“CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO, CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA” (Artículo primero del Credo) Catecismo de la Iglesia Católica nums. 198-421 (pags. 53-99); Youcat 30-70 (pags. 31-51). La misión de año de la fe: redescubrir a Dios, “el Primero y el Último” (Is 44,6), el Único (Dt 6,4-5). ! Benedicto XVI, Homilía en Santiago de Comp. (6/XI/2010): “Desde aquí, como mensajero del Evangelio que Pedro y Santiago rubricaron con su sangre, deseo volver la mirada a la Europa que peregrinó a Compostela. ¿Cuáles son sus grandes necesidades, temores y esperanzas? ¿Cuál es la aportación específica y fundamental de la Iglesia a esa Europa, que ha recorrido en el último medio siglo un camino hacia nuevas configuraciones y proyectos? Su aportación se centra en una realidad tan sencilla y decisiva como ésta: que Dios existe y que es Él quien nos ha dado la vida. Solo Él es absoluto, amor fiel e indeclinable, meta infinita que se trasluce detrás de todos los bienes, verdades y bellezas admirables de este mundo; admirables pero insuficientes para el corazón del hombre. Bien comprendió esto Santa Teresa de Jesús cuando escribió: “Sólo Dios basta”. ! No basta creer que Dios es, sino que es preciso cuestionarnos qué Dios es Él. El gran problema de los cristianos no es el ateísmo sino la idolatría, rezar y relacionarse con un rostro de Dios que tiene poco que ver con el Misterio del Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por ello es tan necesario la lectura de la Escritura, orar y formarse. ! El monoteísmo lleva a derrocar los dioses menores (bienestar, honor, dinero): ¡Amar a Dios sobre todas las cosas! Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Sólo Dios basta. Eleva tu pensamiento, al cielo sube, por nada te acongojes, nada te turbe. A Jesucristo sigue con pecho grande, y, venga lo que venga, nada te espante. ¿Ves la gloria del mundo? Es gloria vana; nada tiene de estable, todo se pasa. Dios revela su nombre. Él es Verdad y Amor ! Dios es un Dios vivo y personal que, al revelar su nombre (Ex 3,13-15), expresa su Aspira a lo celeste, deseo de comunicarse. Es un Dios fiel que dice “Yo soy el Dios de tus padres” (Ex que siempre dura; 3,6). Al mismo tiempo, el creyente debe reconocer su pequeñez ante Dios (Ex 3,5- fiel y rico en promesas, 6; Is 6,5; Lc 5,8; “Si lo comprendieras, no sería Dios”: S. Agustín, Serm. 52.6.16). Él Dios no se muda. Ámala cual merece es Santo (Os 11,9), Verdad (Jn 17,3; 1Jn 5,20) y Amor (1Jn 4,8.16). bondad inmensa; Dios Padre y el Misterio de la Santísima Trinidad (el misterio central de la fe) ! Cuando Jesús llama a Dios, “Abba” o “Padre mío”, lo hace de un modo especial. pero no hay amor fino Dios es Padre de Jesús de una manera cualitativamente distinta de como nosotros sin la paciencia. lo llamamos Padre nuestro (cf. Mt 11,27; Jn 10,30). Jesús también anunció el envío Confianza y fe viva del “Defensor”, el Espíritu Santo, (Jn 15,26). Por tanto el Dios Único es también mantenga el alma, Trinidad de Personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Trinidad Santa es una que quien cree y espera Unidad inefable y también una Comunión infinita de amor mutuo y entrega de las tres todo lo alcanza. personas divinas. “Dios es único pero no solitario” (Fides Damasi). Del infierno acosado ! Las misiones divinas, la Encarnación del Hijo y el don del Espíritu Santo, persiguen aunque se viere, que todas las criaturas entremos en la comunión perfecta con la Trinidad Santa. burlará sus furores quien a Dios tiene. Venidos del amor de Dios Dios y estamos destinados a la plena comunión con Él. El Todopoderoso. La omnipotencia de Dios es universal, amorosa y misteriosa Vénganle desamparos, ! “Para Dios nada hay imposible” (Lc 1,37), pero también es verdad que “mis planes cruces, desgracias; no son vuestros planes, vuestros caminos, no son mis caminos” (Is 55,8). La actitud siendo Dios tu tesoro del creyente es la fe, la paciencia y la apertura a su designio. “Con frecuencia la nada te falta. omnipotencia de Dios se muestra donde los hombres ya no esperan nada de ella. La Id, pues, bienes del mundo; impotencia del Viernes Santo fue el requisito de la Resurrección” (Youcat 40). id dichas vanas; El Creador aunque todo lo pierda, ! El mundo no es fruto de la casualidad, sino del amor creador de Dios (Gn 1-3; Is sólo Dios basta. Sta. Teresa 44,24; Sal 104; Jn 1, etc.). La creación es una obra “en común” de la Trinidad Santa. Dios Padre es el Creador, el Hijo es el sentido y el corazón del mundo (Col 1,1617), el Espíritu, es el “dador de vida”, el “Espíritu Creador”. ! El fin último de la creación es dar gloria a Dios, que Él sea “todo en todos” (1Co 15,28), “procurando al mismo tiempo su gloria y nuestra felicidad” (AG 2). No obstante, Dios es infinitamente más grande que su obra. Él no es la creación/naturaleza, está más allá de ella, por eso puede amar a las criaturas personalmente. ! Dios conduce, por medio de su divina providencia, con sabiduría y amor a sus criaturas. Ahora bien, nosotros también debemos cooperar con él. Dios es la causa primera que opera en las causas segundas. Por ello, “trabaja como si todo dependiera de ti, sabiendo que todo depende de Dios”. En cuanto al problema del mal, hay que reconocer su carácter de misterio, y encontrar su sentido en la muerte y resurrección de Cristo.