BLOQUE 4. Anatomía y fisiología humanas Los procesos de nutrición en el ser humano. Aparato digestivo, mecanismos de digestión y absorción. La digestión es el proceso mediante el cual los alimentos que ingerimos se descomponen en unidades constituyentes hasta conseguir elementos más simples que seamos capaces de asimilar por nuestro cuerpo y distribuirlos por el torrente sanguíneo hasta que los nutrientes que contiene lleguen a su destino final; las células de los tejidos. La digestión bucal En la boca el alimento se mezcla con la saliva formando el bolo alimenticio. La saliva contiene un enzima llamado amilasa que actúa sobre los almidones y comienza a transformarlos en monosacáridos. La saliva también contiene un agente antimicrobiano que destruye parte de las bacterias contenidas en los alimentos y grandes cantidades de moco, que convierten al alimento en una masa moldeable y protegen las paredes del tubo digestivo. Es el único punto que podemos controlar directamente en el proceso digestivo y debemos aprovecharlo, ya que sólo con una buena masticación solucionaremos una gran parte de los problemas digestivos más comunes. La digestión estomacal El paso del alimento del esófago al estómago se realiza a través del cardias. Cuando no es posible llevar a cabo la digestión en el estómago adecuadamente se produce el reflejo del vómito y el cardias se abre vaciando el contenido del estómago. En el estómago, sobre los alimentos se vierten grandes cantidades de jugo gástrico, que con su fuerte acidez consigue desnaturalizar las proteínas y matar gran cantidad de bacterias. También se segrega pepsina, el enzima que se encargará de partir las proteínas ya desnaturalizadas en cadenas cortas de sus aminoácidos constituyentes. Los almidones y azúcares se van mezclando con el ácido clorhídrico del contenido estomacal, y cuanta más proteína hayamos ingerido junto con los almidones, más ácidos serán los jugos gástricos. La digestión en el estómago puede durar varias horas y la temperatura pasa de los 40º, por lo que a veces los azúcares y almidones a medio digerir fermentan dando lugar a los conocidos gases que se expulsan por la boca o pasan al intestino. Los lípidos pasan prácticamente inalterados por el estómago. Sin embargo, los lípidos tienen la capacidad de ralentizar la digestión de los demás nutrientes, ya que envuelven los pequeños fragmentos de alimento y no permiten el acceso de los jugos gástricos y enzimas a ellos. Una vez terminado el trabajo en el estómago, se vierte el contenido del estómago -quimo- al duodeno en pequeñas porciones a través del píloro. Allí, se continuará la digestión de los elementos que no pudieron ser digeridos en el estómago por necesitar un medio menos ácido para su descomposición (grasas y glúcidos). La digestión intestinal Nada más entrar el quimo desde el estómago en el duodeno, es neutralizado por el vertido de las secreciones alcalinas del páncreas, que lo dejan con el grado de acidez necesario para que los diferentes enzimas del intestino delgado actúen sobre él. El jugo pancreático, además de una elevada concentración de bicarbonato, contiene varios enzimas digestivos. El hígado también vierte sus secreciones en el intestino: la bilis. La bilis contiene las sales biliares, que son unos potentes detergentes naturales que separan las grasas en pequeñas gotitas para que los enzimas del páncreas puedan actuar sobre ellas. También tiene otra funciones, como la de servir de vía de excreción de ciertos materiales que no pueden ser expulsados por la orina y deben de eliminarse por las heces. Mientras que el alimento va avanzado por el intestino se le añaden otras secreciones del propio intestino, como el jugo intestinal, que contiene diversos enzimas que acaban la tarea de romper las moléculas de todos los nutrientes. Las proteasas actúan sobre las proteínas que necesitan de una digestión más compleja. Al mismo tiempo que se siguen descomponiendo todos los nutrientes, los que ya han alcanzado un tamaño adecuado y son de utilidad atraviesan la pared intestinal y pasan a la sangre. Al final solo quedan los materiales no digeribles, junto con el agua y los minerales que se han segregado en las diferentes fases del proceso digestivo. Esta mezcla pasa al intestino grueso, donde hay una gran cantidad de diversos microorganismos que constituyen la flora intestinal. En este proceso se liberan azúcares, que son fermentados por ciertas bacterias de la flora produciendo pequeñas cantidades de ácidos orgánicos. Estos ácidos, junto con el agua y las sales minerales, son absorbidos dejando el material no digerible más seco, que se expulsa donde se puede a través del ano. El transporte hasta los tejidos Una vez que los nutrientes llegan a la sangre, toman diferentes rutas. El Sistema Nervioso, utilizando un complejo sistema a base de impulsos nerviosos y mensajeros químicos en el torrente sanguíneo, decide que se debe hacer con cada uno de los nutrientes. La difusión por los tejidos Las distintas sustancias que transporta la sangre llegan a cada tejido del cuerpo humano. Pero donde realmente son necesarios es en cada una de las células que componen estos tejidos. Las células están sin contacto directo con los capilares sanguíneos. Tanto los nutrientes como el oxígeno de la sangre tienen que atravesar las finas paredes de los capilares y quedar así a disposición de las células que los necesiten. Este paso es también crítico, ya que si las membranas que forman las paredes de capilares están obstruidas por depósitos de grasa o aminoácidos en exceso, la presión sanguínea deberá aumentarse hasta conseguir que los nutrientes pasen y lleguen a las células (hipertensión arterial). Si se alcanza el máximo de presión sanguínea que el organismo tolera, y aún así no es suficiente para que los nutrientes atraviesen las paredes de los capilares, se produce una desnutrición de las células, a pesar de que la sangre está saturada de alimento. La absorción celular Los nutrientes son absorbidos por nuestras células, pasando a través de las membranas que las recubren, y una vez en el interior son digeridas, transformadas y utilizadas en función de las necesidades y del tipo de célula de que se trate. Aparato respiratorio La respiración es el proceso por el que se hace llegar hasta todas nuestras células oxígeno, a la vez que se libera el CO2, producto de desecho de la respiración. Los dos sistemas que aportan oxigeno y eliminan el bióxido de carbono son el sistema cardiovascular y el sistema respiratorio. El intercambio total de los gases entre la atmósfera, la sangre y las células se llama Respiración. En la Respiración intervienen dos procesos básicos. El primer proceso, la ventilación pulmonar, comprende a la inspiración y la espiración. El segundo es el intercambio de gases dentro del cuerpo. Se distinguen dos tipos de respiración: -La respiración externa es el intercambio de gases entre los pulmones y la sangre. -La respiración interna es el intercambio de gases entre la sangre y las células. La función principal del aparato respiratorio es conducir el oxígeno al interior de los pulmones, transferirlo a la sangre y expulsar las sustancias de desecho, en forma de anhídrido carbónico. El oxígeno inspirado penetra en los pulmones y alcanza los alvéolos. Las paredes de los alvéolos están íntimamente en contacto con los capilares que las rodean. El oxígeno pasa fácilmente a la sangre de los capilares a través de las paredes alveolares, mientras que el anhídrido carbónico pasa desde la sangre al interior de los alvéolos, siendo espirado por las fosas nasales y la boca. Componentes del aparato respiratorio Nariz. La nariz tiene las importantes funciones de limpiar, calentar y humedecer el aire inhalado. El aire inspirado que atraviesa la nariz se humidifica y alcanza una temperatura de 32°C. Faringe. Conecta con la cavidad bucal, la cavidad nasal, la laringe (que se dirige hacia la tráquea) y el esófago. El aire inhalado circula por la faringe hasta llegar a la laringe. Durante el proceso de tragado se cierra el conducto respiratorio de forma que al tragar la comida no entre en la tráquea. Laringe. Después de circular por la cavidad nasal y la faringe, el aire inhalado llega a la laringe. Tráquea. Es una vía aérea tubular que permite el paso del aire. Se localiza por delante del esófago y se extiende desde la laringe hasta la división que da lugar a los dos bronquios. Bronquios y bronquiolos. Los bronquios son los tubos que transportan aire desde la tráquea a los pulmones, donde pueden transferir oxígeno a la sangre en pequeños sacos de aire denominados alvéolos. Los bronquios continúan dividiéndose en conductos menores, denominados bronquiolos, en el extremo de cada bronquiolo se encuentran docenas de alvéolos. Cada alveolo está rodeado por capilares sanguíneos. El tapizado de las paredes alveolares es extremadamente fino y permite el intercambio entre el oxígeno que pasa de los alvéolos a la sangre de los capilares y del anhídrido carbónico que pasa de la sangre de los capilares al interior de los alvéolos. Pulmones. Son los dos órganos más grandes del aparato respiratorio; El pulmón izquierdo es ligeramente menor que el derecho porque comparte el espacio con el corazón, en el lado izquierdo del tórax. Cada pulmón está dividido en secciones (lóbulos). El pulmón derecho está compuesto por tres lóbulos y el izquierdo por dos. Fisiología de la respiración El aire entra en los pulmones y sale de ellos mediante los movimientos respiratorios que son dos: Inspiración. El aire penetra en los pulmones, estos aumentan su volumen por la acción de los músculos inspiradores sobre la caja torácica. El diafragma es el principal músculo inspiratorio, es un músculo esquelético con forma de cúpula. La contracción del diafragma provoca que se haga plano, disminuyendo su curvatura. La distancia que recorre el diafragma durante la inspiración va desde 1 centímetro durante la respiración normal en reposo, hasta más de 10 centímetros durante la respiración intensa. Espiración. El aire es arrojado al exterior ya que los pulmones se comprimen al disminuir de tamaño la caja torácica, pues el diafragma vuelve a su posición normal. La Espiración se produce de forma pasiva ya que no intervienen contracciones musculares. Este fenómeno depende de la elasticidad de los pulmones y se inicia cuando se relajan los músculos inspiratorios. Transporte de sustancias, la sangre y el aparato cardiocirculatorio. El aparato circulatorio es el encargado de distribuir por todo el organismo el oxígeno que la sangre toma de los pulmones. Además, la sangre recoge los productos de desecho que se originan en el metabolismo celular y los lleva hasta los órganos encargados de su eliminación. La sangre está constituida por un líquido, el plasma sanguíneo (donde se encuentran disueltas sales minerales, glucosa, proteínas, gas carbónico y oxigeno), y por varios tipos de células sanguíneas que son: • Glóbulos rojos o hematíes: Contienen pigmento que da color rojo a la sangre. Los glóbulos rojos tienen a su cargo el transporte de oxígeno desde los pulmones hasta el resto del organismo. Esta función se lleva a cabo gracias a la hemoglobina. • Glóbulos blancos o leucocitos: Existen varias clases de glóbulos blancos, pero tienen un misión en común: Defender al organismo de posibles infecciones. • Plaquetas: Son placas que intervienen en el proceso de coagulación de la sangre. La sangre va a través de unos tubos llamados vasos sanguíneos Desde el corazón, la sangre pasa a las arterias y éstas se ramifican en otros vasos sanguíneos cada vez más pequeños, formando una espesa y tupida red de capilares. De nuevo, los capilares se unen entre sí, formando vasos cada vez mayores, llamados venas. Por ellas la sangre, fluye más lentamente que en las arterias y a menos presión, por lo que sus paredes son más finas que las de las arterias. A través de las venas la sangre vuelve al corazón e inicia de nuevo el mismo recorrido. Todo este circuito, compuesto por el corazón y los vasos sanguíneos, recibe el nombre de Aparato Circulatorio. Dentro del corazón existen cuatro cavidades: dos en la parte superior, llamadas aurículas; y dos en la inferior, llamadas ventrículos. Las aurículas son de paredes finas, elásticas y fácilmente extensibles. Los ventrículos tienen una pared gruesa, siendo más robusta la pared del ventrículo izquierdo que la del derecho. El corazón realiza un movimiento de contracción -movimiento sístole- para impulsar la sangre y lograr que ésta llegue a todos los rincones del cuerpo. Por el contrario, cuando se relaja -movimiento diástole- vuelve a llenarse de sangre. El corazón es un músculo muy especial, puesto que late sin necesidad de que sea el cerebro quien le envíe la orden precisa de que lo haga. Además adaptará siempre su movimiento a las necesidades de tu organismo: si corres o saltas, irá más deprisa; si duermes, latirá lentamente. Sistema excretor, los procesos de excreción y formación de la orina. El sistema o aparato excretor es el encargado de eliminar las sustancias tóxicas y los desechos de nuestro organismo. El sistema excretor está formado por el aparato urinario, los pulmones y la piel. El aparato unitario lo forman los riñones y las vías urinarias. La función de los riñones es la elaboración de orina. Sobre cada riñón se encuentra una glándula suprarrenal, que no interviene para nada en la formación de la orina: su función es fabricar algunas hormonas. El principal liquido de desecho del organismo es la orina, esta pasa por los uréteres hasta la vejiga donde se almacena hasta la micción. Después de almacenarse en la vejiga la orina pasa por un conducto denominado uretra hasta el exterior del organismo. La salida de la orina se produce por la relajación involuntaria de un músculo: el esfínter vesical que se localiza entre la vejiga y la uretra, y también por la apertura voluntaria de un esfínter en la uretra. El sistema nervioso El sistema nervioso es el rector y coordinador de todas las funciones, conscientes e inconscientes del organismo, consta del sistema cerebroespinal (encéfalo y medula espinal) y los nervios. El sistema nervioso central realiza las más altas funciones, ya que atiende y satisface las necesidades vitales y da respuesta a los estímulos. Ejecuta tres acciones esenciales, que son la detección de estímulos, la transmisión de informaciones y la coordinación general. El Sistema Nervioso es la relación entre nuestro cuerpo y el exterior, además regula y dirige el funcionamiento de todos los órganos del cuerpo. En el encéfalo se distinguen tres partes: el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo. -El Cerebro es el órgano clave de todo este proceso. Sus diferentes estructuras rigen la sensibilidad, los movimientos, la inteligencia y el funcionamiento de los órganos. Su capa más externa, la corteza cerebral, procesa la información recibida, la coteja con la información almacenada y la transforma en material utilizable, real y consciente. Es el órgano de las facultades intelectuales: atención, memoria, inteligencia... -El cerebelo coordina los movimientos de los músculos al caminar y realizar otras actividades motoras. -El bulbo raquídeo es la continuación de la médula que se hace más gruesa al entrar en el cráneo. Regula el funcionamiento del corazón y de los músculos respiratorios, además de los movimientos de la masticación, la tos, el estornudo, el vómito... etc. La médula espinal es un cordón nervioso, blanco y cilíndrico encerrada dentro de la columna vertebral. Su función más importante es conducir, mediante los nervios de que está formada, la corriente nerviosa que conduce las sensaciones hasta el cerebro y los impulsos nerviosos que lleva las respuestas del cerebro a los músculos. El conjunto de nervios es el SNP. Los nervios se ramifican por todos los órganos del cuerpo. Unos salen del encéfalo y se llaman nervios craneales. Otros salen a lo largo de la médula espinal: son los nervios raquídeos. La información puede viajar desde los órganos de los sentidos hacia el SNC, o bien en sentido contrario: desde el SNC hacia los músculos y glándulas. La transmisión del impulso nervioso. El impulso nervioso es un mensaje electroquímico que transmiten los nervios. Se originan en el sistema nervioso central o en los órganos de los sentidos. Los receptores sensitivos transforman los estímulos en impulsos nerviosos, que a través de las fibras sensoriales llegan al cerebro. Un impulso comienza con un cambio en la disposición de las sustancias en un área pequeña en el extremo de una fibra nerviosa. El impulso debe recorrer la totalidad de la fibra nerviosa antes de que esta se recupere para producir un nuevo impulso. Sin embargo, este periodo de recuperación es muy breve, únicamente de unas pocas décimas de segundo. Los órganos de los sentidos. Vista El sentido de la vista es el que permite al hombre conocer el medio que lo rodea y relacionarse con sus semejantes. Las imágenes visuales le proporcionan a través del órgano receptor que es el ojo o globo ocular, información sobre el color, la forma, la distancia, posición y movimientos de los objetos. El ojo cuenta con distintas estructuras que lo protegen: órbita, párpados, glándula lagrimal, pestañas y cejas. Las diferentes partes del ojo son: Pupila: orificio a través del cual la luz penetra en el ojo. Cristalino: especie de esfera achatada formada por membranas transparentes de consistencia gelatinosa. Es el encargado de enfocar las imágenes. Retina: membrana compuesta en su mayoría por células nerviosas y tienen la propiedad de ser fotosensibles; en la retina es donde se forman las imágenes. Iris: Es la porción coloreada del ojo, correspondiente a una membrana que se localiza entre la córnea y el cristalino, y cuya abertura redonda y central (la pupila) regula la entrada de luz al ojo mediante su contracción y dilatación. Córnea: estructura en forma de cúpula que se halla en la parte frontal del ojo y que protege el iris y el cristalino además de ayudar a centralizar la luz en la retina. Oído El sentido del oído nos permite percibir los sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de la que provienen. El órgano receptor es la oreja. Su estructura se divide en tres partes: Oído externo: Comprende la oreja o pabellón auricular o auditivo y el conducto auditivo externo. Oído medio: El tímpano lo separa del oído externo, incluye el mecanismo responsable de la conducción de las ondas sonoras hacia el oído interno. El oído medio está en comunicación directa con la nariz y la garganta a través de la trompa de Eustaquio. Hay una cadena formada por huesecillos que reciben los nombres de martillo, yunque y estribo. Los tres conectan acústicamente el tímpano con el oído interno. Oído interno: consiste en una serie de canales membranosos alojados en una parte densa del hueso temporal, y está dividido en: cóclea, vestíbulo y tres canales semicirculares. Estos tres canales se comunican entre sí. Olfato El olfato es el más sensible de los sentidos. La nariz es el órgano por el cual penetran todos los olores que sentimos desde el exterior. En el interior de la nariz se encuentran las 2 fosas nasales separadas con un tabique. La parte interna de la nariz está formada por dos paredes: la pituitaria amarilla y la pituitaria roja o rosada. En la amarilla u olfatoria se encuentran los receptores del olfato, la pituitaria roja o respiratoria, llena de vasos sanguíneos, ayuda a regular la temperatura del aire que entra y sale de los pulmones, entibiándolo. Gusto El gusto consiste en registrar el sabor e identificar determinadas sustancias solubles en la saliva por medio de algunas de sus cualidades químicas. El órgano receptor del gusto es la boca, sus órganos son los siguientes: Papilas gustativas: Las papilas gustativas son unos órganos sensoriales que tienes en la lengua y que te permiten percibir los sabores. Lengua: Es un órgano musculoso de la boca y es el asiento principal del gusto y parte importante en la fonación, masticación y deglución de los alimentos. El color de la lengua suele ser rosado. Su principal función es la contención de los receptores gustativos, que nos permiten degustar los alimentos. También contribuye junto con los labios, los dientes y el paladar duro, la articulación de las palabras y sonidos. Paladar: es una estructura de la boca que la separa de las fosas nasales, es una zona de roce cuya interacción lengua-paladar permite decir las letras. Tacto El tacto es el encargado de la percepción de los estímulos que incluyen el contacto y presión, los de temperatura y los de dolor. Su órgano sensorial es la piel, que, además, tiene el mérito de ser el órgano más grande del cuerpo. La mayoría de las sensaciones son percibidas por medio de los corpúsculos, que son receptores que están encerrados en cápsulas de tejido conjuntivo y distribuido entre las distintas capas de la piel epidermis, dermis, hipodermis, desde la superficie hacia abajo. El sistema endocrino. El sistema endocrino está formado por el conjunto de glándulas endocrinas que secretan hormonas. Estas hormonas se vierten a la sangre mediante la cual son transportados a cualquier célula o tejido de nuestro cuerpo, donde producen una modificación o alteración de su funcionamiento para conseguir un determinado efecto. Glándulas que componen el Sistema endocrino: Glándula pineal: Es una pequeña masa de células que son muy sensibles a la luz y que secretan una hormona que se denomina melatonina, no se sabe exactamente sus funciones pero está estrechamente relacionada con los ritmos diarios de actividad de la persona, con los ritmos estacionales y el grado de luz disponible. Hipotálamo: Es un centro nervioso encefálico de gran importancia, a la vez que un centro endocrino que regula la actividad hormonal del organismo Hipófisis: Es una glándula que se encuentra en la base del encéfalo y que participa como glándula reguladora de toda la actividad corporal. Tiroides: Es una glándula endocrina que se encuentra situada en el cuello por debajo de la laringe a ambos lados de la tráquea. Desempeña una importante actividad sobre el metabolismo del organismo. Produce dos hormonas: tiroxina y calcitonina. Paratiroides: Segregan la hormona paratiroidea que provoca el aumento de la concentración de calcio en sangre. Timo: El timo ejerce una clara influencia en la respuesta inmunitaria defensiva de nuestro organismo. Cápsulas suprarrenales: Presentan dos partes (La corteza suprarrenal y la medula suprarrenal). -La corteza suprarrenal favorece la conversión metabólica de grasas y proteínas en glucosa. Además interviene en la regulación de sodio y potasio en los líquidos del organismo -La medula suprarrenal tiene como objetivo aumentar el ritmo cardiaco y el ritmo respiratorio, además de aumentar el metabolismo de la glucosa para una actividad más intensa. Páncreas: El páncreas libera dos tipos de hormona llamados insulina y glucagón, además de producir jugo pancreático que se libera en el intestino delgado para llevar a cabo la digestión. -La insulina estimula la absorción de glucosa por las células, de esta manera consiguen disminuir los niveles de glucosa en sangre. -El glucagón actúa cuando la concentración de glucosa en sangre es baja y el páncreas libera esta hormona, por tanto, actúa de forma antagónica a la insulina. Gónadas (Testículos y ovarios): También funcionan como glándulas mixtas ya que tienen por un lado una función exocrina que consiste en la producción de gametos (óvulos y espermatozoides) y por otro lado tiene función endocrina ya que secreta hormonas a la sangre que actúan en la función reproductora. Glándulas y hormonas están controladas por el SNC, y aunque son sistemas distintos están íntimamente relacionados, formando un único sistema denominado sistema neuro - hormonal que controla todas las funciones vitales del organismo, donde el sistema nervioso se encarga de captar estímulos e integrarlos y elaborar una respuesta y por otro lado el sistema hormonal, se encarga de la actuación de forma más lenta en el control de todas las funciones internas que ocurren en el organismo a través de la secreción de las glándulas endocrinas. Las hormonas: Una hormona es una sustancia química que se sintetiza en una glándula de secreción interna o glándula endocrina y que son vertidas a la sangre para regular el crecimiento o la actividad de las células de otra parte del cuerpo distinta de aquella en que se produjeron. Actúan como mensajeros químicos y solo ejercerán su función sobre aquellas células que tengan en sus membranas celulares los receptores específicos. Cuando la producción hormonal de una glándula es excesiva se utiliza el prefijo hiper y cuando es deficitario se utiliza el prefijo hipo. La mayoría de las hormonas no actúan de forma aislada, se influyen mutuamente de unas a otras. Si varias de ellas concurren en una misma función se dice que son sinérgicas o de acción sinérgica. Si ocurre lo contrario se dice que son antagónicas o de acción antagónica. En cualquier caso una vez que estas hormonas han actuado son conducidas bien al hígado o al riñón donde son destruidas. Las funciones de las hormonas se resumen en: Función de coordinación y regulación del medio interno en lo que se refiere a metabolismo, funcionamiento de órganos, fluidos internos. . Regulación del crecimiento, desarrollo y especialización de los tejidos. Regulación de los ciclos reproductivos Regulación de la conducta, fundamentalmente existen unos hormonas llamadas feromonas Las hormonas ejercen la coordinación química de lo que depende en gran parte la unidad funcional del ser vivo para que él actúe de forma coordinada y no haya órganos ni sistemas aislados Mecanismo de acción hormonal: Se lleva a cabo sobre las células implicadas, una vez secretada a la hormona se vierte a la sangre y a través del sistema circulatorio se desplaza hasta las células sobre las que tiene que actuar. Dependiendo del tipo de hormona que sea tendremos 2 tipos de mecanismos distintos de actuación: 1. Cuando la hormona es lipídica (esteroidea): Una vez que la hormona ha atravesado la membrana se une en el citoplasma a un receptor específico y forma el complejo hormona - receptor que entra en el núcleo y actúa directamente sobre el ADN obligándolo a que produzca unas determinadas proteínas que alteren la función de la célula y que por tanto son las que ejercen la acción hormonal. 2. Cuando la hormona es proteica: No pueden atravesar la membrana plasmática. Para poder entrar la hormona se une a unos receptores específicos que existen en la membrana plasmática que les facilita la entrada a la célula, por un lado, o esta unión provoca la liberación en el interior celular de lo que se conoce como segundos mensajeros que van a modificar y alterar la función celular desencadenando las respuestas hormonales de esa hormona que está actuando. El aparato locomotor. El aparato locomotor es el conjunto de elementos óseos, articulatorios, y musculares destinados a la locomoción. Esqueleto, es el término aplicado a todas las estructuras rígidas o semirrígidas que sirven de soporte a los tejidos blandos del cuerpo de un animal, y proporcionan apoyo para la acción muscular. Es el principal determinante de la forma general del cuerpo; es complementado, en este sentido, por las masas musculares y el tejido adiposo. En los vertebrados, al esqueleto se le llama endoesqueleto, ya que se forma dentro del cuerpo. Los huesos son cada una de las partes sólidas y duras del cuerpo del animal. Constituye el componente principal de casi todas las estructuras esqueléticas de los vertebrados, que protegen los órganos vitales, permiten la locomoción y tienen un papel vital en la homeostasis (equilibrio) del calcio en el organismo. Las articulaciones son estructuras cuya misión es la de unir y conseguir el grado de movimiento apropiado entre las distintas piezas del esqueleto; en una palabra, se trata sencillamente de las uniones de los huesos entre sí. Atendiendo al grado de movilidad que permiten se clasifican en: Sinartrosis: Se trata de articulaciones inmóviles, cuyo ejemplo más característico es el de las uniones de los huesos del cráneo, que en este caso se denominan suturas. Anfiartrosis: Son articulaciones semimóviles, como las uniones de las vértebras que forman la columna vertebral. Diartrosis: Este tipo de articulación es el más desarrollado de todos. Especializado en permitir el libre movimiento, sus ejemplos más característicos son las articulaciones del codo, la rodilla, el hombro, etc. En él se ha conseguido la máxima eficacia y resistencia gracias a la formación de una serie de estructuras especializadas que componen la articulación: La cápsula articular. Es una estructura de tejido fibroso poco elástico que se inserta en ambos huesos y que contribuye a mantener la estabilidad de la articulación. El cartílago articular. No posee vasos ni nervios, recubre los extremos óseos y sirve para amortiguar el rozamiento entre ambos huesos; su desgaste es una característica típica del proceso de envejecimiento, lo que ocasiona el trastorno denominado artrosis. La membrana sinovial. Constituye la parte más interna de la cápsula y recubre todo el interior de la articulación, excepto las partes sometidas a rozamiento. Los meniscos articulares. Son estructuras que contribuyen a un mejor engranaje articular, aunque no se observan de una forma sistemática en todas las articulaciones; tienen mucha importancia en la rodilla. Los ligamentos. Estas estructuras soportan sin deformarse las tensiones articulares gracias a su organización de tejido denso; tienen como misión unir entre sí los distintos huesos. El sistema muscular es el conjunto de músculos que tenemos en nuestro cuerpo. Según su estructura, existen dos tipos diferentes de músculos en el cuerpo humano: el músculo liso, de coloración pálida, cuyos movimientos son involuntarios, a excepción de la vejiga de la orina, y el músculo estriado o esquelético, de coloración rojiza, cuyos movimientos son voluntarios, a excepción del músculo del corazón. Los músculos que recubren el esqueleto tienen como funciones fundamentales: Permitir la locomoción. Los músculos envían información acerca de si están contraídos o no al cerebro. En el músculo hay células receptoras encargadas de registrar las variaciones de contracción. Los músculos son fundamentales para sostenerse en pie. Transforman la energía química en energía mecánica. Protección junto con los huesos, de los órganos vitales. Proporcionar calor, cuando la célula muscular trabaja se genera energía calorífica. La reproducción humana. La reproducción es una función biológica cuya finalidad es la continuidad de especies. Esta afirmación es válida para todos los seres vivos, incluyendo el ser humano. El embarazo ocurre por la unión de los gametos. Los gametos son el óvulo y el espermatozoide, los cuales provienen del aparato reproductor femenino y masculino respectivamente. Estas células tienen 23 cromosomas a diferencia del resto de las células del cuerpo que contienen 46. El aparato genital masculino comprende de unos órganos genitales internos en los que se fabrican espermatozoides y las secreciones que estos requieren para ser transportados al exterior del organismo, tales como los testículos, los epídimos, los conductos deferentes, las vesículas seminales y la próstata. También posee órganos genitales externos que conducen a los espermatozoides y las secreciones hacia el exterior, como el pene y el escroto que es parte de este. El aparato genital femenino, al igual que el masculino, tiene órganos internos y externos. Los internos que fabrican los óvulos y lo prepara para la fecundación y el embarazo son los ovarios, las trompas de Falopio y el útero. Los externos que intervienen en el coito o la copulación son la vulva y la vagina. En la mujer se da un proceso que se llama menstruación que la prepara para un posible embarazo. El coito. Es un tipo de práctica sexual que consiste en la introducción del pene en la vagina. Durante el coito se produce la eyaculación y millones de espermatozoides son expulsados hacia la vagina. Los espermatozoides pueden vivir desde 24 hasta 72 horas dentro de la mujer. La fecundación sólo es posible si el coito se realiza durante el período de la ovulación. La fecundación. Es un fenómeno en el cual se produce la fusión del espermatozoide con el óvulo dando origen a una célula huevo o cigoto. La fecundación ocurre en la trompa de Falopio. Varios espermatozoides intentan pasar la membrana plasmática del óvulo, pero solo uno de ellos consigue penetrar el óvulo. Luego se fusionan los núcleos del espermatozoide y del óvulo de manera en que se juntan los 46 cromosomas. Estos determinan como va a ser el nuevo ser. Diferenciación celular. En las semanas siguientes transcurre el proceso de la diferenciación celular. Se identifican grupos de células que darán origen al embrión, al saco amniótico y a la placenta. El saco amniótico es una membrana que envuelve al feto durante la gestación. Dentro de él se encuentra la cavidad amniótica, y en él, el líquido amniótico que protege al feto de golpes, fricciones y ruidos. La placenta es donde se produce el intercambio de sustancias entre el feto y la madre. Esta crece a lo largo del embarazo. La placenta también sirve para elaborar y secretar diversas hormonas, particularmente estrógenos, que potencian el crecimiento del útero. El feto se comunica con la placenta a través del cordón umbilical, el cual transporta la sangre fetal hacia y desde la placenta. La sangre fetal nunca se intercambia con la materna. Este sistema funciona como filtro que impide el paso de microorganismos hacia el feto. El desarrollo del embrión. Se le llama embrión al feto cuando este tiene desde dos semanas hasta tres meses de vida uterina. Durante el primer mes diferencian y desarrollan tres capas de células de las cuales saldrán los tejidos y órganos: el endodermo (de donde se formaran los aparatos digestivo y respiratorio), el mesodermo (de donde se formaran los aparatos circulatorio y locomotor) y el ectodermo (de donde se formara la piel y el tejido nervioso). Durante el segundo mes se comienzan a formar las orejas, los ojos, el aparato digestivo, los riñones y los brazos. El desarrollo fetal. Al inicio del tercer mes el feto ya tiene forma característicamente humana. Ya se distinguen los ojos, la boca, las orejas, las extremidades y los dedos, y el corazón ya late. Durante los siguientes meses el feto sigue creciendo y ya se puede distinguir el sexo. En los últimos meses la maduración se completa y se perfeccionan rasgos del feto. Los huesos y la piel se hacen más gruesos y el feto se mueve menos debido a que dispone de menos espacio. El parto. Es un proceso fisiológico normal mediante el cual se pone fin al período de gestación, y cuyo desenlace es la salida del feto y la placenta al exterior del organismo materno. El parto comienza cuando las contracciones uterinas se hacen más fuertes duraderas y frecuentes como para dilatar al cuello del útero y expulsar al feto. Otra señal importante que indica el inicio del parto es la rotura de las membranas que envuelven al feto dentro del útero. Son expulsadas a través de la vagina, acompañándose del líquido que contenían en su interior que es transparente y muy abundante. El parto consiste de 3 partes: La fase de dilatación, la fase de expulsión y el alumbramiento. En la dilatación el cuello del útero se dilata progresivamente. En la fase de expulsión, el feto también debe realizar una serie de movimientos para atravesar el canal del parto, poniéndose de una forma en que pueda salir más fácilmente. En este momento se realiza la episiotomía para evitar que se desgarren los tejidos de la vulva. Después la vulva es atravesada por el cuerpo del feto. El alumbramiento, que es la última fase del parto, se inicia cuando el feto es expulsado a través del canal del parto, y finaliza cuando la placenta y las membranas son expulsadas fuera del organismo materno.