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La hidratación de la piel
Son muchas las personas que tienen la piel deshidratada. El aspecto
deslustrado y cuarteado de la superficie cutánea es uno de los síntomas de lo
se conoce más comúnmente como “piel deshidratada”. Cuando la piel se
descama y se agrieta, se vuelve áspera, pierde toda su flexibilidad y se
tensa generando sensaciones desagradables.
Una insuficiente hidratación de la piel no es sólo un trastorno
estético sino que también puede llegar a provocar picor,
irritación y malestar general.
La piel limita nuestro cuerpo del exterior y desempeña funciones protectoras
y de defensa muy importantes. Para que dichas funciones puedan
desarrollarse eficazmente, es esencial que la piel esté debidamente
hidratada. Nuestra propia piel se sirve de varios mecanismos o procesos de
actuación internos, generados por el mismo organismo, para mantener el
grado óptimo de hidratación:
Por un lado, los componentes del "factor natural de hidratación"
(sustancias procedentes del sudor y de las células epidérmicas) que
captan la humedad del ambiente, manteniendo así el equilibrio
natural de la piel.
Por otro, el “manto hidrolipídico" de la piel (formado por los lípidos
segregados por las glándulas sebáceas y otras sustancias del sudor)
que actúa como una película protectora. La pérdida o alteración de
esta película, por determinados factores, es la causa más común de la
piel deshidratada.
Una hidratación cutánea adecuada es la mejor prevención para
mantener la piel joven y retrasar el envejecimiento cutáneo.
Factores que influyen en la deshidratación de la piel
La deshidratación es una disminución del contenido de agua en la piel.
Esta reducción se debe, principalmente, a dos tipos de factores:
Factores extrínsecos: Se refieren a cambios climáticos como
radiaciones UV, viento, humedad, climas fríos y secos, etc. La utilización
de productos químicos agresivos e irritantes como jabones,
detergentes o contactos prolongados con el agua, etc., también pueden
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provocar la pérdida de la película protectora de la piel originando
deshidratación cutánea.
Factores intrínsecos: Motivados por alteraciones metabólicas
(enfermedades
como
hipotiroidismo
o
insuficiencia
renal),
deshidratación aguda (como las hemorragias), ciertos medicamentos
(como los diuréticos), determinadas patologías cutáneas o,
sencillamente, a causa del envejecimiento normal de la piel.
La hidratación corporal
Existen determinadas zonas del cuerpo que necesitan una especial atención ya
que tienden más fácilmente a la deshidratación o sequedad: las piernas y, en
general, las zonas con pliegues como codos y rodillas.
Las piernas tienen menos glándulas sebáceas (hay menos grasa). El manto
hidrolipídico, por lo tanto, es menor y ello puede generar una mayor
deshidratación de la piel. Esta circunstancia se da tanto en hombres como en
mujeres y sobretodo a partir de los 30 años. En ocasiones, el uso de
calcetines o medias también pueden erosionar el manto protector de las
piernas, acelerando su deshidratación.
Por otro lado, los codos y las rodillas, que también contienen menos
glándulas sebáceas, sufren constantes rozaduras que afectan directamente al
manto hidrolipídico.
Cuándo precisamos mayor hidratación
Existen dos períodos concretos en la mujer en los que la piel necesita un
aporte de hidratación cutánea superior: durante y tras el embarazo.
• Durante el embarazo la piel de las mujeres necesita una mayor
elasticidad ya que el cuerpo se va modificando a medida que pasan
los meses. Además, una buena hidratación evitará posibles estrías.
• Después del embarazo y debido a la propia alteración hormonal, la
piel, que había permanecido muy hidratada (retención de líquidos, etc.),
tiende a deshidratarse.
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La hidratación labial
Los labios están en continuo contacto con el exterior. Esta situación, junto con
las características fisiológicas de los mismos, hace que sean la zona del
cuerpo más vulnerable a las agresiones externas ambientales. Por ello,
requieren una "sobreprotección" y unos cuidados especiales.
La deshidratación en los labios es muy frecuente y afecta a hombres,
mujeres y niños. Para evitarla, es necesario emplear habitualmente un
producto protector labial, sin pigmentos ni colorantes, que nos aporte la
hidratación necesaria y la flexibilidad característica de unos labios cuidados.
Unos labios bien cuidados potencian positivamente nuestra
expresividad.
¿Por que se "cortan" los labios?
En los labios existen pocas glándulas sebáceas (protegen la piel de la
deshidratación) y no tienen melanina (es la protección natural frente a la
radiación solar). Además, su capa protectora natural es muy fina y permeable.
Todos estos rasgos "adversos", junto con otros factores externos
ambientales, provocan que los labios puedan deshidratarse muy
fácilmente.
Factores que influyen en la deshidratación de los labios
Factores como el viento, la nieve, el aire seco, el aire acondicionado o la
propia saliva propician que los labios puedan resecarse produciendo
antiestéticas grietas y, en casos extremos, hasta pequeñas y dolorosas
heridas.
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