PRESENTACION Bienal del Cartel Bolivia BICeBé 2015 Felipe Covarrubias Miembro del Comité BICeBé Construir un proyecto cultural en base al oficio del diseñar no es precisamente algo fácil. Se necesitan ideas claras, mentes lúcidas, mucha cordura, si es que ésta se pudiera cuantificar y un empeño gigantesco. Y cuando digo empeño, es que uno empeña su inteligencia ante un aval que consolide las acciones que se van derivando de la premisa fundamental: “Construir para los demás en un entorno utilitario”. Parecería incluso utópico que los códigos de información y los síntomas motivadores de persuasión detonaran un bagaje educativo. Pero como se trata de hacer y no tan sólo de idear, se tiene que viajar intelectualmente del concepto a los radios de acción. Los antiguos dirían trabajo, labor, faena, quehacer… Inmediatamente ante los albores del proyecto surge la necesidad honesta y fructífera de que este tipo de proyectos no se hacen de forma individual y por ende, surge una verdad preclara e ineludible, formar un equipo, y sus miembros tienen que poseer una importante dosis de energía, interés y lo más importante de todo esto: pasión. “Los apasionados somos los herederos del mundo”, predicaba el poeta y libertador Martí ante sus tropas y correligionarios. El mundo del diseño es apasionante, y de todas sus disciplinas, se destaca el cartel, vehículo gráfico que como líneas atrás se mencionaba debe cumplir cabalmente los niveles de información, persuasión y educación. El cartel además emociona a la vez que persuade, motiva al tiempo que informa e invita a la reflexión educativa, cualquiera que sea su temática. Hace un poco más de veinticinco años en mi país, México, algunos trabajadores, entusiastas y románticos del diseño [Xavier Bermúdez, Martha Covarrubias (+), Germán Montalvo y un servidor] veíamos como una utopía poder conjuntar esfuerzos, reunir grupos importantes de prestigiados diseñadores en un entorno de colaboración y mutuo regocijo, que además de cumplir con las premisas utilitarias fuere un real divertimento. Muy pronto nos dimos cuenta que no había sido una utopía, las aspiraciones fueron una realidad. ¡Sí se pudo! Ahora en el evento cartelístico de Bolivia –BICeBé– se ha venido produciendo algo nuevo y significativo, se ha renovado una idílica hermandad americana que Próceres, Libertadores y grandes Capitanes soñaron y si esto no ha sido posible en las esferas de la política o de la economía, sí se está dando en el Diseño. Bolivia ha formado un ejército de docentes, estudiantes y profesionales del diseño que intercambiando un sin fin de experiencias e interactuando entre sí, están produciendo una hecatombe gráfica en la que no sólo los colegas y hermanos americanos han sido incluidos, sino que se ha proyectado esta BICeBé a los confines más remotos a nuestra geografía terrícola, su olimpismo es de verdad. He estado en Bolivia en su BICeBé edición 2013 y he quedado prendado de su gente, su color, su geografía y de su pasado. El equipo formado por este grupo de diseñadores con toda aplicación avanza hacia un futuro lleno de vida y de esperanza. No se arredra ante las vicisitudes que otros grupos ven como grandes obstáculos para superar. Vienen con paso seguro, con buen humor y con respeto hacia el trabajo diverso de los colegas de otras latitudes. Se está produciendo una gran olimpíada gráfica que promete medallas, récords y guirnaldas para todos los diseñadores que asciendan a estos territorios donde el aire es más puro y por consiguiente refresca mejor la mente y produce ideas cuerdas, claras y precisas que iluminan a ese entorno maravilloso de ciudades que colindan con las cumbres nevadas. Quienes hemos asistido somos privilegiados. La triada se ha cerrado, nuestro nivel informativo es cuantioso, hemos sido persuadidos para que la pasión se renueve y hemos aprendido lecciones educativas de vida. Suerte siempre BICeBé, la victoria no es para mañana… La victoria gráfica es día con día. Felipe Covarrubias Al pie del volcán de Colima Comala, México