y
bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja
merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos,
coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y
digan a la gente: «El Reino de Dios está cerca de
ustedes».”
Lucas 10, 1- 9
Apuntes para ayudar en la reflexión:
En este momento los discípulos son enviados y Jesús coloca
en sus manos un verdadero “manual” de la misión. La esencia
de la misión de los discípulos es conducir a toda la humanidad a
la persona del Señor, a su seguimiento. Del mismo modo que
Jesús los llamó, sin forzarlos sino seduciendo su corazón,
apelando a la libre decisión de cada uno, así ellos deben hacer
discípulos a todos los pueblos de la tierra.
66
La misión no conoce restricciones: a todos los hombres, y al
hombre todo, con todas sus dimensiones. El reino se refleja en
el nuevo estilo de vida de quien lo anuncia. Repasemos algunos
rasgos distintivos de este nuevo estilo de vida.
El misionero se distingue por su corazón, por su ternura
activa para con los enfermos, los pobres, está impregnado de la
compasión de Jesús con los sufrientes de la tierra.
Al compartir la pobreza de Jesús queda claro que lo que
cuenta al fin y al cabo no son los recursos materiales para la
misión sino la persona, ella misma, en primer lugar.
Sabe iniciar la misión en el complejo mundo urbano, se
informa, saluda, es cortés.
Se distingue por su disponibilidad, por realizar bien la tarea
y su motivación es el servicio generoso.
El fracaso no lo deprime ni las reacciones agresivas de los
destinatarios le roban la paz. La misión está expuesta a
inconvenientes, algunos leves y otros de mayor envergadura. Él
actuará con madurez, a la altura de las circunstancias, al estilo
del Maestro.
En la misión, los discípulos deberán referir las palabras de
Jesús y reflejar su manera de actuar. Saben de la presencia y
ayuda del Señor que permanecerá a su lado a lo largo de toda
la historia.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
¿Qué implicaciones tiene este texto de la palabra para mi
vida como discípulo(a) de Jesús?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
67
•
De los rasgos que deben distinguir el modo de vivir de un
verdadero misionero del Reino ¿Cuáles estoy viviendo
personalmente? Mi vida ¿es anuncio de Jesús?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
2. Compartimos en grupo:
•
Como grupo ¿A qué nos desafía el estilo de vida que Jesús
propone a sus misioneros? ¿Qué opciones, qué conversión
nos pide? ¿Qué debemos trabajar más?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué decisiones concretas inspira en nosotros la Palabra a
favor de nuestro camino misionero?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Oración final:
BIENAVENTURANZAS DEL MISIONERO
“Bienaventurado el misionero que vive enamorado de
Cristo, que se fía de Él como lo más necesario y absoluto,
porque no quedará defraudado.
Bienaventurado el misionero que cada mañana dice “Padre
nuestro”, llevando en su corazón todas las razas, pueblos y
lenguas, porque no se conformará con una vida mezquina.
68
Bienaventurado el misionero que mantiene su ideal e ilusión
por el Reino y no pierde el tiempo en cosas accidentales,
porque Dios acompaña a los que siguen su ritmo.
Bienaventurado el misionero con un corazón puro y
transparente, que sabe descubrir el amor y la ternura de
Dios sin complicaciones, porque Dios siempre se le revelará.
Bienaventurado el misionero que reconoce y acepta sus
limitaciones y debilidades y no pretende ser invencible,
porque Dios se complace en los humildes.
Bienaventurado el misionero que sabe discernir con
sabiduría lo que conviene callar y hablar en cada
circunstancia, porque nunca tendrá que arrepentirse de
haber ofendido a un hermano.
Bienaventurado el misionero que no puede vivir sin la
oración y sin saborear las riquezas de la Palabra de Dios,
porque esto dará sentido a su vida.
Bienaventurado el misionero que anuncia la verdad sobre
Jesucristo y denuncia las injusticias que oprimen a los
hombres, porque será llamado profeta de los signos de los
tiempos.
Bienaventurado el misionero que sabe asumir y valorar la
cultura de los pueblos, porque habrá entendido el misterio
de la Encarnación.
Bienaventurado el misionero que tiene tiempo para hacer
felices a los demás, que encuentra tiempo para los amigos,
la lectura, el esparcimiento, porque ha comprendido el
Mandamiento del Amor y se conoce humano y necesitado.”
Hna. María Virginia Ciette, SSpS
69
PARA FINALIZAR
MARÍA, NUESTRA GRAN MISIONERA
I - Aparecida nos dice:
“María es la gran misionera, continuadora de la
misión de su Hijo y formadora de misioneros.
Ella, así como dio a luz al Salvador del mundo, trajo
el Evangelio a nuestra América. En el acontecimiento
guadalupano, presidió junto al humilde Juan Diego el
Pentecostés que nos abrió a los dones del Espíritu.
Desde entonces son incontables las comunidades que
han encontrado en ella la inspiración más cercana
para aprender cómo ser discípulos y misioneros de
Jesús.
Con gozo constatamos que se ha hecho parte del
caminar de cada uno de nuestros pueblos, entrando
profundamente en el tejido de su historia y acogiendo
los rasgos más nobles y significativos de su gente.
Las diversas advocaciones y los santuarios esparcidos a
lo largo y ancho del Continente testimonian la
presencia cercana de María a la gente y, al mismo
tiempo, manifiestan la fe y la confianza que los
devotos sienten por ella. Ella les pertenece y ellos la
sienten como madre y hermana.”
Documento de Aparecida 269
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
"María, haznos sentir tu mirada de madre, guíanos a
tu Hijo, haz que no seamos cristianos de escaparate,
sino de los que saben mancharse las manos para
construir con tu Hijo Jesús su Reino de amor, de
alegría y de paz."
Papa Francisco 12/12/2013
70
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Mi alma canta la grandeza del Señor”
“Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se
estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró
con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo!”
Lucas 1, 46 -49
Apuntes para ayudar en la reflexión:
El canto del Magnificat, colocado en labios de María, nos
la presenta como anunciadora de las acciones de Dios en ella,
auténtica misionera.
La V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y de
El Caribe reunida en Aparecida, nos presenta a María como
ejemplo y modelo de discípula misionera en el proceso de dar
vida a nuestros pueblos.
En ese itinerario de formación de creyentes, María nos
ha precedido y sigue siendo un ejemplo para todos los
cristianos.
¡Qué momento tan especial nos brinda el Señor, para
que animados por su Santo Espíritu y bajo la protección de
María, llevemos a todos los hombres y mujeres el mensaje de la
auténtica liberación: la persona de Jesucristo!
¡Que el Señor nos dé las luces y fuerzas necesarias para
ser fieles a su Palabra y al momento histórico que vivimos para
bien de todos nuestros hermanos, para que en Él todos
tengamos vida en abundancia!
Junto a ella hagamos nuestra oración final agradecida:
“María, mujer de la escucha,
haz que se abran nuestros oídos;
que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús
entre las miles de palabras de este mundo;
71
haz que sepamos escuchar la realidad en la que
vivimos,
a cada persona que encontramos,
especialmente a quien es pobre,
necesitado, tiene dificultades.
María, mujer de la decisión,
ilumina nuestra mente y nuestro corazón,
para que sepamos obedecer a la Palabra
de tu Hijo Jesús sin vacilaciones;
danos la valentía de la decisión,
de no dejarnos arrastrar
para que otros orienten nuestra vida.
María, mujer de la acción,
haz que nuestras manos y nuestros pies
se muevan «deprisa» hacia los demás,
para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús,
para llevar, como tú,
la luz del Evangelio al mundo. Amén.”
Papa Francisco, 31 de Mayo de 2013
72
EVANGELII
GAUDIUM
73
74
PRESENTACIÓN
El Papa Francisco al clausurar el Año de la Fe en noviembre de
2013 nos hace el regalo de la Exhortación Apostólica, Evangelii
Gaudium “La Alegría del Evangelio”.
Escuchando al Espíritu y reconociendo comunitariamente los
signos de los tiempos entre el 7 y el 28 de octubre de 2012, se
celebró la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los
Obispos sobre el tema La nueva evangelización para la
transmisión de la fe cristiana.
Francisco recogiendo la riqueza de los trabajos realizados en el
Sínodo, y aceptando el pedido de los obispos, redacta para toda
la Iglesia esta Exhortación.
En este documento nos invita a una nueva etapa
evangelizadora marcada por la alegría del Evangelio que llena
el corazón y la vida de los que se encuentran con Jesús.
“Sólo gracias a ese encuentro —o reencuentro— con el amor de
Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de
nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad. Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que
humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá
de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero.
Allí está el manantial de la acción evangelizadora. Porque, si
alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la
vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?”
E.G. 8
75
76
INTRODUCCIÓN
EL SUEÑO DEL PAPA
[…] “La actividad misionera «representa aún hoy día el
mayor desafío para la Iglesia» y «la causa misionera debe
ser la primera». ¿Qué sucedería si nos tomáramos realmente
en serio esas palabras? Simplemente reconoceríamos que la
salida misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia.
En esta línea, los Obispos latinoamericanos afirmaron que ya
«no podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en
nuestros templos»*** y que hace falta pasar «de una pastoral
de mera conservación a una pastoral decididamente
misionera».
Esta tarea sigue siendo la fuente de las mayores alegrías para
la Iglesia: «Habrá más gozo en el cielo por un solo pecador que
se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan
convertirse» (Lc 15,7)”.
E.G.15
En esta Exhortación el Papa Francisco nos presenta caminos
para la marcha de la Iglesia en los próximos años y líneas que
puedan alentar y orientar una nueva etapa evangelizadora
llena de fervor y dinamismo.
Nos invita a asumir un estilo evangelizador que llegue a las
periferias de todos los que necesitan luz, que salga de la
comodidad, que sepa adelantarse, involucrarse, metiéndose
con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás; buscando
a los lejanos, con “olor a oveja”, aguante apostólico, brindando
misericordia.
…“Conservemos, pues, el fervor espiritual. Conservemos la
dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando
hay que sembrar entre lágrimas. Hagámoslo —como Juan el
77
Bautista, como Pedro y Pablo, como los otros Apóstoles, como
esa multitud de admirables evangelizadores que se han
sucedido a lo largo de la historia de la Iglesia— con un ímpetu
interior que nadie ni nada sea capaz de extinguir. Sea ésta la
mayor alegría de nuestras vidas entregadas. Y ojalá que el
mundo actual —que busca a veces con angustia, a veces con
esperanza— pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de
evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos,
sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el
fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la
alegría de Cristo, y aceptan consagrar su vida a la tarea de
anunciar el reino de Dios y de implantar la Iglesia en el
mundo”...
E.N.80
Escuchando el sueño del Papa:
“Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo,
para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y
toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado
para la evangelización del mundo actual más que para la
autopreservación.
La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo
puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se
vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus
instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los
agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca
así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús
convoca a su amistad”.
Queremos responder a su anhelo convirtiéndonos y
constituyéndonos en todas las regiones de la tierra en un
«estado permanente de misión».1
En estas fichas, nos detenemos y resaltamos algunas notas del
estilo evangelizador que nos propone Francisco para que
nuestro testimonio de discípulos misioneros se renueve y
profundice; acogiendo en medio de nuestro compromiso
78
cotidiano la exhortación de la Palabra de Dios: “Alegraos
siempre en el Señor. Os lo repito, ¡alegraos!” (Flp 4,4)
1 Documento de Aparecida - 201.
Estas fichas son una sugerencia para leer y profundizar la
Exhortación “La Alegría del Evangelio”, también para
entusiasmarnos comunitariamente por la misión.
Tienen una estructura sencilla, algún número del documento
introduce la reflexión, un texto de la palabra para iluminar el
contenido, preguntas para hacer memoria de nuestra
experiencia vital y otras para compartir con nuestro grupo de
referencia. Podemos aquí armar un grupo, quizás en familia o
con algunos miembros de ella, a lo mejor algunos compañeros
de trabajo, del colegio ¿por qué no?
No descartemos invitar a algunos vecinos, e ir rotando la casa
en la que nos reunimos mate de por medio.
Seguramente se nos van a ocurrir ideas para enriquecer este
aporte, mirar algún video y escuchar al Papa hablando,
dialogando, mirar sus gestos y no sólo conmovernos sino
dejarnos interpelar para salir como él.
Dejémonos inspirar por el Espíritu para revitalizar nuestra
experiencia de discípulos misioneros.
“La obra de la evangelización supone, en el evangelizador, un
amor fraternal siempre creciente hacia aquellos a los que
evangeliza. Un modelo de evangelizador como el Apóstol San
Pablo escribía a los tesalonicenses estas palabras que son todo
un programa para nosotros: "Así, llevados de nuestro amor por
vosotros, queremos no sólo daros el Evangelio de Dios, sino aun
nuestras propias vidas: tan amados vinisteis a sernos"
E.N.79
79
FICHA 1
¡NO TE PRIVES DE PASAR UN BUEN DÍA!
I – Francisco en su carta nos dice:
Cristo es el «Evangelio eterno» (Ap 14,6) […] Él siempre
puede, con su novedad, renovar nuestra vida y nuestra
comunidad y, aunque atraviese épocas oscuras y debilidades
eclesiales, la propuesta cristiana nunca envejece. Jesucristo
también puede romper los esquemas aburridos en los cuales
pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante
creatividad divina. Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos
caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos
más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado
para el mundo actual. En realidad, toda auténtica acción
evangelizadora es siempre «nueva».
E.G.11
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró
como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la
lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo,
encontró el pasaje donde estaba escrito:
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado
por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los
pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los
ciegos, a dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor".
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos
en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a
decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que
acaban de oír». Todos daban testimonio a favor de él y estaban
80
llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su
boca. Y decían: «¿No es este el hijo de José?».
Lucas 4, 16 - 22
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Nos encontramos con Jesús en su primera predicación. Está en
Nazareth, la ciudad “donde se había criado”; es miembro de
esa comunidad, para su auditorio es una figura familiar. Jesús
hace y comenta la lectura del pasaje tomado de uno de los
profetas.
Es un anuncio que revive la esperanza e invita a abrirse a la
acción de Dios. La Buena noticia del Reino en boca de Jesús es
ésta:
El anuncio de la buena noticia a los pobres...
¡Se cumple hoy!
La proclamación de la liberación a los cautivos y la
recuperación de la vista a los ciegos
¡Se cumple hoy!
La liberación de los oprimidos
¡Se cumple hoy!
¿Qué tenemos que predicar hoy? Nada más y nada menos que
esta profunda alegría que sigue siendo actual y viva en nuestro
tiempo.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
La alegría evangelizadora siempre brilla sobre el trasfondo
de la memoria agradecida: es una gracia que necesitamos
pedir. Los Apóstoles jamás olvidaron el momento en que Jesús
les tocó el corazón: « Era alrededor de las cuatro de la tarde »
(Jn 1,39).
[…] A veces se trata de personas sencillas y cercanas que nos
iniciaron en la vida de la fe: « Tengo presente la sinceridad de
81
tu fe, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice »
(2 Tm 1,5). El creyente es fundamentalmente «memorioso».
Hago memoria de mi encuentro vital con Jesús
• ¿Cuándo, dónde, en qué circunstancia me cautivó, me
enamoró el corazón?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Quién, o quiénes fueron mediadores de este encuentro?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Con quiénes compartí esta experiencia? ¿Cuáles fueron mis
primeros pasos?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
•
¿Cómo podemos lanzarnos a la misión, al anuncio, al
encuentro de los demás convencidos que Jesús tiene
siempre la iniciativa?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué anuncio está esperando hoy el ambiente en el que
vivo?
………………………………………………………………………………………
82
………………………………………………………………………………………
A la luz de estos textos
• ¿Qué digo mirando mi comunidad, mi grupo?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué transparenta nuestro rostro a los demás? ¿Por qué?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
“La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento
y la comodidad. De hecho, los que más disfrutan de la vida son
los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la
misión de comunicar vida a los demás.”
“Un evangelizador no debería tener permanentemente cara de
funeral.”
E.G.10
“Jesús es «el primero y el más grande evangelizador».
En cualquier forma de evangelización el primado es siempre
de Dios, que quiso llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos
con la fuerza de su Espíritu. La verdadera novedad es la que
Dios mismo misteriosamente quiere producir, la que Él inspira,
la que Él provoca, la que Él orienta y acompaña de mil
maneras. En toda la vida de la Iglesia debe manifestarse
siempre que la iniciativa es de Dios, que « Él nos amó
primero » (1 Jn 4,19) y que «es Dios quien hace crecer» (1 Co
3,7). Esta convicción nos permite conservar la alegría en medio
de una tarea tan exigente y desafiante que toma nuestra vida
por entero. Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece
todo.”
83
V - Oración final:
Padre de bondad,
Tú que eres rico en amor y misericordia,
que nos enviaste a tu Hijo Jesús
para nuestra salvación,
escucha a tu Iglesia misionera.
Que todos los bautizados
sepamos responder al llamado de Jesús:
"Vayan y hagan que todos los pueblos
sean mis discípulos".
Fortalece con el fuego de tu Espíritu
a todos los misioneros,
que en tu nombre anuncian
la Buena Nueva del Reino.
María, Madre de la Iglesia
y Estrella de la Evangelización,
acompáñanos y concédenos
el don de la perseverancia
en nuestro compromiso misionero.
84
FICHA 2
¡ATRÉVETE UN POCO MÁS!
I – Francisco en su carta nos dice:
“La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros
que primerean, que se involucran, que acompañan, que
fructifican y festejan.
[…] La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor
tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor (cf. 1 Jn
4,10); y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa
sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a
los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vive un
deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber
experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza
difusiva.
[…] la Iglesia sabe «involucrarse». Jesús lavó los pies a sus
discípulos. El Señor se involucra e involucra a los suyos,
poniéndose de rodillas ante los demás para lavarlos.
[…] La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos
en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se
abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida
humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo. Los
evangelizadores tienen así «olor a oveja» y éstas escuchan su
voz.
[…] la comunidad evangelizadora se dispone a «acompañar».
Acompaña a la humanidad en todos sus procesos, por más
duros y prolongados que sean. Sabe de esperas largas y de
aguante apostólico. La evangelización tiene mucho de
paciencia, y evita maltratar límites.
[…] La comunidad evangelizadora siempre está atenta a los
frutos, porque el Señor la quiere fecunda. Cuida el trigo y no
pierde la paz por la cizaña. El discípulo sabe dar la vida entera
y jugarla hasta el martirio como testimonio de Jesucristo, pero
su sueño no es llenarse de enemigos, sino que la Palabra sea
acogida y manifieste su potencia liberadora y renovadora. […]
85
la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar».
Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en
la evangelización.
E. G. 24
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud.
Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: «Señor, si
quieres, puedes purificarme». Jesús extendió la mano y lo tocó,
diciendo: «Lo quiero, queda purificado». Y al instante quedó
purificado de su lepra. Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie,
pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que
ordenó Moisés para que les sirva de testimonio»”.
Mateo 8, 1 - 4
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Cuando leemos el Evangelio de Mateo entre los capítulos 8 y 9
nos encontramos con 10 milagros (o diez acciones de poder de
Jesús). Todas las narraciones que siguen a continuación
destacan la acción misericordiosa de Jesús con los necesitados
y se va viendo cómo va formando –desde diversas procedencias
y situaciones- un pueblo bendecido por la gracia del Reino de
los Cielos.
Jesús revela así a Dios Padre en su amor infinito por los
hombres y en el poder que da la salvación, así afirma su
mensaje sobre el Reino de los Cielos.
La primera acción misericordiosa de Jesús se dirige a un
leproso.
El leproso es el ejemplo típico de la persona marginada por la
ley de pureza. Según esta ley, un leproso no tenía acceso a Dios
en el Templo, allí no había espacio para él. Pero tampoco lo
había en la ciudad y no le eran concedidos ninguno de sus
derechos ciudadanos. Estaba sometido a la vergüenza pública,
ya que por donde fuera tenía que gritar para que todos
corrieran a apartarse de él.
86
Este leproso toma la iniciativa, rompe con la norma y se
aproxima a Jesús para pedirle la curación. Lo hace con los
bellos términos de un pobre del Reino: “Si quieres”.
También Jesús rompe la norma y lo toca: “Extendió la mano, lo
tocó…”. Y sucede algo inédito: ¡el puro toca al impuro y lo
purifica! Todo lo contrario de lo que pensaba la gente.
Jesús es misericordioso. Se inclina hasta la situación de la
persona y la atrae hasta el corazón de Dios.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
“Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y
los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la
Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida»
misionera. […] todos somos invitados a aceptar este llamado:
salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las
periferias que necesitan la luz del Evangelio”.
E. G. 20
“La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de
los discípulos es una alegría misionera. […] tiene la dinámica
del éxodo y del don, del salir de sí, del caminar y sembrar
siempre de nuevo, siempre más allá”...
•
¿Puedo identificar mis periferias?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Quiénes son en mi familia, en mi trabajo, entre mis
vecinos? ¿Descubro periferias en mi comunidad?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
87
•
¿Tengo comodidades que me cuesta dejar?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué éxodo tengo que emprender? Ideas, prejuicios,
cansancio, criterios, individualismo.
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo:
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
A la luz de este texto
“La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad
itinerante, y la comunión « esencialmente se configura como
comunión misionera». Fiel al modelo del Maestro, es vital que
hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos
los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin
miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no
puede excluir a nadie”.
E. G. 23
•
¿De qué realidades cercanas no hablamos en la comunidad,
en el grupo por miedo?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué dice nuestro testimonio de intimidad con Jesús y de
comunidad a los que no se acercan?
………………………………………………………………………………………
88
………………………………………………………………………………………
¿Por qué?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
¿Qué necesitamos
convertir
para
testimoniar?
UNA IGLESIA
en salida
que primerea
se involucra
acompaña
fructifica
festeja
¿Qué obras
y
gestos
podemos
iniciar
para
testimoniar?
V - Oración final:
Salmo por la justicia y la paz
Cristo, en tus manos el Padre ha puesto todo poder;
en tus manos ha puesto la justicia para la historia;
conduce a tu pueblo elegido con justicia y equidad,
y a los humildes levántalos del polvo de la tierra.
Que de los montes, de lo alto, venga la paz para tu pueblo;
que la justicia descienda hasta el último rincón de tu Reino;
que los pobres, los oprimidos, los marginados tengan pan;
89
que los hijos de los pobres, los sin nada, tengan techo.
Que el hombre nuevo, Señor Jesús, se comprometa
en la lucha por la justicia,
para que la voluntad de tu Padre se haga realidad;
que la paz surja de los bienes compartidos entre todos,
como hermanos, y los más débiles
puedan levantarse y ser de los que pueden compartir.
Que tu Espíritu de amor y comunión entre los hombres,
nos ayude, paso a paso, a hacer un pueblo unido en alianza.
Emilio Mazariegos
90
FICHA 3
¡DESDE EL CORAZÓN DEL EVANGELIO, AUDACES Y
CREATIVOS!
I – Francisco en su carta nos dice:
Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. […]
prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a
la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la
comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero
una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine
clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si
algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la
luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una
comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido
y de vida. Más que el temor a equivocarnos, espero que nos
mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan
una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces
implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos,
mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos
repite sin cansarse: « ¡Dadles vosotros de comer! » (Mc 6,37).
E. G. 49
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de
Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por
ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta
desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de
diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos
sobre cada uno de ellos, los curaba. De muchos salían
demonios, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los
91
increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el
Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La
multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían
retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo:
«También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia
del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado». Y
predicaba en las sinagogas de toda la Judea”.
Lucas 4, 38-44
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Este texto nos ayuda a encontrarnos con el rostro de Jesús
evangelizador.
Jesús es un misionero obediente al Padre; nunca pierde de vista
que se trata de la obra de Dios y que el Padre es la fuente
última de toda su acción.
Tiene gran libertad de corazón, tanto cuando le profieren
amenazas y presiones como frente al pueblo que comprende su
misión y lo acoge. Puede no apegarse a ellos cuando “tratan de
retenerlo”, sabiendo que “también a otras ciudades tiene que
anunciar el evangelio”.
Incansable, celoso de su misión; como misionero itinerante que
es, va en busca de la oveja perdida donde quiera que ésta se
encuentre y por eso siempre está en movimiento. Jesús sabe
que debe llegar a todos los rincones de la geografía humana,
por eso ¡No se instala!
También conocemos su corazón misericordioso y su modo de
pasar haciendo el bien. Cura a la suegra de Simón inclinándose,
un gesto tierno el de abajarse ante quien está postrado.
En medio de la multitud, Jesús no pierde de vista al individuo,
se aproxima a la realidad de cada uno. Frente al sufrimiento
que le presentan, no siente repugnancia, aversión, no toma
distancia, al contrario toma contacto físico: “Él ponía las
manos sobre cada uno de ellos”.
92
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
•
¿Qué hábitos personales me mantienen cerrado, seguro,
aislado?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Me urge el anuncio del Evangelio?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué me inquieta y me preocupa? Doctrina, formación,
estructura, contención, miedo a equivocarme…
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué experiencias de gozo misionero puedo traer a mi
memoria?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la
transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se
intenta imponer a fuerza de insistencia. Cuando se asume un
objetivo pastoral y un estilo misionero, que realmente llegue a
todos sin excepciones ni exclusiones, el anuncio se concentra
en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más
atractivo y al mismo tiempo lo más necesario.
E. G. 35
93
No hay que mutilar la integralidad del mensaje del Evangelio.
[…] El Evangelio invita ante todo a responder al Dios amante
que nos salva, reconociéndolo en los demás y saliendo de
nosotros mismos para buscar el bien de todos. ¡Esa invitación
en ninguna circunstancia se debe ensombrecer!
E. G. 39
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas.
Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no
implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas
veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad
para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias
para acompañar al que se quedó al costado del camino.
E. G. 46
Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe
llegar a todos, sin excepciones. Pero ¿a quiénes debería
privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una
orientación contundente: no tanto a los amigos y vecinos ricos
sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser
despreciados y olvidados, a aquellos que «no tienen con qué
recompensarte» (Lc 14,14). No deben quedar dudas ni caben
explicaciones que debiliten este mensaje tan claro. Hoy y
siempre, «los pobres son los destinatarios privilegiados del
Evangelio»,* y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos
es signo del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin
vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los
pobres. Nunca los dejemos solos.
E. G. 48
•
¿Cómo es nuestra paciencia y confianza misionera? ¿Qué nos
impide acompañar al que se queda en el camino?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
94
•
¿Qué realidades de pobreza tenemos en nuestro barrio?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué anuncio y atención concreta ofrecemos a los pobres de
nuestra vecindad?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
[…] la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay
lugar para cada uno con su vida a cuestas.
E. G. 47
•
¿Qué comportamientos tenemos aún de Iglesia aduana, qué
requisitos exigimos a los que se acercan, cómo los
abordamos? ¿Somos más curiosos que receptivos?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué realidades de pobreza tenemos en nuestro barrio?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué gestos acogedores podemos generar?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
95
V - Oración final:
Oración para Sonreír
Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.
Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén.
Madre Teresa de Calcuta M.C.
96
FICHA 4
DAR LA VIDA POR LOS DEMÁS EN LA MISIÓN
I – Francisco en su carta nos dice:
Cuando más necesitamos un dinamismo misionero que lleve sal
y luz al mundo, muchos laicos sienten el temor de que alguien
les invite a realizar alguna tarea apostólica, y tratan de
escapar de cualquier compromiso que les pueda quitar su
tiempo libre.
[…] como si una tarea evangelizadora fuera un veneno
peligroso y no una alegre respuesta al amor de Dios que nos
convoca a la misión y nos vuelve plenos y fecundos.
Algunos se resisten a probar hasta el fondo el gusto de la
misión y quedan sumidos en una acedia paralizante.
E. G. 81
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“Y les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece
a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero
mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en
medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron
las espigas, también apareció la cizaña.
Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron:
«Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo
es que ahora hay cizaña en él? El les respondió: «Esto lo ha
hecho algún enemigo». Los peones replicaron: «¿Quieres que
vayamos a arrancarla?». «No, les dijo el dueño, porque al
arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el
trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces
diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla
en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi
granero»”.
Mateo 13, 24 – 30
97
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Jesús nos coloca frente a una realidad frecuente que muchos
llevamos dentro: la impaciencia. Nos enseña a ampliar los
horizontes a partir de un caso concreto y a tener actitudes
coherentes con la manera como acontece el Reino de los Cielos
en el mundo. La parábola del “trigo y la cizaña” se desarrolla
en el fuerte contraste de dos realidades opuestas, que
mediante una dinámica propia, conduce a la victoria final de
aquello que había sido amenazado. El trigo y la cizaña pueden
estar juntas durante mucho tiempo –aún con detrimento de la
primera-, pero al final serán separadas.
Aquí en la tierra todo se da mezclado: al lado de los buenos
están los malos. Esta convivencia continuará, según dice el
propietario del campo de la parábola: “Dejen que ambos
crezcan juntos hasta la siega”. Esto no debe desanimar a los
discípulos: no se trata de ceder ante los ataques del mal, al
contrario se nos pide mantener una vigilancia activa y sostener
un esfuerzo grande de evangelización.
Junto a este sentido de responsabilidad que debe tener cada
bautizado, esta parábola nos deja una bellísima lección sobre la
paciencia: así como el dueño del campo, Dios le da tiempo a
cada persona, y estará esperando por su conversión hasta el
final. No nos corresponde a nosotros juzgar sino trabajar todos
los días por la santidad.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
…la mayor amenaza, es el gris pragmatismo de la vida
cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede
con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y
degenerando en mezquindad». Se desarrolla la psicología de
la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en
momias de museo. Desilusionados con la realidad, con la
Iglesia o consigo mismos, viven la constante tentación de
98
apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera
del corazón como «el más preciado de los elixires del
demonio». Llamados a iluminar y a comunicar vida, finalmente
se dejan cautivar por cosas que sólo generan oscuridad y
cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apostólico.
E. G. 83
Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la
audacia es la conciencia de derrota que nos convierte en
pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre.
[…] El mal espíritu de la derrota es hermano de la tentación de
separar antes de tiempo el trigo de la cizaña, producto de una
desconfianza ansiosa y egocéntrica.
E. G. 85
•
¿Cómo describiría en este hoy mi identidad, pertenencia,
protagonismo de discípulo misionero? ¿Qué valor le pondría
del 1 al 10?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
Repaso ¿cuáles son mis pensamientos más frecuentes?, ¿qué
palabras expreso con más espontaneidad?, ¿qué mirada
surge en mí frente a los imprevistos, a los obstáculos en mi
tarea evangelizadora?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
…en algunos lugares se produjo una «desertificación»
espiritual, fruto del proyecto de sociedades que quieren
99
construirse sin Dios o que destruyen sus raíces cristianas. […] la
propia familia o el propio lugar de trabajo puede ser ese
ambiente árido donde hay que conservar la fe y tratar de
irradiarla. […] En el desierto se vuelve a descubrir el valor de
lo que es esencial para vivir; así, en el mundo contemporáneo,
son muchos los signos de la sed de Dios, del sentido último de
la vida, a menudo manifestados de forma implícita o negativa.
Y en el desierto se necesitan sobre todo personas de fe que,
con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra
prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza». En
todo caso, allí estamos llamados a ser personas-cántaros
para dar de beber a los demás. A veces el cántaro se convierte
en una pesada cruz, pero fue precisamente en la cruz donde,
traspasado, el Señor se nos entregó como fuente de agua viva.
¡No nos dejemos robar la esperanza!
E. G. 86
•
¿En qué ambientes en los que nos movemos experimentamos
este desierto espiritual?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
Compartamos cómo hemos compartido nuestra fe en esas
situaciones, cómo la hemos contagiado, cómo hemos
aportado nuestro ser sal y luz.
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
100
Hoy se puede advertir en muchos agentes pastorales, incluso
en personas consagradas, una preocupación exacerbada por
los espacios personales de autonomía y de distensión, que
lleva a vivir las tareas como un mero apéndice de la vida,
como si no fueran parte de la propia identidad. Al mismo
tiempo, la vida espiritual se confunde con algunos momentos
religiosos que brindan cierto alivio pero que no alimentan el
encuentro con los demás, el compromiso en el mundo, la
pasión evangelizadora. Así, pueden advertirse en muchos
agentes evangelizadores, aunque oren, una acentuación del
individualismo, una crisis de identidad y una caída del
fervor. Son tres males que se alimentan entre sí.
E. G. 78
Se desarrolla en los agentes pastorales, más allá del estilo
espiritual o la línea de pensamiento que puedan tener, un
relativismo todavía más peligroso que el doctrinal. Tiene que
ver con las opciones más profundas y sinceras que determinan
una forma de vida. Este relativismo práctico es actuar como
si Dios no existiera, decidir como si los pobres no existieran,
soñar como si los demás no existieran, trabajar como si
quienes no recibieron el anuncio no existieran. Llama la
atención que aun quienes aparentemente poseen sólidas
convicciones doctrinales y espirituales suelen caer en un estilo
de vida que los lleva a aferrarse a seguridades económicas, o
a espacios de poder y de gloria humana que se procuran por
cualquier medio, en lugar de dar la vida por los demás en la
misión. ¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!
E. G. 80
•
¿Qué tentaciones padecemos como comunidad?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
101
•
¿Nos identificamos con algunas de las que menciona
Francisco? ¿Compartimos y nos alentamos para superar
nuestras crisis o nos aislamos?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Con qué pretextos escondemos nuestro querer “borrarnos”,
nuestro relativismo?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
V - Oración final:
Espíritu Santo, dador de vida nueva
que podamos reconocer a Jesús como Señor.
Enséñanos a creer, a orar y a imaginar
lo mejor y más humano.
Ábrenos a un futuro más fraterno
y enséñanos a creer que eres ternura
y cercanía personal de Dios.
Ayúdanos a esperar más allá de nuestras fuerzas
y de nuestras propias esperanzas.
Que la fuerza que nos viene del Resucitado
nos saque del encierro
y nos anime a enfrentar los problemas históricos
dando testimonio de su resurrección
con valentía y con altura.
Que no desperdiciemos la vida
nueva que hemos recibido
por medio de tu soplo inefable
porque es la vida del mismo Dios
dada a cada uno para hacer que su Reino
sea una realidad en medio de nuestro pueblo que sufre.
102
FICHA 5
SALIR DE SÍ MISMO PARA UNIRSE A OTROS HACE BIEN
I – Francisco en su carta nos dice:
El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la
desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las
actitudes defensivas que nos impone el mundo actual. […] así
como algunos quisieran un Cristo puramente espiritual, sin
carne y sin cruz, también se pretenden relaciones interpersonales sólo mediadas por aparatos sofisticados, por pantallas
y sistemas que se puedan encender y apagar a voluntad.
Mientras tanto, el Evangelio nos invita siempre a correr el
riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia
física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su
alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. La
verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del
don de sí, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la
reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de Dios, en su
encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura.
E.G.88
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se
indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes
saben que aquellos a quienes se considera gobernantes,
dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los
poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe
suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga
servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga
servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino
para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por
una multitud»”.
Marcos 10, 41 – 45
103
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Si leemos los versículos anteriores a este texto del evangelio
nos encontramos con la madre de Santiago y Juan, que aparece
en escena, no pronuncia palabra y se postra para adorar a
Jesús. Seguramente todo lo que sabía y había oído acerca de
Jesús se lo habían contado los hijos que seguían al maestro
desde el momento en que Él los llamó.
Jesús en ese gesto, capta el deseo de esta madre para pedirle
algo, y ante la pregunta ¿Qué deseas?, ella le dice “Manda que
estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y el otro a tu
izquierda en tu reino”.
Esta mujer reconoce la autoridad que tiene Jesús, cree en todo
lo que sus hijos le han dicho de Él; y ahora le pide que los haga
partícipes de sus planes y proyectos. Apunta alto. No dice
simplemente que “se sienten contigo”, sino “a tu derecha y a
tu izquierda”; los puestos de honor.
Jesús la pensaba muy distinto, no se trata de un ‘premio’ a la
buena conducta, “¿Son capaces de sufrir lo que yo voy a
sufrir?”.
Los otros diez estaban escuchando atentamente este original
diálogo; y dice el texto que se enojaron con los dos hermanos.
¿Sería por lo que pedían o porque no los habían tenido en
cuenta a todos?
Jesús entonces les da una lección. No se trata de mandar sino
de servir. Este es el único camino que nos puede hacer grandes.
Esto no lo dice simplemente porque sabe que es así, sino
porque, El lo ha experimentado en su vida haciéndose una vez
más maestro de vida.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
[…] el único camino consiste en aprender a encontrarse con los
demás con la actitud adecuada, que es valorarlos y
aceptarlos como compañeros de camino, sin resistencias
internas. Mejor todavía, se trata de aprender a descubrir a
104
Jesús en el rostro de los demás, en su voz, en sus reclamos.
También es aprender a sufrir en un abrazo con Jesús
crucificado cuando recibimos agresiones injustas o
ingratitudes, sin cansarnos jamás de optar por la
fraternidad.
E.G.91
…me duele tanto comprobar cómo en algunas comunidades
cristianas, y aun entre personas consagradas, consentimos
diversas formas de odio, divisiones, calumnias, difamaciones,
venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa
de cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una
implacable caza de brujas. ¿A quién vamos a evangelizar con
esos comportamientos?
•
¿Cuál es mi experiencia de fraternidad?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué recursos alimentan y fortalecen la vida comunitaria?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué cosas, gestos, palabras, actitudes empobrecen,
aniquilan la vida fraterna?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
…se alimenta la vanagloria de quienes se conforman con tener
algún poder y prefieren ser generales de ejércitos derrotados
antes que simples soldados de un escuadrón que sigue
luchando. […] nos entretenemos vanidosos hablando sobre «lo
105
que habría que hacer» —el pecado del «habriaqueísmo»— como
maestros espirituales y sabios pastorales que señalan desde
afuera. Cultivamos nuestra imaginación sin límites y perdemos
contacto con la realidad sufrida de nuestro pueblo fiel.
E.G.96
Pidamos al Señor que nos haga entender la ley del amor. ¡Qué
bueno es tener esta ley! ¡Cuánto bien nos hace amarnos los
unos a los otros en contra de todo! Sí, ¡en contra de todo!
•
¿Qué lista de habriaqueísmo tenemos ya registrada hace
tiempo en nuestro grupo o comunidad?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
+¿Qué ofrecen nuestros vínculos comunitarios a los que no
creen, están lejos o se sienten fuera? ¿Aportamos
humanidad?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
Los desafíos están para superarlos. Seamos realistas, pero sin
perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada. ¡No nos
dejemos robar la fuerza misionera!
E.G.109
•
¿Nos animamos a formular un decálogo de vida comunitaria?
106
12345678910•
¿Qué actitudes espantan, escandalizan a los que no forman
parte de la comunidad?
V - Oración final:
Comunidad Misionera
Señor, haz que tus dones
se hagan vida en nuestra Comunidad.
Necesitamos personas
que sepan escuchar.
Personas que crean la paz.
Personas que construyan la unidad y la comunidad,
que equilibran y reconcilian,
que dan testimonio
y que dicen la verdad, sin lastimar.
Necesitamos personas
en las que tu Espíritu resplandece,
que irradien esperanza
y desinteresadamente se comprometan,
107
para Ti y tu Reino.
Señor, danos personas capaces
de conmover a otros con su actitud,
personas que rezan
y que también hacen realidad esa oración.
Señor, convierte nuestra Comunidad,
en una comunidad misionera,
digna de ser colaboradora tuya,
en el servicio de la salvación del mundo.
Amén.
108
FICHA 6
NADIE SE SALVA SÓLO
I – Francisco en su carta nos dice:
Esta salvación, que realiza Dios y anuncia gozosamente la
Iglesia, es para todos, y Dios ha gestado un camino para unirse
a cada uno de los seres humanos de todos los tiempos. Ha
elegido convocarlos como pueblo y no como seres aislados.
Nadie se salva solo, esto es, ni como individuo aislado ni por
sus propias fuerzas. Dios nos atrae teniendo en cuenta la
compleja trama de relaciones interpersonales que supone la
vida en una comunidad humana. Este pueblo que Dios se ha
elegido y convocado es la Iglesia.
E.G.113
II – Nos alegramos con el Evangelio:
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para
expulsar a toda clase de demonios y para curar las
enfermedades.
Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los
enfermos, diciéndoles:
«No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni
dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno.
Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de
partir.
Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo
de sus pies, en testimonio contra ellos».
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena
Noticia y curando enfermos en todas partes.
Lucas 9,1-6.
109
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Leyendo el evangelio de Lucas, en el capítulo 6, 12 – 16 los
discípulos han ido conociendo quiénes eran los destinatarios de
la Buena Noticia del Reino, cuáles eran los contenidos y la
finalidad de la misión de Jesús.
Ahora es su turno; porque su misión es una extensión de la
misión de Jesús.
Los doce son convocados con solemnidad y Jesús les
comunica la misma fuerza que lo ha acompañado en el
combate contra el demonio y el mismo poder con que ha hecho
curaciones.
Los apóstoles son enviados. Confiados plenamente en la
providencia de Dios, renunciando a sus seguridades habituales.
Viviendo la acogida y el rechazo, siempre y completamente
disponibles para el trabajo evangélico.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios, de acuerdo con el gran
proyecto de amor del Padre. Esto implica ser el fermento de
Dios en medio de la humanidad. […] La Iglesia tiene que ser el
lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda
sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la
vida buena del Evangelio.
E.G.114
Recojo mi experiencia y vivencia de sentirme
ACOGIDO
…………………………………………………………………
AMADO
…………………………………………………………………
110
PERDONADO
………………………………………………………………..
ALENTADO
………………………………………………………………..
•
¿Qué recibo de mis prójimos que me ayudan a vivir como
pueblo?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
En estos dos milenios de cristianismo, innumerable cantidad de
pueblos han recibido la gracia de la fe, la han hecho florecer
en su vida cotidiana y la han transmitido según sus modos
culturales propios. Cuando una comunidad acoge el anuncio de
la salvación, el Espíritu Santo fecunda su cultura con la fuerza
transformadora del Evangelio. De modo que, como podemos
ver en la historia de la Iglesia, el cristianismo no tiene un
único modo cultural, sino que, «permaneciendo plenamente
uno mismo, en total fidelidad al anuncio evangélico y a la
tradición eclesial, llevará consigo también el rostro de tantas
culturas y de tantos pueblos en que ha sido acogido y
arraigado»
E.G.116
•
¿Cómo expresa su fe mi barrio, mi vecindad, mi comunidad,
mi grupo de servicio?
Procesiones, agua bendita, peregrinaciones, visitas a los
santuarios, venerar reliquias de los santos, misas por
difuntos,…. unción de los enfermos….
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
111
•
¿Con qué gestos de piedad crecí o conocí en mi familia?
¿Cuáles conservo hoy?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
•
¿Qué nuevas realidades culturales me interpelan hoy?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Las asumo?, ¿Me urge el anuncio del Evangelio?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Vivo sólo el desconcierto y no me atrevo a abordarlas?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
V - Oración final:
El viento del Espíritu en acción
Tu Espíritu es viento
que sopla donde quiere, libre y liberador,
vencedor de la ley, del pecado y de la muerte.
Tu Espíritu es viento
que se apoderó de Jesús para enviarlo a anunciar
la buena nueva a los pobres y la liberación de los cautivos.
112
Tu Espíritu es viento que se llevó en Pentecostés
el miedo de los apóstoles
y abrió de par en par las puertas del cenáculo,
para que la comunidad de los seguidores de Jesús
fuera siempre al mundo y libre en su palabra
y coherente en su testimonio e indecible en su esperanza.
Al viento de su Espíritu
que se lleva siempre nuestros miedos
y nos abraza en Iglesia fraterna
para que vivamos unidos en el servicio.
Tu Espíritu es viento
que reduce a cenizas
la prepotencia, la hipocresía y el lucro
y alimenta las llamas de la justicia y de la liberación
y es el alma del Reino.
Para que seamos viento en el viento, hermanos.
113
FICHA
TODOS Y SIEMPRE DISCÍPULOS MISIONEROS
I – Francisco en su carta nos dice:
En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de
Dios se ha convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28,19).
Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en
la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente
evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de
evangelización llevado adelante por actores calificados donde
el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La
nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de
cada uno de los bautizados. […] Todo cristiano es misionero en
la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en
Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y
«misioneros», sino que somos siempre «discípulos misioneros».
E.G.120
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“El Ángel del Señor dijo a Felipe: «Levántate y ve hacia el sur,
por el camino que baja de Jerusalén a Gaza: es un camino
desierto». El se levantó y partió. Un eunuco etíope, ministro
del tesoro y alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía,
había ido en peregrinación a Jerusalén y se volvía, sentado en
su carruaje, leyendo al profeta Isaías.
El Espíritu Santo dijo a Felipe: «Acércate y camina junto a su
carro». Felipe se acercó y, al oír que leía al profeta Isaías, le
preguntó: «¿Comprendes lo que estás leyendo?». El respondió:
«¿Cómo lo puedo entender, si nadie me lo explica?». Entonces
le pidió a Felipe que subiera y se sentara junto a él. El pasaje
de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente: "Como
oveja fue llevado al matadero; y como cordero que no se queja
114
ante el que lo esquila, así él no abrió la boca. En su
humillación, le fue negada la justicia. ¿Quién podrá hablar de
su descendencia, ya que su vida es arrancada de la tierra?" El
etíope preguntó a Felipe: «Dime, por favor, ¿de quién dice esto
el Profeta? ¿De sí mismo o de algún otro?». Entonces Felipe
tomó la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura,
le anunció la Buena Noticia de Jesús. Siguiendo su camino,
llegaron a un lugar donde había agua, y el etíope dijo: «Aquí
hay agua, ¿qué me impide ser bautizado?».
[Felipe dijo: «Si crees de todo corazón, es posible». «Creo,
afirmó, que Jesucristo es el Hijo de Dios».] Y ordenó que
detuvieran el carro; ambos descendieron hasta el agua, y Felipe
lo bautizó.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor, arrebató a
Felipe, y el etíope no lo vio más, pero seguía gozoso su camino.
Felipe se encontró en Azoto, y en todas las ciudades por donde
pasaba iba anunciando la Buena Noticia, hasta que llegó a
Cesarea”.
Hechos 8,26 -40
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Este episodio del eunuco a quien evangeliza y bautiza Felipe es
un relato bastante paralelo al de los discípulos de Emaús. En el
texto de Lucas la catequesis la hizo el mismo Jesús y concluye
en la fracción del pan. Ahora es un diácono el que anuncia la fe
y termina con el Bautismo.
El proceso está bien descrito. El eunuco, pagano, tiene buena
disposición religiosa. No puede ser admitido al pueblo de Israel,
pero lee sus Escrituras. Tiene curiosidad por saber quién es el
Siervo de Yahvé. Felipe, a partir de esa situación -sube a la
carroza del eunuco: todo un símbolo-, entra en diálogo con él,
le explica las Escrituras y le da a conocer a Jesús como el
Mesías, el Siervo y el Salvador.
El eunuco es bautizado, y sigue su camino lleno de alegría. ¿Fue
el primer pagano que recibió el Bautismo? ¿dónde fue a parar?
115
¿fundó alguna comunidad en su tierra? No lo sabemos. Por su
parte, el diácono es conducido por el Espíritu a seguir
evangelizando en otro lugar.
Felipe ayudó al eunuco a partir del texto que estaba leyendo.
Cada una de las personas con las que nos encontramos tiene su
formación, su sensibilidad, sus dones, sus ansias, sus miedos.
Nosotros podemos como Felipe, entrar en diálogo, acompañar
en el camino y ayudar a descubrir a Cristo. Como el mismo
Jesús, que también se hizo compañero de camino de los de
Emaús y con paciencia los iluminó para que comprendieran los
planes de Dios.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
…todos estamos llamados a crecer como evangelizadores.
Procuramos al mismo tiempo una mejor formación, una profundización de nuestro amor y un testimonio más claro del
Evangelio. En ese sentido, todos tenemos que dejar que los
demás nos evangelicen constantemente; pero eso no significa
que debamos postergar la misión evangelizadora, sino que
encontremos el modo de comunicar a Jesús que corresponda a
la situación en que nos hallemos. En cualquier caso, todos
somos llamados a ofrecer a los demás el testimonio explícito
del amor salvífico del Señor, que más allá de nuestras
imperfecciones nos ofrece su cercanía, su Palabra, su fuerza, y
le da un sentido a nuestra vida. Tu corazón sabe que no es lo
mismo la vida sin Él; nuestra imperfección no debe ser una
excusa…
E.G.121
Hoy que la Iglesia quiere vivir una profunda renovación
misionera, hay una forma de predicación que nos compete a
todos como tarea cotidiana. Se trata de llevar el Evangelio a
las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como
116
a los desconocidos. […] Ser discípulo es tener la disposición
permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce
espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza,
en el trabajo, en un camino.
E.G.127
SOY UN ENVIADO
SOY UN DISCIPULO MISIONERO
•
¿Qué sentimientos me provoca escuchar esto?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué temores me despierta?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
En lo cotidiano, ¿vivo con humildad y valentía mi misión?
¿Por qué?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
El Espíritu Santo también enriquece a toda la Iglesia
evangelizadora con distintos carismas. Son dones para renovar
y edificar la Iglesia.* No son un patrimonio cerrado, entregado
a un grupo para que lo custodie; más bien son regalos del
Espíritu integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el
centro que es Cristo, desde donde se encauzan en un impulso
evangelizador. Un signo claro de la autenticidad de un carisma
117
es su eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente
en la vida del santo Pueblo fiel de Dios para el bien de todos.
E.G.130
La diversidad tiene que ser siempre reconciliada con la ayuda
del Espíritu Santo; sólo Él puede suscitar la diversidad, la
pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la
unidad […] imponer la uniformidad, la homologación. Esto no
ayuda a la misión de la Iglesia.
E.G.131
•
En mi comunidad, en mi ambiente hay talentos que
permanecen ocultos, dones que están encerrados o
desperdiciados?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Cómo animar a qué se compartan, a qué se expresen?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué experiencia tenemos del desafío de vivir la diversidad
y la unidad?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
•
¿Qué actitudes de Felipe nos movilizan? ¿Cuáles estamos
dispuestos a imitar?
118
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué aportamos a los demás en nuestros encuentros y
diálogos?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué diálogos evangelizadores tendríamos que entablar? ,
¿Con quiénes?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
V - Oración final:
Querido Jesús:
nos enseñaste con palabras y con tu ejemplo
cuál es la misión y el objetivo de la Iglesia, tu pueblo,
para que ella sea, en medio de la humanidad,
la gran manifestación de la presencia
de Dios Salvador,
sin tener en cuenta la raza,
el color o la cultura de cada pueblo,
pues todos por igual estamos llamados
a participar del Reino.
Por eso le pedimos a Dios, por tu intermedio,
que toda la Iglesia, como esta comunidad,
sepa hacerse todo para todos
a fin de que la buena noticia
sea divulgada y conocida
por todos los que buscan
la verdad con sincero corazón.
119
Te pedimos que envíes tu Santo Espíritu
como lo enviaste sobre los Apóstoles en Pentecostés
para que no sólo vivamos conforme a tu Palabra
sino también para que seamos una comunidad misionera.
120
FICHA 8
NO NOS HAGAMOS LOS DISTRAÍDOS
I – Francisco en su carta nos dice:
…dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y
socorrerlo. […] Hacer oídos sordos a ese clamor, cuando
nosotros somos los instrumentos de Dios para escuchar al
pobre, nos sitúa fuera de la voluntad del Padre y de su
proyecto […] La palabra «solidaridad» está un poco desgastada
y a veces se la interpreta mal, pero es mucho más que algunos
actos esporádicos de generosidad. Supone crear una nueva
mentalidad que piense en términos de comunidad, de
prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los
bienes por parte de algunos.
E.G. 187
…Quisiera que se escuchara el grito de Dios preguntándonos a
todos: « ¿Dónde está tu hermano? » (Gn 4,9). ¿Dónde está tu
hermano esclavo? ¿Dónde está ese que estás matando cada día
en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los niños
que utilizas para mendicidad, en aquel que tiene que trabajar
a escondidas porque no ha sido formalizado? No nos hagamos
los distraídos. Hay mucho de complicidad. ¡La pregunta es para
todos!
E.G. 211
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan,
benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les
fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve
hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron
121
de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me
vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver".
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de
beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te
vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a
verte?". Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que
lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron
conmigo"”.
Mateo 25, 34-40
Apuntes para ayudar en la reflexión:
El evangelio nos proyecta en el momento final. Nos
encontramos ante una representación escénica del juicio final
con imágenes decisivas. En el centro está Jesús, Rey universal,
ante quien todas las generaciones de la tierra deben
presentarse para recibir la sentencia definitiva. Este Rey
glorioso es diferente de los reyes de la tierra, es un rey con
actitudes y corazón de pastor que dando la sentencia, respeta y
ama.
La escena está dispuesta a partir del contraste de dos grupos:
los que están a la derecha y los que están a la izquierda.
El juicio que Jesús pronunciará entonces, será el mismo que
hoy nosotros hacemos ante el pobre, el pequeño, el necesitado;
acogiéndolo o rechazando su presencia.
El tema fundamental del juicio será el amor, las obras
de misericordia, expresadas en situaciones humanas bien
concretas: hambre, sed, hospitalidad, desnudez, enfermedad,
prisión.
No bastarán los buenos sentimientos ni las palabras de aliento,
sólo serán tenidas en cuenta aquellas acciones con las cuales
hemos promovido, defendido, cuidado, protegido la vida del
hermano.
Jesús se identifica con los pequeños, en ellos tenemos
su visibilidad concreta. Son ellos el lugar privilegiado donde Él
122
se nos revela día a día. Jesús nos ha trazado el camino para
realizarnos realmente como hijos de Dios.
Cuando expresamos nuestra atención y nuestra ternura a
aquellos que a los ojos humanos no cuentan tanto, que son
considerados últimos, amamos a Jesús que por amor a nosotros
se hizo el último y cargó sobre sí nuestras limitaciones,
fragilidades y pecados. Cuando amamos de corazón
reproducimos en nosotros los mismos sentimientos de Jesús,
que pasó por este mundo derramando la ternura y compasión
del Padre sobre los más desheredados de la tierra.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
Jesús nos enseñó este camino de reconocimiento del otro
con sus palabras y con sus gestos. ¿Para qué oscurecer lo que
es tan claro? No nos preocupemos sólo por no caer en errores
doctrinales, sino también por ser fieles a este camino luminoso
de vida y de sabiduría.
E.G. 194
Sólo desde esta cercanía real y cordial podemos acompañarlos
adecuadamente en su camino de liberación. Únicamente esto
hará posible que «los pobres, en cada comunidad cristiana, se
sientan como en su casa. ¿No sería este estilo la más grande y
eficaz presentación de la Buena Nueva del Reino?».
E.G. 199
¿DONDE ESTA MI HERMANO?
•
¿Soy capaz de responder a esta pregunta? ¿Qué digo?
………………………………………………………………………………………
123
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué participación real tiene el pobre en mi comunidad,
qué inserción? ¿Es sólo receptor?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
La belleza misma del Evangelio no siempre puede ser
adecuadamente manifestada por nosotros, pero hay un signo
que no debe faltar jamás: la opción por los últimos, por
aquellos que la sociedad descarta y desecha.
E.G. 195
…quiero expresar con dolor que la peor discriminación que
sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa
mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe;
necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad,
su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la
propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la
fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse
principalmente en una atención religiosa privilegiada y
prioritaria.
E.G. 200
•
¿Qué pasos concretos debemos dar para que los pobres de
nuestro ambiente sean protagonistas y reciban una atención
religiosa privilegiada?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
124
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
“Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la
necesidad, le cierra su corazón, ¿Cómo permanecerá en él el
amor de Dios? Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua
y de palabra, sino con obras y de verdad” (1 Jn 3, 17- 18)
•
¿Qué gestos de projimidad sinceros, tiernos, genuinos
tenemos con nuestros hermanos que padecen necesidad?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Cuáles podemos poder en marcha movidos por el Espíritu y
creciendo en comunidad? Cáritas……desayunos a la gente
que vive en la calle….noches de la caridad…..comida
caliente y abrigo……
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
V - Oración final:
Señor, que tu Iglesia viva en el amor
y del amor, que hable de tu ternura,
que transpire caridad y compasión.
Que el espíritu nos injerte en tu vida
para no dejar de dar frutos.
Queremos en lo secreto de nuestra oración
traer a todos los hombres
que construyen un mundo más fraterno y más humano,
a todos los que sin aflojar,
construyen, ya desde hoy,
una tierra nueva.
125
FICHA 9
CONSTRUYENDO LA PAZ
I – Francisco en su carta nos dice:
La paz tampoco «se reduce a una ausencia de guerra, fruto del
equilibrio siempre precario de las fuerzas. La paz se construye
día a día, en la instauración de un orden querido por Dios, que
comporta una justicia más perfecta entre los hombres».1 En
definitiva, una paz que no surja como fruto del desarrollo
integral de todos, tampoco tendrá futuro y siempre será
semilla de nuevos conflictos y de variadas formas de violencia.
1 Pablo VI, Carta enc. Populorum Progressio
E.G. 219
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las
pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que
edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron
los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero
esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al
contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede
compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre
arena». Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes,
soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y
su ruina fue grande». Cuando Jesús terminó de decir estas
palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza,
porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como
sus escribas”.
Mateo 7, 24 – 29
126
Apuntes para ayudar en la reflexión:
El evangelio de hoy cuenta la parte final del Sermón de la
Montaña que comienza con las bienaventuranzas y termina con
la casa construida sobre la roca.
Practicar la palabra de Dios es adquirir la verdadera sabiduría.
No basta decir “¡Señor, Señor!” lo importante es hacer la
voluntad del Padre. Si escuchamos y practicamos la palabra
construimos la casa sobre roca. La solidez no viene de la casa
en sí, sino del terreno, de la roca. ¿Qué significa la roca? Es la
experiencia del amor de Dios revelado en Jesús. El amor no se
compra, ni se merece (Cnt 8,7). El amor de Dios se recibe
gratuitamente. Ponemos en práctica la Palabra no para
merecer el amor, sino para agradecer por el amor recibido.
El amor de Dios es la roca, da seguridad a la casa, sostiene en
los momentos de dificultad y tormenta. ¿Quién nos apartará del
amor de Dios?
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
“El anuncio evangélico comienza siempre con el saludo de paz,
y la paz corona y cohesiona en cada momento las relaciones
entre los discípulos. La paz es posible porque el Señor ha
vencido al mundo y a su conflictividad permanente «haciendo
la paz mediante la sangre de su cruz» (Col 1,20). […] Con
corazones rotos en miles de fragmentos será difícil construir
una auténtica paz social”.
E.G. 229
•
¿Qué heridas percibo en mi entorno que no permiten una
vivencia de paz?
………………………………………………………………………………………
127
………………………………………………………………………………………
•
¿Tengo yo heridas que me impiden la cercanía, el
encuentro, la paz?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
…hay una tercera manera, la más adecuada, de situarse ante el
conflicto. Es aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y
transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso. « ¡Felices los
que trabajan por la paz! » (Mt 5,9).
E.G. 227
El criterio de realidad, de una Palabra ya encarnada y siempre
buscando encarnarse, es esencial a la evangelización. […] este
criterio nos impulsa a poner en práctica la Palabra, a realizar
obras de justicia y caridad en las que esa Palabra sea fecunda.
No poner en práctica, no llevar a la realidad la Palabra, es
edificar sobre arena, permanecer en la pura idea y degenerar
en intimismos y gnosticismos que no dan fruto, que esterilizan
su dinamismo.
E.G. 233
•
Nuestro servicio, nuestra entrega siembra y genera frutos
de paz a nuestro alrededor?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Cómo acrecentamos
fraternos?
y
sostenemos
128
nuestros
vínculos
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Quiénes dirían de nosotros felices uds porque trabajan por
la paz?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
…Padre ¿vio lo que pasó?...
…vení que te cuento...
…celo apostólico...
…males de sacristía...
…coleccionistas de
conflictos...
…vínculos de unidad...
…lugar de encuentro con
Jesucristo...
…lugar para hacer
sociales...
•
¿De qué nos hablan estas frases? ¿Con cuáles podemos
identificar a nuestra comunidad? ¿Podemos clasificarlas en
dos grupos? ¿Dónde ubicamos a cada una, cuáles agregamos
en cada lista?
•
¿Cuáles son los nuevos horizontes qué desafían nuestra
comunidad y cómo llegar desde relaciones fraternas? ¿En
qué vamos a apoyarnos?
129
V - Oración final:
Señor Jesús, tú guías sabiamente
la historia de tu Iglesia y de las naciones,
escucha ahora nuestra súplica.
Nuestros idiomas se confunden
como antaño en la torre de Babel.
Somos hijos de un mismo Padre
que tú nos revelaste
y no sabemos ser hermanos,
y el odio siembra más miedo y más muerte.
Danos la paz que promete tu Evangelio,
aquella que el mundo no puede dar.
Enséñanos a construirla como fruto
de la Verdad y de la Justicia.
Escucha la imploración de María Madre
y envíanos tu Espíritu Santo,
para reconciliar en una gran familia
a los corazones y los pueblos.
Venga a nosotros el Reino del Amor,
y confírmanos en la certeza
de que tú estás con nosotros
hasta el fin de los tiempos. Amén.
Paz
Autor: Padre Ignacio Larrañaga
130
FICHA 10
SOY UNA MISIÓN EN ESTA TIERRA
I – Francisco en su carta nos dice:
¡Cómo quisiera encontrar las palabras para alentar una etapa
evangelizadora más fervorosa, alegre, generosa, audaz, llena
de amor hasta el fin y de vida contagiosa! Pero sé que ninguna
motivación será suficiente si no arde en los corazones el fuego
del Espíritu. En definitiva, una evangelización con espíritu es
una evangelización con Espíritu Santo, ya que Él es el alma de
la Iglesia evangelizadora.
E.G. 261
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“Por eso, investidos misericordiosamente del ministerio
apostólico, no nos desanimamos y nunca hemos callado nada
por vergüenza, ni hemos procedido con astucia o falsificando la
Palabra de Dios. Por el contrario, manifestando abiertamente la
verdad, nos recomendamos a nosotros mismos, delante de Dios,
frente a toda conciencia humana.
[…] Porque no nos
predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor, y
nosotros no somos más que servidores de ustedes por amor de
Jesús. Porque el mismo Dios que dijo: «Brille la luz en medio de
las tinieblas», es el que hizo brillar su luz en nuestros
corazones para que resplandezca el conocimiento de la gloria
de Dios, reflejada en el rostro de Cristo. Pero nosotros llevamos
ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que
este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios.
Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos;
perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no
abandonados; derribados, pero no aniquilados. Siempre y a
todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la
muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestro cuerpo”.
2 Cor.4,1-2.5-10
131
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Juan Pablo II y Francisco
nos ayudan a entusiasmarnos
nuevamente, dóciles al Espíritu Santo reconocer nuestra misión
de discípulos y misioneros y como Pablo y los apóstoles
anunciar la vida nueva de Jesús.
[…] Pero ¿qué significa «evangelizar en el Espíritu Santo»?
Sintéticamente se puede decir que significa evangelizar con la
fuerza, con la novedad y en la unidad del Espíritu Santo. […]
Esta fuerza del Espíritu es más necesaria que nunca para el
cristiano de nuestro tiempo, a quien se le pide que dé
testimonio de su fe en un mundo a menudo indiferente, si no
hostil, que está marcado fuertemente por el relativismo y el
hedonismo. Se trata de una fuerza que necesitan sobre todo los
predicadores, que deben volver a proponer el Evangelio sin
ceder ante los compromisos y los falsos atajos, anunciando la
verdad de Cristo «a tiempo y a destiempo» (2 Tm 4, 2). […] El
Espíritu Santo asegura al anuncio también un carácter de
actualidad siempre renovada, para que la predicación no caiga
en una vacía repetición de fórmulas y en una fría aplicación de
métodos.
Catequesis de su S.S. Juan Pablo II - Audiencia General, 1 de
julio de 1998
[…] “Siempre y entre nosotros existe esa resistencia al
Espíritu Santo. Para decirlo claramente el Espíritu Santo nos
da fastidio. Porque nos mueve, nos hace caminar, empuja a la
Iglesia a ir
hacia adelante”.
Y el Papa profundiza la
problemática: “Y nosotros estamos como Pedro en la
Transfiguración: '¡Ah, qué bello estar todos así juntos!'... pero
que no nos de fastidio. Queremos que el Espíritu Santo se
duerma... queremos someter al Espíritu Santo. Y esto no va,
porque Él es Dios y Él es aquel viento que va y viene y uno no
sabe desde donde. Es la fuerza de Dios, es lo que nos da la
132
consolación y la fuerza para ir adelante. ¡Ir adelante! Y esto da
fastidio. La comodidad es más linda”.
[…] Y concluyó con una invitación: “No opongan resistencia al
Espíritu Santo. Es el Espíritu que nos hace libres, con la
libertad de Jesús, con aquella libertad de los hijos de Dios”. Y
reiteró: “No oponer resistencia al Espíritu Santo, esta es la
gracia que yo querría que todos nosotros pidiéramos al Señor:
la docilidad al Espíritu Santo, aquel Espíritu que viene a lo de
nosotros y nos hace ir adelante en la vía de la santidad. ¡Esa
santidad tan hermosa de la Iglesia!”
Papa Francisco – Misa en Santa Marta 16 de abril de 2013
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
No se puede perseverar en una evangelización fervorosa si uno
no sigue convencido, por experiencia propia, de que no es lo
mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo
mismo caminar con Él que caminar a tientas, no es lo mismo
poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder
contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, que no poder hacerlo.
No es lo mismo tratar de construir el mundo con su Evangelio
que hacerlo sólo con la propia razón. […] El verdadero
misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús
camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él.
Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera. Si
uno no lo descubre a Él presente en el corazón mismo de la
entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar
seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una
persona que no está convencida, entusiasmada, segura,
enamorada, no convence a nadie.
E.G. 266
La misión en el corazón del pueblo no es una parte de mi vida,
o un adorno que me puedo quitar; no es un apéndice o un
133
momento más de la existencia. Es algo que yo no puedo
arrancar de mi ser si no quiero destruirme. Yo soy una misión
en esta tierra, y para eso estoy en este mundo. Hay que
reconocerse a sí mismo como marcado a fuego por esa misión
de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar.
E.G. 273
•
¿Me reconozco marcado a fuego por el Espíritu Santo?
¿Crece mi identidad de discípulo misionero rezando la
palabra, en los sacramentos, en el servicio?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Quiénes necesitan y esperan recibir de mí
LUZ…………………………………….
BENDICION………………………..
SALUD……………………………….
VIDA………………………………….
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
Jesús mismo es el modelo de esta opción evangelizadora que
nos introduce en el corazón del pueblo. ¡Qué bien nos hace
mirarlo cercano a todos! […] Cautivados por ese modelo,
deseamos integrarnos a fondo en la sociedad, compartimos la
vida con todos, escuchamos sus inquietudes, colaboramos
material y espiritualmente con ellos en sus necesidades, nos
alegramos con los que están alegres, lloramos con los que
lloran y nos comprometemos en la construcción de un mundo
nuevo, codo a codo con los demás. […] como una opción
personal que nos llena de alegría y nos otorga identidad.
E.G. 269
134
Espera que renunciemos a buscar esos cobertizos personales o
comunitarios que nos permiten mantenernos a distancia del
nudo de la tormenta humana, para que aceptemos de verdad
entrar en contacto con la existencia concreta de los otros y
conozcamos la fuerza de la ternura. Cuando lo hacemos, la
vida siempre se nos complica maravillosamente y vivimos la
intensa experiencia de ser pueblo, la experiencia de
pertenecer a un pueblo.
E.G. 270
CODO A CODO CON LOS DEMAS
¿Cuándo?
EN EL NUDO DE LA TORMENTA HUMANA
¿Cuándo?
…………………………………………………..
MISIÓN
¿una experiencia vital?
O
¿un adorno momentáneo?
…………………………………………………..
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
"Preguntémonos: ¿estoy abierto a la acción del Espíritu Santo,
le rezo para que me dé luz y me haga más sensible a las cosas
de Dios?
Es una oración que tenemos que rezar todos los días:
135
"Espíritu Santo, haz que mi corazón esté abierto a la Palabra
de Dios, que mi corazón esté abierto al bien, a la belleza de
Dios todos los días". ...
Tenemos que cumplir este deseo de Jesús y rezar todos los días
al Espíritu Santo para que abra nuestro corazón".
Papa Francisco 15 mayo 2013
…si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya
justifica la entrega de mi vida. Es lindo ser pueblo fiel de Dios.
¡Y alcanzamos plenitud cuando rompemos las paredes y el
corazón se nos llena de rostros y de nombres!
E.G. 274
V - Oración final:
Rezamos con estos testimonios
"Nunca vimos un santo y para nosotros la Madre Teresa era un
ángel de carne y hueso. La Madre nunca intentó impresionarnos
con milagros. Pero siempre estuvimos impresionados por la
manera como nos cuidaba".
Vireshwar Chatterjes, anciano tuberculoso abandonado por su
familia en Calcuta.
En la salida del Tránsito (donde vivía Brochero) a Pocho vivía un
leproso. Era éste de tan mala condición y hablar que nadie se
arrimaba para no oírle los insultos y blasfemias. Brochero, con
todo, no temía visitarlo. Le llevaba ropas y alimentos, y hasta
se supo que tomaba mate con él. Lo disuadían para que no lo
visitara, pero Brochero contestaba con gracia:
- Pero, por favor; si allí hay un alma...
Al final, lo confesó y le llevó la santa comunión. El leproso
murió en sus brazos, resignado como un santo.
Anécdotas del Cura Brochero
136
FICHA 11
MISTERIOSAMENTE FECUNDOS
I – Francisco en su carta nos dice:
…la misión no es un negocio ni un proyecto empresarial, no es
tampoco una organización humanitaria, no es un espectáculo
para contar cuánta gente asistió gracias a nuestra propaganda;
es algo mucho más profundo, que escapa a toda medida. Quizás
el Señor toma nuestra entrega para derramar bendiciones en
otro lugar del mundo donde nosotros nunca iremos. El Espíritu
Santo obra como quiere, cuando quiere y donde quiere;
nosotros nos entregamos pero sin pretender ver resultados
llamativos. Sólo sabemos que nuestra entrega es necesaria.
Aprendamos a descansar en la ternura de los brazos del Padre
en medio de la entrega creativa y generosa. Sigamos adelante,
démoslo todo, pero dejemos que sea Él quien haga fecundos
nuestros esfuerzos como a Él le parezca.
E.G. 279
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“Después les dijo esta otra parábola: «El Reino de los Cielos se
parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran
cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa»”.
Mateo 13,33
“Y decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa la
semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y
de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa
cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego
una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el
137
fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha
llegado el tiempo de la cosecha»”.
Marcos 4, 26-29
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Hoy nos encontramos con dos situaciones típicas de la vida
comunitaria:
- Creer en el valor de lo pequeño.
La imagen de la semilla de mostaza es útil para mostrar algo
que parece insignificante. ¿De esto tan pequeño puede brotar
algo de calculable importancia? La primera impresión parece ir
por lo negativo. Pero el Reino es precisamente así: siempre
comienza por acciones pequeñas, muchas veces casi invisibles,
frágiles. Una comunidad en estado de discernimiento debe
saber detectar la fuerza de lo pequeño que está brotando
dentro de ella. Se trata de acciones, de iniciativas, de personas
concretas que hay que valorar.
- Creer que se podrá transformar el mundo. Muchas veces
cuando miramos la realidad en función de la pastoral, solemos
suspirar desconsolados diciendo: ¿Qué vamos a lograr nosotros
frente a estos desafíos? Entonces el escepticismo, nos invade y
se paralizan muchas acciones, la capacidad de inventiva y de
riesgo.
La parábola de la levadura retrata el sentimiento desproporción
que se acaba de mencionar. Pero la comunidad de los
“pequeños” del Reino tiene la fuerza del evangelio que es
suficiente para fermentar toda la masa. El Reino puede llegar
con su capacidad penetrante a todas las realidades humanas,
aún las más escondidas y difíciles, para realizar su obra. El
Reino está hecho para llegar a todos.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
138
…no hay mayor libertad que la de dejarse llevar por el
Espíritu, renunciar a calcularlo y controlarlo todo, y permitir
que Él nos ilumine, nos guíe, nos oriente, nos impulse hacia
donde Él quiera. Él sabe bien lo que hace falta en cada época y
en cada momento. ¡Esto se llama ser misteriosamente
fecundos!
E.G. 280
CONTROLAR Y CALCULAR TODO
VS.
ME DEJO GUIAR Y ORIENTAR POR EL ESPIRITU SANTO
•
¿Qué puedo decir de mí? ¿Con cuál de estas expresiones me
identifico?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita
transformada a través de las tormentas de la historia. Los
valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de
hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada
evangelizador es un instrumento de ese dinamismo.
E.G. 276
La resurrección de Cristo provoca por todas partes gérmenes de
ese mundo nuevo; y aunque se los corte, vuelven a surgir,
porque la resurrección del Señor ya ha penetrado la trama
oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano.
¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza
viva!
E.G. 278
139
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
•
¿Cuántos de nuestros proyectos brotan de la oración
confiada y el discernimiento hecho en el Espíritu Santo?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué nos exige ser creativos y generosos en nuestra entrega
hoy?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de nuestra
esperanza, y no nos faltará su ayuda para cumplir la misión
que nos encomienda.
E.G. 275
•
¿Qué desafíos de la realidad actual nos parecen que son los
más difíciles? ¿Frente a qué situaciones hemos llegado a
sentirnos incapaces de hacer algo en nombre del Reino?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿La comunidad en la que vivo también necesita ser
motivada, incentivada, animada para que no pierda la
140
confianza frente a aquello que parece desbordar sus
capacidades de transformación?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
•
¿Qué actitudes deben caracterizar a una comunidad
misionera?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
V - Oración final:
La coherencia (a propósito de Juan Pablo II)
La coherencia no se compra,
la coherencia no se estudia en ninguna carrera.
La coherencia se va labrando
en el corazón con la adoración,
con la unción al servicio de los demás
y con la rectitud de conducta.
Sin mentiras, sin engaños, sin doblez.
Jesús dijo de Natanael una vez
cuando venía caminando:
«Aquí tienen a un israelita derecho,
sin doblez».
Creo que lo podemos decir de Juan Pablo,
el coherente.
Pero era coherente porque se dejó cincelar
por la voluntad de Dios.
Se dejó humillar por la voluntad de Dios.
Dejó que creciera en su alma
esa actitud obediencial que tuvo
nuestro padre Abraham
141
y desde allí todos los que lo siguieron.
Recordamos a un hombre coherente
que una vez nos dijo que este siglo
no necesita de maestros,
necesita de testigos,
y el coherente es un testigo...
Card. Jorge Bergoglio.
142
FICHA 12
LA MARCA EN EL ORILLO
I – Francisco en su carta nos dice:
María es la que sabe transformar una cueva de animales en la
casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de
ternura. Ella es la esclavita del Padre que se estremece en la
alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para que no falte el
vino en nuestras vidas. Ella es la del corazón abierto por la
espada, que comprende todas las penas. Como madre de todos,
es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de
parto hasta que brote la justicia. Ella es la misionera que se
acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los
corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera
madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y
derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios. […]
María reúne a su alrededor a los hijos que peregrinan con
mucho esfuerzo para mirarla y dejarse mirar por ella. […]
María les da la caricia de su consuelo maternal y les dice al
oído: «No se turbe tu corazón […] ¿No estoy yo aquí, que soy tu
Madre?».
E.G. 286
Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la
Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer
en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos
que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino
de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse
importantes. […] Esta dinámica de justicia y ternura, de
contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella
un modelo eclesial para la evangelización.
E.G. 288
143
II – Nos alegramos con el Evangelio:
“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de
la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a
Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de
alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
«¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto
de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor
venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría
en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que
te fue anunciado de parte del Señor»”.
Lucas 1, 39-45
Apuntes para ayudar en la reflexión:
María se pone en camino y lo hace sin tardanza, “con
prontitud”. El viaje es un gesto concreto de obediencia a la
Palabra de Dios.
El encuentro entre las dos mujeres hace saltar de alegría al
niño que se está gestando en Isabel, manifestación de la acción
del Espíritu. A partir de este momento, a lo largo de todo el
evangelio, muchos saltarán de gozo cada vez que se encuentren
con Jesús.
El Mesías es portador de la alegría, expresión de la plenitud de
vida que proviene de Dios. Comienza la fiesta de la vida que
trae el Evangelio para todo el pueblo.
La voz de María es portadora del Espíritu Santo que la ha
llenado y con ella introduce a Isabel en el ámbito de su
experiencia: el de una emoción profunda capaz de estremecer
y hacer danzar de alegría.
Guiada por el Espíritu, Isabel capta la grandeza de lo sucedido
en María y lo expresa abiertamente.
Las dos mujeres se comprenden a fondo, son capaces de decir
lo que llevan por dentro, en esa cercanía elevan himnos de
alabanza.
144
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
“…Mirándola descubrimos que la misma que alababa a Dios
porque «derribó de su trono a los poderosos» y «despidió vacíos
a los ricos» (Lc 1,52.53) es la que pone calidez de hogar en
nuestra búsqueda de justicia. Es también la que conserva cuidadosamente «todas las cosas meditándolas en su corazón»…
(Lc 2,19)
•
¿Qué rasgos revolucionarios de María hemos gustado en
nuestra vida?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
“…Le rogamos que con su oración maternal nos ayude para que
la Iglesia llegue a ser una casa para muchos, una madre para
todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de un mundo
nuevo.
Es el Resucitado quien nos dice, con una potencia que nos llena
de inmensa confianza y de firmísima esperanza: “Yo hago
nuevas todas las cosas” (Ap. 21,5)
•
¿Nuestras comunidades son espacios vivos que permiten
compartir y celebrar la experiencia de Dios que vive cada
uno?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
145
•
¿De qué cualidades del estilo misionero de María tiene que
impregnarse nuestra comunidad evangelizadora?
………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo
evangelizador
“Hagan lo que El les diga” (Juan 2, 5)
¿De qué rasgos de la atención, del cuidado, de la participación,
del estar involucrada, del festejo, de la fe de María necesita
llenarse y convertirse nuestro estilo misionero, nuestro
testimonio y anuncio?
María da pie a que se inauguren los tiempos nuevos. ¿Qué
novedad pide y espera hoy la gente que nos rodea?
V - Oración final:
Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro « sí »
Ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.
Tú, llena de la presencia de Cristo,
llevaste la alegría a Juan el Bautista,
haciéndolo exultar en el seno de su madre.
146
Tú, estremecida de gozo,
cantaste las maravillas del Señor.
Tú, que estuviste plantada ante la cruz
con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu
para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos
el don de la belleza que no se apaga.
Tú, Virgen de la escucha y la contemplación,
madre del amor, esposa de las bodas eternas,
intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo,
para que ella nunca se encierre ni se detenga
en su pasión por instaurar el Reino.
Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.
147
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