14.5. La Guerra Civil: la sublevación militar y el estallido de la

Anuncio
14.5. La Guerra Civil: la sublevación militar y el estallido de la guerra. El
desarrollo del conflicto: etapas y evolución de las dos zonas.
Causas de la Guerra.
La sublevación
Reparto inicial del territorio.
Represión en ambas zonas.
Organización del poder en ambas zonas.
Desarrollo militar:
• La lucha por Madrid (julio 1936 – marzo 1937).
• La campaña del Norte (abril – octubre 1937).
• Teruel y Batalla del Ebro (dic. 1937 – noviembre 1938).
• El fin de la República (dic. 1938 – 1 de abril 1939)
Emilio Mola
Sanjurjo
Manuel Goded
Francisco Franco
La Guerra Civil constituye el acontecimiento más dramático del siglo XX en España. Todavía hoy
suscita debates apasionados y opiniones encontradas. Acabó con el intento de apertura y
modernización. Fue un acontecimiento internacional en torno al cual, y al apoyo de cada uno de
los bandos, se polarizó la opinión pública mundial y la actitud de las potencias.
CAUSAS DE LA GUERRA
La Guerra se produjo por una combinación de causas estructurales y coyunturales, de factores
internos y externos.
Fue el fruto de las grandes desigualdades sociales que se agrandaron a lo largo del siglo XIX, de
la poca sensibilidad social de los gobiernos, de la política entendida como medio de imponerse
sobre los adversarios, del fracaso de los intentos regeneracionistas, de la larga tradición de
intentar cambiar los rumbos políticos mediante la fuerza, de la resistencia de la Iglesia a
renunciar a sus privilegios y preeminencia social, del nacionalismo excluyente que chocó con
concepciones centralistas inflexibles, de la ira popular que produjo desorden y destrucción y, en
definitiva, de la incapacidad de los españoles de resolver sus diferencias de forma civilizada. En
el ámbito europeo, en la década de los 30 nos encontramos con los efectos de la crisis
económica, la extensión y radicalización del movimiento obrero, el descrédito de los sistemas
democráticos, la consolidación de la Unión Soviética, que trataban de extender su modelo
revolucionario por medio de los partidos comunistas, y el auge del fascismo y del
nacionalsocialismo, que crearon estados totalitarios en Italia y Alemania y buscaban afianzar su
posición internacional.
Desde el advenimiento de la República los líderes de la derecha habían mantenido contacto con
los mandos militares más afines a sus ideas. Desde 1935 éstos planeaban un golpe por su
cuenta. Con el grave deterioro del orden público y el triunfo electoral del Frente Popular en
febrero de 1936, unos y otros habían llegado a la conclusión de que solo un gobierno militar
podía evitar una inminente revolución. El golpe se precipitó con el secuestro y ASESINATO DE
CALVO SOTELO el 13 de julio, llevado a cabo por oficiales de la Guardia de Asalto en represalia
por la muerte del teniente izquierdista JOSÉ CASTILLO.
LA SUBLEVACIÓN MILITAR
La dirección técnica del levantamiento recayó en el general Emilio Mola, según sus instrucciones
debía realizarse con extremada violencia, primero se declararía el estado de guerra y luego se
procedería a la detención y eliminación de los principales dirigentes políticos y sindicales de
izquierdas.
La sublevación militar contra la República, prevista para el 18 de julio, se inició de modo
imprevisto el 17 de julio que se sublevaron la Legión y los Regulares de Melilla, tomando la
ciudad, situación que se repitió en Ceuta y Tetuán. El jefe de gobierno, CASARES QUIROGA,
no comprendió la gravedad de la situación y no tomó ninguna medida. El 18 triunfó la
sublevación militar en Canarias, Sevilla, tomada por Queipo de Llano y en la mayor parte de
Galicia, León y Castilla la Vieja, en zonas de Andalucía Occidental y Extremadura; por la tarde,
Casares Quiroga presentó su dimisión a AZAÑA mientras que los socialistas, comunistas y
anarquistas llamaban a la movilización de su militancia y reclamaban armas al Gobierno. El día
19 se sublevó el general MOLA en Pamplona y FRANCO llegó a Marruecos desde Canarias
para ponerse al frente del ejército del Protectorado, formado por cerca de 50.000 hombres; los
golpistas triunfaron también en Oviedo, La Coruña, Zaragoza y Granada, pero fracasaron en
Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y otras muchas ciudades. Ese mismo día, Azaña nombró
jefe de gobierno a MARTÍNEZ BARRIO, que intento, sin éxito, negociar con Mola; dimitió
pasadas apenas 24 horas y Azaña nombró entonces a José GIRAL.
En general, el golpe triunfó o fracasó en función de dos condiciones fundamentales: la
rapidez y coordinación de sus protagonistas, y la capacidad de reacción de las fuerzas
populares.
REPARTO INICIAL DEL TERRITORIO
El 20 de julio los rebeldes, que empiezan a llamarse “nacionales” controlaban Galicia, León,
Castilla la Vieja, Álava, Navarra, parte de Aragón, de Extremadura y de Andalucía, Mallorca,
Canarias y el norte de África. En total, algo menos de la mitad del territorio español, 10,5
millones de habitantes y 29 capitales de provincia. El Gobierno de la República conservaba el
resto del territorio, la mayor parte de Aragón, Asturias, toda Cantabria, Cataluña, levante y buena
parte de Andalucía, 14 millones de habitantes y 21 capitales, entre ellas las principales. En
cuanto a recursos, la República controlaba las zonas industriales, pero los sublevados contaban
con mayor potencial agrícola. El Ejército se dividió más o menos por la mitad, aunque la Aviación
y la Marina quedaban mayoritariamente en el lado republicano, aunque la llegada de aviones
italianos y alemanes mucho más modernos compensó la superioridad inicial, y el 80 por ciento
de los oficiales estaban entre los rebeldes. El bando golpista contaba con varias divisiones
íntegras en Castilla, Galicia y Andalucía, y sobre todo con el Ejército de África, el mejor equipado
y entrenado. Este equilibrio de fuerzas es lo que motivó que lo que iba a ser un rápido golpe
militar derivara en una larga guerra civil.
REPRESIÓN EN AMBAS ZONAS: El terror blanco y el terror rojo
Las semanas que suceden al 18 de julio son de las más sangrientas de la Historia de España.
En las zonas controladas por los “nacionales” practicaron una brutal, sistemática y selectiva
represión, con la forma de “sacas” y “paseos” de las autoridades fieles al Gobierno, de las
personas relacionadas con los partidos de izquierda y los sindicatos, y de muchos sospechosos
de tener ideas anticlericales o revolucionarias. En la zona republicana aparecieron numerosos
grupos armados, algunos incontrolados y otros dirigidos por los partidos y sindicatos de
izquierda, que organizaron sus propios “paseos o sacas” y checas, procedieron a la detención
y ejecución de religiosos, “señoritos”, miembros de los partidos de derecha y de numerosas
personas tachadas de “facciosas”.
LA ORGANIZACIÓN DEL PODER
En cuanto a organización, los “nacionales” contaron con clara ventaja desde el principio. El
Gobierno de la República actuó con indecisión y se vio desbordado por la acción de los partidos
y sindicatos de izquierda, sin unidad ni coherencia. En el lado de los sublevados, por el contrario,
se impuso una férrea disciplina y un poder personalista único: el general Sanjurjo, que estaba
llamado a liderar el golpe, falleció cuando se disponía a emprender vuelo desde Lisboa; el 1 de
octubre FRANCO fue proclamado jefe del nuevo estado y generalísimo de los ejércitos. Su
bando siempre llevó la iniciativa estratégica de la guerra.
DESARROLLO MILITAR
El conflicto militar pasó por 4 grandes etapas:
1. La batalla de Madrid entre julio y marzo de 1937.
2. La ocupación del Norte, desde abril a octubre de 1937.
3. De la ofensiva sobre Teruel a la batalla del Ebro. Diciembre de 1937 a noviembre de
1938.
4. Fin de la guerra. Diciembre de 1938 a abril de 1939.
1ª etapa: La batalla de Madrid
En el desarrollo militar podemos englobar en una primera fase todas las acciones llevadas a
cabo por los rebeldes para tomar Madrid entre julio de 1936 y marzo de 1937. Para ello,
avanzaron desde dos direcciones simultáneas: MOLA desde el Norte con los REQUETÉS
navarros y Franco desde el Sur con el ejército de África. En este último avance, el general
YAGÜE se desvió para tomar Badajoz, donde produjo una tremenda matanza, y Franco tomó
Toledo, liberando a los sitiados en el Alcázar. En noviembre intentaron el asalto a la capital. El
gobierno de la República se trasladó a Valencia y dejó la ciudad a cargo de la Junta de Defensa
de Madrid. La llegada de las BRIGADAS INTERNACIONALES y la mejora en la disciplina y
organización militar contribuyeron al éxito de los defensores. En los meses siguientes los
“nacionales” realizaron dos maniobras envolventes: Batallas del Jarama y de Guadalajara, que
también fracasaron. Esta última tuvo apoyo italiano, asó como la toma de Málaga en febrero.
2º etapa: La ocupación del Norte
El fracaso en la toma de Madrid demostró que no era posible una guerra rápida y obligó a Franco
a adoptar un cambio de estrategia, afrontando una guerra de desgaste con la conquista
gradual del territorio republicano. Su primer objetivo fue la Cornisa Cantábrica, que había
quedado aislada del resto del territorio republicano (abril – octubre de 1937). Dentro de esta
ofensiva destaca el BOMBARDEO DE GUERNICA por la Legión Cóndor alemana. Para reducir
la presión sobre el norte, los republicanos lanzaron dos ofensivas de distracción, la primera en
Brunete (Madrid), para que no pudiesen conquistar Santander y la segunda en Belchite
(Teruel), para salvar Asturias. En ambos casos tuvieron un éxito inicial, pero no lo pudieron
mantener. La conquista del Norte tuvo graves consecuencias para la República, porque cayeron
las cuencas mineras y las grandes industrias siderúrgicas en manos de los nacionales.
3ª etapa: De la ofensiva sobre Teruel a la batalla del Ebro
Tras la caída del Norte, la República lanzó un nuevo ataque en el frente de Aragón: La
BATALLA DE TERUEL (diciembre 1937 - enero 1938), que se convirtió en una nueva derrota a
pesar del éxito inicial que supuso la toma de la ciudad. Tras ello, las tropas franquistas
alcanzaron el Mediterráneo por Vinaroz el 15 de abril de 1938, con lo que el territorio republicano
quedaba partido en dos. Los republicanos emprendieron entonces su mayor ofensiva: la
BATALLA DEL EBRO, para reducir la presión sobre Valencia. Sin embargo, tras cuatro meses
de lucha, sufrieron una derrota trascendental, 30.000 bajas franquistas y el doble republicanas.
4ª etapa: El final de la guerra
En diciembre de 1938 comenzó la campaña para conquistar Cataluña. Franco tomó
Barcelona el 26 de enero de 1939, poco después Gerona, y se produjo entonces una enorme
desbandada de civiles y militares hacia la frontera francesa. En el seno de la República surgieron
entonces fuertes discrepancias: el jefe del Gobierno, Juan NEGRÍN, y los comunistas eran
partidarios de continuar la resistencia; los anarquistas y socialistas consideraban que la guerra
estaba perdida y que había que pactar una rendición. El 4 de marzo, el coronel CASADO se
sublevó contra Negrín y durante varios hubo enfrentamientos en Madrid por el control del poder
republicano. Finalmente, el Consejo Nacional de Defensa dirigido por Casado intentó entablar
negociaciones con Franco, pero éste rechazó cualquier acuerdo e impuso la rendición
incondicional. El 28 de marzo sus tropas entraban en Madrid y el 1 de abril leía por radio el
último parte de guerra. La guerra había terminado, pero quedaban por delante años de hambre
y de dura represión.
Descargar