¿Conocen los Trabajadores los Riesgos Químicos a los que están Expuestos? Indagación Sobre las Necesidades de Información de los Trabajadores de una PYME de Recubrimientos Electrolíticos Boix, Pere Unidad de Epidemiología / Unión de Mutuas (Matepss Nº 267) / C. Llíria, 70 / 46500 Sagunt, España +34 96 266 15 66/ [email protected] Gil, Josep Unidad de Epidemiología / Unión de Mutuas (Matepss Nº 267) / C. Llíria, 70 / 46500 Sagunt, España +34 96 266 15 66/ [email protected] Izquierdo, Rosa Servicio de Prevención Unimat / Unión de Mutuas (Matepss Nº 267) / C. Llíria, 70 / 46500 Sagunt, España +34 96 266 15 66/ [email protected] ABSTRACT Se realiza un estudio de caso en una pequeña empresa, mediante cuestionario, con el objetivo de indagar el grado de información que tienen los trabajadores sobre los riesgos para la salud de las sustancias químicas que utilizan. Según los resultados, aunque los trabajadores muestran bastante preocupación por los efectos a largo plazo de la exposición a sustancias químicas, no siempre conocen bien estos efectos. Por otra parte, los datos parecen reflejar una cierta ineficacia informativa de los instrumentos propuestos reglamentariamente, es decir, las etiquetas y las hojas de seguridad, por lo que sería recomendable diseñar sistemas más operativos para la gestión de la información preventiva. Palabras clave Riesgo tóxico, información a trabajadores, PYME, recubrimientos electrolíticos INTRODUCCIÓN La información sobre el riesgo laboral debe considerarse el estadio inicial de cualquier proyecto preventivo que pretenda la implicación activa de los trabajadores [1], tal como queda recogido en el artículo 18 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales sobre “información, consulta y participación de los trabajadores”. Para garantizar que el proceso informativo sea realmente eficaz, y no un mero cumplimiento formal de obligaciones reglamentarias, es necesario que la información llegue realmente a las personas que la necesitan y se presente de forma adecuada a sus necesidades, circunstancias y capacidades[2]. Para que un mensaje informativo adquiera sentido preventivo debe captar la atención, ser comprensible, percibirse como relevante y proponer acciones aceptables para el receptor[3]. En estas condiciones la información se convierte en un instrumento de conocimiento capaz de generar cambios de actitudes y comportamientos. La exposición a sustancias químicas en el trabajo representa uno de los campos en los que la información juega un papel destacado, por cuanto el conocimiento del riesgo tóxico parece una condición indispensable para que los trabajadores tomen parte activa en la aplicación de procedimientos seguros. Los procesos de tratamiento de superficies metálicas por recubrimiento electrolítico se caracterizan precisamente por la utilización de una gran variedad de productos químicos que contienen sustancias de elevada toxicidad, como compuestos de cromo y níquel (potencialmente cancerígenos), diversos ácidos corrosivos, compuestos cianurados, disolventes, etc.[4] El objetivo de este estudio de caso ha sido el de realizar una primera aproximación al conocimiento del nivel de información sobre el riesgo químico de los trabajadores en una pequeña empresa del sector de recubrimientos electrolíticos. METODOLOGÍA La empresa seleccionada pertenece, como hemos dicho, al sector de recubrimientos electrolíticos, cuenta con 25 trabajadores y está ubicada en la Comunidad Valenciana. Los principales productos tóxicos que utiliza son trióxido de cromo (CrVI), sales de cinc y níquel, ácido clorhídrico y sulfúrico, sosa cáustica, tetracloroetileno y cianuros. La investigación se basó en la utilización de un cuestionario prediseñado [5] para cuya adaptación a la empresa se llevó a cabo una reunión semiestructurada con informantes clave (encargados de sección y delegado de prevención). El cuestionario consta de 104 ítems distribuidos en 7 apartados: 1) datos personales; 2) conocimiento de los productos químicos utilizados en la empresa; 3) información y actitudes frente a los riesgos del proceso de recubrimientos electrolíticos; 4) comprensión de la información sobre los riesgos de las sustancias químicas; 5) fuentes de información más utilizadas por los trabajadores; 6) riesgo comparativo con otras actividades; 7) prioridades informativas. La mayoría de las respuestas eran cerradas, bien dicotómicas (sí/no, verdadero/falso) o mediante escalas (completamente de acuerdo, bastante de acuerdo, no muy de acuerdo, nada de acuerdo). En algunos ítems se proponía elegir la respuesta correcta entre varias formulaciones. El cuestionario se distribuyó, tras una breve explicación motivadora, entre la totalidad de la plantilla en septiembre de 2005. La participación fue voluntaria y anónima, consiguiéndose una tasa de respuesta del 80% (20/25). Una vez cumplimentados, los cuestionarios se entregaron en sobre cerrado al delegado de prevención. RESULTADOS Todos los trabajadores encuestados son hombres con edades superiores a los 35 años y, según las respuestas obtenidas, el colectivo puede ser caracterizado como de considerable experiencia en el sector (más de 10 años en un 90% de los casos) y con un nivel de formación profesional como mínimo (95%). Todos entienden perfectamente el castellano. En general, los trabajadores encuestados consideran que el trabajo en el sector es una actividad de riesgo, igual o mayor al de la construcción. Un 75% creen probable que se produzcan intoxicaciones y un 70% están convencidos de que el trabajo acabará provocándoles problemas de salud a largo plazo. Sin embargo, refieren un cierto acostumbramiento al riesgo (un 80% están de acuerdo con que “el contacto diario hace que acabemos perdiéndole el respeto a los productos químicos”). Preguntados sobre 7 sustancias de alto riesgo (trióxido de cromo, ácido clorhídrico, sales de níquel, sosa cáustica, ácido sulfúrico, tetracloroetileno, sales de cinc) cuya utilización en la empresa es cierta, entre un 55% y un 5% de los encuestados no han sido capaces de afirmar que se utilizaba realmente alguna de ellas. El 50% desconocen la utilización de tres o más de dichas sustancias. Las más conocidas son el ácido sulfúrico, el clorhídrico y la sosa cáustica. Las menos, las sales de cinc, el trióxido de cromo y el tetracloroetileno. Además de saber si se utilizan o no, se ha tratado de conocer el grado de información sobre los riesgos concretos de determinados agentes químicos de elevada toxicidad. De acuerdo con los resultados (Tabla 1) existe un grado de desconocimiento relativamente amplio en relación con los riesgos del níquel (60% desconocen su cancerogenicidad y 40% la toxicidad cutánea), con la causticidad del cromo (50% de desconocimiento) y con la toxicidad general de los disolventes (60%). En ninguno de los ítems ha habido unanimidad de coincidencia con el conocimiento científico actual sobre el riesgo y en todos los ítems se han recogido al menos 3 respuestas “incorrectas”. Tabla 1. Conocimiento por parte de los trabajadores de los riesgos de determinados agentes químicos utilizados en procesos de tratamiento electrolítico de metales (N=20) % (N) Comple- Bastante tamente de acuerdo de acuerdo Los disolventes pueden provocar algunos problemas en la piel pero no son muy peligrosos 20 (4) El ácido crómico utilizado en recubrimientos electrolíticos no es peligroso por estar muy diluido 5 (1) Respirar vapores de cromo puede provocar cáncer de pulmón 55 (11) El ácido crómico provoca quemaduras en la piel El níquel produce sarpullidos en la piel Nada NS/NC de acuerdo 15 (3) 30 (6) 25 (6) 5 (1) 80 (16) 10 (2) 15 (3) 15 (3) 15 (3) 30 (6) 20 (4) 20 (4) 15 (3) 15 (3) 45 (9) 15 (3) 20 (4) 5 (1) 15 (3) 70 (14) 15 (3) 5 (1) 10 (2) 5 (1) 5 (1) 40 (8) 40 (8) 10 (2) El níquel provoca cáncer 20 (4) 20 (4) 30 (6) 10 (2) 20 (4) Los disolventes pueden absorberse a través de la piel 45 (9) 30 (6) 5 (1) 10 (2) 10 (2) El ácido crómico puede provocar úlceras en la nariz Mancharse la ropa o mojarse la piel con cromo no es muy peligroso 20 (4) No muy de acuerdo Respecto a las fuentes de información sobre el riesgo, la inmensa mayoría de los encuestados (90%) consideran fundamental leer las etiquetas. Sin embargo, paradójicamente, la comprensión del contenido de las etiquetas dista bastante de ser óptima, como puede apreciarse en la Tabla 2: un 75% de los encuestados no identifican correctamente el significado del término “tóxico”, lo mismo que un 50% respecto al término “comburente” y un 35% al de “sensibilizante por contacto”. Aunque los términos “irritante respiratorio”, “corrosivo” y “cancerígeno de categoría 1” son más conocidos, en ninguno de ellos ha habido un acierto unánime. Tabla 2. Comprensión del contenido de determinadas frases en las etiquetas de productos químicos por parte de trabajadores de procesos de tratamiento electrolítico de metales (N=20): “Señale para cada una de las siguientes frases la definición que Ud. considere más acertada” FRASES DEFINICIONES % (N) Irritante respiratorio Irrita la piel 10 (2) Provoca cáncer Provoca molestias en la nariz y los pulmones (*) 90 (18) Provoca asma Cancerígeno de Categoría 1 Puede causar cáncer (*) 75 (15) Puede causar alteraciones hereditarias Puede ser venenoso Puede provocar efectos irreversibles Comburente (**) En contacto con otro material puede provocar fuego (*) 10 (2) 15 (3) 50 (10) Puede arder espontáneamente Puede explotar 15 (3) Puede consumirse Tóxico Puede provocar cáncer Puede causar intoxicación Puede ser venenoso Sensibilizante por contacto (**) 10 (2) 55 (11) 10 (2) Puede provocar serios daños a la salud (*) 25 (5) Provoca ampollas en la piel 15 (3) Provoca reacciones alérgicas (*) Provoca quemaduras en la piel 65 (13) 10 (2) Provoca asma Corrosivo (**) Provoca inflamación Provoca quemaduras (*) 80 (16) Provoca reacciones alérgicas Puede provocar efectos a largo plazo 15 (3) (*) Definiciones extraídas de la legislación sobre etiquetado (RD 363/1995) (**) Un número variable de encuestados no señalaron ninguna de las opciones Tras las etiquetas, la fuente de información más utilizada es el “boca a boca” (un 70% suelen preguntar a otro trabajador y un 55% a los encargados). Por otra parte, aunque un 60% afirman utilizar las fichas de seguridad, un 40% están de acuerdo en que “son muy complicadas y no las entiendo”. DISCUSIÓN El método utilizado parece una buena herramienta para diagnosticar necesidades de información preventiva en materia de riesgo químico en el trabajo[6]. Su aplicación a una pequeña empresa nos ha permitido detectar insuficiencias informativas en los trabajadores tanto respeto a los productos utilizados como en relación con su potencial peligrosidad. En general, parece más extendida y asimilada la información sobre los riesgos con efectos inmediatos (corrosivos, irritantes) que respecto a aquellos cuya toxicidad se manifiesta a largo plazo (algunos cancerígenos, disolventes). No obstante, en algunos casos como el del cromo hexavalente, la conciencia del riesgo de daños crónicos forma parte de una cierta “cultura” tradicional del sector[7]. Los instrumentos informativos recomendados por la legislación, etiquetas y fichas de seguridad[8], no parecen muy eficaces, según los datos recogidos, por lo que se debería profundizar en el diseño de otro tipo de estrategias de gestión de la información preventiva más operativos[9]. REFERENCIAS 1. Boix P, Vogel L Participación de los trabajadores. En: Benavides FG, Ruiz-Frutos C. García AM (eds.) Salud Laboral: conceptos y técnicas para la prevención de riesgos laborales. Barcelona: Masson; 2000: 191-20 2. Abeytunga PK, Emmert C, Morgan V, Pantry S. Acceso a la información. En: Stellman JM (dir.) Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo. Madrid: OIT Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; 1998: 22.5-22.13 3. Portell M, Solé MD El diseño de la información preventiva. Prevención, Trabajo y Salud; 2000; 9: 20-24 4. Jones JG et al. Metales, tratamiento de superficie. En: Stellman JM (dir.) Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo. Madrid: OIT - Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; 1998: 82.42-82.48 5. Petts J, McAlphine S, Homan J, Sadhra S, Pattison H, MacRae S. Developement of a methodology to design and evaluate effective risk messages. Electroplating case study. (HSE Books: Contract Research Report 400/2002) Norwich: Crown; 2002 6. Sadhra A, Petts J, McAlphine S, Pattison H, MacRae S. Workers’ understanding of chemical risks: electroplating case study. Occup Environ Med ;; 2002; 59: 689-695 7. National Occupational Health and Safety Commission. Electroplating. Canberra: Australian Government Publishing Service, 1989 8. Berenguer MJ, Gadea E. Peligrosidad de productos químicos: etiquetado y fichas de datos de seguridad. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Notas Técnicas de Prevención: 459-1997 9. Balsat A, de Graeve J, Mairiaux P. A structured strategy for assessing chemical risks, suitable for small and medium-sized enterprises. Ann Occup Hyg; 2003; 47(7): 549-556